En verano me gusta dedicar parte de mi tiempo de lectura a leer todos seguidos los libros de sagas con las que haya disfrutado. Este año le ha tocado a Joe Abercrombie, del que he leído durante el mes de julio todo lo que ha publicado en el mundo de La primera Ley. Hace unos años leí la primera trilogía, pero me encallé con la cuarta novela ubicada en este universo, La mejor venganza (para mi gusto su novela más floja) y ya no continué con sus obras.
Esta vez si que he descubierto las excelentes novelas Los Héroes y Tierras Rojas y la colección de relatos Filos Mortales (entretenida, pero prescindible para conocer los entresijos del mundo de La primera ley). Gracias a esta experiencia (un poco empachante, no lo voy a negar), he podido detectar como ha cambiado ligeramente el estilo del autor y el contenido de su obra y he disfrutado mucho de la ambientación y de la evolución de los personajes. Sus novelas son cada vez más elaboradas y la presencia de personajes femeninos fuertes es más importante. Me gusta mucho como algunos personajes van apareciendo en diferentes novelas hilando tramas a través de los años, aunque echo en falta a otros que parece que se los haya tragado la tierra (o el barro).
La palabra que me viene a la cabeza para describir la obra de Abercrombie es decepción. No porque la experiencia lectora no valga la pena, al contrario, sino por la sensación que tienen siempre los pobres personajes de sus novelas. Casi nunca las cosas salen bien, y cuando salen bien, el resultado final acaba siendo decepcionante. Esta tendencia está tan arraigada en sus historias que casi casi podríamos considerar que es un spoiler.
Después de estas novelas (más o menos) independientes Abercrombie ha decidido escribir una nueva trilogía situada unos 25-30 años después de la primera, La era de la Locura. Un poco de odio es la primera novela de esta nueva saga, publicada en español por Lee Runas con traducción de Manu Viciano.
Este salto temporal tan importante es una buena estrategia, ya que permite utilizar algunos personajes carismáticos de las historias anteriores y presentar a personajes de otra generación con roles, ideas y creencias diferentes. También ayuda a reflejar cambios sociales y políticos, pero manteniendo los escenarios con los que el lector está familiarizado. Tenía dudas de si era necesario leer todas las novelas anteriores para poder leer con comodidad esta nueva trilogía. No diré que es imprescindible, pero si recomendable (y satisfactorio), ya que así consigues captar todos los detalles de los personajes secundarios que han ido apareciendo y que aportan mucha solidez al conjunto de la ambientación. Lástima que los personajes veteranos han envejecido mucho y tienen roles secundarios dentro de la trama (excepto los magos, claro). Otro aspecto que tiene cierta dificultad de gestionar es que la mayoría de los nuevos personajes son descendientes de los personajes principales de anteriores novelas y por tanto deben tener cierto parecido con sus progenitores, pero no deben ser repetitivos. Creo que Abercrombie sale airoso de este reto.
La presencia de la magia en este universo literario es cada vez menos importante, y en esta nueva trilogía cede su espacio a la política y a los cambios sociales debidos a una revolución industrial. También hay menos escenas de violencia explícita, cosa que me ha sorprendido, ya que es una marca de la casa de Abercrombie. Hay más polvo de carbón y contaminación que sangre y barro. En cambio las escenas de amor y sexo tienen mucha más importancia. Siempre me había sorprendido que Abercrombie describiese con tanto detalle las escenas de violencia y pasase tan por encima de las relaciones personales y sexuales de los personajes. En esta novela hay un cambio en esta dinámica. Lástima que estas relaciones sean entre los personajes principales, demasiada casualidad en un mundo tan amplio y cruel. En algunos momentos este aspecto me ha sacado un poco de la historia.
Las historias de Abercrombie siempre se han caracterizado por tener muchos personajes y contar con muchos puntos de vista de la acción. Creo que en esta novela este aspecto es incluso más importante. Además, la longitud de los capítulos es menor, lo que provoca que el ritmo sea muy alto y que el lector no se quede con la sensación que la novela es demasiado larga, defecto que si que me ha pasado con algunas de sus historias anteriores.
Abercrombie es un muy buen escritor que ha ofrecido algunos puntos de vista interesantes e innovadores dentro de la fantasía, y ha intentado romper con algunos de los tópicos del género. El hecho de haber leído toda su obra situada en este universo en un período de tiempo tan breve me deja con la sensación que ha cambiado un poco su estilo introduciendo algunos factores que puedan ampliar el rango de su público objetivo. En muchos momentos de esta última novela me ha recordado al de George R.R. Martin.
En definitiva, una lectura muy recomendable para los lectores familiarizados con la obra de Abercrombie, aunque no la recomendaría para iniciarse en este universo. Buena ambientación, acción, romance, personajes carismáticos, intrigas políticas y giros argumentales sorprendentes. Y muy bien escrita, como siempre.
En septiembre se va a publicar la segunda parte de la saga, The trouble with peace. Cuenta con un lector interesado.