Algunos compañeros a los que leo

divendres, 31 d’octubre del 2014

Ancillary sword - Ann Leckie


Ancillary Justice, de Ann Leckie ha sido claramente la novela del año 2014. Ha arrasado en la mayoría de premios: Hugo, Nebula y Locus a la mejor primera novela, entre otros. Proximamente será publicada por la editorial NOVA en castellano.
Me interesé por la novela en el momento en que tres de los Verdhugos, a seis manos, publicaron en sus respectivos blogs y el mismo día sus comentarios, en los que destilaban diversos grados de entusiasmo. En esos momentos ya sonaba como una de las favoritas a los premios anteriormente mencionados. 
Una vez terminada la califiqué como irregular; no le encuentro tantos méritos como para que haya triunfado como lo ha hecho, pero el worldbuilding y el tratamiento de la multiplicidad de puntos de vista me gustaron bastante. Uno de los grandes puntos de controversia de la novela es el uso del pronombre she a nivel general, sin dar importancia al género de los personajes. Lo considero anecdótico, aunque a veces dificulta imaginarse a los personajes sin saber si son realmente hombres o mujeres. Otro punto clave son los rituales y tradiciones de las personas pertenecientes al imperio: los guantes, las tacitas de té, la etiqueta, la porcelana...aunque entiendo que pueda añadir datos a la caracterización de la sociedad que quiere mostrarnos Leckie resulta un poco tedioso. 

Aunque mi valoración no fue excesivamente entusiasta, era una primera novela, y dejaba marcadas unas bases lo suficientemente interesantes para que la autora llamara mi atención, y por eso he tardado relativamente poco a continuar con la saga una vez se ha publicado la segunda parte, Ancillary Sword

                        (OJO, a partir de aquí contiene spoilers de la primera parte).


Mi conclusión inicial es que si no quieres té, pues dos tazas. En la novela se exageran todavía más los dos aspectos que causaron más controversia: en lo referente al género, pasamos del she generalizado a la presencia de tías, abuelas, madres, hermanas y hijas que, en algun caso, me ha desubicado. Suerte que se hace alguna referencia de pasada a los penes... (...¿he dicho eso de verdad?).
En lo referente a la etiqueta, se profundiza mucho más en las relaciones y costumbres. En ambos casos lo considero toda una declaración de intenciones, y me permito aventurar que una reacción desmesurada a alguna crítica que debió recibir.


Breve sinopsis: Breq, nuestro protagonista, recibe de parte del emperador el mando de una nave y es enviado a uno de los planetas del imperio, Athoek, (conocido por su té, ejem...), para vigilar la situación y para que la otra facción del emperador no se apodere de los recursos del sistema. Casualmente la hermana pequeña de su teniente favorito, el teniente Dan Awn,  trabaja en la estación espacial del planeta.

La novela no presenta dos líneas temporales como su precedente, es totalmente lineal. El aspecto que mas me ha gustado es el cambio de la multiplicidad de puntos de vista por la omnipresencia del capitán de la nave en la vida de sus subordinados, y cómo Breq puede ir siguiendo simultáneamente diversas escenas y conversaciones en los que intervenga su tripulación. 
El principal defecto es que no pasa gran cosa. La historia despertó mi interés durante el primer tercio del libro, pero acaba diluyéndose como un azucarillo en una taza de té. Está bien escrita, me gusta especialmente como maneja los diálogos, pero la historia es floja, floja,.. Aún así acaba moviendo las piezas para dejar una situación lo suficientemente interesante para que no descarte leer la tercera parte, Ancillary Mercy.

Otras opiniones sobre esta novela: Voracilector

dilluns, 20 d’octubre del 2014

Vestigios (Dust) - Hugh Howey

Hola. Si estás aquí supongo que es porque has leído Espejismo y Desolación, las dos primeras partes de la trilogía del Silo, de Hugh Howey. Si no lo has hecho te recomiendo que no sigas leyendo, ya que esta entrada trata sobre la tercera y definitiva parte de la trilogía, Vestigios (traducción evidente de Dust, ejem...) y incluirá spoilers de las dos partes anteriores (aunque no de esta tercera parte). 

En Vestigios convergen las tramas de las dos novelas precedentes. Por un lado, en el Silo 18 Juliette, nueva alcaldesa, intentará llegar hasta el Silo 17 para rescatar a Solo y los pocos supervivientes que allí quedan, mientras la comunidad del silo intenta curar las heridas que produjo el último alzamiento, aunque sin demasiado éxito. Por otro lado, en el Silo 1, Donald intenta que pase desapercibida la presencia de su hermana, a la que él ha despertado (la única mujer del silo), mientras hace maniobras para que no se note que se ha saltado el sistema de turnos y intenta sabotear el plan original.

Se nota que Howey ha madurado como escritor, porque consigue mantener la intriga sin utilizar tanto cliffhanger, y la mayoría de tramas son mas interesantes que en las novelas anteriores. Hay algunos momentos de tensión muy bien conseguidos, y me ha gustado el tratamiento que da a los personajes y a sus historias personales. Eso sí, hay algunos personajes que son irrelevantes en el conjunto de la trama (la niñita y su cachorrito...), y sus capítulos sólo sirven para añadir páginas a la novela sin ningún motivo evidente y lastran claramente el ritmo.

En el fondo la novela nos habla del cambio y la continuidad, y de que a veces es necesario arriesgarse y salir de la zona de confort para aprender y evolucionar. Hay algún momento en el que parece que intenta enfocar algunos puntos interesantes más, como la aparición de la religión en los silos y los problemas que podría generar en las autoridades si se radicaliza, pero pasa muy de puntillas, la trama es totalmente accesoria.

En general la saga me ha convencido, no para clasificarla de excelente, pero si como una notable saga de aventuras en un escenario claustrofóbico muy bien pensado, el silo, y con un estilo narrativo solvente y que ha ido mejorando a medida que ha ido avanzando. El final me ha parecido correcto y coherente, incluso valiente. Le sobran fácilmente 200 páginas en conjunto, con dos novelas creo que hubiese sido suficiente, pero me deja un buen regusto, y continuaré consumiendo los productos de Howey en el futuro.
La salida del Silo. Me recuerda tanto a Fallout....

dissabte, 18 d’octubre del 2014

Willful child - Steven Erikson

Steven Erikson es el autor de la extensísima saga de fantasía épica Malaz: El libro de los caídos. (decalogía...ahí queda eso). La Factoría de ideas está publicando en castellano la saga a un ritmo de 2-3 libros al año, juntamente con la parte que escribe Ian C Esslemont, con quién comparten universo y, tangencialmente, tramas. En estos momentos deben estar traducidos unos 10 volúmenes de los 16 publicados.
La saga es muy compleja, con muchos personajes y ubicaciones  y de narración poco lineal,  críptica, incluso. El estilo de Erikson me gusta mucho, aunque me molesta que en muchos de los momentos de la saga no dé más explicaciones. Sencillez no es la palabra que me viene a la cabeza cuando pienso en el conjunto de razas, dioses y semidioses y caminos de magia que recrea en este fantástico universo, y Erikson no ejerce demasiado bien de guía, francamente, aunque creo que lo hace de forma deliberada, no se por que oculto motivo, ya que en ciertos momentos de la saga el estilo narrativo cambia y es mucho más fácil de seguir. 
Después de leer los tres primeros tomos muy espaciados en el tiempo, viendo que estaba perdiéndome muchos detalles por mi poca memoria (la edad es lo que tiene) decidí liarme la manta a la cabeza, y durante la primera mitad de 2013 leí de un tirón la saga entera.
Lógicamente acabé con un empacho, de forma que cuando veo una espada o un mago me sube la fiebre. Creo que no he leído nada de fantasía épica desde que terminé la saga, y me parece que va a continuar el tema así hasta que salga Winds of Winter (sea el año que sea).


Pero insisto, el estilo narrativo de Erikson me gusta mucho, así como su capacidad para crear escenas épicas que ponen la carne de gallina. Así que cuando vi que había escrito una novela de ciencia ficción del estilo space opera no pude resistirme.
Ya en la sinopsis avisan que es una parodia de la saga Star Trek, de la que se ve que Erikson es gran fan. Leyéndola lo primero que pensé fue que la comparación con Redshirts de John Scalzi iba a ser inevitable. Lo que no podía esperar de ninguna de las maneras es que Scalzi saliera victorioso en todos los aspectos.

Y es que la novela es muy irregular, casi un despropósito. La sensación que me ha dejado es parecida a cuando veo una película del estilo Hot Shots, o Aterriza cómo puedas. Hay momentos que te ríes, claro: de cien chistes por capítulo alguno habrá de divertido, pero los otros te los tienes que tragar igualmente. Es una mezcla extraña entre El último trayecto de Horacio 2 y Plutón BrBNero.

El capitán de la nave es un inútil ególatra, y en el puente está acompañado de un variopinto conjunto de maniáticos y tías buenas que (inexplicablemente) no se dejan seducir sus encantos. El ordenador de la nave se ve infectado por una IA evolucionada que toma el control de la nave y decide viajar a buscar a sus creadores. Por el camino vivirán muchas (demasiadas) aventuras, cada una más surrealista que la anterior, hasta llegar a un desenlace que va en consonancia con toda la historia.

Puede que me falte bagaje como consumidor del universo Star Trek (no soy muy fan) y no haya pillado muchas de las referencias y guiños que, seguramente, debe incluir la trama. Aún así, creo que es un experimento fallido y me sorprende mucho que una obra de este estilo se publique. 
Un punto a favor: las razas alienígenas que inventa Erikson son muy originales y francamente divertidas.

En resumen: una novela con personajes exageradísimos que intenta ser una parodia sobre el universo de Star Trek, pero que acaba siendo una lista infinita de chistes, lo que curiosamente provoca que acabe teniendo poca gracia. 

dissabte, 11 d’octubre del 2014

The abyss beyond dreams - Peter F Hamilton

Regresar al universo de la Commonwealth creado por Peter F Hamilton es una sensación parecida a cuando me calzo mis viejas botas de montaña. Me siento cómodo y sé que, aunque el trayecto sea largo, no me decepcionarán y quedaré satisfecho. Me pasa con pocos universos, y casi todos relacionados con la fantasía más que con la ciencia ficción : Westeros, La Tierra Media, Malaz...
Aunque exista una primera novela, Misspended youth, que marca las bases tecnológicas del universo, la saga se inicia con la  bilogía formada por La estrella de Pandora y Judas desencadenado, que fue publicada entre  2004 y 2005.

 Es, sin duda, una de las mejores obras que he leído de ciencia ficción en los últimos años, un must-read para cualquier aficionado al género. La variedad de ambientes, personajes y situaciones es espectacular, un derroche de ideas en cada capítulo. La novela nos sitúa en un universo en el que los seres humanos son capaces de viajar a través de agujeros de gusano a enormes distancias del planeta Tierra, permitiendo la exploración espacial a gran escala. Diversos mundos han sido colonizados, y, inevitablemente, hemos entrado en contacto con varias razas alienígenas. Nuevas tecnologías de grabación de memoria, clonación de cuerpos, rejuvenecimiento celular y  alteraciones genéticas han permitido que los seres humanos sean casi inmortales. 
En este episodio del espléndido podcast La Biblioteca de Trantor podréis escuchar mucha más información sobre el planteamiento de la economía, sociología, política y otros aspectos del universo creado por Hamilton, sin muchos spoilers.

Entre 2007 y 2010 Hamilton publicó la Trilogía del Vacío, situada unos 1200 años después de los acontecimientos narrados en las novelas anteriores, y compartiendo algunos de los personajes protagonistas.
                        
En este caso la acción viene centrada por la presencia en el centro de la galaxia del Vacío, un espacio con diferentes leyes de las de nuestro universo en el que no funciona la tecnología, y que tiene tendencia a expandirse. Un personaje, Íñigo, es capaz de, en sueños, vivir las experiencias de uno de los habitantes del vacío, Eddard. Gracias a la tecnología Iñigo puede compartir los sueños con el resto de la humanidad y se crea una nueva y poderosa religión basada en estos sueños. En estas novelas Hamilton mezcla fantasía y ciencia ficción. La parte de ciencia ficción sigue siendo excelente, en cambio la parte de fantasía es regular y poco original, y hasta el tercer libro, en el que hace un giro interesante, se me hizo muy pesada. 


Hamilton ha decidido regresar a este fantástico universo con una nueva bilogía, llamada Chronicle of the Fallers  situada temporalmente cerca de la trilogía del Vacío, pero en una época anterior (aunque, para evitar spoilers, yo recomendaría leerla después). Su primera novela es el objetivo de esta entrada : The Abyss beyond dreams.

Breve sinopsis: Nuestro viejo amigo Nigel Sheldon es enviado por los Raiel al interior del vacío para buscar información de los humanos y los Raiel capturados en épocas pretéritas por esta extraña estructura. Nigel llega a un planeta poblado por humanos, diferente del que centra la acción en la trilogía del vacío, pero con características muy parecidas: telepatía, telequinesis, modificación de embriones que crea una fauna extraña...

La estructura narrativa es diferente a sus anteriores obras: se basa en diferentes libros protagonizados cada uno por un personaje, y que se van relacionando poco a poco, a menudo de manera sorprendente. Algunas situaciones las vi venir, pero la mayoría me pillaron desprevenido. Punto a favor para Hamilton. 
En otras de sus novelas a menudo se le ha criticado un exceso de celo en las descripciones, pero no detecto este problema en The Abyss beyond dreams. El problema que sí detecto es la  paginitis. Algunas de los libros podrían haberse resuelto con menos páginas, y el ritmo se hubiera visto beneficiado. El primer libro y el segundo son geniales, pero algunos de los posteriores ubicados en el vacío flojean un poco. Esto pasa a la mitad del libro, mas o menos, aunque luego el ritmo remonta para acabar desembocando en un muy buen final.

Aunque la estructura es diferente, la novela continúa ofreciendo lo que Hamilton domina tan bien y es su marca registrada: grandes estructuras , misterios científicos, conspiraciones políticas y un uso mesurado de la acción (tan difícil de encontrar a veces), aderezado con algunos toquecitos de sexo y un enemigo, los Fallers, casi tan implacable y frío como los Primos de la primera bilogía.
En resumen: lectura entretenida, muy recomendable, con las virtudes que presenta casi siempre la obra de Hamilton, y que con algunas páginas menos mejoraría. Espero la continuación, Night without stars, con muchas ganas.

Otros puntos de vista de la misma novela: Sense of Wonder

dissabte, 4 d’octubre del 2014

Entrevista con Santiago García Albás

En breve la editorial Sportula publicará  Cybersiones de Santiago García Albás, un volumen recopilatorio en papel de los cuatro relatos que ha ido publicando periódicamente en formato digital. Hace unas semanas publiqué una entrada sobre estos fantásticos relatos, que me dejaron totalmente cautivado. No soy el único; diversos blogs amigos han comentado de manera positiva los relatos, ya sea de manera individual o como conjunto. 

Me interesaba mucho conocer más cosas sobre este escritor y sus proyectos, de manera que entré en contacto con él y, muy amablemente, accedió a contestar a este breve cuestionario. Será la primera vez que me aventure en estos menesteres periodísticos, así que ya me perdonaréis si no acabo de aprovechar la oportunidad.

DoE: Me ha resultado muy difícil documentarme para esta entrevista, Santiago. Hay poca información sobre tu biografía en internet, y parece que no eres muy activo en las redes sociales. Cuéntanos quien es Santiago García Albás, por favor.


SGA: El nombrecito que aparece bajo los títulos, más que nada porque alguno hay que poner, ja ja ja. En serio, mi vida y milagros ni pueden ni deben interesar a nadie, más aún cuando no tienen relación directa y apenas indirecta con mis trabajos. Ni escribo con inspiración autobiográfica ni me gano la vida con nada remotamente imbricado con la literatura. Todos aquellos que promocionamos nuestras obras en las redes sociales tendemos a cultivar una imagen demasiado bonachona y políticamente correcta de nosotros mismos por miedo a espantar potenciales lectores. Por lo pronto, creo que no me compensa todavía el esfuerzo de diseñar un personaje para mí mismo. Además, encuentro que la mayoría de los autores que conozco mejoran mucho en persona respecto a la impresión transmitida por su “imagen promocional”.

DoE: Vamos con la primera pregunta original : ¿Se puede vivir de escribir ciencia ficción en España?

SGA: Por mi inexperiencia y desconocimiento del mercado, quizá no sea la persona más adecuada para responder a esa pregunta. Entiendo que debe de ser complicado para un autor que intente vivir de esto armonizar la satisfacción de un público fiel que le garantiza ingresos modestos pero fijos, con la experimentación con otros enfoques del género que lo mismo podrían abrir nuevas vías comerciales como decepcionar a sus seguidores. Con franqueza, no es algo que me quite el sueño. Hoy en día existen muchas alternativas de ocio, algunas de ellas a precios muy asumibles y la leche de divertidas. Creer que lo que nosotros ofertamos merece mayor atención quizá sea una actitud demasiado arrogante.

DoE: Si no me equivoco tienes formación en publicidad. ¿Qué se encontrará un lector de ciencia ficción que no conociera tus relatos y que se interese por el libro?


SGA: Prefiero no pronunciarme. Encuentro pocas cosas más incómodas en este oficio -más bien afición, en mi caso- que un autor hablando sobre su propia obra. Redactar una simple sinopsis para adjuntar a mis envíos editoriales ya me supone un pequeño martirio. Quizá tenga algo que ver a nivel inconsciente esa formación publicitaria que mencionas, pero me siento más satisfecho con el resultado de mi trabajo cuando consigo reducir una historia a los mínimos elementos que sustentan el interés. Es una exageración, claro, pero creo que si pudiera redactar una sinopsis satisfactoria, consumiría gran parte de mi entusiasmo por la propia obra antes de empezar a escribirla, je je je.

DoE: Cybersiones ha tenido muy buena acogida en las redes sociales ( y espero que también a nivel de ventas). ¿Lo esperabas cuando planificasteis la publicación del primer relato, El Rey Lansquenete?


SGA: En realidad fue Rodolfo Martinez, de Sportula, quien planificó el orden de publicación, y me siento muy satisfecho por haberle concedido plena libertad en ese aspecto. De los cuatro, El Rey Lansquenete es el relato más reciente y el que mejor rentabiliza mi evolución y maduración como escritor. Tenía ciertas reservas sobre si el lector sería condescendiente con ciertas trapacerías que despliego en la trama, pero en general confiaba en que enganchase y sorprendiese a quien lo leyera con mente abierta. Eso sí, algunas de las reacciones más entusiastas me han sorprendido agradablemente.

DoE: Muchos de los comentarios sobre Cybersiones coinciden en que la alteración de las percepciones es el punto en común de los cuatro relatos. ¿Ha sido un proceso pensado al escribir los relatos, o una vez escritos se planteó la idea de unirlos temáticamente como Cybersiones? ¿Tienes pensado retomar esta temática en un futuro?


SGA: Los relatos que componen Cybersiones fueron escritos entre 1997 y 2013. La semilla de los cuatro -y de alguno más que sigue madurando- fue plantada en los primeros años de ese periodo, durante el que reflexioné -o mejor, me refocilé en ociosas ensoñaciones- sobre las implicaciones y posibilidades de la realidad virtual. Por lo general, mis primeras inspiraciones sobre un relato son una autentica basura por la que he aprendido a no dejarme deslumbrar; necesito que el proyecto madure con tiempo, se enriquezca con otras ideas y vaya adquiriendo mayor dimensión. Creo que fue después de escribir La Parte del Ángel cuando cobré conciencia de que estaba acumulando trabajos con una temática común que podrían integrar en el futuro un volumen bastante digno si les dedicaba el tiempo suficiente para revisarlos a fondo y apuntalar sus pasajes más endebles. Respecto a si habrá más Cybersiones, sí, seguramente sí. La quinta de esas viejas ideas ya va adquiriendo la forma de una historia, si bien tendrá que esperar a que me libere de otros proyectos que, hoy por hoy, me resultan más seductores.

DoE: Luego hablamos de esos proyectos. En dos de los cuatro relatos tienen mucha importancia los juegos de simulación de batallas famosas. A nosotros puedes decírnoslo sin miedo… ¿cuántas horas has pasado jugando a juegos de estrategia? ¿Has descrito el tipo de juego en el que te habría gustado participar?

SGA: Más horas de las que me gusta reconocer. He sido un seguidor muy fiel de la saga Total War, por ejemplo, aunque la última entrega ya no me enganchó como antes (supongo que estaré madurando). Creo que aún estamos muy lejos del tipo de inmersión virtual que alcanzan las simulaciones de mis relatos pero sí, por supuesto, si fuera posible, me encantaría participar en algo así.

DoE: Eres conocido por los premios de tus narraciones breves, por encima de todos el premio Alberto Magno. ¿Algún motivo en concreto para escoger este formato frente a la novela?

Santiago recogiendo el premio Alberto Magno
SGA: Ninguna aparte de mi falta de disciplina. Tiempo a desfondarme y consumir mi entusiasmo si los trabajos se alargan demasiado en el tiempo, y funciono mejor escribiendo en periodos cortos y muy intensos. Excepto El Rey Lansquenete, en el que trabajé casi dos meses, las primeras versiones de los otros tres relatos fueron redactadas en dos semanas como máximo. He escrito novelas más largas, pero sólo cuando he sabido mantener ese estado de inspiración que renueva el entusiasmo capítulo a capítulo. Quizá sea sólo un argumento falaz para justificar mi holgazanería, pero, en cierta forma, tengo la convicción de que la literatura debería tender a una mayor brevedad e intensidad para competir por el tiempo que otras actividades de ocio dejan a nuestro público, y por los espacios donde la palabra escrita, por su comodidad y poder de abstracción, puede reinar sin oposición (la playa, el autobús, el metro, la cama antes del sueño...etc).


DoE: Algunos de tus otros relatos premiados, como Dioramas o Una larga descendencia están situados en un mismo universo, en el que se dice que estás trabajando ahora. ¿Nos puedes explicar un poco más qué podremos encontrar en este universo?


SGA: Básicamente diversión, aventura, lenguaje grueso, bromas soeces y poca, muy poca carga filosófica. Son pura literatura de evasión y, si he hecho bien mi trabajo, el lector debería pasar la última página de mejor humor del que tenía al empezar la lectura, con una sonrisa en los labios y sin la menor tentación o necesidad de reflexionar sobre lo leído.

DoE: Rodolfo Martínez comentó en agosto en Facebook refiriéndose a una novela inédita tuya:  “Acabo de leer el que, creo, es el mejor space opera jamás escrito en castellano. Así, tal cual. Pedazo novelón“. A eso lo llamó yo crear hype. Esto no puede quedar así, Santiago. ¿Puedes hacernos algún avance de este proyecto?

SGA: Dar un avance implicaría dar por hecho que la novela acabará viendo la luz, ja ja ja. Sin más, esta novela es el mejor ejemplo de esos escasos trabajos más ambiciosos a los que antes me refería, los que consiguieron mantenerme inspirado más allá de mis episódicos arrebatos literarios. A decir verdad, disfruté con ella como un marrano hociqueando en su bazofia mientras se rasca contra las paredes de su cochiquera. Hice con ella básicamente lo que me apetecía y sin pararme en otras consideraciones. Su mayor ambición, si es que posee alguna, es aspirar a transmitir al lector parte de esa diversión.

DoE: Tendremos que hablar tarde o temprano de tus compañeros escritores (sin criticar, claro). ¿Eres un lector habitual de ciencia ficción o fantasía? Si es así, ¿tienes algún referente?
¿Cuáles son los escritores a los que sigues habitualmente, tanto a nivel nacional como internacional? ¿Destacarías alguna novela en concreto de las que has leído últimamente?

SGA:Fue entre los 15 y los 25 años más o menos cuando consumí más literatura de género (ahora tengo 41) y supongo que ese poso ha sido determinante para que las ideas de ciencia ficción broten con naturalidad cuando me apetece ponerme a escribir. Mantengo un buen recuerdo, por citar algunos, de Orson Scott Card, Tim Powers, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Norman Spinrad o Frederick Pohl, y en ocasiones los releo. La versatilidad de autores como Iain Banks me sigue todavía impresionando. La saga de Juego de Tronos ocupa un lugar de honor en mi estantería junto a la colección nautica de Patrick O`Brien, y a mi modo de ver comparten un mismo nivel de calidad en sus respectivas esferas. A escala nacional, La Piel Fría y Pandora en el Congo, de Sanchez Piñol, son las obras de inspiración fantástica que más me han cautivado en los últimos años. También intento leer todo lo que publica Jose Antonio Cotrina, uno de los autores nacionales de fantasía más inspirados y con mayor respeto por su público y por su medio de expresión (además de un rival temible en el Alberto Magno). Ahora mismo estoy leyendo bastante de Sanderson, y lo he encontrado francamente adictivo y sabrosón.

DoE: Pregunta final friki: me gustaría que nos explicaras quiénes son los caballeros que acompañan a Tristán Tamargo en La parte del angel, no los he identificado a todos…


SGA: Deduzco que te refieres a los Caballeros Extravagantes. Excepto el clásico Caballero Negro, el Caballero Inexistente, robado a Italo Calvino, y el caballero verde con su casco de venado y su maza, para quien tenía a Robert Baratheon en la cabeza, no me inspiré en ningún otro personaje concreto.

DoE: Si quieres añadir alguna cosa más…

SGA: Nada más aparte de agradecerte de nuevo tu interés y un jovial saludo para tus lectores.

Muchas gracias por tu tiempo Santiago, te deseo mucha suerte y muchos éxitos en tus nuevos proyectos (que esperamos con expectación).