Algunos compañeros a los que leo

dimecres, 28 de setembre del 2016

Entrevista a David Luna

Será por deformación profesional, pero me gusta trabajar por objetivos. Para este año el principal era impulsar la sección de entrevistas del blog, que la tenía (y tengo) muy parada, pero se me ha tirado el tiempo encima. Vamos a darle un poco de vidilla a esta sección con el flamante ganador del premio UPC 2016, David Luna. 
Su obra no es desconocida para mí, primero leí un relato suyo publicado en la recopilación El abismo mecánico  y posteriormente la novela breve finalista del premio Alberto Magno el Ojo de Dios. Es un autor muy interesante con muchas cosas que decir y muchos proyectos que presentar en breve. Os dejo con la entrevista que tuvo la amabilidad de concederme.

DoE: Gracias por responder a estas preguntas David. Llevas relativamente poco tiempo escribiendo, y a lo mejor algunos de los lectores del blog no te conocen. ¿Quién es David Luna?  
 DL: Pues soy un amante de la literatura que decidió dar el salto y comenzar a escribir para participar en concursos primero y terminar publicando después. Todo ocurrió hace unos tres años y medio, cuando me presenté a mi primer concurso literario y lo gané. Eso me impulsó a continuar y, a partir de entonces, no he dejado ni de escribir ni de, por fortuna, ir obteniendo aquello que me propuse.
A parte de lo literario, comentar que trabajo en la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha ubicada en el Alcázar de Toledo (como ves nunca me separo de los libros) y que mis otras grandes pasiones son el cine y viajar, cuanto más lejos, mejor.

DoE: Aunque la literatura no sea tu principal actividad profesional eres un autor bastante prolífico. ¿Cuánto tiempo dedicas a escribir al día? ¿Eres un escritor caótico o metódico?

DL: Antes era más fácil contestar a esta pregunta. Ahora, con tantas presentaciones, conferencias, convenciones, redes sociales, revisión de galeradas, etc. ya no lo tengo tan claro (risas). Cuando lo comenté, otros colegas me explicaron que el acto de escribir en sí ocupa la mitad del tiempo que le destinas, con suerte. Y es que en la actualidad, el autor debe hacer mucho más que teclear.
En circunstancias normales, empleo unas dos horas al día más o menos. Y lo cierto es que no podría hablar de métodos. Simplemente me lo pide el cuerpo. Necesito escribir.

DoE: ¿Eres un lector habitual de ciencia ficción o fantasía? Si es así, ¿tienes algún referente? ¿Qué autores consideras que te han influenciado?

DL: Yo leo de todos los géneros, pero he de reconocer que la ciencia ficción vence por goleada al resto. Ya no solo porque es con lo que más disfruto, sino porque además me ayuda a nivel profesional.
No soy muy de referentes, pero si tuviera que elegir, diría que Philip K. Dick, Bacigalupi, Stephenson, Gaiman… Cada uno a su modo, aunque al final bebes de todo lo que lees. Y no solo de lo que lees, sino de lo que ves y vives. Si no hay sinceridad en lo que cuentas nadie te creerá. Mentir no es fácil.

DoE: Hace poco la editorial Apache libros publicó tu primera novela, El Ojo de Dios. Para un escritor novel puedo imaginar que es un momento que genera una gran ilusión. ¿Qué sentiste cuando la tuviste en tus manos por primera vez? ¿Ha tenido una buena acogida a nivel de críticas y venta?

DL: Fue una sensación extraña. Como si no terminaras de creértelo del todo. La obra deja de ser tuya una vez que se publica y pasa a ser del lector. Te sientes… desnudo. Piensa que todo el mundo podrá leerla y opinar. No es fácil.
También sientes cierta responsabilidad. Deseas, por aquellos que apostaron por ti, que se venda bien, que nadie pierda dinero. Es una sensación agridulce.
Y sí, la obra está gustando bastante y las ventas van mucho mejor de lo que esperaba. De hecho, ha tenido que reimprimirse. Lo mejor es cuando te llegan comentarios positivos procedentes de personas que no conoces, ya sea a través de Amazon, Goodreads o de las redes. La alegría en esos casos es inmensa. Aunque sin perder de vista que nunca podrás gustar a todo el mundo. Debes mantener la cabeza fría. Ya lo decía Kipling: Si te encuentras con el triunfo y la derrota, trata por igual a ambos impostores.

DoE: ¿Tienes planteado regresar al escenario de la novela de El Ojo de Dios o prefieres que cada historia tenga su universo?

DL: El Ojo de Dios se escribió como una precuela de un relato con el que gané un concurso en la Cadena SER que conmemoraba el 75 aniversario de “La guerra de los mundos” y he escrito otros relatos, todavía inéditos, en ese universo, así que, sin duda, seguiré haciéndolo en el futuro. Mi idea era narrar con diversas historias independientes y a su vez interrelacionadas la historia del intento de conquista y colonización del Planeta Imposible. Pero recalco lo de historias independientes, pues, a pesar de las numerosísimas peticiones por parte de los lectores de una segunda parte para “El Ojo de Dios”, no la habrá como tal. Si leemos la obra con atención, no la necesita. Prefiero que el lector interprete y cree por sí mismo antes que defraudar unas expectativas imposibles de satisfacer. Eso sí, no descarto que Deill Nerv reaparezca. Tal vez, de secundario. Ya veremos. De momento, no hay proyecto Planeta Imposible a la vista.

DoE: Voy a continuar preguntándote por tus sentimientos, David. El pasado viernes 23 de setiembre recogiste el Premio UPC en Barcelona. ¿Puedes explicarnos cómo fue la experiencia?

DL: Una palabra lo describiría: inolvidable. Lo pasé genial. Me trataron muy bien, con mucho cariño, y en especial mi admiradísimo Miquel Barceló. Me recibió con los brazos abiertos y no me dejó solo ni un instante. Es un auténtico sabio, un hombre del Renacimiento. Fue una gozada hablar largo y tendido con él. Para mí fue un sueño hecho realidad. Que fuera el principal responsable de que mi novela se llevará un premio de tanto prestigio para mí incrementa aún más, si cabe, su valor. Lo cierto es que la novela le entusiasmó.

DoE: ¿Cuáles son las temáticas que tratas en Éxodo? ¿Vamos a poder leerla pronto?

DL: Fundamentalmente, la deshumanización de la sociedad, que suelo tratar en mis obras pues me perturba muchísimo.
La obra, que en realidad se titula “Éxodo (o cómo salvar a la reina)”, narra una migración estacional de una comunidad de humanos asentados en un extraño planeta desde hace unos cinco siglos. En ese tiempo han evolucionado a una velocidad inaudita hasta algo distinto, casi inhumano. El protagonista, capitán de la Guardia Real, se resiste a ese proceso al tiempo que intenta mantener con vida a la colonia en un peligrosísimo y frenético viaje hacia la salvación.
Por supuesto, el texto contiene una gran cantidad de lecturas, de críticas y de temáticas secundarias, pero esas prefiero no desvelarlas y así que cada uno pueda interpretar la obra a su modo.
La novela aparecerá, si los plazos se mantienen, para el día del libro de 2017. En digital, se encargará la Universidad Politécnica de Cataluña y, si las negociaciones fructifican y así parece que será, en papel se hará cargo Apache Libros.

DoE: Una más a la pila. De momento tu obra está formada exclusivamente por narrativa breve. ¿Hay alguna razón en especial para haber escogido este formato? Aunque sé que pronto vas a dar el “salto” a la novela. Cuéntanos algo más de este proyecto, por favor.

DL: El formato corto me parece maravilloso. Te permite entregar obras muy dinámicas, pero con posibilidades de profundización. En los tiempos que corren, en que lo breve es premiado, creo que el formato de novela corta debería potenciarse. Además, el relato y la novela corta siempre han sido unos productos muy de la ciencia ficción, que se desarrolló fundamentalmente con estas extensiones a través de las revistas norteamericanas. Para remate, algunos de los grandes premios en España como el UPC mencionado, el Alberto Magno o el Domingo Santos premian este tipo de obras y yo las escribí exprofeso para estos certámenes.
Pero no nos podemos quedar estancados. Este otoño, en efecto, daré el salto al formato largo con la novela “Laberinto Tennen”, que mezclará la ciencia ficción con la fantasía, la aventura con la espiritualidad y la luz con la oscuridad en un futuro donde la Nueva Inquisición ha sumido al mundo en una especie de Neomedievo al prohibir el uso de la tecnología.
Y ya sabes de la calidad de las ediciones de El Transbordador… Estoy deseando que el proyecto vea la luz y poder daros más detalles.

DoE: Más madera... otro más a la pila. He visto en las redes sociales que has comentado que estás trabajando a tope en diversos proyectos, aparte de “Laberinto Tennen”. ¿Nos cuentas algo más?

DL: Muchos, sí. Pronto, creo que en noviembre, mi relato “El prisionero” formará parte de la antología “Sucesos extraños”, basada en la estética de la exitosa “Stranger things” de la mano de Apache Libros.
Ese mismo relato también se está adaptando a cómic por el extraordinario dibujante Edu Quiza. Y bueno, hay otras cosillas que de momento he de reservarme.

DoE: Lástima, no hemos conseguido la exclusiva. No te salvarás de las preguntas en que te obligaré a mojarte, David. ¿Cuáles son los escritores a los que sigues habitualmente, tanto a nivel nacional como internacional? ¿Destacarías alguna novela en concreto de las que has leído últimamente? 

DL: De los internacionales, a Paolo Bacigalupi, Neal Stephenson, Lois McMaster Bujold, Connie Willis, entre otros muchos… Y de los nacionales, a Guillem López, Emilio BuesoJavier Castañeda… uf, la lista sería demasiado extensa.
En cuanto a novelas concretas, me gustó mucho Challenger, de Guillem López, e Iris, de Edmundo Paz Soldán.

DoE: ¿Cómo ves el panorama editorial del género en España? ¿Qué opinas de la aparición de tantas editoriales “pequeñas” que se atreven a publicar nuevos escritores?

DoE: Creo que está extraordinariamente activo. El género suele potenciarse en situaciones de crisis, ya sea por su carácter de evasión en unos casos o de crítica mordaz en otros, y es un auténtico placer que se haya producido un nacimiento masivo de pequeñas editoriales valientes dispuestas a apostar, entre otras cosas, por la literatura patria. Están cubriendo un espectro desatendido y que parece que está dando buenos resultados. Se me vienen a la cabeza Apache Libros, El Transbordador, Dilatando mentes, Aristas Martínez, Nevsky, Palabras de agua, Sportula, Tyrannosarus Books, Cazador de ratas… Sin olvidar la magnífica revista Supersonic. Desde aquí, felicito a sus responsables (¿o es irresponsables?).

DoE: Si quieres añadir algo más...

DL: Tan solo darte las gracias por la entrevista y por el trabajo que llevas a cabo en tu estupendo blog. Necesitamos a más gente como tú.
Y por supuesto, animar a todos a que lean género en español. 

DoE: Muchas gracias, David. Te deseo muchísima suerte con tus nuevos proyectos.

dissabte, 24 de setembre del 2016

Hijos del Dios binario - David B. Gil

No sólo de ciencia ficción y fantasía vive el hombre. Y menos si el hombre disponía en su momento de un presupuesto limitado (cosa que no ha cambiado mucho), mucho tiempo para leer (lamentablemente eso sí ha cambiado) y las bibliotecas cercanas estaban poco surtidas con novelas de género.
Total, que en mi vida de estudiante me tragué mecido en el vaivén de los trenes regionales muchísmos thrillers, que estaban muy de moda en esos momentos. Thrillers de todo tipo: históricos (los que más), tecnológicos, policíacos, científicos, con toques de romance, con puntos de terror o de humor...todas las combinaciones imaginables las he probado. 

Es por esa experiencia acumulada en el género que si os digo que Hijos del dios binario de David B. Gil es un thriller  que sobresale mucho de la media y una lectura muy recomendable, deberíais hacerme caso.
Y eso que, aunque presenta algunos aspectos originales que ya comentaré más adelante, en el fondo no se desmarca mucho de los tópicos del género: protagonistas más o menos de la misma edad y de diferente sexo que siguen tramas diferentes hasta que acaban encontrándose, personajes capaces de enfrentarse a situaciones para las que no están preparados, organizaciones poderosas, acción, misterios a resolver y muchos viajes necesarios para encontrar las pistas para resolverlos...
La gracia es que todos estos aspectos están muy bien conjuntados creando un producto final de entretenimiento casi redondo, muy ameno, y de lectura absorvente. Muy meritorio para ser sólo la segunda novela que escribe el autor.
Me ha parecido muy interesante la tercera parte de la trama, situada en un internado en el norte de Escocia, que en principio parece ajena a la historia principal, y en la que noto un cierto cambio de estilo, aunque puede que sean sólo impresiones mías y no esté planificado por el autor. 
El principal punto de originalidad lo aporta la ambientación en un futuro cercano, con algunas innovaciones tecnológicas interesantes y muchísimos detalles cotidianos que ayudan a visualizar que estamos en otra época. Aunque David B. Gil parece que no le de excesiva importancia, ya que los utiliza sólo como telón de fondo o como herramienta para poder avanzar en la trama, no profundiza en los aspectos científicos y tecnológicos. Creo que si lo hubiese hecho se podría calificar a la novela como una historia cyberpunk.
La principal crítica que le hago a la novela es la parte final. Ojo, que hago algún spoiler: Hay ciertas situaciones de la resolución de la trama entre los protagonistas que me estaban gustando por originales, pero que acaban volviéndose típicas, y la sorpresa final la he visto venir. También me hubiese gustado conocer algo más sobre el origen de los alumnos del internado, espero que el autor se lo haya guardado para una posible secuela de la novela. 

En definitiva: entiendo y comparto las críticas mayoritariamente positivas que ha recibido la novela, ya que es una historia muy entretenida y amena, ideal para los amantes de los thrillers. Puede que si os acercáis a ella buscando ciencia ficción salgáis un poco decepcionados, pero seguro que no os aburriréis con la lectura. Un nuevo autor a seguir.

dimecres, 21 de setembre del 2016

Lo bueno, si breve... 5

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº5. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de Brandon Sanderson, Santiago Eximeno, Eduardo Vaquerizo, Miguel Santander, Víctor Conde  y ATENCIÓN, la traducción del relato ganador del Hugo y el Locus 2016, "Fotos de gatitos, por favor" de Naomi Kritzer y la del relato ganador del Nébula 2016 "Hijas hambrientas de madres famélicas" de Alyssa Wong. 
Una edición de lujo que no os podéis perder.

En mi colaboración con la anterior edición de esta revista planteé un cambio en la estructura de la sección. Si bien el fondo sigue siendo el mismo ( dar a conocer obras interesantes que hayan podido pasar más o menos desapercibidas al lector más generalista), la forma cambia para pasar a comentar novelas en lugar de relatos, y centrándome en trabajos publicados exclusivamente en catalán.
Mi hipótesis es que si una obra tiene cierto éxito de crítica y público en el minoritario mercado catalán, seguramente también la tendrá en el más extenso mercado nacional. Hay un auge de editoriales minoritarias que están publicando obras de género (El transbordador, Apache, Orcinny Press, Dilatando mentes, Carlinga ediciones, Editorial Hiboria...), y aquí pueden encontrar material interesante (de las comisiones ya hablaremos luego).
Siguiendo la dinámica de los anteriores artículos me centraré en obras finalistas o premiadas en diversos premios, en este caso en los premios que entrega la SCCFF (Societat Catalana de Ciència Ficció i Fantasia), los premis Ictineu. La votación es popular, y, por tanto, no exenta de las clásicas controversias de este tipo de premios. En una primera ronda los miembros de la SCCFF pueden proponer hasta 5 títulos de cada una de las categorías. Posteriormente, una vez hecha la primera selección, en una segunda ronda cualquier persona puede votar a los finalistas. El voto popular tiene un peso del 50%, la otra mitad es responsabilidad de un jurado especializado (del cual forman parte algunos de los perpetrador….er….colaboradores habituales de esta revista). Este año es el primero que he participado en todo el proceso de votación.


Mi favorita entre las finalistas de la edición del año pasado era Simulacions de vida, de Enric Hercé, publicada por Males Herbes (aunque debo reconocer que todavía tengo pendiente la lectura de Tenebra, la novela que ganó; en el próximo artículo os cuento). Es una historia muy trabajada: cada capítulo está titulado con un acrónimo relacionado con lo que va a contar y narrado desde el punto de vista de un protagonista diferente. Esto provoca que la trama avance de forma tangencial a los personajes y que sea necesaria una lectura atenta, ya que los personajes, que parecen independientes, también estan relacionados de manera tangencial. La estructura es muy parecida a un fix-up. La historia está situada en un futuro cercano y basada en una tecnología, el log, que es una evolución de los smartphones. Leí la novela hace un año y medio, y seguramente algunas de las particularidades de esta tecnología ya no me sonarían tan sorprendentes si lo leyera ahora, el ritmo de los cambios en los móbiles es espectacular. Esto puede provocar que en pocos años esta novela se vea un poco anacrónica, cosa que sería una lástima. El autor está nominado este año a los premios por uno de sus relatos: le deseo mucha suerte.


Steam-punk a la catalana, así es como se presenta en muchos sitios a la novela ganadora de la edición del 2012, La febre del vapor, de Jordi Font-Agustí, publicada por la editorial Pagès. Yo creo que es un error, porque, aunque de vapor hay, y mucho, no presenta las características típicas de su uso de este subgénero (que no es precisamente uno de mis favoritos). En el fondo es una ucronía con estructura de thriller y novela de espionaje. La historia se sitúa en los años previos a la primera guerra mundial. Se ha descubierto un manantial con una agua que, cuando se calienta, genera un vapor capaz de calentar mucho más de lo normal, con lo que se desencadena una segunda revolución industrial en Catalunya basada en esta tecnología, lo que provoca el interés de las grandes potencias mundiales. La trama tiene un cierto tono documental, y si a eso le añadimos el hecho de que varios de los protagonistas son personajes históricos, y están poco caracterizados, la novela es un poco fría, pero muy adictiva. Es curioso como refleja en una historia situada hace un siglo algunos de los aspectos que son recurrentes en la prensa en nuestros días: la relación Catalunya-España, la corrupción y los pocos escrúpulos de la clase dirigente, el hecho de aprovechar al máximo la situación actual sin pensar en las consecuencias futuras… leyéndo la novela tuve cierta sensación de déjá vu.


Si comento una ucronía tengo que comentar una distopía, sino los subgéneros quedan descompensados. Una de las finalistas de 2014 fue Terra Inhóspita: Barcelona 2048, de Maria Dolors Millat, publicada por Edicions el Periscopi. La ambientación es el punto fuerte de esta novela: una sociedad, la Netkracia, que ha derivado a un capitalismo extremo en el que las grandes corporaciones dominan la sociedad a nivel político (con una nueva distribución geográfica), económico (con una nueva moneda, el denario) y legislativo (muchas de las acciones que hacemos habitualmente estan prohibidas o se pueden realizar exclusivamente online). Los nombres de las calles, plazas y instituciones son los de estas corporaciones globales, de forma que podemos estudiar en la Barça University o pasear por la Rambla Bayer. Uno de los puntos más interesantes de la novela es una evolución del soma de Huxley; los ciudadanos disponen de fármacos conductuales que les permiten controlar sus sentimientos para sentirse siempre bién. La variedad y nomenclatura de estas substancias da mucho juego: Somnolence, Antiobsession, Valentis y incluso SelecLove-X para enamorarse temporalmente de personas de una edad determinada. La historia se centra en un miembro de la resistencia, en el momento que se está planteando un golpe muy importante contra el sistema.


En 2011 ganó El joc de Déu, de Salvador Macip, publicado por Edicions Bromera. Es una novela gamberra, irreverente, divertida y, en principio, con una historia ligera. Digo en principio porque las apariencias engañan y utilizando el humor hace reflexiones muy interesantes sobre el viaje en el tiempo y sus paradojas. El protagonista es un perdedor, perezoso y mal estudiante que está enamorado de una de sus compañeras de clase que actúa como si el no existiera. Un dia cuando regresa a su apartamento Dios le está esperando en el sofá para pedirle un favor. Sólo el puede salvar al mundo de la destrucción, pero tendrá que asesinar a un científico antes de que realize un experimento que creará un agujero negro en nuestro planeta. Estructurada en tres partes muy diferentes, y con capítulos muy breves que alternan los puntos de vista de los protagonistas es una historia divertida, entretenida y de lectura rápida y muy amena.    


Los tres finalistas de este año son El crit de les Ultracoses, de David Ruiz (que ya comenté en el artículo anterior), La República Pneumática, de Jaume Valor (que ya ha sido publicada en castellano, por tanto no es objetivo de este artículo) y mi favorita, Michelíada, de Antoni Munné-Jordà, publicada por Males Herbes.
No sé si tendría que comentar esta novela, porque creo que es intraducible, pero el esfuerzo que ha realizado el autor para escribirla merece como mínimo la mención en el artículo. Es una revisión de la Ilíada de Homero, ubicada en una guerra entre dos facciones, los fundamentalistas islámicos productores de petroleo (los troyanos) y el bloque occidental (los griegos), situada en un futuro lejano en el que las guerras son retransmitidas por la televisión. Los protagonistas de cada bloque reciben nombres de marcas de vehículos o de petroleras. Es un juego divertido buscar las correspondencias con los protagonistas de la obra original (Volvo/Agammenón, Landróver/Néstor, Shell/Héctor), aunque el autor se ha permitido algunas licencias en forma de cambios de sexo y de fusión de personajes. Lástima que no domine suficientemente la Ilíada para pillar todas las referencias.
Cada capítulo está narrado con una estructura y estilo diferentes: una obra de teatro, un informe, un interrogatorio, un guión de una producción audiovisual, una notícia de periódico, una crónica medieval, un diario personal, con el estilo de la biblia, de las mil y una noches... Y si eso no implicara suficiente trabajo, los diferentes grupos de personajes utilizan diferentes variantes del catalán. Una obra completísima merecedora del premio, sin duda.


Ya véis que en la variedad está el gusto: ucronías, distopías, viajes en el tiempo, nuevas tecnologías, revisiones de los clásicos...continúo disfrutando mucho descubriendo la narrativa de género escrita en catalán, y todavía tengo en la pila novelas suficientes para un par de artículos como este. La cosa promete.

dissabte, 17 de setembre del 2016

Fantasma - Laura Lee Bahr

De pequeño pasé horas y horas leyendo los fantásticos libros de "Elige tu propia aventura" que publicaba Timun Mas, sobre todo los de Dragones y Mazmorras. Cuando me enteré que la novela Fantasma había sido en inicio planteada como uno de estos libros no pude resistirme a echarle un vistazo, aunque el género no está en mi zona de confort.
La historia está narrada a través de capítulos muy breves protagonizados por tres personajes. El principal es Sarah, una joven secretaria que ha aparecido muerta en su bañera y supuestamente se ha suicidado. Seguiremos sus vivencias cuando estaba viva, y cuando se convierte en un fantasma. El segundo protagonista es Simon, un atractivo y famoso periodista que conocía a Sarah y que se involucra (demasiado) en la investigación de su muerte. Y finalmente Richard, un joven un poco arrogante que vive en el antiguo apartamento de Sarah y que trabaja en la misma oficina que trabajaba Sarah, y que es el personaje que Laura Lee Bahr ha escogido para guiarnos y plantearnos las diferentes opciones a elegir en el decurrir de la historia.
Aunque la autora nos plantea las opciones, realmente no podemos escoger, y así vemos las consecuencias de las diversas elecciones del protagonista, de todas, de forma que la historia va ramificándose, saltando del pasado al presente, proporcionándonos algunos finales posibles en algunos momentos y continuando la ramificación de  la historia en otros, creando un puzzle intrigante un poco difícil de seguir.
La novela creo que consigue lo que pretende, que es dejar un poco desconcertado al lector. He tenido la sensación en algunos momentos de que me he saltado algún capítulo, y, al final, he acabado planteándome si realmente la historia me ha gustado o no, dudando de como valorarla y si podría escribir una entrada en el blog que resumiese de manera correcta mis sensaciones.
Aunque el desorden es evidente y tengo la sensación de que hay flecos sin resolver, al final he acabado decantándome por una valoración positiva. Creo que es una de esas historias en que es más importante el cómo te cuentan las cosas que no lo que te están contando. En estos casos, una vez conoces el que, una relectura de algunos capítulos ayuda a descubrir el esfuerzo que ha implicado el como y, en mi caso, ha provocado que la valoración final sea más positiva que lo que decidí recién terminada la novela. ¿No habéis disfrutado de una segunda visión de El sexto sentido, Origen o Memento, por poner algunos ejemplos?. A eso me refiero, pero acepto que es un handicap tener de disfrutar de una historia en la segunda lectura.
En definitiva: una forma muy original de presentar una historia de asesinatos y fantasmas, en la que es más importante la forma que el fondo. Una propuesta atrevida que creo que no es para todos los públicos. La novela está nominada a los Premios Ignotus 2016, le deseo muchísima suerte. 

diumenge, 11 de setembre del 2016

11,4 sueños luz - Nicholas Avedon

Aquellos que seguís el blog con regularidad ya sabéis que me gusta dar a conocer la obra de autores más o menos noveles. Ya sea a través de la plataforma Lektu, a través de goodreads o enviadas directamente por la editorial o por el autor (como es el caso de  la novela que comentaré hoy) acostumbro a dar oportunidades a novelas autopublicadas o publicadas en editoriales modestas. Así he descubierto a autores como Pau Varela, LJ Salart, David Sandó, David Luna (ganador de la última edición del premio UPC), o Víctor Guisado.

11,4 sueños luz de Nicholas Avedon es una novela muy variada, ya que presenta tres tramas situadas en tres ambientes muy diferentes aunque protagonizadas por los mismos personajes. En un principio la catalogaría de thriller con un fondo cyberpunk. Ubicada principalmente en París en el siglo XXIII, no presenta una sociedad diferenciada en clases sociales, en la que los más ricos vivien en grandes torres y casi nunca bajan al nivel cero, donde vive la gente sin recursos. El protagonista principal es un prestigioso director de sueños vívidos: experiencias con mucho sentimiento que el comprador puede sentir como propias. Cuando le ofrecen dirigir las primeras películas de una nueva tecnología que implica la inmersión total en la experiencia relatada, las neurorreplicas, se producen una serie de asesinatos en la que se ve involucrado. 
Esta parte de la trama es correcta, pero no demasiado original. Me han interesado más las otras dos tramas, la primera es la que analiza las relaciones de los participantes en un mundo virtual y las sensaciones que tiene alguien que se introduce en estos mundos por primera vez. Aunque la que más me ha gustado es la que hace referencia a los castings y pruebas que deben pasar los aspirantes que quieren formar parte de la tripulación de una de las naves generacionales que se enviarán a colonizar un planeta parecido a la Tierra. Ríete tu del Método Gronholm.

¿Casan bien las tres historias? A ratos, a veces peca de un cierto desorden, y el hecho de que sea siempre el mismo protagonista al que le pasa todo no acaba de ayudar. Aunque el principal defecto que encuentro en la historia es que todo es demasiado parecido a la realidad actual para estar ubicada la novela dentro de dos siglos. Resultaría más creíble que estuviera mucho más cercana en el tiempo.
En definitiva: es una primera novela interesante, que plantea situaciones intrigantes, amena (la he leído en un par de sentadas) aunque un poco desordenada. Peca de aquello que pecan muchas de las novelas autoeditadas, la falta de una revisión profesional que hubiese ayudado a estructurar mejor la trama y a solucionar detalles para tener un producto mejor acabado.