dimarts, 5 de gener del 2016

Hijo Dorado - Pierce Brown


La primera entrada del año pasado fue Amanecer Rojo, la primera parte de una trilogía escrita por Pierce Brown. Tenía ganas de leer alguna historia de estilo distópico de las que están triunfando entre los lectores más jóvenes. 
La lectura no me defraudó; es entretenida, dinámica y con un universo interesante y del que sólo muestra una pequeña parte y te deja con ganas de saber más. Aunque me gustó no tenía a la continuación en mi lista de lecturas pendientes, francamente, pero me la prestaron, y viendo que fue la mejor novela de ciencia ficción según los lectores de goodreads, finalmente me animé, así que la primera entrada de este año será su continuación, Hijo dorado.

Amanecer rojo narra la historia de Darrow, un joven de la casta de los rojos que entra en contacto con una organización que intenta destruir el sistema de castas imperante y que le convierte mediante una difícil operación en un miembro del nivel superior, un dorado. Una vez transformado entra en el Instituto en el que los jóvenes dorados deben demostrar sus habilidades para poder ser parte importante de la sociedad. No tengo referencias de novelas de este estilo más recientes, por tanto no puedo detectar influencias de sus historias contemporáneas. Si que detecté reminiscencias de historias más "clásicas", como El juego de Ender, el Señor de las moscas,  la saga de Harry Potter y incluso Un mundo Feliz.



La segunda parte de la trilogía, Hijo Dorado, tira por otros derroteros. La influencia más clara que detecto es la de Canción de Hielo y FuegoQue esto no se interprete como una crítica. El universo creado por Brown tiene suficiente entidad y la historia suficiente atractivo y originalidad para que esta influencia se note, pero no desvirtúe la lectura. 
La historia está llena de intrigas, conspiraciones políticas, batallas, giros sorprendentes y muertes inesperadas. El escenario es el sistema solar terraformado en vez de un mundo mágico basado en la época medieval, y los señores feudales mandan sobre planetas o satélites en vez de sobre ciudades, pero tienen muchas cosas en común. Excepto la presencia del sexo. Sangre, violencia explícita y acción hay mucha, pero sexo muy poco, supongo que debido al público al que está dirigida la novela. Y eso que existe una casta, los rosas, especializada exclusivamente en este tema.

Seguramente lo que menos me ha interesado y ha acabando provocando que mi valoración no sea positiva sin fisuras es el protagonista principal y sus dilemas internos cuando sus relaciones personales interfieren con sus objetivos. Demasiado repetitivo. 

En definitiva: un producto que pretende ser entretenido y que lo consigue sin dudas, diferente en estilo y ambientación respecto a la primera novela, cosa que se agradece. Encontraréis acción a raudales, intrigas y conspiraciones, giros argumentales y algunas sorpresas que reconozco que me han pillado desprevenido.

El universo creado por Brown es muy interesante y creo que todavía puede sacarle mucho más jugo. Tengo mucha curiosidad por saber qué camino seguirá para terminar su trilogía con la última novela, Morning Star, que se publicará en Febrero del 2016. Espero que aparezca por aquí antes de enero del año que viene. 

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