dissabte, 30 de maig del 2020

Neverwhere - Neil Gaiman

En la entrada que publiqué hace poco sobre Mitos Nórdicos comentaba el hecho que últimamente no estoy conectando con la obra literaria de Neil Gaiman. Investigué cuales eran sus proyectos futuros, para ver si esta tendencia podía cambiar, y vi que estaba en proceso de escritura de The seven sisters, una historia ubicada en el universo de Newerwhere. Esta novela, una de las primeras que escribió el autor hace casi 25 años ya, me pasó desapercibida en su momento. Los habituales ya conocéis mi manía completista, así que decidí comprar Neverwhere en previsión de leer su continuación, y viendo los comentarios elogiosos ascendió rápidamente puestos en la pila (y también porque tenia ganas de quitarme cierto mal sabor de boca que me dejaron las últimas novelas que leí de este autor) . Considero que nuestra relación está restablecida en buenos términos, y no puedo hacer más que recomendaros la lectura de esta novela (cosa que seguramente ya habréis hecho la mayoría).

El género en el que encaja con más facilidad esta historia es el de la Fantasía Urbana, que mezcla aspectos del mundo real moderno con situaciones, personajes y escenarios de tono fantástico. En este género Gaiman se siente como pez en el agua, y esta novela es un claro ejemplo de su capacidad imaginativa y de su facilidad para sorprender al lector.
La premisa de la historia es la existencia de un Londres subterráneo desconocido y escondido para los habitantes de la capital inglesa. En este hábitat extraño conviven personajes pintorescos y carismáticos, agrupados en una especie de feudos independientes y con relaciones políticas de carácter variable. Es un ambiente muy diverso y peligroso, con una presencia muy importante de la magia y lo sobrenatural.
La trama comienza cuando la joven Puerta, escapando de  unos asesinos implacables, aparece herida en el Londres de la superficie en el momento en que Richard y su prometida se dirigen a una cena muy importante. Richard decide socorrer a la joven herida, involucrándose así en una historia que le viene muy grande. Seguiremos los pasos de estos dos protagonistas mientras conocemos los entresijos, las leyes, los habitantes y los múltiples escenarios del Londres subterráneo.
Debo reconocer que la trama principal me ha dejado bastante frío, y que no me importaba mucho lo que les sucediera a los dos protagonistas. Lo que  yo quería (y continuo queriendo días después de terminar la lectura) era continuar viajando por el mundo subterráneo y conocer más de sus detalles. Eso es lo que he disfrutado más, los detalles. Detalles de la ambientación y de los diferentes y variados escenarios, personajes interesantísimos dignos de protagonizar relatos o novelas cortas y que tienen una presencia muy poco importante en la trama,  el uso de la magia que no se explica pero que parece que tenga todo el sentido del mundo, las normas de comportamiento en cada momento, la forma de mercadear... Estas pequeñas pinceladas, de las que el libro está repleto, son las que me han enganchado totalmente a la lectura. Gaiman va derrochando ideas sin profundizar en exceso, las va dejando ir como si no tuviesen importancia, pero creo que son el armazón principal de esta obra. 

Esta excelente ambientación va acompañada de algunos personajes excepcionales. No los dos protagonistas, que me dejan indiferente, pero si algunos de los secundarios: la Cazadora, El Marqués de Carabás, el viejo Bailey... Pero los mejores son los malvados, Croup y Vandemar, una pareja de villanos carismática. Son crueles, sádicos, sucios, no tienen ningún matiz de gris, son malísimos... pero no puedes evitar cogerles cierto cariño. 
La edición que he comprado incluye como colofón el entretenido relato Como el Marqués recuperó su abrigo, que nos ayuda a profundizar más en el escenario y que nos presenta a algunos personajes que espero que tengan protagonismo en The Seven Sisters. Aunque me temo que tendremos que esperar bastante, no hay portada ni fecha de lanzamiento confirmada. Me he quedado con más ganas de GaimanAmerican Gods me está haciendo ojitos desde la estanteria pidiendo una relectura...

dissabte, 23 de maig del 2020

Mr Mercedes - Stephen King


Después de las buenas sensaciones que me dejó la novela El Instituto y la serie El Visitante me apeteció repescar algunas obras de Stephen King que tenía aparcadas. Me decidí por Mr Mercedes porque descubrí que un personaje que me interesó mucho en El Visitante, la peculiar investigadora Holly Gibney, hacía su primera aparición en esta novela. Era conocedor que había habido alguna polémica con el hecho de que en los libros el personaje sea blanca y en la serie negra. En la serie a mi me funcionó la actriz y el personaje, y consideré que era una polémica de tono racista más que otra cosa. Una vez leída esta novela y conociendo el origen social, familiar, educativo y económico del personaje reconozco que la situación me chirría un poco y puedo entender las posturas contrarias al cambio por parte de sus seguidores. 
Mr Mercedes es una novela negra sin ningún tipo de presencia de lo sobrenatural, cosa poco habitual en la carrera del escritor de Maine. Creo que ha conseguido utilizar tópicos muy habituales de este tipo de género pero dándoles un toque personal y presentando algunos aspectos bastante originales, y el resultado es una historia entretenida y adictiva que recomiendo como lectura ligera.

La historia orbita alrededor de Bill Hodges, un inspector recientemente retirado al que atormenta un caso antiguo que no pudo resolver. Un conductor anónimo embistió con un mercedes robado a un grupo de personas que estaba haciendo cola para entrar a una convención, provocando la muerte de varias de ellas. Divorciado y con una hija con la que mantiene muy poco contacto, entra en una rutina de dejadez personal bastante destructiva, hasta el punto que el suicidio le pasa por la cabeza. Eso cambia en el momento en el que recibe una carta del autor de la masacre que, contra la intención del remitente, le reactiva y provoca que decida volver a investigar el caso por su cuenta. 
La novela sigue el juego del gato y el ratón entre el investigador y el asesino. Me ha gustado que gran parte de la historia se sigue des del punto de vista del antagonista, conociendo su historia, sus motivaciones y sus planes a medida que se le pasan por la cabeza y como los va ejecutando o modificando. En muchas historias de este estilo esto solo pasa al final y gracias a las deducciones del detective, o el villano solo tiene protagonismo en los momentos en que interactúa con el héroe. En esta novela hay dos protagonistas principales, cada uno con su objetivo.
Hodges es un gato viejo, experto en el trato con los mareantes, con pocos escrúpulos y conocedor de muchos trucos, pero necesita de ayudantes para solucionar algunos de los problemas relacionados con el mundo moderno, o sea, con los móviles y con los ordenadores. Se establece así con algunos de los personajes secundarios una relación mixta entre Sherlock-Watson y Maestro-Aprendiz bastante interesante y que tiene algunos momentos muy divertidos y decisivos dentro de la trama.
En definitiva, una lectura entretenida, emocionante y con el estilo adictivo típico de Stephen King que os recomiendo sin duda. 
Con las novelas que me han gustado y que tienen continuaciones acostumbro a acabar las entradas comentando que la segunda parte aparecerá por aquí tarde o temprano. Esta vez no va a ser así, ya que ya he leído la segunda parte, Quien pierde paga (una extrañísima e incorrecta traducción en mi opinión del título original Finders Keepers). Es una historia mucho menor que su predecesora, que podría haber sido una novela correcta si no hubiese forzado la conexión con Mr Mercedes a través de sus protagonistas, que tienen un papel secundario y prescindible. También se presenta en esta segunda parte el eje principal de la tercera novela, Fin de guardia. Ni la presentación ni la sinopsis (a la que no os acerquéis a menos que hayáis leído la primera novela como mínimo) me han atraído, sobre todo porque auguran un giro en el tono general de la saga poco coherente con todo lo escrito con anterioridad. No creo que aparezca por aquí. 

dissabte, 16 de maig del 2020

To be taught, if fortunate - Becky Chambers

To be taught if fortunate no es mi primer contacto con la obra de Becky Chambers. Durante el verano leí la versión en castellano que publicó Insólita con traducción de Alexander Paez de la primera novela del universo de los Wayfarers, El largo viaje a un pequeño planeta iracundo. Es una novela con algunos planteamientos muy interesantes, divertida, emotiva a veces y con un tono optimista que es poco usual en la ciencia ficción. Aunque la lectura me gustó no me motivó lo suficiente para buscar las otras dos novelas situadas en este universo. La pila ya es suficientemente alta. Pero si que me interesé por su nueva novela corta nominada al Hugo y no relacionada con las anteriores, después de ver los comentarios elogiosos de varios de mis compañeros. Coincido con ellos; la he devorado en un par de sentadas, atrapado por las variadas situaciones, preocupado por los protagonistas y gozando con algunos momentos de sense of wonder relacionados con la ciencia que hacía tiempo que no encontraba en una novela. Este año la categoría de novela corta de los Hugo va a estar reñida.

La historia se centra en el viaje de exploración de una nave tripulada al sistema planetario de una estrella situada a varios años de viaje de nuestro planeta. El objetivo es explorar algunos cuerpos del sistema y buscar, identificar y catalogar las posibles especies vivientes, intentando afectarlas lo menos posible. Una de las tripulantes envía un diario narrado en primera persona a la Tierra  de las actividades y sensaciones de la tripulación y de sus descubrimientos. Me ha gustado mucho por la originalidad de como enfoca algunos aspectos científicos relacionados con un posible viaje espacial: la forma en que la tripulación sobrevive durante el viaje en un estado de aletargamiento, o como son los primeros pasos al despertar, tanto a nivel psicológico como físico. El aspecto más destacable sin duda es la opción por la que la autora apuesta  para que los astronautas sobrevivan a las diferentes condiciones del viaje espacial y de los exoplanetas que van a visitar. Una opción basada más en los cambios de las características biológicas de los humanos que en aspectos tecnológicos. Este enfoque me ha recordado en algunos momentos al que escoge Peter Watts en varias de sus novelas, pero con la diferencia que aquí estas modificaciones son reversibles y dan mucho más juego.
Uno de los principales méritos es como consigue presentar una importante variedad de escenarios y de situaciones sin dejar de lado la caracterización de los cuatro personajes y de sus relaciones. Es muy difícil conseguirlo en una novela tan corta. Creo que ha desperdiciado ideas para poder ofrecer un libro más largo o más de un producto, pero no seré yo quien se queje, ya que el resultado final es muy satisfactorio.
También me ha parecido muy original el enfoque de la difícil relación de contacto con el planeta Tierra, con unos 14 años de desfase temporal. 

En fin, que me ha encantado hasta el título, una vez que sé de donde procede. Os la recomiendo sin duda alguna. En mis entradas acostumbro a indicar algunos aspectos negativos de los libros que leo, pero a este el único pero que le voy a reprochar es su longitud, ya que me he quedado con ganas de más. La situación queda cerrada de manera satisfactoria, una continuación no es necesaria, pero si que hay posibilidades a explorar y aquí contaréis con un lector interesado. 
Estoy convencido que lo veremos más pronto que tarde traducido al castellano, a ver qué editorial se lleva el gato al agua.
La narradora al final plantea una pregunta, y le diría que SI, sin duda alguna. Intentaré hacerle llegar mi respuesta, y dentro de 30 años ya os contaré lo que le ha parecido.

Otras opiniones de la novela: Donde termina el infinito, Fantastica ficción

dissabte, 9 de maig del 2020

La Trilogía de Bas-Lag - China Miéville

Hace unos meses terminé la lectura de los tres libros que China Mieville ha ubicado en el fantástico universo de Bas-Lag. Los disfruté mucho, cada uno en su estilo y con matices diferentes, aunque no me atrevo a recomendarlos a todos los lectores sin ninguna reserva. Creo que los he disfrutado más porque los he leído uno después del otro casi sin interrupción; mi memoria lectora no es la que era, y como lector me pone nervioso no recordar detalles de la trama o nombres de personajes. Aunque en este caso este aspecto no es necesario; los tres libros se pueden leer de manera independiente, me atrevo a decir que incluso no pasa nada por saltarse alguno o cambiar el orden de lectura previsto. Cada uno ofrece una historia con suficiente entidad para disfrutarla por separado, pero la experiencia general  creo que es más satisfactoria siguiendo la cronología de publicación y la historia interna de la saga. 


Mi primera experiencia con este universo fue negativa. En mi primer intento de lectura de La Estación de la calle Perdido hace unos años la abandoné después de unas cien páginas. La trama llegó a un punto demasiado surrealista para mi gusto, algo relacionado con unas orugas psicodélicas. Esto me ha pasado a menudo durante la segunda lectura de la saga (y, de hecho, con la obra del autor, en general), pero he aprendido que superar unas páginas que no te convencen en las novelas de Miéville compensa, ya que es muy fácil que las páginas siguientes puedan dejarte con la boca abierta. Con Miéville no hay medias tintas. 
El primer aspecto que cabe destacar es la originalidad de la ambientación. Es muy difícil de catalogar en un subgénero. En este universo extraño y misterioso conviven la magia y la tecnología basada en el vapor. Los seres humanos "normales" comparten ciudades con especies humanoides muy originales y sorprendentes y con humanos modificados contra su voluntad, y todo esto en un escenario de conflictos sociales y políticos, narrando situaciones épicas y espectaculares. Es conocida la tendencia política de Miéville hacia la izquierda radical, y la voz de los pobres, los oprimidos y los marginados de la sociedad que presenta en estos libros siempre está presente.

World of China Mieville by nJooSeguramente lo que más me costó al principio fue imaginar a las razas sintientes no humanas que pueblan bas-lag: los Cactos, los Garuda, los Vodyanoi, las Kephri... cada una con sus  características físicas y sociales  particulares. A medida que la saga avanza aparecen más especies que no están presentes en Nueva Crobuzón y que también son muy originales, como los Anopheli, los Crostrados o los Lanzancudos. Si bien tienen un peso importante en el desarrollo de la trama de la primera novela el protagonismo de personajes no humanos es mucho menor en las dos novelas siguientes. Están presentes, ayudan a la ambientación y a proporcionar algunos momentos memorables dentro de la trama, pero siempre como secundarios. Seguramente me hubiese gustado encontrar más protagonistas principales de estas razas y descubrir su visión de las situaciones que narran las novelas.

Los escenarios son otro aspecto a destacar. En cada novela gran parte de la acción sucede en un escenario muy original que se podría considerar como un protagonista de la historia. En La estación de la calle perdido es Nueva Crobuzón, esa ciudad híbrida, de altas torres y de geografías extrañas, con sus variados distritos y sus vías de ferrocarril elevadas que parece que estén vigilando a la población. La ciudad está presente de manera más o menos importante en las otras dos novelas, pero cada una ofrece otro gran escenario extraño particular. En La Cicatriz es Armada, una enorme estructura flotante frankensteiniana que viaja por los mares del planeta, formada por una agregación de barcos capturados por piratería. En El Consejo de Hierro es un enorme tren que se desplaza lentamente sobre unas desgastadas vías que va dejando atrás y que un atareado grupo de personajes recoge y vuelve a colocar delante de la máquina, como si el tren estuviese volviendo a comer lo que ha excretado (perdón por la comparación escatológica). El gran acierto de estas ambientaciones es que el lector llega a imaginar muchos más detalles y situaciones que los que Mieville realmente describe y propone. 










Tiene el mérito de sembrar pequeñas semillas que después germinan en la imaginación del lector, incluso mucho tiempo después de la lectura, como pasa con algunos alucinógenos. De hecho las novelas tiene un cierto tono lisérgico, con algunas escenas altamente surrealistas y psicodélicas.
Los calificaría como libros fotográficos, me he quedado mucho más con imágenes de algunas situaciones determinadas que con los detalles de la historia, la caracterización de los personajes y el desarrollo de la trama. No estoy diciendo que estos factores no sean importantes durante la lectura, estos aspectos están muy trabajados, pero lo que perdura realmente son las imágenes. La asamblea de los constructos, un tren congelado, una bestia submarina que arrastra una estructura flotante, la creación de gólems y de personas rehechas, las esculturas de las Kephri, los hivernáculos secretos de los Cactos, la embajada del infierno....

No todo van a ser alabanzas. El estilo de Miéville es muy personal y cuesta adaptarse a él, sobre todo en el primer libro. Mi sensación es que los dos libros posteriores son de lectura más fluida, pero igualmente tienen esa irregularidad del autor, con incrementos y bajadas del ritmo constantes. Mi otra objeción principal está relacionada con las escenas de acción,  ya sean las confrontaciones a pequeña escala como las luchas épicas que implican a grandes contingentes. Tengo problemas con este tipo de escenas en la mayoría de novelas, cuesta que me gusten y me enganchen y a menudo me sacan de la historia que me interesa más. En este caso me ha pasado algo parecido, y, además, algunas se solucionan con deus ex machina poco convincentes.

En definitiva, son libros que me han dejado poso y os recomiendo su lectura. Los valoro mucho más ahora que cuando los terminé, eso es que las semillas que el autor ha plantado han ido germinando. Eso sí, el estilo del autor no es fácil y puede costar entrar en la ambientación y en la historia. No son lecturas sencillas, pero el esfuerzo realmente vale la pena. Me encantaría que Miéville volviera a visitar este universo en sus próximos libros.