Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº12. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Lavie Tidhar, José Ramon Vázquez, David Luna, Coral Carracedo o María Angulo, entre otros.
Los lectores habituales de
Supersonic ya sabéis que el objetivo de esta sección es comentar los ganadores
de los grandes premios de narrativa breve, tanto nacionales como internacionales.
En este número de la revista le vuelve a tocar a los tres grandes en lengua
inglesa, el Hugo, el Nébula y el Locus.
Tal como viene siendo
habitual en los últimos años la presencia femenina en los premios
internacionales es apabullante, pero hay menos diversidad étnica que en anteriores
ediciones, la mayoría son autoras anglosajonas. También hay diversidad en la
experiencia y la popularidad de los premiados, hay autoras noveles y poco
conocidas con sólo algunos relatos publicados, y escritores más consagrados y
con mucha experiencia.
El formato que más me
gusta dentro de la narrativa breve es la novela corta y me gusta aprovechar la
excusa de tener que escribir esta sección para poder leer varias con la calidad
suficiente para haber ganado un premio, ya que hay mucho donde escoger y poco
tiempo para leer. Pero mi gozo en un pozo, tanto el año pasado como en esta
edición los tres premios se los ha llevado la misma historia. Si el año pasado
fue Seanan McGuire con Every heart a doorway, este año ha arrasado Martha Wells
con All Systems Red, la primera de las aventuras de su entrañable personaje
Murderbot.
En la categoría de
novelette es en la que ha habido más variedad ya que no se repite ningún
ganador. Voy a continuar con el tema de
los robots independientes y voy a empezar con la ganadora del Hugo, Suzanne
Palmer, con The secret life of bots. El protagonista es un pequeño robot casi obsoleto
que ha estado desactivado durante mucho tiempo, pero que es activado para acabar
con un parásito de la nave, ya que el resto de los miles de robots tienen mucho
trabajo con el mantenimiento. La nave en la que están viajando tiene como
misión interceptar y destruir a otra nave de una civilización extraterrestre
que viaja hacia nuestro planeta con intención de destruirlo. La guerra contra
esta especie ha ido mal, muy mal, y esta nave, ya anticuada y con pocos
recursos, es la última esperanza de la humanidad. La historia es emocionante y
mezcla muy bien la desesperación de la situación en el papel de los humanos y
el humor que destilan las relaciones entre las diferentes IA. Muy recomendable.
El Locus se lo llevó The
hermit of Houston, del veterano Samuel R. Delany. La historia tiene cierto
toque distópico y se sitúa en un futuro extraño en el que conviven los
smartphones y la película número 30 y pico de Star Wars con una sociedad que vive
en poblados segregados por sexo y en la que hay asaltos entre clanes y brotes
de violencia. Me ha desconcertado y no he sabido encontrarle el sentido a la
trama, y tampoco la explicación final me ha convencido. Francamente, reconozco
que no la he acabado de entender, ni después de una segunda lectura. Puede que haya
un parte de culpa mía como lector, pero el producto no me ha parecido merecedor
de un galardón.
En cambio, la ganadora del
Nebula A Human Stain, de Kelly Robson, me ha encantado. Aunque la trama también
tenga algunos puntos confusos, son de ese tipo de confusión que genera incertidumbre
sobre la situación de la trama y que le dan gracia a la historia. Una joven que
vive en París acepta un trabajo como tutora del sobrino de uno de sus amigos, cuyos
padres acaban de fallecer. El niño vive en un castillo apartado, a las orillas
de un lago de montaña, y desde el primer momento que pone su pie en él, la
joven detecta que hay algo extraño en el ambiente. Una historia adictiva,
sorprendente y que colocaría dentro del cajón de sastre que es el género bizarro.
En la categoría de relato
corto el Hugo y el Nebula se los ha llevado Rebecca Roanhorse con el fantástico
relato Welcome to your Authentic Indian Experience™. La historia nos sitúa en
un futuro cercano en el que se ofrecen experiencias inmersivas de realidad
virtual, en este caso, relacionadas con el mundo de los indios americanos. El
protagonista es uno de los guías que acompaña a los turistas en estas
experiencias, hasta que se encuentra con uno que le propone algo que le
desconcierta. La trama, que comienza como una historia de ciencia ficción que ya
hemos visto algunas veces, pero con una ambientación original, evoluciona hasta
otro estilo de historia de una manera muy sorprendente. Me ha dejado muy
intrigado y satisfecho.
El Locus lo ha ganado Linda
Nagata con el pesimista relato The Martian Obelisk. Está situado en un
deprimente futuro cercano en el que el cambio climático y sus consecuencias han
diezmado a la humanidad, que de alguna manera se ha rendido y que espera
lánguidamente su extinción. En Marte hay algunas colonias humanas, pero han
dejado de enviar mensajes y se las da por muertas. En este contexto tan lúgubre
hay un proyecto que aprovecha a los robots de una colonia que no llegó a construirse
para edificar un obelisco que sirva como recordatorio del paso de la humanidad
por el sistema solar. La trama me ha gustado mucho, lástima que el final se
precipita para mi gusto, creo que la historia daba para un relato de más
extensión. También me hubiese gustado que mantuviese el mismo tono hasta el
final, pero mejor me callo para evitar spoilers. Podréis encontrar esta historia
traducida por Manu Viciano en formato digital en la colección Flash.
Visto en perspectiva considero
que ha sido un buen año en lo referente a los premios internacionales, con
alguna excepción, pero en este tipo de premios es difícil coincidir plenamente.
En la próxima edición de Supersónic, los premios nacionales, que ya he podido
leer en su gran mayoría y puedo asegurar que también habrá una buena cosecha.
Salud, y buenas lecturas.
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