Esta es la tercera entrada que dedico a la Colección Soyuz de novela corta de la editorial El Transbordador. Es una colección algo irregular, han publicado ya 14 novelas muy variadas en contenido y según mi opinión, también en calidad. Algunas son muy interesantes, auténticas joyas, y hay otras que no me han convencido nada, pero acostumbro a comprarlas todas igualmente. Hoy voy a comentar un par de las que he leído en las últimas semanas y que creo que os pueden interesar. La primera es una historia correcta, con algún defecto, básicamente relacionado con su longitud, pero de lectura satisfactoria. La segunda es una historia excelente y que no podéis dejar pasar.
En Imagen corporativa José Torres Criado nos sitúa en la época más cruda de la crisis, en una oficina en la que un ambicioso y odioso cargo intermedio aprieta mucho y con muy mala leche a una de sus empleadas, que acaba renunciando a su puesto de trabajo. Posteriormente llega a la oficina la noticia que esta empleada se ha suicidado.
La lectura es intensa, atrapa al lector y lo mantiene en vilo, pero me quedo con la sensación de que la novela está basada en una buena idea, pero que está demasiado alargada. Creo que le hubiese beneficiado más el formato de relato que el de novela corta. La introducción me ha gustado, despierta interés y motiva a continuar la lectura, la resolución también, sorprendente y satisfactoria, pero la parte central no me ha acabado de convencer. El problema de esta parte, en la que el protagonista lo pasa realmente mal, es que en algunos momentos se hace repetitiva.
El humor en forma de sátira también está presente, sobre todo en los momentos relacionados con el mundo de los coaches. La elección del título, que adquiere todo el sentido una vez finalizada la novela, me ha parecido un detalle genial.
El humor en forma de sátira también está presente, sobre todo en los momentos relacionados con el mundo de los coaches. La elección del título, que adquiere todo el sentido una vez finalizada la novela, me ha parecido un detalle genial.
Me ha sorprendido el poco revuelo que ha generado El calígrafo de los cielos, de Ernesto Fernández-Weiss, en los seis meses que lleva publicada. Creo que la idea que motiva la novela es genial, y la historia presenta una mezcla de ternura, costumbrismo, homenaje a la ciencia ficción y humor tan bien conjuntada que la ha convertido en una de mis favoritas a los Ignotus del año que viene (aunque con dura competencia, el formato de la novela corta está en auge y hay historias publicadas este año de gran calidad).
En 1950 la NASA tiene un proyecto para construir una estación de seguimiento de satélites en España. Varios son los pueblos candidatos, la historia se centra en el pequeño pueblo de Peñalbilla. Los poderes fácticos de la villa (el maestro, el alcalde, el párroco y el sargento de la guardia civil) deciden que, en contra de lo que manda la tradición: historia, comida y vino, lo mejor que puede destacar a su población respecto a sus competidoras es un concurso de novelas de ciencia ficción. La novela sigue a algunos de los habitantes de la localidad mientras buscan ideas y argumentos para sus historias, acordes con sus experiencias cotidianas. La primera historia que aparece sorprende y marca el camino que van a seguir las siguientes. Rápidamente se ve por donde van a ir los derroteros, incluso se vislumbra claramente cual va a ser el final de la historia, pero en este caso el camino es mucho más importante que el destino al que lleva, y la sorpresa no está al final de la novela, sino al final de cada historia de cada protagonista. Hay alguna que está pillada por los pelos, pero la mayoría me han parecido geniales. Es una historia original, muy cuidada, se nota que está hecha con mucho cariño, y me ha sorprendido gratamente. No os la podéis perder.
Continuaré pendiente de las novelas que se publiquen en esta colección, y en unos meses aparecerá otra entrada como esta por aquí.
En 1950 la NASA tiene un proyecto para construir una estación de seguimiento de satélites en España. Varios son los pueblos candidatos, la historia se centra en el pequeño pueblo de Peñalbilla. Los poderes fácticos de la villa (el maestro, el alcalde, el párroco y el sargento de la guardia civil) deciden que, en contra de lo que manda la tradición: historia, comida y vino, lo mejor que puede destacar a su población respecto a sus competidoras es un concurso de novelas de ciencia ficción. La novela sigue a algunos de los habitantes de la localidad mientras buscan ideas y argumentos para sus historias, acordes con sus experiencias cotidianas. La primera historia que aparece sorprende y marca el camino que van a seguir las siguientes. Rápidamente se ve por donde van a ir los derroteros, incluso se vislumbra claramente cual va a ser el final de la historia, pero en este caso el camino es mucho más importante que el destino al que lleva, y la sorpresa no está al final de la novela, sino al final de cada historia de cada protagonista. Hay alguna que está pillada por los pelos, pero la mayoría me han parecido geniales. Es una historia original, muy cuidada, se nota que está hecha con mucho cariño, y me ha sorprendido gratamente. No os la podéis perder.
Continuaré pendiente de las novelas que se publiquen en esta colección, y en unos meses aparecerá otra entrada como esta por aquí.
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