NOTA: Hoy voy a hablar sobre la cuarta novela de The Expanse, de James SA Corey, y en esta entrada es posible que aparezcan comentarios de las novelas anteriores.
Tiene mucho mérito escribir una saga de la envergadura de The Expanse, conseguir mantener el nivel en todos los volúmenes publicados y, además, lograr sorprender al lector. Son novelas sinceras y con pocas pretensiones, block-busters de entretenimiento puro, lecturas desengrasantes, pero también proporcionan momentos de especulación científica y social muy interesantes (aunque no les acaben de sacar todo el jugo. creo que el interés de los autores va por otros derroteros).
La saga estará formada por nueve novelas (la novena se va a publicar en 2020) y varias novelas cortas situadas entre ellas. En España las publica NOVA con traducción de David Tejera, y ya van por el cuarto volumen, La quema de Cíbola.
La saga estará formada por nueve novelas (la novena se va a publicar en 2020) y varias novelas cortas situadas entre ellas. En España las publica NOVA con traducción de David Tejera, y ya van por el cuarto volumen, La quema de Cíbola.
El aspecto que más me gusta de esta saga es la ambientación. La caracterización del sistema solar colonizado, los conflictos políticos y sociales entre diferentes poblaciones humanas, la vida en las naves espaciales y los hábitats... El elemento de misterio lo proporciona la protomolécula de origen alienígena y sus consecuencias sobre la humanidad y el sistema solar. En esta buena ambientación se ubican aventuras y momentos de acción bastante entretenidos, aunque a veces se alargan en exceso. Seguramente lo que menos me convence es lo que tienen en común todas las novelas: los protagonistas con los que seguimos las tramas, la tripulación de la Rocinante. Sobre todo su capitán, William Holden. La primera novela sirve de introducción al universo y los personajes. En la segunda gana mucho peso la parte científica y en la tercera la parte política y religiosa. Aunque todos estos aspectos están presentes en esta cuarta novela, seguramente el aspecto más importante es el social.
Después de los sucesos acaecidos en la tercera novela, que culmina con la construcción de un portal que permite viajar a otros mundos, se abre un panorama esperanzador para la humanidad: miles de nuevos planetas a colonizar, ya no será necesario vivir en hábitats artificiales. Los sucesos de La quema de Cibola tienen lugar en un planeta similar a la Tierra al que llega una expedición científica-empresarial para investigarlo y explotar algunos de sus recursos. Pero el planeta ya está ocupado por colonos "ilegales" procedentes del cinturón de asteroides, y el conflicto estalla entre las dos facciones. Para mediar entre las dos partes las autoridades deciden enviar a Holden al mando de la Rocinante, una decisión como mínimo cuestionable...
La trama es intrigante y llena de giros sorprendentes, y si a las tensas relaciones entre los humanos le añadimos las sorpresas que depara el planeta y sus habitantes queda un cóctel francamente entretenido. Me he quedado con ganas de que la historia explorase más a fondo la nueva ecosfera y las consecuencias de la entrada de los seres humanos sobre ella.
Es una característica de la saga que cada novela cuente con nuevos personajes. Los de esta novela me han parecido interesantes (con algún matiz relacionado con los enamoramientos súbitos) y me ha gustado que algunos sean personajes secundarios (muy secundarios) que ya habían aparecido en otros libros. Da consistencia a la ambientación y genera una sensación de planificación, aunque acabes pensando que el universo es un pañuelo. También tiene mérito conseguir caracterizar un personaje que dé más rabia que Holden... Me sorprende que después de cuatro libros todavía no haya utilizado como personajes de punto de vista a los otros tripulantes de la Rocinante. En este aspecto la serie es más coral.
Es una característica de la saga que cada novela cuente con nuevos personajes. Los de esta novela me han parecido interesantes (con algún matiz relacionado con los enamoramientos súbitos) y me ha gustado que algunos sean personajes secundarios (muy secundarios) que ya habían aparecido en otros libros. Da consistencia a la ambientación y genera una sensación de planificación, aunque acabes pensando que el universo es un pañuelo. También tiene mérito conseguir caracterizar un personaje que dé más rabia que Holden... Me sorprende que después de cuatro libros todavía no haya utilizado como personajes de punto de vista a los otros tripulantes de la Rocinante. En este aspecto la serie es más coral.
El epílogo presenta una situación muy interesante para explorar en el quinto libro, Nemesis Games. Espero que pronto aparezca por aquí.
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