.
NOTA: En esta entrada comentaré Children of Ruin de Adrian Tchaikovsky, que es la continuación de la novela Herederos del Tiempo. Si no habéis leído la primera parte os recomiendo encarecidamente que lo hagáis y que no continuéis con la lectura de esta entrada, ya que destriparé algunos acontecimientos que se producen en esta excelente novela.
Adrian Tchaikovsky es uno de los autores más prolíficos de los que sigo, superado por poco sólo por Brandon Sanderson. Lo he leído en diversos géneros y formatos, y su producción que más me ha gustado es Herederos del Tiempo, publicada en castellano por Artífex con traducción de Luis G. Prado. La trama tiene momentos sorprendentes y de gran sense of wonder, los protagonistas son muy variados, y la estructura en dos líneas temporales es un gran acierto. Me sorprende que todavía haya tan pocas obras traducidas de este autor al castellano.
En el epílogo de la primera novela ya se dejaba abierta la posibilidad de una continuación, con una nave formada por una tripulación mixta de arañas y humanos que partía del planeta en el que conviven las dos especies con destino hacia una estrella en la que se ha detectado una señal de origen humano.
La estructura de esta segunda novela es bastante parecida a la de su predecesora, basada en dos líneas temporales que inevitablemente acabaran convergiendo. Por un lado seguiremos las aventuras de la expedición de humanos y arácnidos, descubriendo que la convivencia no es tan fácil como parece, y que los problemas de comunicación la dificultan. Superar las dinámicas sociales y culturales arraigadas en cada una de las especies cuando una de ellas es claramente minoritaria es muy complicado y a menudo decepcionante.
La segunda línea temporal, que es la que me ha resultado más interesante e innovadora dentro de la saga, es la que sigue la historia de una expedición terraformadora, contemporánea de la que también aparece en Herederos del Tiempo y que fue la responsable de la aparición de los arácnidos inteligentes. Cuando estos sembradores llegan al destino de su expedición descubren que el planeta objetivo es tan idóneo para contener vida que ya ha aparecido por su cuenta. Cambia el enfoque de la expedición en ese momento, y la tripulación se divide en dos grupos. Una parte de la tripulación se dedica al estudio de esta nueva biosfera, y la otra se dirige a un planeta del mismo sistema que requerirá mucha más inversión de tiempo y energías para volverlo habitable. Para ayudar en este proyecto los científicos deciden modificar a animales acuáticos terrestres, los pulpos. La descripción del comportamiento y de la evolución de estos moluscos es de lo más interesante de la trama. Debo reconocer que me ha sorprendido; es conocida la tendencia del autor a utilizar artrópodos en sus historias, pero supongo que dos especies conscientes de este grupo de animales protagonistas era demasiado. Esto si que es diversidad en los protagonistas: arañas, humanos, moluscos y inteligencias artificiales. El planteamiento es difícil, pero creo que ha salido exitoso del intento.
En definitiva, una segunda parte que no tiene nada que envidiar a su predecesora. Ha conseguido mantener el equilibrio entre conservar algunas características de la primera novela y darle así un toque característico a la saga y ser innovador, y creo que es un mérito. La trama es ambiciosa, muy diversa e interesante. Os la recomiendo sin reservas. Espero que pronto pueda aparecer la traducción en castellano.
Me encantó la primera, con su increíble civilización arácnida. Si en esta le añade una civilización cefalópoda con la misma verosimilitud soy capaz de no esperar a que se traduzca y leerla a través del Google Translator!
ResponEliminaHay momentos en que me ha gustado más que el primero, aunque siento decepcionarte si digo que la parte de la civilización cefalópoda es un poco más floja que la arácnida. Tchaikovsky no es un autor muy difícil de leer en inglés, puedes animarte ;)
Elimina