diumenge, 13 d’octubre del 2024

Tres historias cortas de Beatriz Alcaná

No había leído nada de Beatriz Alcaná hasta hace pocos días. Me llamó la atención que estuviera nominada a los Ignotus tanto en novela como en novela corta, aunque, francamente, cada vez soy más escéptico con los premios populares. Después descubrí que también había ganado el premio Kelvin 505 y un segundo premio en el Alberto Magno. Pero lo que finalmente me decidió a leer su obra fueron las valoraciones positivas de gente de cuyo criterio me fío y acostumbro a compartir. Antes de ponerme con sus últimas novelas Teseo en Llamas y Un círculo completo decidí probar con las novelas cortas que están disponibles en la plataforma Lektu. He descubierto a una autora que domina varios registros, géneros y estrategias narrativas, con un uso muy cuidado del lenguaje y que tiene la capacidad de ambientar al lector en escenarios muy interesantes en pocas páginas. No puedo hacer más que recomendaros la lectura de las tres historias que comentaré brevemente a continuación.

Spolia está situada en un escenario futuro post cambio climático, con algunos toques steam-punk. La geografía del planeta es muy diferente a la que conocemos, y los seres humanos habitan, sobre todo, las latitudes más altas de nuestro planeta, donde los efectos del cambio climático se notan menos. 
Seguiremos la historia a través del diario personal de un integrante de segunda categoría de una delegación diplomática de la Antártica Occidental (la cual ya no presenta la capa de hielo), cuya misión es establecer un acuerdo económico con las provincias libres de Eurasia, que ahora tiene un paisaje desértico. 
El hecho de no participar directamente en las conversaciones le permite conocer a algunos de los habitantes de la región y confraternizar con otros miembros de la expedición, hasta que debe enfrentarse a un dilema que cambiará para siempre su vida y la de los habitantes del planeta.
El escenario y los protagonistas piden a gritos muchas más historias situadas en este universo. Espero poder leerlas.

Echidna tiene un tono muy diferente. Se podría definir como una mezcla de novela histórica de expediciones navales de mediados del siglo XIX con una historia de terror con tintes Lovecraftianos.
Seguiremos los viajes de la HMS Echidna, una nave que lleva a cabo una misión científica. Pasarán el invierno en Tasmania, donde el doctor de la nave conoce de su juventud a la mujer del gobernador de la Isla. Esta le pone en conocimiento de los extraños delirios que sufre su ahijada, que asegura recibir mensajes de seres que habitan las profundidades oceánicas.
Me ha gustado mucho la estrategia narrativa, en la que utiliza diversos narradores para seguir la historia, utilizando cartas y diarios personales. Las escenas finales son trepidantes y la conclusión me ha dejado con mal cuerpo, pero satisfecho. 

El final de Diecisete fiambres también me ha dejado satisfecho, pero por otros motivos.
Es un relato excelente de realismo mágico  de infamia y venganza, oscuro y con muy mala leche, narrado a través de pequeños capítulos, muy cortos.
La historia está basada en la familia de los Malamata, los caciques de la comarca, que se dedican al comercio de la carne de cerdo. Las nuevas generaciones de la familia no tienen suficiente con los beneficios del negocio y, puestos a traficar con carne, deciden también traficar con mujeres en un prostíbulo de mala muerte.  Pero a todo cerdo, o comerciante de cerdos, les llega su San Martín.

En fin, que he descubierto una nueva voz muy interesante a la que voy a seguir en su trayectoria, que promete. Me llama mucho su última historia sobre viajes en el tiempo, Un círculo completo, publicado por la editorial Premium. Estoy seguro de que pronto aparecerá por aquí.

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