Hacía tiempo que no leía un libro de K.J. Parker, aunque es un autor que me interesa mucho. Hace unos años realicé varias entradas de sus novelas cortas, que agrupaba de dos en dos. Por eso voy a continuar con la tradición y voy a comentar en la misma entrada El demonio de Prospero e Infiltrado, las primeras novelas de este escritor que se han publicado en castellano gracias a Red Key Books, con traducción de Pilar San Roman.
Es un autor con un estilo particular, especializado en novelas cortas narradas en primera persona, con un tono claramente humorístico, de final sorprendente y ambientadas en un entorno de fantasía medieval. Tengo la sospecha/teoría de que la mayoría de sus historias están ambientadas en el mismo universo, pero son de lectura claramente independiente, aunque es necesario saber que están agrupadas en pequeñas sagas de 2-3 novelas que sí están muy relacionadas, como es el caso de las dos que comento hoy.
La premisa principal de las dos historias es la existencia de demonios que son capaces de poseer a los seres humanos, obligándoles a hacer cosas que nunca harían. Para luchar contra ellos existe una casta de exorcistas que peregrinan por sus zonas de influencia alejando a los demonios de la gente inocente, proporcionándoles en el proceso dolor. Mucho dolor. Tanto, que algunos demonios están más interesados en pasar desapercibidos que en hacer maldades, el que sería su cometido principal.
Como recurso humorístico cabe destacar el carácter funcionarial (en el peor sentido del término) que proporciona a los demonios, con escalafón, órdenes internas, promociones y, en el fondo, pocas ganas de trabajar. La inmortalidad es lo que tiene. También me han gustado los guiños a expresiones y personajes reales, aunque reconozco que algunos no los hubiese pillado sin la ayuda de la traductora.
Parker tiene mucha habilidad introduciendo las normas del universo que nos presenta, sin excesivas explicaciones y confiando en la perspicacia del lector, cosa que se agradece. El demonio de Próspero está protagonizado por uno de los exorcistas, que sigue los pasos de un demonio que ha poseído a uno de los grandes genios de su época y que está influyendo en sus ideas y sus proyectos. Infiltrado, en cambio, está narrado desde el punto de vista contrario. El protagonista es uno de los demonios, la némesis del exorcista de la primera novela, que aparece como secundario en esta.
Son historias con mucho ingenio y con una estructura narrativa muy bien cuidada y planeada, de forma que, aunque haya giros sorprendentes, todo encaja al final.
En definitiva, que os recomiendo su lectura sin ningún tipo de duda. Si todavía no os he convencido, tenéis la suerte que podréis encontrar tres relatos del autor traducidos al castellano en la imprescindible web Cuentos para Algernon. Probadlos y ya me diréis.
Me he quedado con ganas de más, y he descubierto que hace un par de meses que se ha publicado Under my Skin, una antología de la narrativa breve más reciente del autor que me está tentando y que es probable que aparezca pronto por aquí.
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