Hace ya unos años, en la entrada que hice para comentar Matrioshka, de Carlton Mellick III, mencioné la sorpresa de mi pareja al ver el tipo de libros que había comprado en la Catcon de ese año. Eran los principios de la aparición del bizarro en castellano, y ella me tenía más por un lector exclusivamente de ciencia ficción y algo de fantasía.
Ahora ha sido mi hijo preadolescente quien, viendo como organizaba el botín de la Hispacon, ha mostrado curiosidad por la portada de Cada vez que quedamos en la heladería, te explota la puta cara. Mientras le explicaba el argumento de la novela he detectado que, mientras me miraba asintiendo con interés, tomaba la firme decisión de mantenerse alejado de mi perniciosa influencia en lo que a entretenimiento se refiere. En fin, ley de vida, yo que pensaba que a este sí que lo convertiría en un friki...
El título, que ostenta el récord de longitud de las 534 entradas que ya tiene el blog, no engaña. La historia trata sobre una joven adolescente que, cuando se pone nerviosa, su sangre empieza a hervir y le explota la cara. Luego la reconstruyen con retazos de pieles diferentes y, llena de cicatrices que curan rápido, sigue con su vida hasta la próxima vez. Conseguir que premisas tan raras, retorcidas y sangrientas como esta sean creíbles en una novela y que en algún momento incluso tengan cierta lógica, es la gran virtud, en mi opinión, de Carlton Mellick III.

El protagonista de la historia es Etan, un adolescente normal y corriente que se enamora de Telaraña, una niña extravagante en el vestir, tímida como él, y que tiene el problema que anuncia el título de la novela. Lo que empieza como una historia de amor adolescente e inexperto un poco extraña, pronto evoluciona a una trama alucinante y llena de detalles extraños. Seguramente es la historia más gore que he leído de este fantástico escritor, pero me he descubierto en un par de ocasiones riendo a carcajadas.
En fin, que es una novela adictiva, sorprendente, divertida y de lectura ágil, la he leído en un par de horas. No puedo hacer más que recomendárosla. Me queda la duda de qué podría hacer este escritor en otro tipo de género.
Estaremos pendientes de lo siguiente que publique, tanto el autor como la editorial Orcinny, especialista en descubrirnos pequeñas joyas como esta.