Leí la reseña de Friday Black de Nana Kwame Adjei-Brenyah en el blog In the Nevernerver y despertó mucho mi curiosidad. Un autor nuevo y prometedor, relatos de tono distópico y con un estilo peculiar ... parecía un libro escrito para mi y me había pasado desapercibido. La reseña me convenció y ese mismo día visité una librería y lo compré. Por situaciones como esta espero que los blogs que hablan de libros todavía no se extingan.
Tuve un dilema a la hora de comprarlo, ya que está publicado tanto en castellano por Libros del Asteroide con traducción de Javier Calvo, como en catalán por Empúries con traducción de Ferran Ràfols. Me decidí por la edición en catalán, pero voy a hacer la entrada en castellano porque estoy seguro que a muchos lectores de género, como me ha sucedido a mí, esta novela les ha pasado por debajo de su radar literario, y francamente es una lástima. Leedla en el idioma que queráis o podáis, las dos ediciones son muy chulas, pero leedla.
Nana Kwame Adjei-Brenyah está recibiendo grandes elogios y reconocimiento por esta colección de relatos, pese a ser un autor muy joven y con poca carrera. No me sorprende, la verdad es que la experiencia lectora ha sido muy satisfactoria y sorprendente. Aunque los relatos son diferentes en temática, mantienen un estilo particular que me ha gustado mucho. Tienen en común la crítica a algunos aspectos de la sociedad occidental, sobre todo la estadounidense: el consumismo, el racismo, el uso de las armas y la violencia, la manipulación de las masas... y que utiliza un sentido del humor negro gracias a la exageración de las situaciones, con un toque distópico muy interesante y pesimista.
No son relatos agradables, dejan muy mal cuerpo y una sensación de desasosiego. Tanto por la temática como por los finales abruptos. Leer varios de un tirón no es recomendable, creo que es mejor paladearlos poco a poco. Aunque es difícil y yo no lo he hecho, cuando acabas uno tienes ganas de continuar con el siguiente. Que sean cortos ayuda también a incrementar el ritmo de lectura.
La mayoría de los relatos tienen un carácter pesimista del futuro que nos espera y un claro componente distópico. He leído alguna comparación (inevitable ya en este tipo de productos) con Black Mirror, pero no acabo de estar de acuerdo. Estos relatos tienen mucha más mala leche y son más exagerados. Me han sorprendido algunos de los aspectos que ha ideado el autor para retratar el futuro: poder cambiar el porcentaje de negritud de una persona, el consumo de drogas generalizado e institucionalizado para tener a la población tranquila, parques temáticos donde poder ejercer la violencia camuflada de justicia, ... el autor muestra mucho ingenio para representar estas sociedades distópicas. Son los relatos que más me han gustado de la colección, la cabra tira al monte.
Otras historias las englobaría más dentro del género de la fantasía, porque aparecen seres mitológicos, aunque mantienen el mismo tono de crítica social que el resto. También hay un par de cuentos de estilo más costumbrista que son continuación del que da nombre a la antología, y que es muy bestia. Incluso alguno me atrevería a incluirlo dentro del bizarro (la conversación de un padre con los dos diminutos fetos de sus mellizos recién abortados no sabría clasificarlo de otro modo...). Es inevitable que unos relatos gusten más que otros, pero uno de los aspectos que más valoro de esta colección es que la calidad de las historias es muy homogénea, y muy alta. No hay ninguna historia que provoque un bache en el ritmo de lectura. La distribución de los relatos me ha parecido muy correcta y cambiaría pocas cosas una vez leídos (y soy muy tiquismiquis en este aspecto).
En definitiva, todo un descubrimiento. No puedo hacer más que recomendaros la lectura de estos relatos duros y crueles de final abrupto que presentan un futuro poco esperanzador, con un sentido del humor negro y un estilo particular muy interesante. Es un autor del que estaré pendiente.
Me ha encantado, merci.
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