Siempre celebro que aparezcan historias nuevas de Liu Cixin, aunque sean de las primeras que escribió y no sean tan redondas como la Trilogía de los Tres Cuerpos, ni los relatos de La Tierra Errante. Es el problema de que un autor que tiene tanta tirada mediática y un público abundante y con ganas de leer sus historias lleve tanto tiempo sin escribir nada nuevo, que se publican sus primeras obras y observas su evolución como escritor, pero a la inversa.
Sobre hormigas y dinosaurios tampoco se puede considerar una obra nueva del todo. Es una novela corta que está basada en el relato del mismo nombre que aparecía en la versión en inglés de la antología La Tierra Errante, pero que no estaba incluido en la versión española que publicó NOVA. Me di cuenta y me sorprendió, pero no le di más importancia, ya que el relato no era de los mejores de la colección.
La historia trata sobre la relación de simbiosis que se establece entre las hormigas y algunos dinosaurios que habitaban nuestro planeta durante el Cretácico. Unas ofrecen la mano de obra abundante y la precisión y los otros las ideas y la imaginación. La consecuencia de esta entente es la aparición de dos civilizaciones que pasaran por diversas épocas hasta llegar a la era de la información en la que existen ordenadores, satélites, energía nuclear, y, como no, armas capaces de destruir el planeta. Como en todas las relaciones, habrá altibajos y algunos conflictos, y no siempre los artrópodos y los réptiles remaran hacia el mismo lado ni coincidirán en lo que es lo mejor para su sociedad y su planeta.
Creo que esta nueva revisión de la historia le ha sentado bien; matiza algunas partes de la trama y alarga la parte inicial de la relación, justificando mucho más la necesidad que tienen cada uno del otro. Funciona mucho más como fábula con moraleja que como historia de ciencia ficción. Tiene ideas interesantes, después de todo estamos hablando de Liu Cixin, pero no me ha convencido la visión tan antropocéntrica de la historia, tanto en las motivaciones e intereses de los protagonistas como en las semejanzas del proceso evolutivo de las civilizaciones con la nuestra.
En definitiva, una historia ligera con algunas ideas interesantes y con el estilo típico de Liu Cixin, pero que funciona mucho más como moraleja y como advertencia (y más en los tiempos que corren) que como historia de ciencia ficción. Los fans del autor la van a disfrutar, sus detractores no cambiarán de opinión.
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