Hace unos meses comenté Patio de recreo, de Richard Powers, un autor del cual no tenía ninguna referencia, pero me llamó la atención la sinopsis de la novela y su temática. Me sorprendió gratamente el estilo del autor y como consigue mezclar con mucha gracia personajes diferentes a lo acostumbrado, detalles científicos y anécdotas históricas a la vez que escribe una trama envolvente y sorprendente. Me encantó y decidí que quería leer más historias suyas.
Dado que Patio de recreo es la última novela que ha publicado, tuve que buscar entre sus novelas anteriores y decidí probar con El clamor de los bosques, una de sus obras más reconocidas. Si con Patio de recreo consiguió avivar mi curiosidad por el fondo marino y este verano he hecho más snorkel que nunca, con esta novela ha conseguido que mi interés científico por los bosques incremente hasta límites insospechados. Debo decir que si hubiese leído las dos novelas en el orden inverso al que lo he hecho, mis sensaciones con Patio de recreo no serían las mismas, ya que todo lo que le valoré positivamente lo he encontrado aumentado en El clamor de los bosques, novela de la cual Patio de recreo es claramente heredera, y un poco inferior en calidad y complejidad si las comparamos (pero igualmente muy recomendable).
La trama principal se basa en la premisa de que las masas boscosas más antiguas de nuestro planeta están desapareciendo por la acción humana, sobre todo debido a la tala para conseguir madera, o para conseguir espacio para nuevos cultivos. La historia se centra en los bosques maduros de América del Norte, pero es un fenómeno global. Seguiremos las experiencias de un conjunto de personajes muy variado mientras, cada uno a su manera, intentan luchar contra esta pérdida.

El abanico tan diverso de personajes poco típicos va ligado al canto a favor de la diversidad biológica que representa la novela y que es una de las constantes en la obra de Powers. Los narradores de la historia presentan más diversidad que una serie de Netflix. Encontraremos personajes marcados por traumas personales y familiares, inadaptados, neurodivergentes (otra constante en la obra del autor), otros que sufren enfermedades genéticas, científicos, programadores, artistas, abogados, soldados, caucásicos, asiáticos, indios... La primera parte de la novela, titulada raíces, es la presentación de todos los personajes, y cada capítulo podría ser perfectamente un relato independiente. Me ha gustado especialmente el juego de como cada protagonista se puede relacionar con una especie de árbol, debido a sus características. Más adelante en las siguientes partes del libro (tronco, copa y semillas) algunos personajes se cruzan en sus recorridos vitales a lo largo de varias décadas, interactúan y convergen hacia situaciones sorprendentes.
Otra de las características de la narrativa de Powers es que sus explicaciones científicas, por complejas que sean, son muy didácticas. Soy biólogo de formación y trabajo como profesor en ESO y bachillerato, y me da cierta envidia como consigue explicar procesos tan complicados con un estilo tan interesante y atractivo. Ya tengo preparados algunos fragmentos para comentar en clase, especialmente en el que describe el proceso de la fotosíntesis.Creo que he disfrutado más de la historia porque he sido capaz de apreciar y reconocer los árboles que describe; no los encontramos como tales en nuestro país, pero sí parecidos, se puede reconocer el ecosistema fácilmente. Si hubiese escogido utilizar bosques tropicales o ecuatoriales, que aparecen, pero de forma muy tangencial, creo que hubiese sido mucho más difícil empatizar con la historia. Debo reconocer que mis caminatas por los bosques, en las que ya invertía tiempo contemplando fauna y flora para exasperación de mis acompañantes, se han alargado porque estoy mucho más atento a los detalles y a las relaciones entre las diferentes especies.


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