Hoy hablaremos con Álfredo Álamo de su último libro, La vieja Sangre, publicado por Orciny. Es una colección de relatos de fantasía urbana con un punto de terror situados en el mismo escenario y que comparten personajes de forma tangencial. Es un libro que me ha sorprendido gratamente y del que he disfrutado un montón. Lo compré por una intuición, sin referencias, y he encontrado un escenario fascinante y muy entretenido. Estoy seguro que Alfredo os convencerá para que también lo visitéis en esta entrevista.
Gracias Alfredo
por responder a estas preguntas. Eres un escritor con una dilatada carrera,
tanto en relato como en novela, pero puede que alguno de los lectores del blog
todavía no te conozca. ¿Quién es Alfredo Álamo?
Gracias a ti por
interesarte por La vieja Sangre. ¿Quién es Alfredo Álamo? Voy a tener que hacer
un poco de introspección. Alfredo Álamo es un francotirador de la literatura,
enamorado desde pequeño de la idea de ser escritor. Trabajé casi una década
como divulgador literario en Lecturalia, leyendo de todo y viajando por toda
España para cubrir premios. Ahora me dedico a escribir lo que me apetece -y así
me va-, y he comenzado un proyecto editorial, La Magnífica, junto a mi pareja.
A un lector que
no haya leído ninguna de tus obras anteriores, pero haya disfrutado mucho con
La vieja Sangre, como es mi caso, ¿cuál de tus libros le recomendarías?
Lo más parecido
puede ser mi primera novela, Maginot, aunque el ambiente de fantasía urbana es
la base de mis dos novelas juveniles, Tormenta y Plaga. En cuanto a mis obras
más bizarras, como El detective que tenía mariposas en el estómago y Morder el
bordillo, también juegan con el concepto de realidad y fantasía, aunque desde
otro ángulo.
Creo que en
cualquiera donde pueda meter un punto de terror y sentido de la maravilla.
Aunque escriba fantasía épica o ciencia ficción, creo que es una de mis marcas
de la casa. El bizarro me permite dar rienda suelta a muchas obsesiones y a un
sentido del humor que en otros libros quedaría muy forzado. En realidad me
aproximo a cada historia de una manera diferente, creo que es lo que más me
cuesta, encontrar el estilo adecuado.
Centrémonos en tu
último libro, La vieja sangre. Me ha fascinado la ambientación, los personajes
y muchas de las historias. Muchas felicidades. ¿De dónde surgió la idea de
crear una cara mágica y oculta de uno de los Barrios de tu ciudad, Valencia?
Creo que empecé
pensando en el concepto de la responsabilidad social del escritor, de cómo, en
ocasiones, podemos usar el altavoz que somos para dar a conocer los problemas
que nos rodean. Mi barrio tiene bastantes problemas y, además, es un sitio
peculiar. Así nació Cuchara de plata, el primero de los cuentos que escribí en
esta línea.
Cuando escribí
Cuchara de plata me quedó claro que ahí había más material que explorar. Hacía
tiempo que no escribía cuentos, venía de terminar un par de novelas, y empecé a
darle vueltas a nuevas ideas. Escribí un par de cuentos más y gané el Domingo
Santos con Carne de yonqui. Fue entonces cuando decidí dedicarle tiempo al
proyecto, pensado como una antología. Luego tuve la suerte de que la idea cuajó
en Orciny, donde publiqué alguno de los cuentos en su Inner Circle con buenas
críticas, y eso me permitió ir creando nuevos cuentos alrededor de ese Cabanyal
fantástico.
¿Tenías todos los
personajes e historias planificadas o el lore ha ido incrementando a medida que
escribías nuevos relatos y has modificado las antiguas para que todo encajara?
En principio solo
tenía la idea de la estructura del Cabanyal oculto y algunos puntos sobre las
relaciones entre los personajes. A medida que fui escribiendo amplié los
detalles, los poderes secretos, los lugares extraños; al terminar, después de
casi tres años escribiendo, tocó revisar los cuentos para lograr darle un toque
homogéneo. Y doy gracias a la gente de Orciny y al corrector, Juanma Santiago,
que me echaron una mano para que todo quedara perfecto.
Pues todavía no,
pero tenemos una presentación el 4 de febrero en la única librería del barrio,
así que espero recibir opiniones a partir de ese momento.
Uno de los
aspectos que más me ha gustado es la idea de los personajes de la vieja sangre
que conocen los trucos y la magia y que se ciñen por unas reglas de trato justo
y de venda de favores, con un argot tan característico. ¿Ha sido totalmente
invención tuya o te has basado en algún tipo de leyenda o historia existente?
Es una invención
mía, basada en la idea de la nostalgia y el pasado perdido, algo que se da en
sitios con tanta historia, vida y decadencia como el Cabanyal. Es un sitio
cargado de recuerdos, así que me pareció lo más lógico que eso fuera moneda de
cambio. El lenguaje también es cosa mía, me pareció que buscar contrastes entre
el realismo más crudo y una manera de hablar, y narrar, peculiar, quedaba muy
bien. Por otro lado, hay personajes y situaciones entresacadas de las historias
que cuentan mi padre y sus amigos, todos por encima de los 80 años, y que son
una fuente inagotable de sabiduría.
En algunos
momentos el libro me ha evocado a Neverwhere, de Neil Gaiman. ¿Estás de
acuerdo? ¿Hay alguna obra que crees que haya influido en la escritura de los
relatos?
Sí, claro, Neverwhere
es una referencia clave para cualquiera que escriba fantasía contemporánea.
Creo que otras obras que me han influido para esta narración podrían ser
Gormenhast y varios libros de China Mieville.
Me gusta mucho El
trap del último aliento porque hago cosas que muchos escritores te dicen que no
tienes que hacer nunca, aunque Carne de yonqui ganó el Domingo Santos y eso es
algo que me alegró muchísimo.
La única crítica
que tengo sobre el libro es referente a la inclusión o posición de uno de los
relatos: el primero, Musas, que opino que no tiene tanta relación con el resto de las
historias, por lo que el lector realmente no se introduce en el universo y
descubre que realmente está todo relacionado hasta que llega al cuarto o
quinto relato. ¿Eras consciente que esto podía pasar?
La verdad es que
no, cuando ordenamos los cuentos al final decidimos hacerlo de una manera
cronológica, aunque es cierto que la época de Musas es muy anterior al resto, y
puede que esto sea lo que más se nota. Además, Musas es un guiño a una novela
ambientada en el mismo mundo, pero centrada en un grupo de after punk en los
inicios de la Ruta del Bakalao. Al no ser el primero que escribía -ni que
leíamos-, quizá no lo vimos tan alejado del resto.
¿Podemos tener la
esperanza de regresar como lectores a El Cabanyal? (di que si…)
Tengo un par de
ideas para relato corto, pero hoy en día no sabría dónde colocarlas. Con el
tiempo supongo que iré dándoles forma y… bueno, a esperar.
La verdad es que
el trabajo en La Magnífica me está ocupando gran parte del tiempo que le
dedicaba a escribir como un poseso, pero este año tiene que salir una novela
más, quizá más realista que el resto, un relato en la antología de Obscura
sobre terror y ciencia ficción, y la adaptación de Las fuentes perdidas, de
José Antonio Cotrina, de la que me he encargado de hacer el guion.
Estoy perfilando
esa novela de la que te he hablado, y tengo un par de frentes abiertos, uno de
fantasía y otro de ciencia ficción, pero todavía en una fase embrionaria.
También es cierto que yo dejo las ideas dar muchas vueltas hasta que me centro
y, entonces, me dedico a ellas como si no hubiera un mañana.
Estaré atento. Si quieres añadir
alguna cosa más…
Poco más, darte
de nuevo las gracias y animar a todo el mundo a que se acerque a La vieja
sangre. Creo que es de lo mejor que he escrito y espero que pueda llegar a
todos los aficionados a la literatura fantástica.
Me sumo a la recomendación. Gracias por tus respuestas, Alfredo.
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