Uno de mis objetivos lectores para este verano era hacer una relectura en castellano de las tres novelas de Remembrance of Earth's past, de Cixin Liu, que NOVA ha publicado durante los últimos tres años con traducción directa del chino por Javier Altayó (los dos primeros) y Agustín Alepuz (el último volumen). Una vez terminado este fantástico tour de force (las he leído las tres seguidas) me apetece dejar por escrito algunas de las cosas que me han pasado por la cabeza, aunque ya hice una entrada de cada una de las novelas cuando las leí en inglés. No voy a ser imparcial, Cixin es uno de mis autores favoritos, y cada vez estoy más convencido que esta trilogía se va a convertir en un clásico de la ciencia ficción.
Voy a empezar por la parte que menos me ha convencido, el tratamiento de los personajes (sobre todo los masculinos, todos muy parecidos) y el estilo de los diálogos. Cuando leí la primera novela en inglés me quedé con la sensación de que las reacciones de los personajes eran muy frías, muy impersonales, así como la mayoría de diálogos entre ellos. Pensé que podía ser debido a la traducción, pero con la edición en castellano me he quedado con la misma sensación. He llegado a la conclusión que es un aspecto cultural, me ha pasado también con otros productos literarios o audiovisuales de origen asiático. Esta sensación se agrava si le añadimos mi incapacidad para recordar y identificar los nombres chinos, sobre todo en el primer libro. No soy el único al que le pasa esto, según he podido comprobar en las redes sociales. Algunos lectores lo consideran tan importante que han manifestado su intención de no continuar con la saga. Espero que no hayan cometido este enorme error, la cosa no hace más que mejorar. Y es que el primer libro, El problema de los tres cuerpos, es introductorio, presenta a los Solarianos y sienta las bases para construir la parte especulativa que será la más importante en los volúmenes posteriores.
En El bosque oscuro y El fin de la muerte el autor introduce los saltos temporales de los protagonistas gracias al proceso de hibernación. Este hecho le permitirá introducir muchas ideas a nivel de tecnología, pero el aspecto que le da más juego creo que es el social. Cada salto implica descubrir sociedades humanas nuevas, con culturas, creencias, modas y visiones diferentes respecto a la historia de la humanidad.
Los personajes son interesantes y les pasan cosas relevantes (muchas, de hecho, Cixin es inmisericorde con ellos), pero no conseguí empatizar con ninguno. Tengo la teoría que está hecho adrede, que Cixin utiliza a algunos personajes principales únicamente como ayuda al lector, para hacer la historia más llevadera y no utilizar personajes diferentes en cada época, sino el tercer tomo seguramente quedaría un poco inconexo y parecería una narración estilo fix-up. Creo que la idea del autor es que el personaje principal sea la Humanidad en conjunto, y de forma anónima, para evitar momentos dolorosos a los lectores que empatizan con los personajes.
Lo que más me fascina y seduce de Cixin es su inventiva. El desparrame de ideas es espectacular, un derroche, Cixin es un malgastador. Con las ideas que sólo utiliza en un par de páginas muchos autores escribirían relatos, incluso novelas. El sense of wonder incrementa en cada volumen, al mismo ritmo que el número de páginas. Y cuando crees que a una situación no puede sacarle más jugo, consigue darle una vuelta de tuerca y crear un giro sorprendente de la trama. Es un genio.
Las grandes estructuras y las nuevas tecnologías sorprendentes y sus consecuencias son habituales en la obra de este autor, y en esta trilogía encontraréis ejemplos que os van a dejar con la boca abierta y a los que vais estar dando vueltas durante mucho tiempo. También es habitual encontrar en su obra breves historias dentro de la historia principal, el cuento dentro del cuento, creando varias capas de lectura que hacen la experiencia mucho más rica.
Yo lo clasificaría como ciencia ficción hard. Sé que esto puede desanimar a algunos potenciales lectores no habituados a los aspectos científicos, pero creo que el esfuerzo vale la pena y se puede disfrutar igualmente de la trama y de las sorpresas del libro sin que algunos conceptos queden del todo claros.
No querría terminar sin comentar otro de los aspectos que me ha dejado mucho poso después de la lectura, y son los momentos épicos de la historia. Algunas escenas se leen casi sin respirar y, una vez terminadas, acabas exhausto: batallas espaciales, situaciones en hábitats en órbita, el descubrimiento del concepto El bosque oscuro, movimientos migratorios en la Tierra... han conseguido emocionarme igual que la primera vez que las leí.
Voy a empezar por la parte que menos me ha convencido, el tratamiento de los personajes (sobre todo los masculinos, todos muy parecidos) y el estilo de los diálogos. Cuando leí la primera novela en inglés me quedé con la sensación de que las reacciones de los personajes eran muy frías, muy impersonales, así como la mayoría de diálogos entre ellos. Pensé que podía ser debido a la traducción, pero con la edición en castellano me he quedado con la misma sensación. He llegado a la conclusión que es un aspecto cultural, me ha pasado también con otros productos literarios o audiovisuales de origen asiático. Esta sensación se agrava si le añadimos mi incapacidad para recordar y identificar los nombres chinos, sobre todo en el primer libro. No soy el único al que le pasa esto, según he podido comprobar en las redes sociales. Algunos lectores lo consideran tan importante que han manifestado su intención de no continuar con la saga. Espero que no hayan cometido este enorme error, la cosa no hace más que mejorar. Y es que el primer libro, El problema de los tres cuerpos, es introductorio, presenta a los Solarianos y sienta las bases para construir la parte especulativa que será la más importante en los volúmenes posteriores.
En El bosque oscuro y El fin de la muerte el autor introduce los saltos temporales de los protagonistas gracias al proceso de hibernación. Este hecho le permitirá introducir muchas ideas a nivel de tecnología, pero el aspecto que le da más juego creo que es el social. Cada salto implica descubrir sociedades humanas nuevas, con culturas, creencias, modas y visiones diferentes respecto a la historia de la humanidad.
Los personajes son interesantes y les pasan cosas relevantes (muchas, de hecho, Cixin es inmisericorde con ellos), pero no conseguí empatizar con ninguno. Tengo la teoría que está hecho adrede, que Cixin utiliza a algunos personajes principales únicamente como ayuda al lector, para hacer la historia más llevadera y no utilizar personajes diferentes en cada época, sino el tercer tomo seguramente quedaría un poco inconexo y parecería una narración estilo fix-up. Creo que la idea del autor es que el personaje principal sea la Humanidad en conjunto, y de forma anónima, para evitar momentos dolorosos a los lectores que empatizan con los personajes.
Lo que más me fascina y seduce de Cixin es su inventiva. El desparrame de ideas es espectacular, un derroche, Cixin es un malgastador. Con las ideas que sólo utiliza en un par de páginas muchos autores escribirían relatos, incluso novelas. El sense of wonder incrementa en cada volumen, al mismo ritmo que el número de páginas. Y cuando crees que a una situación no puede sacarle más jugo, consigue darle una vuelta de tuerca y crear un giro sorprendente de la trama. Es un genio.
Las grandes estructuras y las nuevas tecnologías sorprendentes y sus consecuencias son habituales en la obra de este autor, y en esta trilogía encontraréis ejemplos que os van a dejar con la boca abierta y a los que vais estar dando vueltas durante mucho tiempo. También es habitual encontrar en su obra breves historias dentro de la historia principal, el cuento dentro del cuento, creando varias capas de lectura que hacen la experiencia mucho más rica.
Yo lo clasificaría como ciencia ficción hard. Sé que esto puede desanimar a algunos potenciales lectores no habituados a los aspectos científicos, pero creo que el esfuerzo vale la pena y se puede disfrutar igualmente de la trama y de las sorpresas del libro sin que algunos conceptos queden del todo claros.
No querría terminar sin comentar otro de los aspectos que me ha dejado mucho poso después de la lectura, y son los momentos épicos de la historia. Algunas escenas se leen casi sin respirar y, una vez terminadas, acabas exhausto: batallas espaciales, situaciones en hábitats en órbita, el descubrimiento del concepto El bosque oscuro, movimientos migratorios en la Tierra... han conseguido emocionarme igual que la primera vez que las leí.
En definitiva, que ha sido un placer volver a devorar estos libros, me dais mucha envidia aquellos que os vais a adentrar en sus páginas por primera vez. Encontraréis épica, intriga, giros en la trama, sense of wonder y especulación de alto nivel. Estoy seguro que los vais a disfrutar.
Los que ya los habéis leído os podéis quitar un poco el mono de Cixin en breve, ya que su última novela traducida al inglés, Ball lightning, se va a publicar en agosto. También está prevista la publicación en castellano de la espectacular colección de relatos The Wandering Earth por la editorial Apache, aunque hace tiempo que no oigo hablar de este proyecto.
Si lo que queréis es volver al universo de La trilogia de los tres cuerpos NOVA va a publicar en octubre La Redención del Tiempo, de Baoshu, traducida por Agustín Alepuz. En esta "paracuela" el autor narra las aventuras de uno de los protagonistas de El fin de la Muerte. No es Cixin, pero cuenta con un lector interesado, descubrir nuevos autores asiáticos siempre es interesante.
Los que ya los habéis leído os podéis quitar un poco el mono de Cixin en breve, ya que su última novela traducida al inglés, Ball lightning, se va a publicar en agosto. También está prevista la publicación en castellano de la espectacular colección de relatos The Wandering Earth por la editorial Apache, aunque hace tiempo que no oigo hablar de este proyecto.
Si lo que queréis es volver al universo de La trilogia de los tres cuerpos NOVA va a publicar en octubre La Redención del Tiempo, de Baoshu, traducida por Agustín Alepuz. En esta "paracuela" el autor narra las aventuras de uno de los protagonistas de El fin de la Muerte. No es Cixin, pero cuenta con un lector interesado, descubrir nuevos autores asiáticos siempre es interesante.