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dijous, 19 de desembre del 2019

Lo bueno si breve - 12

Hoy os presento mi sección del número 15 de la revista Supersónic. Como siempre, está lleno de jugosos relatos y de las secciones habituales. No lo dejéis escapar. 

En esta última entrega de la revista voy a hacer un homenaje al añorado blog Sense of Wonder del compañero Elías Combarro y voy a proponeros una banda sonora para la sección: «Thetimes they are a changin’» de Bob Dylan, a poder ser en la versión de Tracy Champman del concierto homenaje a los treinta años de la carrera de este cantautor americano.
Los lectores habituales de Supersonic ya sabéis que el objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve. Si el número anterior estaba dedicado a los premios nacionales, hoy le vuelve a tocar el turno a los internacionales: Nebula, Locus y Hugo.
Siguiendo la tendencia de los últimos años la mayoría de los premios de narrativa breve internacionales han sido para escritoras de varias etnias y nacionalidades y la presencia masculina ha quedado relegada al escritor afroamericano Phenderson Djèlí Clark con un relato que trata sobre la esclavitud. Si tenemos en cuenta que los tres premios a mejor novela este año se los ha llevado Mary Robinette Kowal con The Calculating Stars y añadimos a la ecuación los tres años que lleva ganando galardones N.K. Jemisin con su trilogía de la Tierra Quebrada, estoy convencido que entenderéis la propuesta de banda sonora. No me atrevo a valorar las causas: cambio en la población que vota, más presencia de las escritoras en las revistas y antologías de ciencia ficción, un efecto rebote a algunos comentarios y campañas de años anteriores de escritores blancos de derechas, … no tengo datos suficientes para mojarme ni he podido leer todas las novelas y relatos nominados. De lo que sí estoy seguro es que ahora los escritores no escriben peor ni las escritoras mejor que hace unos años, por tanto las causas las atribuyo más a motivos sociales que a motivos literarios. Pero me alegra que las autoras tengan más visualización y presencia que en épocas anteriores. Viendo la lista de los nominados a los premios Ignotus tengo la sensación de que esta dinámica está llegando también a la ciencia ficción en castellano, aunque no de manera tan abrumadora. En cambio, a partir de la lista de nominados de los premios Ictineu se nota que la presencia femenina en el género en lengua catalana todavía es muy minoritaria.

Este año la cosa va de dobletes, ya veréis. Voy a comenzar por el formato de novela corta. Aunque no ha ganado los tres premios como el año pasado Martha Wells y las aventuras de Murderbot vuelven a estar presentes con más de un premio, en este caso el Locus y el Hugo. Artificial Condition es la segunda parte de las aventuras de este robot de seguridad, en la que intentará averiguar algunos aspectos misteriosos de su historia que pueden ir relacionados con el origen de su capacidad para hackear su módulo de control y actuar como un ser independiente. La trama es entretenida y divertida, aunque no tiene la frescura de la primera novela, y algunos chascarrillos son reiterativos. El gran acierto de la novela es el personaje secundario ART, la IA de una nave de exploración en la que Murderbot se embarca y que le ayuda en sus correrías. La editorial Alethé ha publicado en noviembre esta segunda parte con traducción de Carla Bataller.
El Nébula se lo ha llevado Aliette de Bodard con The tea Master and the Detective, una historia ubicada en su fascinante universo de Xuya, un escenario futurista en el que predominan las culturas asiáticas, la exploración del universo y la colonización de nuevos territorios y naves gobernadas por mentes de origen humano. El escenario es tan amplio que le permite jugar con todos los aspectos que le interese contar como escritora, y en el caso que nos ocupa, le deja hacer un homenaje al personaje de Sherlock Holmes. La historia es interesante, pero demasiado larga para mi gusto, no es de las historias de este universo que ha gustado más, aunque siempre estoy dispuesto a volver a introducirme en él.


 Los relatos ganadores de la categoría de relato largo no han terminado de convencerme. El Nebula y el Locus los ha ganado The Only Harmless Greatest Thing, de Brooke Bolander. La trama se basa en un par de historias reales, la muerte de unas trabajadoras debida a la radiación y el espectáculo creado a partir del sacrificio por electrocución de un elefante que mató a diversas personas. La autora mezcla las dos historias e introduce otras relacionadas con la cultura de los elefantes y su capacidad de comunicarse con los seres humanos. El resultado final me ha parecido muy confuso y el estilo narrativo, que es de lo más elogiado de esta historia, no me ha convencido. El Hugo ha sido para Zen Cho, con su relato If at First You Don’t Succeed, Try, Try Again, una historia de superación y perseverancia protagonizada por un ser mitológico que quiere ascender al cielo para convertirse en dragón, empresa a la que deberá dedicar muchos siglos y en la que los seres humanos participaremos de múltiples formas. No he conseguido empatizar con el personaje y la narración me ha parecido algo reiterativa, aunque con algunos momentos brillantes, sobre todo en lo que respecta al uso del humor.

En cambio, los ganadores de la categoría de relato corto son los que más me han gustado este año, y ambos son de autores que desconocía. El doblete en esta categoría es para Phenderson Djèlí con The Secret Lives of the Nine Negro Teeth of George Washington, que ha ganado el Locus y el Nebula y que podéis disfrutar en español en este número de la revista gracias a la traducción de Marcheto. Según la historia, George Washington tenía graves problemas dentales y utilizaba dentaduras postizas de diversos materiales, incluso algunas echas de dientes humanos. Se especula que, en algunos casos, estos dientes eran de esclavos africanos. El autor toma esta idea y le da un toque mágico, explicando de forma muy breve el origen de cada uno de estos dientes y las sensaciones que tenía el presidente americano cuando los utilizaba. Muy original, aunque la estructura puede resultar repetitiva, pero la breve longitud de la historia hace que no canse. Alix E. Harrow con A Witch’s Guide to Escape: A Practical Compendium of Portal Fantasies ha ganado el premio Hugo. Es un relato delicioso, divertido, tierno, dedicado a los libros, a los lectores y al gremio de las bibliotecarias y que te deja con ganas de visitar una biblioteca si, como es mi caso, hace tiempo que no vas. La protagonista es una bibliotecaria un poco particular, ya que es una bruja (como lo son la mayoría), que se esfuerza a que cada lector encuentre el libro que necesita en un momento determinado. En el blog Cuentos para Algernon encontraréis la versión en castellano traducida por Marcheto: no os lo podéis perder.
La cosecha no es de las mejores de los últimos años, pero hay algunas historias que os recomiendo sin dudas, sobre todo las más cortas. Ha sido un placer poder participar de este proyecto colectivo tan interesante, me lo he pasado pipa realizando esta sección y, aunque me apena no poder continuarla en este formato, no descarto mantenerla para el blog. Salud, y buenas lecturas.  

divendres, 8 de febrer del 2019

Lo bueno, si breve.... 10

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº12. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Lavie Tidhar, José Ramon Vázquez, David Luna, Coral Carracedo o María Angulo, entre otros.

Los lectores habituales de Supersonic ya sabéis que el objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve, tanto nacionales como internacionales. En este número de la revista le vuelve a tocar a los tres grandes en lengua inglesa, el Hugo, el Nébula y el Locus.
Tal como viene siendo habitual en los últimos años la presencia femenina en los premios internacionales es apabullante, pero hay menos diversidad étnica que en anteriores ediciones, la mayoría son autoras anglosajonas. También hay diversidad en la experiencia y la popularidad de los premiados, hay autoras noveles y poco conocidas con sólo algunos relatos publicados, y escritores más consagrados y con mucha experiencia.
El formato que más me gusta dentro de la narrativa breve es la novela corta y me gusta aprovechar la excusa de tener que escribir esta sección para poder leer varias con la calidad suficiente para haber ganado un premio, ya que hay mucho donde escoger y poco tiempo para leer. Pero mi gozo en un pozo, tanto el año pasado como en esta edición los tres premios se los ha llevado la misma historia. Si el año pasado fue Seanan McGuire con Every heart a doorway, este año ha arrasado Martha Wells con All Systems Red, la primera de las aventuras de su entrañable personaje Murderbot. 
El protagonista de la historia es un robot especializado en vigilancia que ha hackeado su programación y tiene independencia de acción. Sigue cumpliendo con sus obligaciones para evitar ser detectado mientras consume compulsivamente series y otros productos audiovisuales. Su actual misión es proteger a una expedición científica que prospecta recursos geológicos en un planeta deshabitado. Cuando otra de las expediciones que está en el mismo planeta deja de emitir señales las alarmas se disparan y Murderbot tendrá que entrar en acción. Es una historia muy entretenida y aunque el planteamiento de un robot independiente y fuera de control no es la primera vez que se utiliza, el tono jocoso y las peculiares aficiones del protagonista le confieren cierta originalidad. La fórmula ha tenido éxito, ya son cuatro las novelas cortas protagonizadas por Murderbot, pero parece que las continuaciones no tienen la misma frescura que la primera (aunque debo admitir que sólo he leído la segunda). En breve va a aparecer la traducción de esta novela por Carla Bataller, publicada por Alethé ediciones (aunque la traducción de Murderbot a Matabot no me acaba de convencer).

En la categoría de novelette es en la que ha habido más variedad ya que no se repite ningún ganador.  Voy a continuar con el tema de los robots independientes y voy a empezar con la ganadora del Hugo, Suzanne Palmer, con The secret life of bots. El protagonista es un pequeño robot casi obsoleto que ha estado desactivado durante mucho tiempo, pero que es activado para acabar con un parásito de la nave, ya que el resto de los miles de robots tienen mucho trabajo con el mantenimiento. La nave en la que están viajando tiene como misión interceptar y destruir a otra nave de una civilización extraterrestre que viaja hacia nuestro planeta con intención de destruirlo. La guerra contra esta especie ha ido mal, muy mal, y esta nave, ya anticuada y con pocos recursos, es la última esperanza de la humanidad. La historia es emocionante y mezcla muy bien la desesperación de la situación en el papel de los humanos y el humor que destilan las relaciones entre las diferentes IA. Muy recomendable.
El Locus se lo llevó The hermit of Houston, del veterano Samuel R. Delany. La historia tiene cierto toque distópico y se sitúa en un futuro extraño en el que conviven los smartphones y la película número 30 y pico de Star Wars con una sociedad que vive en poblados segregados por sexo y en la que hay asaltos entre clanes y brotes de violencia. Me ha desconcertado y no he sabido encontrarle el sentido a la trama, y tampoco la explicación final me ha convencido. Francamente, reconozco que no la he acabado de entender, ni después de una segunda lectura. Puede que haya un parte de culpa mía como lector, pero el producto no me ha parecido merecedor de un galardón.
En cambio, la ganadora del Nebula A Human Stain, de Kelly Robson, me ha encantado. Aunque la trama también tenga algunos puntos confusos, son de ese tipo de confusión que genera incertidumbre sobre la situación de la trama y que le dan gracia a la historia. Una joven que vive en París acepta un trabajo como tutora del sobrino de uno de sus amigos, cuyos padres acaban de fallecer. El niño vive en un castillo apartado, a las orillas de un lago de montaña, y desde el primer momento que pone su pie en él, la joven detecta que hay algo extraño en el ambiente. Una historia adictiva, sorprendente y que colocaría dentro del cajón de sastre que es el género bizarro.

En la categoría de relato corto el Hugo y el Nebula se los ha llevado Rebecca Roanhorse con el fantástico relato Welcome to your Authentic Indian Experience™. La historia nos sitúa en un futuro cercano en el que se ofrecen experiencias inmersivas de realidad virtual, en este caso, relacionadas con el mundo de los indios americanos. El protagonista es uno de los guías que acompaña a los turistas en estas experiencias, hasta que se encuentra con uno que le propone algo que le desconcierta. La trama, que comienza como una historia de ciencia ficción que ya hemos visto algunas veces, pero con una ambientación original, evoluciona hasta otro estilo de historia de una manera muy sorprendente. Me ha dejado muy intrigado y satisfecho.
El Locus lo ha ganado Linda Nagata con el pesimista relato The Martian Obelisk. Está situado en un deprimente futuro cercano en el que el cambio climático y sus consecuencias han diezmado a la humanidad, que de alguna manera se ha rendido y que espera lánguidamente su extinción. En Marte hay algunas colonias humanas, pero han dejado de enviar mensajes y se las da por muertas. En este contexto tan lúgubre hay un proyecto que aprovecha a los robots de una colonia que no llegó a construirse para edificar un obelisco que sirva como recordatorio del paso de la humanidad por el sistema solar. La trama me ha gustado mucho, lástima que el final se precipita para mi gusto, creo que la historia daba para un relato de más extensión. También me hubiese gustado que mantuviese el mismo tono hasta el final, pero mejor me callo para evitar spoilers. Podréis encontrar esta historia traducida por Manu Viciano en formato digital en la colección Flash.

Visto en perspectiva considero que ha sido un buen año en lo referente a los premios internacionales, con alguna excepción, pero en este tipo de premios es difícil coincidir plenamente. En la próxima edición de Supersónic, los premios nacionales, que ya he podido leer en su gran mayoría y puedo asegurar que también habrá una buena cosecha. Salud, y buenas lecturas.

dimecres, 24 de maig del 2017

Tres novelas breves de Tor.com - II

La iniciativa editorial de Tor.com de publicar novelas breves de diferentes géneros les está funcionando, como mínimo, a nivel de premios. A sumar al Nébula y  al Hugo ganados por Binti el año pasado, este año Every Heart a Doorway se ha llevado, de momento, el Nébula. El formato permite aceptar historias poco convencionales, originales, y incluso hacer algún experimento. Hoy os presento tres de las que he leído en las últimas semanas.

Gwyneth Jones en Proof of Concept me ha dejado un poco desconcertado. Su historia tiene momentos muy interesantes y originales, pero no acaba de estar bien estructurada y su comprensión no es fácil, creo que por un exceso de uso de tecnicismos y de siglas.
La historia está situada en un futuro post-apocalíptico en el que la mayoría de la superficie de la tierra está muy contaminada. Una de las opciones de la supervivencia de la especie es el viaje a otros planetas. Con el  objetivo de estudiar las posibilidades de un viaje instantáneo a otras partes del universo, se unen en un experimento que implicará su aislamiento en una cueva subterránea durante un año  dos grupos muy diferentes. Por una parte, los científicos encargados de llevar a cabo el experimento, entre los que está la protagonista, Kir, una joven cuyo cerebro sirve de alojamiento de una IA cuántica. Por otra parte, los miembros de un programa televisivo estilo big brother que simula un viaje hacia un exoplaneta habitable. La trama se centra en la relación entre estos dos grupos con las muertes de algunos miembros de la tripulación como misterio de fondo.
La historia es compleja, y cuando crees que ya la tienes dominada, aparecen nuevos detalles en la trama o en el escenario que, a veces, provocan que te vuelvas a perder. A lo mejor esta historia hubiese aceptado mejor un formato más largo. Esta no la recomiendo, creo que hay otras historias mucho más entretenidas para invertir el tiempo de lectura, por ejemplo las dos siguientes. 

¿Os imagináis Los Siete Magníficos dirigida por Tarantino, pero con hipopótamos en vez de caballos? Una cosa parecida encontraréis si leéis River of Teeth, de Sarah Gailey. Bueno, la comparación no es del todo correcta; en los siete magníficos no hay personajes femeninos ni homosexuales. 
Esta ucronía está basada en un hecho verídico, un plan que al final no se llevó a cabo, no sé si afortunadamente o no: la utilización de la zona final del río Mississipi para la cría de hipopótamos con el fin de obtener carne. Aunque la autora se toma ciertas licencias y tira los hechos unos cincuenta años hacia atrás para que todo le encaje mejor.
La primera parte está centrada en la presentación y reclutamiento de los variopintos personajes que van a participar en una misión encomendada por el gobierno federal: eliminar los hipopótamos salvajes (descendientes de hipopótamos que se escaparon de las granjas) que ocupan la zona. La segunda se centra en la misión en sí y la lucha con el villano de la historia, el propietario de los casinos del Mississipi y de la mayoría de las tierras en conflicto.
Me ha interesado especialmente el método de cría de los hipopótamos y cómo llegan a convertirse en fieles monturas fantásticas para este hábitat, así como el hecho que cada variedad de hipopótamo tenga sus propias características y "personalidad". Un western muy entretenido y original, aunque me ha desconcertado que uno de los personajes sea tratado siempre en plural, como si fuera más de una persona, pero no explica en ningún momento porqué.
En septiembre se va a publicar una continuación, Taste of Marrow, de la que voy a estar pendiente.

Murderbot es un robot de vigilancia, con partes orgánicas y partes artificiales, armado hasta los dientes y diseñado para cumplir órdenes y proteger a sus clientes: los miembros de expediciones de exploración y reconocimiento de nuevos planetas. Pero Murderbot ha conseguido hackear el módulo que rige sus conductas y tiene libertad de acción. 
Su principal objetivo es que lo dejen tranquilo y consumir capítulos y capítulos de sus series favoritas, pero precisamente ha ido a caer en una expedición cuyos miembros se preocupan por los sentimientos de los seres mecánicos.
Martha Wells ha creado en All systems red un personaje entrañable, en una historia muy recomendable que mezcla diversión con tensión a partes iguales. He disfrutado muchísimo con los dilemas de Murderbot y sus intentos por no relacionarse con los humanos de la expedición, y el misterio que es la base de la trama de la novela me ha parecido muy interesante (las historias de exploración de nuevos planetas siempre me han gustado). 
El estilo es muy ameno y directo, narrado en forma del diario personal de Murderbot.
Podremos seguir las aventuras del protagonista y conocer más del prometedor universo que ha creado la autora en Artificial condition, la segunda parte de The Murderbot diaries. No me lo voy a perder.