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dissabte, 20 de gener del 2024

La disonancia de las esferas - Sergio Mars

Uno de mis propósitos lectores para este año es leer más autores de género que escriban en catalán o en castellano, sobre todo algunos que nunca han aparecido en el blog. Descubrí hace poco la colección de relatos La disonancia de las esferas, de Sergio Mars, un escritor que ha recibido muchos de los premios más importantes de la ciencia ficción en castellano y al que sigo porque es el responsable del imprescindible blog de reseñas Rescepto Indablog

El autor ha publicado recientemente en sus redes sociales que está pensando seriamente en abandonar la escritura y  que también está pensando en cerrar el blog. Leyendo sus declaraciones detecto un cierto pesimismo que puedo llegar a entender, ya que una obra como La disonancia de las esferas, con relatos de tanta calidad y que han sido reconocidos con premios, me da la sensación que ha pasado muy desapercibida.
Los relatos tocan muchos géneros diferentes, pero en todos se detecta la minuciosidad del autor, un estilo trabajado, descriptivo y con un tono pausado, que no lento. Me gusta mucho como escribe, consigue explicar todo lo que es necesario para situarte en lo que describen sus historias, pero sin info-dumps, ni que los aspectos científicos que propone en algunos de los relatos sean complicados.

Las historias son muy variadas y cada lector decidirá cuáles son sus relatos preferidos. Paso a destacar aquellos que más me han llegado, aunque no hay ninguno que no me haya gustado. La bestia humana de Birkenau trata sobre algunos de los experimentos que realizó el Doctor Mengele en los campos de exterminio desde el punto de vista de uno de los guardias. La historia es dura, pero me ha afectado menos de lo esperado, creo que estamos un poco inmunizados a estas atrocidades después de haber leído y visto tantas cosas sobre el tema.
La teoría de la metaconspiración es el más original, tanto en temática como en estructura narrativa. El relato tiene la estructura de un borrador de una tesis doctoral sobre las publicaciones en  las redes sociales de teorías conspiranoicas (terraplanismo, antivacunas, ...) y los efectos que tienen los esfuerzos de los científicos para desmentirlas. La resolución me ha sorprendido gratamente.

         

Gancho en el cielo forma parte del universo de Akasa-Puspa, pero se puede disfrutar sin ser un conocedor del mismo. Es un relato con un toque pulp con temática y forma típica de las historias de ciencia ficción clásica. Un grupo de investigadores llega a un planeta en el que descubren los supervivientes de una civilización de origen humano que han logrado sobrevivir al impacto de un asteroide en su planeta. Especulación biológica muy interesante, pero algo pesimista.

La historia que da nombre a la antología, La disonancia de las esferas, es también la de más longitud. Está situada en un futuro en el que las inteligencias artificiales gestionan la sociedad en una Noocracia, después de que los humanos renunciaran a la democracia. En una estación de recogida de gases ubicada en Júpiter reside Lope, un misántropo que se encarga de la recogida y envío de los gases recolectados en la atmosfera joviana. En su estación recibe la visita de rUtt, un joven especialista en el uso de las interfaces virtuales que tiene algún interés oculto. Muy interesante el intercambio de opiniones políticas y sociales entre los dos protagonistas. 
Acabo con mi historia preferida. Ruedas dentadas de un reloj imaginario se basa en la premisa de que la astrología es una ciencia exacta. Las fechas y lugares de nacimiento son un bien muy preciado y un secreto que no se comparte ni con la pareja. Un joven astrólogo recibe la visita de una rica heredera que le hará una petición particular. Una historia llena de detalles y de sentido del humor. 
En definitiva, una colección de relatos  variada en temática y estilo y de una calidad media muy alta que ofrece una buena muestra del estilo de este fantástico autor valenciano. Os la recomiendo sin ningún tipo de duda.

Otras opiniones de la novela: Ciencia ficción, Universo de pocos, Sagacomic, PPProductions

dissabte, 19 de maig del 2018

Lo Bueno si Breve 9

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº10. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Tim Pratt, Carme Torras, Javier Castañeda, Yoss, Rodolfo Martínez, Lola Robles o Abel Amutxategi, entre otros.

El objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve. El número anterior estaba dedicado a los premios internacionales, y hoy le toca el turno a los nacionales: Ignotus, Domingo Santos, Alberto Magno e Ictineu.

En el marco de la última Hispacón celebrada en Navacerrada en noviembre de 2017 se repartieron los premios Ignotus, en los que se premian obras ya publicadas. La ganadora en la categoría de mejor relato fue Cristina Jurado, con La segunda muerte del padre, publicado en la antología Cuentos desde el otro lado de la editorial Nevsky. La muerte del padre de la protagonista, con quien no tenía una relación especialmente intensa, la sume en un estado de tensión cercano a la locura, que acaba llegando al lector. Una historia de terror redonda.
En la categoría de relato traducido el ganador fue Ken Liu con el particular relato Acerca de la elaboración de libros en determinadas especies, traducido por Marcheto, y que forma parte de la cuarta antología de relatos anual de su excelente página web Cuentos para Algernon. Este relato, con un título suficientemente informativo para conocer su argumento, forma parte de un homenaje a Italo Calvino, con un estilo narrativo enumerativo y descriptivo muy particular que no me acaba de convencer, pero con un desborde de imaginación espectacular y un toque poético que lo hacen un merecido ganador, aunque debo reconocer que no soy nada neutral con Ken Liu.

La ganadora en la categoría de novela corta fue Felicidad Martínez con En tierra extraña, que forma parte de su colección de novelas cortas La mirada extraña (publicada por Sportula), que también ganó en la categoría de Antología (voy a aprovechar este momento para reclamar una categoría diferenciada entre las antologías de relatos de un mismo autor y las colecciones de relatos escritos por diversos autores, creo que hay material de calidad suficiente en cada una de las dos categorías).  La novela narra el viaje de una nueva “colmena” de una especie alienígena para colonizar un planeta desconocido y fundar una colonia gracias a su nueva reina. El punto fuerte de la historia es la recreación de las características sociales y reproductivas de esta especie. La trama es muy diversa, con variedad de puntos de vista y con raciones de acción y tensión muy bien dosificadas para crear un producto adictivo, muy difícil de dejar a medias. La historia es cruda, con poco espacio a las concesiones, y a la autora no le caen los anillos cuando ha de hacer que sus protagonistas lo pasen mal. Aunque es una historia independiente creo que se disfruta y entiende mejor con la lectura de su historia “gemela” Los dioses de Amarán.
Durante la Hispacón también se otorga el premio Domingo Santos de relato, y el ganador de este año ha sido Sergio Mars, con Ruedas dentadas de un reloj imaginario. Es un relato muy divertido con una premisa muy interesante basada en que la astrología tiene fundamentos científicos. Los astrólogos son profesionales reputados con un papel parecido al de los abogados y la fecha y hora de nacimiento debe ser el secreto mejor guardado para evitar que nadie pueda realizar tu carta astral con exactitud. El autor utiliza esta premisa para reflexionar sobre la predestinación y el libre albedrío, con un par de protagonistas que salen de la norma habitual de la sociedad que representa el autor, un astrólogo que no puede hacerse una carta astral, y una famosa cuya fecha y hora de nacimiento son conocidas. Una lectura muy recomendable, aunque creo que tenía más recorrido y que había material para hacerla más larga y convertirla en una novela corta.

En noviembre también se otorgaron los premios Ictineu en el marco de la primera Catcon. El relato ganador fue L’indigent, de Carme Torras, originalmente publicado en la antología Deu relats ecofuturistes, de Males Herbes, y que podréis encontrar en este mismo número de SuperSonic en castellano con traducción de Alexander Páez. La historia está situada en un futuro cercano, con problemas ecológicos derivados del consumismo, y, como es habitual en las obras de la autora (con las que creo que este relato guarda una relación estrecha), los robots tienen un papel muy importante. Si estáis leyendo este artículo tenéis este fantástico relato a unas páginas de distancia, así que ya estáis tardando.
El premio al mejor relato traducido fue para LS Johnson, una autora que era desconocida para mí, con el relato Vacui Magia, traducido por el jovencísimo Edgar Cotes y que apareció en la revista Catarsi nº 18. La historia, escrita en forma de pasos para realizar un sortilegio, explica cómo una bruja intenta cumplir uno de los deseos de su madre antes de que muera. Enternecedor y emotivo, aunque muy duro. Una nueva autora a tener en cuenta.

Para terminar, en diciembre se otorga el Alberto Magno, un premio que, casi siempre, es sinónimo de gran calidad. La novela ganadora fue Porque ellos heredarán la Tierra de J.A. Menéndez, un habitual en el palmarés de este premio. He leído las tres obras que ha publicado este autor, y se nota una gran evolución en su forma de escribir y en el planteamiento de las historias. El desencadenante de la trama es la investigación de una cura contra el Parkinson basada en una red neuronal artificial subcutánea denominada malla de Henderson. El artefacto funciona, pero de una manera un poco extraña. Debido a problemas de subvención la tecnología se escapa del control de su creadora y cae en las manos de una poderosa corporación internacional que la acabará distribuyendo a nivel mundial de forma gratuita.
Me ha encantado como el autor encaja todas las piezas del puzle, como domina el ritmo de la narración, aunque utilice dos tramas separadas por unos treinta años, y como consigue sorprender al lector con un par de giros imprevistos. Para ponerle una pega, yo hubiese preferido un enfoque diferente del final, más acorde con el tono general de la historia, pero la novela igualmente es genial, un premio merecidísimo.

La cosecha a nivel nacional ha sido buena, a ver qué pasará en los premios internacionales. En próximos números de la revista lo comentaremos. Salud, y buenas lecturas.

divendres, 28 d’abril del 2017

Lo bueno si breve 6 - Premios de narrativa breve 2016

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº7. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de Lavie Tidhar, Eduardo Vaquerizo, Mike Resnick, Susana Vallejo, Sergio Mars, Angela Slatter y Víctor Conde, entre otros.

En el artículo de este número voy a comentar los relatos y novelas breves premiados durante el año 2016. El elenco de los ganadores es una mezcla de autores veteranos y consagrados, autores y autoras que están en proceso emergente y empiezan a destacar dentro del panorama del género, y autores y autoras noveles pero que prometen mucho. He disfrutado mucho preparando esta sección, creo que lo he repetido en cada artículo, pero esta voy a intentar repetirla cada año, me encanta descubrir a nuevos talentos, y la carrera de algunos de los que aparecen por aquí voy a seguirla con atención.
Como de bien nacidos es ser agradecidos, antes de empezar quiero agradecer a los escritores que me han permitido leer su obra para poder incluir a todos los premios en el artículo, ya que algunos de los relatos y novelas que comentaré todavía no están publicados (pero espero que pronto lo estén). Vamos a ver qué tal ha ido la cosecha.

Los malos tragos es mejor pasarlos rápido, o sea que vamos a empezar por el Premio Nocte, que otorga La Asociación Española de Escritores de Terror. El ganador fue David Jasso, con el relato “Los peces”, perteneciente a la antología Donde Reside el Horror publicada por Edge. Todos los relatos de la antología están relacionados con los Mitos de Cthulu, pero no hace falta ser un gran conocedor de la obra de Lovecraft para “disfrutar” con el opresivo ambiente que recrea Jasso en su relato. Un comienzo más bien tranquilo y en apariencia inocente termina en una situación agobiante y un giro inesperado que me sorprendió. He leído varios relatos de este veterano autor zaragozano, su estilo me gusta mucho aunque siempre me han dejado mal cuerpo. Algún día tengo que aventurarme en sus novelas, pero reconozco que tengo algo de miedo, no me atrevo...las emociones tan fuertes no me van, seguramente continuaré conformándome con pequeñas dosis de su mala leche.

El premio Alberto Magno fue otorgado a “Ciudad nómada, rebaño miseria”, de Pablo Loperena. El world-building de esta novela breve es espectacular: En un futuro en el que el medio ambiente ha sido modificado de un modo programado, para que todos los materiales sean reciclados y la máxima extensión de superficie sea productiva, grandes ciudades circulan lentamente cosechando los productos vegetales que encuentran a su paso. Bajo las ciudades, siguiendo su ritmo, sobreviven con dificultad enormes rebaños de personas que viven de los restos y de la beneficencia, agrupadas en diferentes tribus, cada una con su cultura, sus reglas y los inevitables conflictos entre ellas. En un principio ubicarse en la historia no es fácil, pero Loperena consigue dar la información necesaria para ir descubriendo el escenario que plantea sin info-dumps, con un ritmo muy bien planeado. La historia termina de manera satisfactoria, pero creo que un universo tan bien logrado y lleno de detalles tiene que ser escenario de muchísimas más historias. Es ideal para una antología estilo fix-up, o para una novela coral. Pablo Loperena no es un completo desconocido, ha participado en diversas antologías de relatos, pero este es su primer gran éxito. Estoy convencido de que oiremos hablar de él en el futuro.

Del que sí hemos oído hablar, y mucho, durante este año es de David Luna, sin duda uno de los autores que más ha triunfado en 2016.
En septiembre ganó el premio UPC con “Éxodo”, una novela breve adictiva, de ritmo altísimo y que no da tregua al lector en ningún momento. En un futuro lejano la humanidad ha conseguido llegar a las estrellas y colonizar un planeta, pero la fauna y la flora autóctonas, de gran tamaño, no facilitan demasiado la labor. A lo largo de las generaciones, los grupos humanos han evolucionado hasta una estructura social y reproductiva parecida a la de una colonia de abejas o hormigas, con castas de guerreros, exploradores, clérigos, y una reina que tiene en exclusiva la capacidad reproductiva. La historia se centra en la migración que debe efectuar uno de los grupos hacia latitudes superiores del planeta para intentar compensar el incremento de la temperatura durante el cambio de estación. El narrador en primera persona de la novela es el jefe de seguridad de la colonia, y, aunque insiste en repetidas veces que los protagonistas son humanos, se me ha hecho difícil visualizarlos como tales debido a los cambios fisiológicos y de comportamiento que presentan, y por cómo se relacionan con los habitantes originarios del planeta. Una mezcla muy interesante de especulación, acción y misterio.

En noviembre David Luna también ganó el premio Domingo Santos con el relato “La fiebre”. La historia refleja una situación parecida a la de la novela que he comentado anteriormente, pero a la inversa. En este caso es la Tierra el escenario de una invasión de una raza alienígena que desemboca en una guerra brutal. El armamento nuclear y químico utilizado en la guerra ha generado un cambio climático en nuestro planeta, de forma que la temperatura ha subido tanto que la tecnología de los invasores está fallando y su fisiología está a punto de hacerlo. Aunque la historia se sitúa en un momento de tregua, la migración que deben emprender los alienígenas para buscar temperaturas más bajas creará situaciones de conflicto. Un escenario complicado para utilizar en un relato tan breve, pero Luna consigue con éxito crear un ambiente de tensión, desesperación y claustrofobia. A mi me gustó mucho y estoy seguro que a James Lovelock le encantaría. 

El Ignotus a la mejor novela corta se lo llevó “Naturaleza humana”, de César Mallorquí, presente en su última recopilación de narrativa breve Trece Monos, publicada por Fantascy. Ya había comentado esta novela en una edición anterior de esta sección que trataba sobre el premio UPC, ya que recibió la mención del jurado de este premio en 2012. La historia es una distopía con toques de space-opera y estructura de thriller. En una sociedad marcada por la guerra con unos alienígenas muy combativos, una psicóloga es reclutada por el ejército para buscar fallos de seguridad en la jerárquica estructura militar. Su investigación la llevará a plantearse los motivos de la guerra y sus consecuencias en la sociedad en la que vive. La trama mantiene la intriga durante gran parte de la historia, pero parte de la resolución la vi venir de lejos. Aún así, una lectura totalmente recomendable.



El Ignotus al mejor cuento fue para “La bestia humana de Birkenau”, de Sergio Mars. La historia da una vuelta de tuerca más sobre los horrores que cometieron los nazis en los campos de exterminio, con algunas reflexiones interesantes sobre la compasión, la redención y la humanidad. Está bien escrito, pero no me emocionó, ni tocando el tema escabroso que toca (lamentablemente, creo que estamos un poco inmunizados en este tema). En una segunda lectura me ha gustado más que la primera vez, pero continúa sorprendiéndome su elección, ya que cuando leí la antología en la que se publicó el relato, Mariposas en el oeste, no consideré que fuera uno de los relatos a destacar.



En cambio “Llers 1939”, de Enric Bassegoda, ganador ex-aequo del premi Ictineu de relato, sí que fue el que me gustó más de la interesante antología Catalunya Mítica, publicada por Orcinny Press. En un relato muy correcto Bassegoda utiliza un mito vampírico catalán, el del Conde Estruc, y lo sitúa en un contexto de caos como el que fue la Guerra Civil para justificar un hecho histórico espectacular. Un debut muy prometedor.
 El otro ganador fue Hugo Camacho por su relato “Compartiu, siusplau”, publicado en la revista Catarsi nº 17. En muy pocas palabras, y de forma muy hábil, Camacho presenta la posibilidad de que las personas descarguen su consciencia en las redes sociales, y plantea la situación de qué pasaría si esas redes sociales cerrasen sus servidores. La historia está estructurada como una entrada en facebook y sus comentarios correspondientes, que van desde un apoyo sin fisuras a el odio más exacerbado. Seguramente esto pasa más en twitter que en facebook, pero la historia funciona perfectamente y se me ha hecho cortísima. Es el segundo relato muy interesante (y diferente) que leo de este prometedor escritor, y activo traductor y editor.

En los tres grandes premios internacionales cabe destacar el gran éxito de las autoras, a diferencia de lo que ha pasado en nuestro país este año (y en  años anteriores, para que engañarnos). Creo que esta tendencia en los próximos años va a cambiar, ya que muchas editoriales nuevas están optando por el formato breve más que por la novela, y cada vez más autoras están publicando, por tanto habrá más posibilidades de que haya ganadoras.

En novela breve (novella) la gran ganadora ha sido Nnedi Okorafor con “Binti”, que se ha llevado el Hugo y el Nébula. La ambientación de la historia es muy interesante. Una joven muy inteligente perteneciente a una minoría étnica viaja desde la Tierra al planeta donde está ubicada la universidad más importante del Universo. En su viaje va a encontrarse con una situación problemática, que lamentablemente se resuelve utilizando el azar y las coincidencias, cosa que provocó que no terminara de convencerme. Aún así el universo que plantea despertó mi curiosidad, y di una oportunidad a la continuación, en la que corrige algunos de los fallos que detecté en la primera parte. Aunque no sea la mejor novela que he leído y su elección levantó alguna controversia, os la recomiendo para introduciros en el universo que plantea y así poder continuar con la historia, que mejora claramente. Aunque estoy seguro que aparecerá tarde o temprano un volumen recopilatorio de todas las novelas de Binti, o sea que podéis esperar.

El Locus lo ha ganado “Slow Bullets”, de Alastair Reynolds. En la línea a que nos tiene acostumbrados este excelente autor galés, presenta una historia de space-opera muy entretenida. Las slow bullets son dispositivos electrónicos que se introducen en el cuerpo de los soldados y que contienen información sobre su historia y expediente, y permiten identificarlos y localizarlos. La protagonista de la novela es una soldado que lucha en una guerra interplanetaria y, después de tener un encontronazo con una patrulla enemiga y quedar herida, despierta en una cápsula de hibernación de una nave con problemas de funcionamiento, junto con varios centenares de personas, de las que no se sabe su origen ni afiliación. La historia se centra en las relaciones entre estos viajeros, que no se conocen, mientras intentan sobrevivir y entender cómo han llegado hasta allí. Tangencialmente también trata de los conflictos religiosos, la redención y la supervivencia, la individual y la de la especie. Muy apropiada para introducirse en la obra de este autor sin entrar en las grandes sagas que acostumbra a proponer.

En relato largo (novellette) la cosa ha estado más repartida. El Nébula ha sido para Sara Pinsker con “Our lady of the open road”. La historia muestra un futuro cercano muy pesimista en el que la tecnología acaba provocando que las relaciones entre las personas sean cada vez más escasas. Los protagonistas son una banda de rock que malvive tocando de pueblo en pueblo viajando por carreteras secundarias en su vieja y maloliente furgoneta. Destaca más la ambientación que la historia que nos cuenta, y la mayoría de las tecnologías que destacan en la historia creo que las vamos a ver más pronto que tarde. Me ha gustado, pero no considero que sea un relato excepcional.
El Locus ha sido para “Black Dog”, un relato de Neil Gaiman ambientado en el universo de American Gods, y que podréis encontrar en la antología Material Sensible, publicada por Salamandra con traducción de Laura Fernández. Es una historia típica de Gaiman, con un misterio antiguo presente en la vida cotidiana de los protagonistas. Ha sido un placer volver a caminar con Shadow, pero creo que para disfrutar de la historia tienes que haber leído American Gods, y eso es un lastre. El estilo de Gaiman siempre me ha gustado, pero este relato se me ha hecho un poco largo.
La ganadora del Hugo ha sido Hao Jingfang, con el relato “Folding Beijing”, traducido por Ken Liu, gracias al cual vamos descubriendo el interesantísimo panorama de la literatura de ciencia ficción y fantasía que se está produciendo en China. Este relato va a aparecer en la antología Planetas Invisibles, que Lee Runas publicará en otoño de 2017. La historia plantea una situación dantesca de exceso de población y escasez de recursos, y el uso de una solución radical: la ciudad de Beijing se pliega y gira sobre sí misma para conseguir alojar al máximo de personas, en tres niveles diferentes que no comparten ni tiempo ni espacio, ya que cuando unos están activos, los otros están sedados. El planteamiento es interesante, muy triste la segregación social con la que especula la autora, pero tiene un cierto tono inocente, ingenuo, que ha provocado que no me acabe de convencer del todo.

Para terminar, los premios de relato corto (short story), que precisamente podéis encontrar en el número 5 de esta revista, con traducciones de Marcheto y Arrate Hidalgo. El Locus y el Hugo fue para “Cat pictures please”, de Naomi Krtizer. La historia está narrada desde el punto de vista de una IA consciente de su existencia y que intenta ayudar a los humanos a través de sus acciones, más o menos evidentes, previo pago de fotos de gatitos. Muy divertido, y te hace plantear muchas de tus acciones por la red.
El Nébula fue para “Hungry daughters of starving mothers”, de Alyssa Wong. Este de divertido no tiene nada. Lo considero un relato de terror, que presenta un interesante y original método de leer, captar y alimentarse de los pensamientos que presentan una especie de vampiros mentales que conviven con nosotros. La idea es tan buena que da para una historia de más extensión, yo me he quedado con ganas de más, sin duda.

En fin, una buena cosecha la de este año, que me ha servido como excusa para descubrir nuevos mundos, personajes y autores. Esperemos que el 2017 como mínimo mantenga el nivel. !Salud y buenas lecturas!