Frank Lazorg es un viejo pintor famoso y de éxito que, después de un ictus, ha perdido la inspiración. De un conocido al cual salvó la vida le llega un regalo por correo: un paquete lleno de un polvo alucinógeno que ha producido a lo largo de los años a base de machacar miles de escarabajos de una especie tropical. Esta nueva droga revitaliza físicamente a Frank y le provoca ganas de seguir creando. Pero en un momento dado una sobredosis de polvo en una situación de conflicto provoca que Frank emprenda involuntariamente un viaje a un nuevo universo. Pero ojo, un viaje físico, no un viaje debido a las alucinaciones.
Y todo esto en 15 páginas. A partir de este momento Frank debe adaptarse a las reglas de la nueva sociedad del mundo al que ha llegado: estructura social, religión, relaciones sexuales, diferencias anatómicas, animales de compañía,... mientras entabla una relación de amistad con uno de sus habitantes que se compadece de el.
Con breves pinceladas y sin entrar demasiado en detalles di Filippo es capaz de crear un escenario genial, lo más interesante de toda la novela, una ambientación merecedora de una obra más extensa.