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divendres, 14 de juny del 2019

Lo bueno si breve 11

Hoy os presento mi sección del número 13 de la revista Supersónic.Como siempre, está lleno de jugosos relatos y de las secciones habituales. No lo dejéis escapar. 

Hoy toca comentar en esta sección los premios de narrativa breve nacionales y, como es de bien nacido ser agradecido, voy a comenzar por los premios que son a obra original no publicada, ya que los autores galardonados me han permitido leer sus historias para poder realizar esta sección. Muchas gracias, señores.
Es una lástima que un premio de tanta categoría como el premio UPC se haya convertido en bienal y haya perdido la recompensa a nivel económico. Acostumbraba a ser una fuente de novelas cortas de gran calidad. En la edición de 2018 el ganador ha sido el periodista Francisco Guerrero con Gutterson. La historia refleja un futuro no muy lejano en el que los desastres medioambientales han dejado a la humanidad al borde del abismo. En la ciudad de MedCity el agente Gutterson controla la zona que le ha asignado la IA del mando policial con la esperanza de conseguir suficientes puntos para emigrar a Titania, la colonia que se ha transformado en la esperanza de la humanidad. El tono de la novela es muy divertido, (el protagonista es un poco pupas y me ha recordado a los personajes perdedores de Mendoza) aunque la ambientación, muy bien lograda, tiene un toque pesimista. Es una historia de aventuras de estilo cyber-punk que he disfrutado mucho, aunque me ha descolocado un cambio en la actitud y habilidades del personaje a mitad de la novela. La editorial Apache publicará la novela en breve en su colección de novelas premiadas del UPC.

El Alberto Magno se lo ha llevado Javier Castañeda con Solo recuerdo su nombre. He leído casi todo lo que ha publicado Javier, su estilo me gusta mucho, y creo que esta es su novela corta más lineal, la que presenta menos sorpresas y en la que menos se ha arriesgado. Eso no quiere decir que no sea una buena historia, que lo es, pero estaba acostumbrado a encontrar algo más. La protagonista es una investigadora que decide aceptar la investigación de un caso de asesinato en el que está involucrada su poderosa familia, con la que no mantiene buenas relaciones. La ambientación es muy interesante e incluye aspectos novedosos como el uso de diferentes cripto-monedas o una estructura social en que la línea entre empresa y nación es muy difusa, además de otros interesantes aspectos tecnológicos que arruinarían la lectura y prefiero callarme (aunque a veces se nota un exceso de celo del autor para destacarlos). Esta ambientación se mezcla con aspectos de carácter más social que están en el punto de mira de nuestra sociedad como los maltratos a mujeres o los derechos del colectivo LGTIB. En definitiva, una mezcla muy interesante de ambientación futura, problemas sociales e historia de amor.

En el ámbito de la Hispacón se otorgó el premio Domingo Santos al relato La nota desafinada, de José Manuel Fernández Aguilera. El protagonista de la historia es un robot que forma parte de una orquesta robótica que tiene la misión de interpretar piezas de música para una especie alienígena. Mientras está tocando el instrumento recuerda algunas escenas de su vida anterior, que dan mucho juego a la historia y son un contrapunto muy interesante de la trama principal. Como relato funciona, pero creo que con un par de detalles se podría convertir perfectamente en una novela corta mucho más interesante.
Ya que he comentado la Hispacón voy a hablar de los Ignotus, que en categoría breve este año los han ganado tres autoras a las que admiro. Nieves Delgado siempre me sorprende con la originalidad de sus planteamientos sobre robots, inteligencias artificiales y trascendencia. En 36, publicado por la editorial Cerbero, narra el nacimiento y evolución de una inteligencia artificial, y cómo se relaciona con los humanos en las diversas etapas de su crecimiento. Una historia triste y conmovedora que he disfrutado más todavía en la segunda lectura; en la primera la devoré y no aprecié tanto algunos detalles de estilo y de historia, ni disfruté tanto con el final. Segundo merecidísimo Ignotus para esta autora, que pronostico que no va a ser el último.
El premio al mejor relato se lo ha llevado Elia Barceló con Humo y espejos, publicado en la antología Dark Fantasies. La primera vez que lo leí pensé que estaba escrito para mí: siempre me ha fascinado el ilusionismo y los grandes trucos, y siempre me ha intrigado lo que pasa entre bambalinas con los voluntarios que salen al escenario a colaborar con el mago. En este relato nos da una posible explicación sorprendente y escalofriante. Una historia redonda narrada con la maestría habitual de la autora.
El premio al mejor relato traducido ha sido para Alliette de Bodard con Tres tazas de aflicción a la luz de las estrellas, traducida por Marcheto en su imprescindible blog Cuentos para Algernon. La historia está situada en el Universo de Xuya, un paraguas ucrónico en el que la autora sitúa gran parte de su narrativa breve, de tono pausado y poético, no esperéis batallas espaciales, aunque las protagonistas sean naves. En este caso la historia arranca con la muerte de una importante científica que tiene información vital para mantener la producción de recursos vegetales y animales para la población, y la cesión de sus recuerdos a una de sus ayudantes en vez de a la familia, como manda la tradición. Si en la familia hay una mente de nave, la situación todavía es mejor. Me fascina el universo que ha creado esta autora, y esta es una de las historias que destacaría dentro de él, un premio muy merecido.

Termino con los premios Ictineu, en los que he tenido el placer de actuar como jurado en las categorías de narrativa breve. El mejor relato traducido al catalán fue para Mike Resnick con L’exili d’en barnaby, traducido por Edgar Cotes y publicado en la excelente antología de relatos de Resnick Sistemes operatius alternatius por SECC edicions. Resnick sabe cómo tocarme la fibra con sus relatos, es un autor al que admiro mucho. En este caso la historia se centra en las reflexiones y experiencias de Barnaby, un simio que vive en un laboratorio y al que se le ha enseñado a comunicarse con los humanos. El título del relato es un spoiler, ya que parte de la historia se centra en su regreso a la vida natural y las relaciones con sus congéneres. Un relato crudo y conmovedor totalmente recomendable.
El premio al mejor relato escrito en catalán fue para el veterano escritor Jordi de Manuel con L’hoste, un cruel e intrigante relato post-apocalíptico narrado con su habilidad habitual y relacionado con alguna de sus novelas y con influencias claras de The Road. El relato forma parte de la antología Contes de Terror, publicada por Apostroph, después de que los autores participantes pasaran una noche en el Palau de Torrebesses, emulando lo que pasó en la Villa Diodati.

Otro año de buena cosecha de los premios nacionales. A ver qué nos deparan los internacionales, os lo contaré en el próximo número de la revista. ¡Salud, y buenas lecturas!


divendres, 8 de febrer del 2019

Lo bueno, si breve.... 10

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº12. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Lavie Tidhar, José Ramon Vázquez, David Luna, Coral Carracedo o María Angulo, entre otros.

Los lectores habituales de Supersonic ya sabéis que el objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve, tanto nacionales como internacionales. En este número de la revista le vuelve a tocar a los tres grandes en lengua inglesa, el Hugo, el Nébula y el Locus.
Tal como viene siendo habitual en los últimos años la presencia femenina en los premios internacionales es apabullante, pero hay menos diversidad étnica que en anteriores ediciones, la mayoría son autoras anglosajonas. También hay diversidad en la experiencia y la popularidad de los premiados, hay autoras noveles y poco conocidas con sólo algunos relatos publicados, y escritores más consagrados y con mucha experiencia.
El formato que más me gusta dentro de la narrativa breve es la novela corta y me gusta aprovechar la excusa de tener que escribir esta sección para poder leer varias con la calidad suficiente para haber ganado un premio, ya que hay mucho donde escoger y poco tiempo para leer. Pero mi gozo en un pozo, tanto el año pasado como en esta edición los tres premios se los ha llevado la misma historia. Si el año pasado fue Seanan McGuire con Every heart a doorway, este año ha arrasado Martha Wells con All Systems Red, la primera de las aventuras de su entrañable personaje Murderbot. 
El protagonista de la historia es un robot especializado en vigilancia que ha hackeado su programación y tiene independencia de acción. Sigue cumpliendo con sus obligaciones para evitar ser detectado mientras consume compulsivamente series y otros productos audiovisuales. Su actual misión es proteger a una expedición científica que prospecta recursos geológicos en un planeta deshabitado. Cuando otra de las expediciones que está en el mismo planeta deja de emitir señales las alarmas se disparan y Murderbot tendrá que entrar en acción. Es una historia muy entretenida y aunque el planteamiento de un robot independiente y fuera de control no es la primera vez que se utiliza, el tono jocoso y las peculiares aficiones del protagonista le confieren cierta originalidad. La fórmula ha tenido éxito, ya son cuatro las novelas cortas protagonizadas por Murderbot, pero parece que las continuaciones no tienen la misma frescura que la primera (aunque debo admitir que sólo he leído la segunda). En breve va a aparecer la traducción de esta novela por Carla Bataller, publicada por Alethé ediciones (aunque la traducción de Murderbot a Matabot no me acaba de convencer).

En la categoría de novelette es en la que ha habido más variedad ya que no se repite ningún ganador.  Voy a continuar con el tema de los robots independientes y voy a empezar con la ganadora del Hugo, Suzanne Palmer, con The secret life of bots. El protagonista es un pequeño robot casi obsoleto que ha estado desactivado durante mucho tiempo, pero que es activado para acabar con un parásito de la nave, ya que el resto de los miles de robots tienen mucho trabajo con el mantenimiento. La nave en la que están viajando tiene como misión interceptar y destruir a otra nave de una civilización extraterrestre que viaja hacia nuestro planeta con intención de destruirlo. La guerra contra esta especie ha ido mal, muy mal, y esta nave, ya anticuada y con pocos recursos, es la última esperanza de la humanidad. La historia es emocionante y mezcla muy bien la desesperación de la situación en el papel de los humanos y el humor que destilan las relaciones entre las diferentes IA. Muy recomendable.
El Locus se lo llevó The hermit of Houston, del veterano Samuel R. Delany. La historia tiene cierto toque distópico y se sitúa en un futuro extraño en el que conviven los smartphones y la película número 30 y pico de Star Wars con una sociedad que vive en poblados segregados por sexo y en la que hay asaltos entre clanes y brotes de violencia. Me ha desconcertado y no he sabido encontrarle el sentido a la trama, y tampoco la explicación final me ha convencido. Francamente, reconozco que no la he acabado de entender, ni después de una segunda lectura. Puede que haya un parte de culpa mía como lector, pero el producto no me ha parecido merecedor de un galardón.
En cambio, la ganadora del Nebula A Human Stain, de Kelly Robson, me ha encantado. Aunque la trama también tenga algunos puntos confusos, son de ese tipo de confusión que genera incertidumbre sobre la situación de la trama y que le dan gracia a la historia. Una joven que vive en París acepta un trabajo como tutora del sobrino de uno de sus amigos, cuyos padres acaban de fallecer. El niño vive en un castillo apartado, a las orillas de un lago de montaña, y desde el primer momento que pone su pie en él, la joven detecta que hay algo extraño en el ambiente. Una historia adictiva, sorprendente y que colocaría dentro del cajón de sastre que es el género bizarro.

En la categoría de relato corto el Hugo y el Nebula se los ha llevado Rebecca Roanhorse con el fantástico relato Welcome to your Authentic Indian Experience™. La historia nos sitúa en un futuro cercano en el que se ofrecen experiencias inmersivas de realidad virtual, en este caso, relacionadas con el mundo de los indios americanos. El protagonista es uno de los guías que acompaña a los turistas en estas experiencias, hasta que se encuentra con uno que le propone algo que le desconcierta. La trama, que comienza como una historia de ciencia ficción que ya hemos visto algunas veces, pero con una ambientación original, evoluciona hasta otro estilo de historia de una manera muy sorprendente. Me ha dejado muy intrigado y satisfecho.
El Locus lo ha ganado Linda Nagata con el pesimista relato The Martian Obelisk. Está situado en un deprimente futuro cercano en el que el cambio climático y sus consecuencias han diezmado a la humanidad, que de alguna manera se ha rendido y que espera lánguidamente su extinción. En Marte hay algunas colonias humanas, pero han dejado de enviar mensajes y se las da por muertas. En este contexto tan lúgubre hay un proyecto que aprovecha a los robots de una colonia que no llegó a construirse para edificar un obelisco que sirva como recordatorio del paso de la humanidad por el sistema solar. La trama me ha gustado mucho, lástima que el final se precipita para mi gusto, creo que la historia daba para un relato de más extensión. También me hubiese gustado que mantuviese el mismo tono hasta el final, pero mejor me callo para evitar spoilers. Podréis encontrar esta historia traducida por Manu Viciano en formato digital en la colección Flash.

Visto en perspectiva considero que ha sido un buen año en lo referente a los premios internacionales, con alguna excepción, pero en este tipo de premios es difícil coincidir plenamente. En la próxima edición de Supersónic, los premios nacionales, que ya he podido leer en su gran mayoría y puedo asegurar que también habrá una buena cosecha. Salud, y buenas lecturas.

dissabte, 19 de maig del 2018

Lo Bueno si Breve 9

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº10. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Tim Pratt, Carme Torras, Javier Castañeda, Yoss, Rodolfo Martínez, Lola Robles o Abel Amutxategi, entre otros.

El objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve. El número anterior estaba dedicado a los premios internacionales, y hoy le toca el turno a los nacionales: Ignotus, Domingo Santos, Alberto Magno e Ictineu.

En el marco de la última Hispacón celebrada en Navacerrada en noviembre de 2017 se repartieron los premios Ignotus, en los que se premian obras ya publicadas. La ganadora en la categoría de mejor relato fue Cristina Jurado, con La segunda muerte del padre, publicado en la antología Cuentos desde el otro lado de la editorial Nevsky. La muerte del padre de la protagonista, con quien no tenía una relación especialmente intensa, la sume en un estado de tensión cercano a la locura, que acaba llegando al lector. Una historia de terror redonda.
En la categoría de relato traducido el ganador fue Ken Liu con el particular relato Acerca de la elaboración de libros en determinadas especies, traducido por Marcheto, y que forma parte de la cuarta antología de relatos anual de su excelente página web Cuentos para Algernon. Este relato, con un título suficientemente informativo para conocer su argumento, forma parte de un homenaje a Italo Calvino, con un estilo narrativo enumerativo y descriptivo muy particular que no me acaba de convencer, pero con un desborde de imaginación espectacular y un toque poético que lo hacen un merecido ganador, aunque debo reconocer que no soy nada neutral con Ken Liu.

La ganadora en la categoría de novela corta fue Felicidad Martínez con En tierra extraña, que forma parte de su colección de novelas cortas La mirada extraña (publicada por Sportula), que también ganó en la categoría de Antología (voy a aprovechar este momento para reclamar una categoría diferenciada entre las antologías de relatos de un mismo autor y las colecciones de relatos escritos por diversos autores, creo que hay material de calidad suficiente en cada una de las dos categorías).  La novela narra el viaje de una nueva “colmena” de una especie alienígena para colonizar un planeta desconocido y fundar una colonia gracias a su nueva reina. El punto fuerte de la historia es la recreación de las características sociales y reproductivas de esta especie. La trama es muy diversa, con variedad de puntos de vista y con raciones de acción y tensión muy bien dosificadas para crear un producto adictivo, muy difícil de dejar a medias. La historia es cruda, con poco espacio a las concesiones, y a la autora no le caen los anillos cuando ha de hacer que sus protagonistas lo pasen mal. Aunque es una historia independiente creo que se disfruta y entiende mejor con la lectura de su historia “gemela” Los dioses de Amarán.
Durante la Hispacón también se otorga el premio Domingo Santos de relato, y el ganador de este año ha sido Sergio Mars, con Ruedas dentadas de un reloj imaginario. Es un relato muy divertido con una premisa muy interesante basada en que la astrología tiene fundamentos científicos. Los astrólogos son profesionales reputados con un papel parecido al de los abogados y la fecha y hora de nacimiento debe ser el secreto mejor guardado para evitar que nadie pueda realizar tu carta astral con exactitud. El autor utiliza esta premisa para reflexionar sobre la predestinación y el libre albedrío, con un par de protagonistas que salen de la norma habitual de la sociedad que representa el autor, un astrólogo que no puede hacerse una carta astral, y una famosa cuya fecha y hora de nacimiento son conocidas. Una lectura muy recomendable, aunque creo que tenía más recorrido y que había material para hacerla más larga y convertirla en una novela corta.

En noviembre también se otorgaron los premios Ictineu en el marco de la primera Catcon. El relato ganador fue L’indigent, de Carme Torras, originalmente publicado en la antología Deu relats ecofuturistes, de Males Herbes, y que podréis encontrar en este mismo número de SuperSonic en castellano con traducción de Alexander Páez. La historia está situada en un futuro cercano, con problemas ecológicos derivados del consumismo, y, como es habitual en las obras de la autora (con las que creo que este relato guarda una relación estrecha), los robots tienen un papel muy importante. Si estáis leyendo este artículo tenéis este fantástico relato a unas páginas de distancia, así que ya estáis tardando.
El premio al mejor relato traducido fue para LS Johnson, una autora que era desconocida para mí, con el relato Vacui Magia, traducido por el jovencísimo Edgar Cotes y que apareció en la revista Catarsi nº 18. La historia, escrita en forma de pasos para realizar un sortilegio, explica cómo una bruja intenta cumplir uno de los deseos de su madre antes de que muera. Enternecedor y emotivo, aunque muy duro. Una nueva autora a tener en cuenta.

Para terminar, en diciembre se otorga el Alberto Magno, un premio que, casi siempre, es sinónimo de gran calidad. La novela ganadora fue Porque ellos heredarán la Tierra de J.A. Menéndez, un habitual en el palmarés de este premio. He leído las tres obras que ha publicado este autor, y se nota una gran evolución en su forma de escribir y en el planteamiento de las historias. El desencadenante de la trama es la investigación de una cura contra el Parkinson basada en una red neuronal artificial subcutánea denominada malla de Henderson. El artefacto funciona, pero de una manera un poco extraña. Debido a problemas de subvención la tecnología se escapa del control de su creadora y cae en las manos de una poderosa corporación internacional que la acabará distribuyendo a nivel mundial de forma gratuita.
Me ha encantado como el autor encaja todas las piezas del puzle, como domina el ritmo de la narración, aunque utilice dos tramas separadas por unos treinta años, y como consigue sorprender al lector con un par de giros imprevistos. Para ponerle una pega, yo hubiese preferido un enfoque diferente del final, más acorde con el tono general de la historia, pero la novela igualmente es genial, un premio merecidísimo.

La cosecha a nivel nacional ha sido buena, a ver qué pasará en los premios internacionales. En próximos números de la revista lo comentaremos. Salud, y buenas lecturas.

dimecres, 27 de setembre del 2017

Lo Bueno si Breve...8

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº8. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Ricardo Montesinos, Bandinelli, Alicia Pérez Gil, Caroline Yoachim, Catherine Valente, Brooke Bolander, José Antonio Cotrina o China Mieville.

En el artículo de esta edición voy a comentar las obras de narrativa breve ganadoras de los tres grandes galardones internacionales: El Locus, el Nébula y el Hugo.
Una vez leídas las historias  y viendo el elenco de ganadores, tanto de narrativa breve como de novela, me han llamado la atención algunos aspectos de los que me apetece hablar antes de entrar en detalle en cada relato. En primer lugar, me ha sorprendido la unanimidad que ha habido tanto en la categoría de relato corto como en la de novela breve: la misma obra ha ganado los tres premios (menos trabajo que tendré para hacer este artículo).
También me ha sorprendido la poca presencia de la ciencia ficción en las temáticas de las historias ganadoras. Casi todas son obras de fantasía y se basan en la presencia de la magia, y el planteamiento de algunas de las historias es sorprendentemente parecido.
Y finalmente, creo que es obligatorio comentar que la mayoría de historias ganadoras han sido escritas por mujeres, mujeres de varios orígenes étnicos, precisamente lo contrario de lo que deseaban los instigadores de las campañas de SadPuppies y RabidPuppies en los premios Hugo (No querías caldo, pues toma dos tazas…). En parte creo que los resultados de los premios de los últimos años son consecuencia de una reacción contra este tipo de campañas.
Tengo curiosidad por ver si esta tendencia también se va a reflejar en los premios nacionales. Lo cierto es que en los últimos años han aparecido diversas iniciativas para ayudar a visibilizar la obra de las autoras de ciencia ficción y fantasía, y también ayuda la apuesta por publicar autoras de algunas editoriales de reciente aparición. La verdad es que en las redes sociales hay cierta polémica alrededor de estas iniciativas, en algunos casos desagradable y poco acertada, según mi criterio, por las dos caras de la moneda de la situación. Hay quien ridiculiza a estas iniciativas y hay quien deja ver que, si no las apoyas activamente, eres parte del problema. Los extremismos me desagradan, pero bueno, me estoy metiendo en un jardín que no tiene nada que ver con el objetivo de esta sección, así que voy a centrarme en los relatos.
 
Aunque ahora que lo pienso,  la temática de la ganadora de los tres premios en la categoría de relato corto (short story), Seasons of Glass and Iron, puede levantar alguna ampolla.  Amar El-Mothar se basa en la estructura de los cuentos clásicos para tejer una historia en la que las mujeres protagonistas luchan contra las imposiciones a las que se ven sometidas. El estilo de la autora tiene un cierto aire poético, y la historia, llena de detalles e imaginación, me ha parecido muy bien resuelta.



La gran ganadora del año según mi criterio es SeananMcGuire, con su excelente novela breve Every Heart a Doorway, que ha conseguido triunfar también en los tres premios. El universo que ha creado esta autora es espectacular, tan rico y con tantas posibilidades que ya ha ambientado en él dos novelas breves más. La historia se ubica en una residencia para jóvenes algo peculiares. Son jóvenes que en su momento encontraron puertas hacia otros mundos mágicos y desaparecieron en ellos durante un largo periodo de tiempo, pero que han acabado regresando. Muchos de estos jóvenes se mueren de ganas de volver a esos mundos, y llevan muy mal adaptación a nuestra sociedad, por eso acaban ingresando en esta residencia, regentada por una mujer que también ha vivido esta experiencia. Me ha parecido espectacular la clasificación de los diversos tipos de mundos mágicos y la riqueza de los personajes secundarios (no así la de la protagonista principal, algo sosa). La historia ha cosechado un éxito totalmente merecido. Alianza editorial la va a publicar en castellano en breve, en su colección Lee Runas.

La categoría de la relato largo (novelette) es en la que ha habido más variedad. El Locus se lo ha llevado Alyssa Wong con su historia You’ll surely drown here if you stay. La historia está ubicada en el far-west, en una colonia minera en la que vive un joven huérfano con poderes, que siente fuertemente la llamada del desierto. La historia tiene un buen comienzo, pero pierde fuelle poco a poco y las piezas no acaban de encajar. Una historia de magia ancestral que no me ha convencido.

En cambio el relato ganador del Hugo, The tomato thief, de Ursula Vernon, con una ambientación y un estilo parecido, me ha encantado. La entrañable protagonista es una viejecita que vive muy cerca del desierto, y que tiene un microclima en su jardín que le permite cultivar unos tomates muy apetitosos, los mejores de la región. El robo de algunos de los tomates por un ladrón muy particular desencadenará una historia llena de imaginación y magia que me ha recordado al mejor Gaiman. Hay que destacar la originalidad de relacionar los trenes con la magia. Totalmente recomendable.

El único hombre galardonado este año ha sido el que ha escrito la única historia de ciencia ficción. No sé si me atrevo a sacar alguna conclusión de este dato. William Ledbetter ha escrito una historia muy amena y llena de tensión, con un cierto toque a la ciencia ficción más clásica, pero con aspectos modernos, una mezcla muy interesante. The Long fall up narra la lucha de una madre para poder gestar y dar a luz a un hijo en gravedad cero. La ley lo prohíbe, ya que los niños nacen con muchas deformidades, y la natalidad está controlada por la administración. Dispuesta a demostrar que los nacimientos pueden ser normales se embarca en un viaje orbitando la estación espacial en la que vive, un viaje que durará un poco más que el tiempo de gestación. El protagonista principal de la historia es el piloto de la nave que viaja con el objetivo de interceptarla y detenerla. Me ha gustado mucho cómo ha estructurado la historia, y la relación entre el piloto y la IA de su nave. Un relato excelente.

A finales de año ya conoceremos los ganadores de los premios nacionales. En el próximo número los comentaremos. ¡Salud y buenas lecturas!

divendres, 28 d’abril del 2017

Lo bueno si breve 6 - Premios de narrativa breve 2016

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº7. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de Lavie Tidhar, Eduardo Vaquerizo, Mike Resnick, Susana Vallejo, Sergio Mars, Angela Slatter y Víctor Conde, entre otros.

En el artículo de este número voy a comentar los relatos y novelas breves premiados durante el año 2016. El elenco de los ganadores es una mezcla de autores veteranos y consagrados, autores y autoras que están en proceso emergente y empiezan a destacar dentro del panorama del género, y autores y autoras noveles pero que prometen mucho. He disfrutado mucho preparando esta sección, creo que lo he repetido en cada artículo, pero esta voy a intentar repetirla cada año, me encanta descubrir a nuevos talentos, y la carrera de algunos de los que aparecen por aquí voy a seguirla con atención.
Como de bien nacidos es ser agradecidos, antes de empezar quiero agradecer a los escritores que me han permitido leer su obra para poder incluir a todos los premios en el artículo, ya que algunos de los relatos y novelas que comentaré todavía no están publicados (pero espero que pronto lo estén). Vamos a ver qué tal ha ido la cosecha.

Los malos tragos es mejor pasarlos rápido, o sea que vamos a empezar por el Premio Nocte, que otorga La Asociación Española de Escritores de Terror. El ganador fue David Jasso, con el relato “Los peces”, perteneciente a la antología Donde Reside el Horror publicada por Edge. Todos los relatos de la antología están relacionados con los Mitos de Cthulu, pero no hace falta ser un gran conocedor de la obra de Lovecraft para “disfrutar” con el opresivo ambiente que recrea Jasso en su relato. Un comienzo más bien tranquilo y en apariencia inocente termina en una situación agobiante y un giro inesperado que me sorprendió. He leído varios relatos de este veterano autor zaragozano, su estilo me gusta mucho aunque siempre me han dejado mal cuerpo. Algún día tengo que aventurarme en sus novelas, pero reconozco que tengo algo de miedo, no me atrevo...las emociones tan fuertes no me van, seguramente continuaré conformándome con pequeñas dosis de su mala leche.

El premio Alberto Magno fue otorgado a “Ciudad nómada, rebaño miseria”, de Pablo Loperena. El world-building de esta novela breve es espectacular: En un futuro en el que el medio ambiente ha sido modificado de un modo programado, para que todos los materiales sean reciclados y la máxima extensión de superficie sea productiva, grandes ciudades circulan lentamente cosechando los productos vegetales que encuentran a su paso. Bajo las ciudades, siguiendo su ritmo, sobreviven con dificultad enormes rebaños de personas que viven de los restos y de la beneficencia, agrupadas en diferentes tribus, cada una con su cultura, sus reglas y los inevitables conflictos entre ellas. En un principio ubicarse en la historia no es fácil, pero Loperena consigue dar la información necesaria para ir descubriendo el escenario que plantea sin info-dumps, con un ritmo muy bien planeado. La historia termina de manera satisfactoria, pero creo que un universo tan bien logrado y lleno de detalles tiene que ser escenario de muchísimas más historias. Es ideal para una antología estilo fix-up, o para una novela coral. Pablo Loperena no es un completo desconocido, ha participado en diversas antologías de relatos, pero este es su primer gran éxito. Estoy convencido de que oiremos hablar de él en el futuro.

Del que sí hemos oído hablar, y mucho, durante este año es de David Luna, sin duda uno de los autores que más ha triunfado en 2016.
En septiembre ganó el premio UPC con “Éxodo”, una novela breve adictiva, de ritmo altísimo y que no da tregua al lector en ningún momento. En un futuro lejano la humanidad ha conseguido llegar a las estrellas y colonizar un planeta, pero la fauna y la flora autóctonas, de gran tamaño, no facilitan demasiado la labor. A lo largo de las generaciones, los grupos humanos han evolucionado hasta una estructura social y reproductiva parecida a la de una colonia de abejas o hormigas, con castas de guerreros, exploradores, clérigos, y una reina que tiene en exclusiva la capacidad reproductiva. La historia se centra en la migración que debe efectuar uno de los grupos hacia latitudes superiores del planeta para intentar compensar el incremento de la temperatura durante el cambio de estación. El narrador en primera persona de la novela es el jefe de seguridad de la colonia, y, aunque insiste en repetidas veces que los protagonistas son humanos, se me ha hecho difícil visualizarlos como tales debido a los cambios fisiológicos y de comportamiento que presentan, y por cómo se relacionan con los habitantes originarios del planeta. Una mezcla muy interesante de especulación, acción y misterio.

En noviembre David Luna también ganó el premio Domingo Santos con el relato “La fiebre”. La historia refleja una situación parecida a la de la novela que he comentado anteriormente, pero a la inversa. En este caso es la Tierra el escenario de una invasión de una raza alienígena que desemboca en una guerra brutal. El armamento nuclear y químico utilizado en la guerra ha generado un cambio climático en nuestro planeta, de forma que la temperatura ha subido tanto que la tecnología de los invasores está fallando y su fisiología está a punto de hacerlo. Aunque la historia se sitúa en un momento de tregua, la migración que deben emprender los alienígenas para buscar temperaturas más bajas creará situaciones de conflicto. Un escenario complicado para utilizar en un relato tan breve, pero Luna consigue con éxito crear un ambiente de tensión, desesperación y claustrofobia. A mi me gustó mucho y estoy seguro que a James Lovelock le encantaría. 

El Ignotus a la mejor novela corta se lo llevó “Naturaleza humana”, de César Mallorquí, presente en su última recopilación de narrativa breve Trece Monos, publicada por Fantascy. Ya había comentado esta novela en una edición anterior de esta sección que trataba sobre el premio UPC, ya que recibió la mención del jurado de este premio en 2012. La historia es una distopía con toques de space-opera y estructura de thriller. En una sociedad marcada por la guerra con unos alienígenas muy combativos, una psicóloga es reclutada por el ejército para buscar fallos de seguridad en la jerárquica estructura militar. Su investigación la llevará a plantearse los motivos de la guerra y sus consecuencias en la sociedad en la que vive. La trama mantiene la intriga durante gran parte de la historia, pero parte de la resolución la vi venir de lejos. Aún así, una lectura totalmente recomendable.



El Ignotus al mejor cuento fue para “La bestia humana de Birkenau”, de Sergio Mars. La historia da una vuelta de tuerca más sobre los horrores que cometieron los nazis en los campos de exterminio, con algunas reflexiones interesantes sobre la compasión, la redención y la humanidad. Está bien escrito, pero no me emocionó, ni tocando el tema escabroso que toca (lamentablemente, creo que estamos un poco inmunizados en este tema). En una segunda lectura me ha gustado más que la primera vez, pero continúa sorprendiéndome su elección, ya que cuando leí la antología en la que se publicó el relato, Mariposas en el oeste, no consideré que fuera uno de los relatos a destacar.



En cambio “Llers 1939”, de Enric Bassegoda, ganador ex-aequo del premi Ictineu de relato, sí que fue el que me gustó más de la interesante antología Catalunya Mítica, publicada por Orcinny Press. En un relato muy correcto Bassegoda utiliza un mito vampírico catalán, el del Conde Estruc, y lo sitúa en un contexto de caos como el que fue la Guerra Civil para justificar un hecho histórico espectacular. Un debut muy prometedor.
 El otro ganador fue Hugo Camacho por su relato “Compartiu, siusplau”, publicado en la revista Catarsi nº 17. En muy pocas palabras, y de forma muy hábil, Camacho presenta la posibilidad de que las personas descarguen su consciencia en las redes sociales, y plantea la situación de qué pasaría si esas redes sociales cerrasen sus servidores. La historia está estructurada como una entrada en facebook y sus comentarios correspondientes, que van desde un apoyo sin fisuras a el odio más exacerbado. Seguramente esto pasa más en twitter que en facebook, pero la historia funciona perfectamente y se me ha hecho cortísima. Es el segundo relato muy interesante (y diferente) que leo de este prometedor escritor, y activo traductor y editor.

En los tres grandes premios internacionales cabe destacar el gran éxito de las autoras, a diferencia de lo que ha pasado en nuestro país este año (y en  años anteriores, para que engañarnos). Creo que esta tendencia en los próximos años va a cambiar, ya que muchas editoriales nuevas están optando por el formato breve más que por la novela, y cada vez más autoras están publicando, por tanto habrá más posibilidades de que haya ganadoras.

En novela breve (novella) la gran ganadora ha sido Nnedi Okorafor con “Binti”, que se ha llevado el Hugo y el Nébula. La ambientación de la historia es muy interesante. Una joven muy inteligente perteneciente a una minoría étnica viaja desde la Tierra al planeta donde está ubicada la universidad más importante del Universo. En su viaje va a encontrarse con una situación problemática, que lamentablemente se resuelve utilizando el azar y las coincidencias, cosa que provocó que no terminara de convencerme. Aún así el universo que plantea despertó mi curiosidad, y di una oportunidad a la continuación, en la que corrige algunos de los fallos que detecté en la primera parte. Aunque no sea la mejor novela que he leído y su elección levantó alguna controversia, os la recomiendo para introduciros en el universo que plantea y así poder continuar con la historia, que mejora claramente. Aunque estoy seguro que aparecerá tarde o temprano un volumen recopilatorio de todas las novelas de Binti, o sea que podéis esperar.

El Locus lo ha ganado “Slow Bullets”, de Alastair Reynolds. En la línea a que nos tiene acostumbrados este excelente autor galés, presenta una historia de space-opera muy entretenida. Las slow bullets son dispositivos electrónicos que se introducen en el cuerpo de los soldados y que contienen información sobre su historia y expediente, y permiten identificarlos y localizarlos. La protagonista de la novela es una soldado que lucha en una guerra interplanetaria y, después de tener un encontronazo con una patrulla enemiga y quedar herida, despierta en una cápsula de hibernación de una nave con problemas de funcionamiento, junto con varios centenares de personas, de las que no se sabe su origen ni afiliación. La historia se centra en las relaciones entre estos viajeros, que no se conocen, mientras intentan sobrevivir y entender cómo han llegado hasta allí. Tangencialmente también trata de los conflictos religiosos, la redención y la supervivencia, la individual y la de la especie. Muy apropiada para introducirse en la obra de este autor sin entrar en las grandes sagas que acostumbra a proponer.

En relato largo (novellette) la cosa ha estado más repartida. El Nébula ha sido para Sara Pinsker con “Our lady of the open road”. La historia muestra un futuro cercano muy pesimista en el que la tecnología acaba provocando que las relaciones entre las personas sean cada vez más escasas. Los protagonistas son una banda de rock que malvive tocando de pueblo en pueblo viajando por carreteras secundarias en su vieja y maloliente furgoneta. Destaca más la ambientación que la historia que nos cuenta, y la mayoría de las tecnologías que destacan en la historia creo que las vamos a ver más pronto que tarde. Me ha gustado, pero no considero que sea un relato excepcional.
El Locus ha sido para “Black Dog”, un relato de Neil Gaiman ambientado en el universo de American Gods, y que podréis encontrar en la antología Material Sensible, publicada por Salamandra con traducción de Laura Fernández. Es una historia típica de Gaiman, con un misterio antiguo presente en la vida cotidiana de los protagonistas. Ha sido un placer volver a caminar con Shadow, pero creo que para disfrutar de la historia tienes que haber leído American Gods, y eso es un lastre. El estilo de Gaiman siempre me ha gustado, pero este relato se me ha hecho un poco largo.
La ganadora del Hugo ha sido Hao Jingfang, con el relato “Folding Beijing”, traducido por Ken Liu, gracias al cual vamos descubriendo el interesantísimo panorama de la literatura de ciencia ficción y fantasía que se está produciendo en China. Este relato va a aparecer en la antología Planetas Invisibles, que Lee Runas publicará en otoño de 2017. La historia plantea una situación dantesca de exceso de población y escasez de recursos, y el uso de una solución radical: la ciudad de Beijing se pliega y gira sobre sí misma para conseguir alojar al máximo de personas, en tres niveles diferentes que no comparten ni tiempo ni espacio, ya que cuando unos están activos, los otros están sedados. El planteamiento es interesante, muy triste la segregación social con la que especula la autora, pero tiene un cierto tono inocente, ingenuo, que ha provocado que no me acabe de convencer del todo.

Para terminar, los premios de relato corto (short story), que precisamente podéis encontrar en el número 5 de esta revista, con traducciones de Marcheto y Arrate Hidalgo. El Locus y el Hugo fue para “Cat pictures please”, de Naomi Krtizer. La historia está narrada desde el punto de vista de una IA consciente de su existencia y que intenta ayudar a los humanos a través de sus acciones, más o menos evidentes, previo pago de fotos de gatitos. Muy divertido, y te hace plantear muchas de tus acciones por la red.
El Nébula fue para “Hungry daughters of starving mothers”, de Alyssa Wong. Este de divertido no tiene nada. Lo considero un relato de terror, que presenta un interesante y original método de leer, captar y alimentarse de los pensamientos que presentan una especie de vampiros mentales que conviven con nosotros. La idea es tan buena que da para una historia de más extensión, yo me he quedado con ganas de más, sin duda.

En fin, una buena cosecha la de este año, que me ha servido como excusa para descubrir nuevos mundos, personajes y autores. Esperemos que el 2017 como mínimo mantenga el nivel. !Salud y buenas lecturas!

dimecres, 21 de setembre del 2016

Lo bueno, si breve... 5

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº5. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de Brandon Sanderson, Santiago Eximeno, Eduardo Vaquerizo, Miguel Santander, Víctor Conde  y ATENCIÓN, la traducción del relato ganador del Hugo y el Locus 2016, "Fotos de gatitos, por favor" de Naomi Kritzer y la del relato ganador del Nébula 2016 "Hijas hambrientas de madres famélicas" de Alyssa Wong. 
Una edición de lujo que no os podéis perder.

En mi colaboración con la anterior edición de esta revista planteé un cambio en la estructura de la sección. Si bien el fondo sigue siendo el mismo ( dar a conocer obras interesantes que hayan podido pasar más o menos desapercibidas al lector más generalista), la forma cambia para pasar a comentar novelas en lugar de relatos, y centrándome en trabajos publicados exclusivamente en catalán.
Mi hipótesis es que si una obra tiene cierto éxito de crítica y público en el minoritario mercado catalán, seguramente también la tendrá en el más extenso mercado nacional. Hay un auge de editoriales minoritarias que están publicando obras de género (El transbordador, Apache, Orcinny Press, Dilatando mentes, Carlinga ediciones, Editorial Hiboria...), y aquí pueden encontrar material interesante (de las comisiones ya hablaremos luego).
Siguiendo la dinámica de los anteriores artículos me centraré en obras finalistas o premiadas en diversos premios, en este caso en los premios que entrega la SCCFF (Societat Catalana de Ciència Ficció i Fantasia), los premis Ictineu. La votación es popular, y, por tanto, no exenta de las clásicas controversias de este tipo de premios. En una primera ronda los miembros de la SCCFF pueden proponer hasta 5 títulos de cada una de las categorías. Posteriormente, una vez hecha la primera selección, en una segunda ronda cualquier persona puede votar a los finalistas. El voto popular tiene un peso del 50%, la otra mitad es responsabilidad de un jurado especializado (del cual forman parte algunos de los perpetrador….er….colaboradores habituales de esta revista). Este año es el primero que he participado en todo el proceso de votación.


Mi favorita entre las finalistas de la edición del año pasado era Simulacions de vida, de Enric Hercé, publicada por Males Herbes (aunque debo reconocer que todavía tengo pendiente la lectura de Tenebra, la novela que ganó; en el próximo artículo os cuento). Es una historia muy trabajada: cada capítulo está titulado con un acrónimo relacionado con lo que va a contar y narrado desde el punto de vista de un protagonista diferente. Esto provoca que la trama avance de forma tangencial a los personajes y que sea necesaria una lectura atenta, ya que los personajes, que parecen independientes, también estan relacionados de manera tangencial. La estructura es muy parecida a un fix-up. La historia está situada en un futuro cercano y basada en una tecnología, el log, que es una evolución de los smartphones. Leí la novela hace un año y medio, y seguramente algunas de las particularidades de esta tecnología ya no me sonarían tan sorprendentes si lo leyera ahora, el ritmo de los cambios en los móbiles es espectacular. Esto puede provocar que en pocos años esta novela se vea un poco anacrónica, cosa que sería una lástima. El autor está nominado este año a los premios por uno de sus relatos: le deseo mucha suerte.


Steam-punk a la catalana, así es como se presenta en muchos sitios a la novela ganadora de la edición del 2012, La febre del vapor, de Jordi Font-Agustí, publicada por la editorial Pagès. Yo creo que es un error, porque, aunque de vapor hay, y mucho, no presenta las características típicas de su uso de este subgénero (que no es precisamente uno de mis favoritos). En el fondo es una ucronía con estructura de thriller y novela de espionaje. La historia se sitúa en los años previos a la primera guerra mundial. Se ha descubierto un manantial con una agua que, cuando se calienta, genera un vapor capaz de calentar mucho más de lo normal, con lo que se desencadena una segunda revolución industrial en Catalunya basada en esta tecnología, lo que provoca el interés de las grandes potencias mundiales. La trama tiene un cierto tono documental, y si a eso le añadimos el hecho de que varios de los protagonistas son personajes históricos, y están poco caracterizados, la novela es un poco fría, pero muy adictiva. Es curioso como refleja en una historia situada hace un siglo algunos de los aspectos que son recurrentes en la prensa en nuestros días: la relación Catalunya-España, la corrupción y los pocos escrúpulos de la clase dirigente, el hecho de aprovechar al máximo la situación actual sin pensar en las consecuencias futuras… leyéndo la novela tuve cierta sensación de déjá vu.


Si comento una ucronía tengo que comentar una distopía, sino los subgéneros quedan descompensados. Una de las finalistas de 2014 fue Terra Inhóspita: Barcelona 2048, de Maria Dolors Millat, publicada por Edicions el Periscopi. La ambientación es el punto fuerte de esta novela: una sociedad, la Netkracia, que ha derivado a un capitalismo extremo en el que las grandes corporaciones dominan la sociedad a nivel político (con una nueva distribución geográfica), económico (con una nueva moneda, el denario) y legislativo (muchas de las acciones que hacemos habitualmente estan prohibidas o se pueden realizar exclusivamente online). Los nombres de las calles, plazas y instituciones son los de estas corporaciones globales, de forma que podemos estudiar en la Barça University o pasear por la Rambla Bayer. Uno de los puntos más interesantes de la novela es una evolución del soma de Huxley; los ciudadanos disponen de fármacos conductuales que les permiten controlar sus sentimientos para sentirse siempre bién. La variedad y nomenclatura de estas substancias da mucho juego: Somnolence, Antiobsession, Valentis y incluso SelecLove-X para enamorarse temporalmente de personas de una edad determinada. La historia se centra en un miembro de la resistencia, en el momento que se está planteando un golpe muy importante contra el sistema.


En 2011 ganó El joc de Déu, de Salvador Macip, publicado por Edicions Bromera. Es una novela gamberra, irreverente, divertida y, en principio, con una historia ligera. Digo en principio porque las apariencias engañan y utilizando el humor hace reflexiones muy interesantes sobre el viaje en el tiempo y sus paradojas. El protagonista es un perdedor, perezoso y mal estudiante que está enamorado de una de sus compañeras de clase que actúa como si el no existiera. Un dia cuando regresa a su apartamento Dios le está esperando en el sofá para pedirle un favor. Sólo el puede salvar al mundo de la destrucción, pero tendrá que asesinar a un científico antes de que realize un experimento que creará un agujero negro en nuestro planeta. Estructurada en tres partes muy diferentes, y con capítulos muy breves que alternan los puntos de vista de los protagonistas es una historia divertida, entretenida y de lectura rápida y muy amena.    


Los tres finalistas de este año son El crit de les Ultracoses, de David Ruiz (que ya comenté en el artículo anterior), La República Pneumática, de Jaume Valor (que ya ha sido publicada en castellano, por tanto no es objetivo de este artículo) y mi favorita, Michelíada, de Antoni Munné-Jordà, publicada por Males Herbes.
No sé si tendría que comentar esta novela, porque creo que es intraducible, pero el esfuerzo que ha realizado el autor para escribirla merece como mínimo la mención en el artículo. Es una revisión de la Ilíada de Homero, ubicada en una guerra entre dos facciones, los fundamentalistas islámicos productores de petroleo (los troyanos) y el bloque occidental (los griegos), situada en un futuro lejano en el que las guerras son retransmitidas por la televisión. Los protagonistas de cada bloque reciben nombres de marcas de vehículos o de petroleras. Es un juego divertido buscar las correspondencias con los protagonistas de la obra original (Volvo/Agammenón, Landróver/Néstor, Shell/Héctor), aunque el autor se ha permitido algunas licencias en forma de cambios de sexo y de fusión de personajes. Lástima que no domine suficientemente la Ilíada para pillar todas las referencias.
Cada capítulo está narrado con una estructura y estilo diferentes: una obra de teatro, un informe, un interrogatorio, un guión de una producción audiovisual, una notícia de periódico, una crónica medieval, un diario personal, con el estilo de la biblia, de las mil y una noches... Y si eso no implicara suficiente trabajo, los diferentes grupos de personajes utilizan diferentes variantes del catalán. Una obra completísima merecedora del premio, sin duda.


Ya véis que en la variedad está el gusto: ucronías, distopías, viajes en el tiempo, nuevas tecnologías, revisiones de los clásicos...continúo disfrutando mucho descubriendo la narrativa de género escrita en catalán, y todavía tengo en la pila novelas suficientes para un par de artículos como este. La cosa promete.