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diumenge, 19 de gener del 2025

La Tierra multicolor - Julian May

Hace unos años me planteé como objetivo leer clásicos de ciencia ficción que tenía pendientes. Lo he cumplido con creces, pero he comentado pocos de estos libros en el blog. Este año voy a intentar cambiar esta dinámica y voy a comenzar con La Tierra multicolor, de Julian May, una de las pocas autoras de ciencia ficción de las que se publicaban en castellano el siglo pasado de la cual no había leído nada todavía, y de la cual hace unos meses adquirí muchas de sus novelas.

La Tierra multicolor, una lectura que me ha sorprendido gratamente, es el primer libro de una tetralogía denominada Exilio en el Plioceno, que publicó la editorial Ultramar en su colección de bolsillo de ciencia ficción, y que la editorial La máquina que hace PING volvió a editar con otra traducción hace pocos años, aunque se quedaron solo con los dos primeros volúmenes de la saga. 
La ambientación inicial es uno de los aspectos que más me han gustado. La novela nos sitúa en un futuro en el que hemos establecido contacto con varias especies alienígenas en un suceso denominado la Intervención, que la autora explora en otra trilogía de novelas conectada con esta saga, pero de lectura independiente. Este contacto permite a algunos humanos desarrollar ciertas capacidades mentales como telequinesia o telepatía, a la vez que la humanidad, gracias a los conocimientos tecnológicos de los extraterrestres, adquiere la capacidad de colonizar las estrellas. Me ha sorprendido como los nuevos planetas colonizados no son heterogéneos racial y culturalmente, como seguramente pasaría en una novela escrita actualmente, sino que cada país o cultura de la Tierra se ha hecho cargo de uno o varios planetas cercanos. Este aspecto me ha recordado a la saga de Ender de Orson Scott Card, que en su momento me fascinó.

La humanidad ya forma parte activa de esta sociedad multicultural, el Medio Galáctico,  lo que le ofrece muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes. Es una sociedad controladora y que tiende a la uniformidad, y algunas personas especiales no encajan. Estos individuos son los que se sienten atraídos para viajar al Exilio. 
Un científico francés ha creado en un punto del norte de su país un portal que permite viajar al pasado de la Tierra, concretamente a la época del Plioceno. Es un viaje solo de ida, y nada se sabe de los múltiples aventureros que se han atrevido a realizarlo. La primera parte de la novela, que es la que más me ha gustado, nos presenta toda esta ambientación mientras conocemos a los variopintos personajes que confluirán para formar un grupo de viaje. Es un derroche de ideas, de ambientaciones y de situaciones, una muestra impactante de lo que es capaz de imaginar esta autora. En cada capítulo introductorio hay material suficiente para crear una novela independiente, pero la autora no lo aprovecha, la historia que ella tiene ganas de contar comienza después del viaje.

La sorpresa que se van a encontrar nuestro variado grupo de protagonistas cuando llegan al pasado es que no están solos. Una nave alienígena aterrizó en el planeta varios miles de años antes y los supervivientes, muy parecidos a los humanos, aunque bastante más altos, se han hecho dueños del lugar. Gracias a su tecnología consiguieron esclavizar mentalmente a los primates residentes, pero con la llegada a través del portal de humanos mucho más inteligentes, todo mejoró para estos extraterrestres. Lo que era una novela de ciencia ficción con grandes dosis de especulación sorprendente se convierte a partir de que los protagonistas realizan el viaje al pasado en una historia de aventuras, exploración y supervivencia, con algunos tropos más típicos de la fantasía que de la ciencia ficción. Incluso me atrevería a decir que con algunos toques pulp. El cambio de tono de la historia me ha sorprendido, prefería la primera parte, lo reconozco, pero la segunda es muy entretenida.

Es una historia muy variada, tanto por los múltiples puntos de vista, con personajes muy diferentes y bien dibujados, como por los diferentes tipos de peripecias en los que se ven implicados. El nombre de la novela, que hace referencia implícita a la variedad, es totalmente acertado.
Tenía claro que formaba parte de una saga, pero la conclusión de la trama me ha dejado a medias, y para poder seguir con la historia es imprescindible seguir con el segundo libro, El torque de oro.
En fin, que os recomiendo totalmente su lectura: una primera parte de especulación basada en la ciencia ficción y una segunda parte de aventuras emocionantes, viajes fascinantes por geografías que nos resultan familiares a los europeos, pero que están cambiadas, fauna, flora y paisajes sorprendentes y personajes a los que acabas cogiendo cariño. Me he quedado con ganas de más y estoy convencido de que la segunda parte pronto aparecerá por aquí.

Otras opiniones de la novela: Rescepto, La nave invisible

divendres, 5 de juny del 2020

Pequeños dioses y otros cuentos blancos - Tim Pratt

Des de que tuve noticia que iban a publicar esta colección de relatos de Tim Pratt que le tenía muchas ganas, era uno de esos libros a los que ya le había reservado un sitio concreto en mis estanterías. Las expectativas tan altas son peligrosas, pero como el producto no las ha defraudado para nada, hoy toca una entrada con más elogios de lo habitual. Tiene cierta trampa, porque ya había leído la mayoría del contenido de esta recopilación, ya sea en la web Cuentos para Algernon, en la antología de Mariano Villarreal Ciudad Nómada, o en la antología Hic Sunt Dracones, de la añorada editorial Fata Libelli. Ya sabía qué me iba a encontrar, exceptuando un par de relatos, pero lo he disfrutado mucho igualmente. Conecto muchísimo con el estilo de Tim Pratt cuando escribe narrativa breve, lo considero un maestro y está en mi Top 10 particular. Otra cosa es cuando escribe novelas de space-opera, las cuales os aconsejo que no las toquéis ni con un palo, pero eso es harina de otro costal. 

Es difícil definir el estilo de Pratt. Es cercano, sin excesivas alharacas, y con poca cosa es capaz de sorprender al lector. Derrocha ideas sorprendentes y creo que no les acaba de sacar todo el jugo, casi que las desperdicia. En estos aspectos me recuerda un poco a Neil Gaiman. Pero no se conforma con sorprender, creo que también pretende emocionar, y para ello tiene los sentimientos de los protagonistas muy presentes en sus relatos, y consigue que el lector empatice con ellos. En este caso, quien me viene a la cabeza como referente es Mike Resnick. Solo con él y con Tim Pratt se me ha escapado alguna lágrima leyendo relatos de fantasía o ciencia ficción. 
Me pregunto qué situaciones difíciles le han debido ocurrir durante su vida, ya que muchos relatos tratan de la pérdida, ya sea de personas amadas, amistades o incluso objetos. Diría que este concepto es el eje principal de la antología, y me atrevo a decir incluso que algunos relatos estén relacionados de alguna manera difusa a través de él.
Para ponerle algún pero, le criticaré la forma abrupta de finalizar las historias. No acaban de quedar bien cerradas; en algunos casos quedan demasiado abiertas a la interpretación del lector y en otras literalmente le dejan colgado. Me quedo con la sensación que no es un defecto del estilo, sino que es un efecto totalmente buscado, pero si se repite varias veces en la misma colección de relatos, destaca mucho más como algo negativo que como virtud. También he detectado un tono diferente en algunas historias, creo que debido a que la traducción no va a cargo de una sola persona. En la antología de Fata Libelli no tuve esa sensación, el tono era más homogéneo. 
Mis favoritos son los relatos Sueños imposibles (me encantaría visitar ese videoclub) y Pequeños Dioses (el que me ha emocionado más de todos). Tienen todo lo que más me gusta de este autor y que he comentado con anterioridad. Hay otros que también me gustan mucho y que se escapan por temática de la mayoría del conjunto. Los podríamos incluir en una fantasía más clásica, con una presencia más importante de la magia, pero con el toque especial del autor. En este paquete incluiría La copa y la mesa, Tres peticiones a la reina del infierno y Siegaespectros
Destacando a estos cinco relatos no quiero decir que el resto no valgan la pena, al contrario. Ninguno desmerece el conjunto, creo que se tiene que valorar la regularidad de la calidad, pero es inevitable tener favoritos.

En fin, que lo he disfrutado mucho y no puedo hacer nada más que recomendarlo. Creo que es un acierto editorial, ni que muchos relatos ya se hayan publicado en castellano. Un libro destinado a los amantes del género, y también un buen libro para regalar a aquellos que consideran que la ciencia ficción y la fantasía son géneros menores. Es fácil que pueda ayudar a cambiar alguna de estas opiniones desfavorables. A los que ya conocíais la obra de Pratt os diré que es un lujo tener en las manos este conjunto de relatos todos juntos. A los que no lo conocéis, si no os he convencido, os aconsejaré que leáis alguno de los relatos de Pratt traducidos por Marcheto en Cuentos para Algernon, y luego ya me contaréis. Apuesto una botella de vidrio azul, un poco de canela, una copa de helado y un DVD de vuestra película favorita a que no os decepcionará.