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dimecres, 31 de gener del 2018

Éxodo - David Luna

Ya he comentado en varias entradas anteriores que me encanta que en los dos últimos años haya aparecido una nueva tendencia en el mundo editorial que está dando mucha importancia a las novelas cortas. El caso que hoy nos ocupa, la editorial Apache y su colección Biblioteca de ciencia ficción en español, tiene la particularidad que las novelas que publican han ganado el Premio UPC o el Alberto Magno. En esta colección encontraréis novelas muy divertidas, como Superextragrande de Yoss, o una obra maestra de la ciencia ficción como Mala Racha de José Antonio Cotrina.

La protagonista de esta entrada es la última ganadora del Premio UPC: Éxodo (o como salvar a la reina) de David Luna. 
En un futuro lejano la humanidad ha conseguido llegar a las estrellas y colonizar un planeta que hemos llamado Zigurat, pero la fauna y la flora autóctonas, de gran tamaño, no facilitan demasiado la labor. A lo largo de las generaciones los grupos humanos han evolucionado hasta una estructura social y reproductiva parecida a la de una colonia de abejas o hormigas, con castas de guerreros, exploradores, clérigos, y una reina que tiene en exclusiva en la colonia la capacidad reproductiva. 
La historia se centra en la migración que debe efectuar uno de los grupos hacia latitudes superiores del planeta para intentar compensar el incremento de la temperatura durante el cambio de estación. El narrador en primera persona de la novela es el jefe de seguridad de la colonia, y, aunque insiste en repetidas veces que los protagonistas son humanos, se me ha hecho difícil visualizarlos como tales. Los cambios fisiológicos y de comportamiento que presentan, cómo se relacionan con los (enormes) habitantes originarios del planeta, su alimentación, su reproducción... durante gran parte de la historia he imaginado a los protagonistas como una mezcla entre humano y himenóptero un poco extraña. Creo que es un acierto de la ambientación, que es uno de los puntos fuertes de la historia, aunque no el único.
Es una novela corta adictiva, difícil de dejar, de ritmo altísimo y que no da tregua al lector en ningún momento. Una mezcla muy interesante y equilibrada de especulación, acción y misterio. Os la recomiendo sin ninguna duda.

Si he conseguido despertar vuestra curiosidad, tenéis la oportunidad de catar la historia a ver si os convence, ya que en la revista Windumanoth se ha publicado el primer capítulo de la novela, y os aconsejo también que echéis un vistazo a la elaboradísima (como siempre) reseña de Esteban Betancour en su blog. Por mi parte, continuaré pendiente de los nuevos proyectos de David Luna

dimecres, 7 de juny del 2017

Sucesos extraños - varios autores

Una de las series que más triunfó el año pasado fue Stranger things, una historia de aventuras y misterio protagonizada por una pandilla de niños y llena de guiños y referencias a películas y series de los años 80: ET, los Goonies, Ojos de Fuego, Aliens, Stand by me,... La serie es muy entretenida, si tenéis ocasión de verla os la recomiendo.

Aprovechando el tirón la Editorial Apache publicó la antología Sucesos extraños, formada por ocho relatos que mezclan el misterio con referencias a la vida de los niños y adolescentes en los años 80 en nuestro país. La premisa era prometedora y la alineación de autores muy interesante, así que cuando se publicó en formato digital después de ser nominada a la mejor antología en los Ignotus, no dudé ni un minuto en comprarla.
Encontraréis historias llenas de bicicletas, pantalones cortos, largos veranos de tardes aburridas, abusones, amores infantiles, primeros besos y referencias a porrillo a la cultura popular de la época. A mi me pilla de lleno y he visto reflejadas algunas escenas de mi infancia, pero no sé qué pueden llegar a pensar lectores más jóvenes. En los diferentes relatos aparecen productos, series o personajes populares en los que no pensaba desde hacía años (los chicles Cheiw, el Frigurón, o El halcón callejero, por ejemplo) y en momentos la nostalgia me ha afectado, debo reconocerlo. Por otro lado, algunas de las referencias creo que están colocadas con calzador, demasiado forzadas. 
El principal problema de la antología es que la mayoría de los relatos tienen un tono parecido, siguen una estructura similar pero cambiando la situación que genera la intriga, y la lectura se hace a momentos repetitiva. Sólo un par de historias salen de la norma. Paso a comentar aquellos relatos que me han tocado, que me han emocionado, ya sea por lo que cuentan o por cómo lo cuentan. Con eso no quiero decir que el resto no sean buenos relatos, pero no me han convencido.

La Poza, de David Jasso, es un relato agobiante; este autor siempre consigue provocarme esta sensación, sobre todo cuando el agua es un componente importante en la narración. Aunque es menos agobiante que otros de sus  relatos, ya que dedica mucho tiempo a presentarnos los personajes y la situación antes de llegar  a la parte más interesante del relato. El protagonista es un joven que está en un pueblo de vacaciones, pero no se acaba de integrar con los jóvenes de su edad del lugar. Durante las fiestas del pueblo no se le ocurre nada más que seguir a la pandilla de la chica que le gusta cuando deciden ir a bañarse al río. Siempre digo que tengo que atreverme con sus novelas, pero me da miedo... 

Carlos J Lluch me ha sorprendido con Recuerdos. La historia trata sobre un joven que ve visiones que sólo el percibe. Concretamente de un coche y un personaje extraños, siempre en el mismo lugar del pueblo en el que está de vacaciones. La única que le cree es la chica de la que está enamorado. Estaba convencido que le había visto el truco muy pronto al relato, pero el final me ha parecido sorprendente y original dentro del subgénero del que trata, y eso es difícil.

En El prisionero David Luna consigue dar una vuelta de tuerca más al personaje del vampiro en un relato muy interesante y original, pero que no sé si acaba de entrar en la dinámica de la antología. Es el que veo más desconectado de la tónica general, aunque eso no quiere decir que no me haya gustado. 

El relato más original, y el que más me ha gustado, es Nora a través del monitor, de Javier Castañeda. Un joven adicto a los videojuegos compra una revista en la que regalan un juego diferente a los demás, con una chica como protagonista y que trata temas a los que no está acostumbrado. Las decisiones que tome en el juego afectarán a su vida real, pero de una manera que me ha sorprendido. Creo que la historia se ve constreñida por la longitud y por tanto el final es un poco apresurado. Seguramente daba para un relato más largo o una novela breve, la premisa lo merece.

En definitiva, una antología un tanto irregular, repetitiva por la estructura de los relatos, pero con algunas historias muy interesantes y recomendables. Si tenéis nostalgia de los ochenta disfrutaréis con este libro, seguro.

divendres, 28 d’abril del 2017

Lo bueno si breve 6 - Premios de narrativa breve 2016

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº7. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de Lavie Tidhar, Eduardo Vaquerizo, Mike Resnick, Susana Vallejo, Sergio Mars, Angela Slatter y Víctor Conde, entre otros.

En el artículo de este número voy a comentar los relatos y novelas breves premiados durante el año 2016. El elenco de los ganadores es una mezcla de autores veteranos y consagrados, autores y autoras que están en proceso emergente y empiezan a destacar dentro del panorama del género, y autores y autoras noveles pero que prometen mucho. He disfrutado mucho preparando esta sección, creo que lo he repetido en cada artículo, pero esta voy a intentar repetirla cada año, me encanta descubrir a nuevos talentos, y la carrera de algunos de los que aparecen por aquí voy a seguirla con atención.
Como de bien nacidos es ser agradecidos, antes de empezar quiero agradecer a los escritores que me han permitido leer su obra para poder incluir a todos los premios en el artículo, ya que algunos de los relatos y novelas que comentaré todavía no están publicados (pero espero que pronto lo estén). Vamos a ver qué tal ha ido la cosecha.

Los malos tragos es mejor pasarlos rápido, o sea que vamos a empezar por el Premio Nocte, que otorga La Asociación Española de Escritores de Terror. El ganador fue David Jasso, con el relato “Los peces”, perteneciente a la antología Donde Reside el Horror publicada por Edge. Todos los relatos de la antología están relacionados con los Mitos de Cthulu, pero no hace falta ser un gran conocedor de la obra de Lovecraft para “disfrutar” con el opresivo ambiente que recrea Jasso en su relato. Un comienzo más bien tranquilo y en apariencia inocente termina en una situación agobiante y un giro inesperado que me sorprendió. He leído varios relatos de este veterano autor zaragozano, su estilo me gusta mucho aunque siempre me han dejado mal cuerpo. Algún día tengo que aventurarme en sus novelas, pero reconozco que tengo algo de miedo, no me atrevo...las emociones tan fuertes no me van, seguramente continuaré conformándome con pequeñas dosis de su mala leche.

El premio Alberto Magno fue otorgado a “Ciudad nómada, rebaño miseria”, de Pablo Loperena. El world-building de esta novela breve es espectacular: En un futuro en el que el medio ambiente ha sido modificado de un modo programado, para que todos los materiales sean reciclados y la máxima extensión de superficie sea productiva, grandes ciudades circulan lentamente cosechando los productos vegetales que encuentran a su paso. Bajo las ciudades, siguiendo su ritmo, sobreviven con dificultad enormes rebaños de personas que viven de los restos y de la beneficencia, agrupadas en diferentes tribus, cada una con su cultura, sus reglas y los inevitables conflictos entre ellas. En un principio ubicarse en la historia no es fácil, pero Loperena consigue dar la información necesaria para ir descubriendo el escenario que plantea sin info-dumps, con un ritmo muy bien planeado. La historia termina de manera satisfactoria, pero creo que un universo tan bien logrado y lleno de detalles tiene que ser escenario de muchísimas más historias. Es ideal para una antología estilo fix-up, o para una novela coral. Pablo Loperena no es un completo desconocido, ha participado en diversas antologías de relatos, pero este es su primer gran éxito. Estoy convencido de que oiremos hablar de él en el futuro.

Del que sí hemos oído hablar, y mucho, durante este año es de David Luna, sin duda uno de los autores que más ha triunfado en 2016.
En septiembre ganó el premio UPC con “Éxodo”, una novela breve adictiva, de ritmo altísimo y que no da tregua al lector en ningún momento. En un futuro lejano la humanidad ha conseguido llegar a las estrellas y colonizar un planeta, pero la fauna y la flora autóctonas, de gran tamaño, no facilitan demasiado la labor. A lo largo de las generaciones, los grupos humanos han evolucionado hasta una estructura social y reproductiva parecida a la de una colonia de abejas o hormigas, con castas de guerreros, exploradores, clérigos, y una reina que tiene en exclusiva la capacidad reproductiva. La historia se centra en la migración que debe efectuar uno de los grupos hacia latitudes superiores del planeta para intentar compensar el incremento de la temperatura durante el cambio de estación. El narrador en primera persona de la novela es el jefe de seguridad de la colonia, y, aunque insiste en repetidas veces que los protagonistas son humanos, se me ha hecho difícil visualizarlos como tales debido a los cambios fisiológicos y de comportamiento que presentan, y por cómo se relacionan con los habitantes originarios del planeta. Una mezcla muy interesante de especulación, acción y misterio.

En noviembre David Luna también ganó el premio Domingo Santos con el relato “La fiebre”. La historia refleja una situación parecida a la de la novela que he comentado anteriormente, pero a la inversa. En este caso es la Tierra el escenario de una invasión de una raza alienígena que desemboca en una guerra brutal. El armamento nuclear y químico utilizado en la guerra ha generado un cambio climático en nuestro planeta, de forma que la temperatura ha subido tanto que la tecnología de los invasores está fallando y su fisiología está a punto de hacerlo. Aunque la historia se sitúa en un momento de tregua, la migración que deben emprender los alienígenas para buscar temperaturas más bajas creará situaciones de conflicto. Un escenario complicado para utilizar en un relato tan breve, pero Luna consigue con éxito crear un ambiente de tensión, desesperación y claustrofobia. A mi me gustó mucho y estoy seguro que a James Lovelock le encantaría. 

El Ignotus a la mejor novela corta se lo llevó “Naturaleza humana”, de César Mallorquí, presente en su última recopilación de narrativa breve Trece Monos, publicada por Fantascy. Ya había comentado esta novela en una edición anterior de esta sección que trataba sobre el premio UPC, ya que recibió la mención del jurado de este premio en 2012. La historia es una distopía con toques de space-opera y estructura de thriller. En una sociedad marcada por la guerra con unos alienígenas muy combativos, una psicóloga es reclutada por el ejército para buscar fallos de seguridad en la jerárquica estructura militar. Su investigación la llevará a plantearse los motivos de la guerra y sus consecuencias en la sociedad en la que vive. La trama mantiene la intriga durante gran parte de la historia, pero parte de la resolución la vi venir de lejos. Aún así, una lectura totalmente recomendable.



El Ignotus al mejor cuento fue para “La bestia humana de Birkenau”, de Sergio Mars. La historia da una vuelta de tuerca más sobre los horrores que cometieron los nazis en los campos de exterminio, con algunas reflexiones interesantes sobre la compasión, la redención y la humanidad. Está bien escrito, pero no me emocionó, ni tocando el tema escabroso que toca (lamentablemente, creo que estamos un poco inmunizados en este tema). En una segunda lectura me ha gustado más que la primera vez, pero continúa sorprendiéndome su elección, ya que cuando leí la antología en la que se publicó el relato, Mariposas en el oeste, no consideré que fuera uno de los relatos a destacar.



En cambio “Llers 1939”, de Enric Bassegoda, ganador ex-aequo del premi Ictineu de relato, sí que fue el que me gustó más de la interesante antología Catalunya Mítica, publicada por Orcinny Press. En un relato muy correcto Bassegoda utiliza un mito vampírico catalán, el del Conde Estruc, y lo sitúa en un contexto de caos como el que fue la Guerra Civil para justificar un hecho histórico espectacular. Un debut muy prometedor.
 El otro ganador fue Hugo Camacho por su relato “Compartiu, siusplau”, publicado en la revista Catarsi nº 17. En muy pocas palabras, y de forma muy hábil, Camacho presenta la posibilidad de que las personas descarguen su consciencia en las redes sociales, y plantea la situación de qué pasaría si esas redes sociales cerrasen sus servidores. La historia está estructurada como una entrada en facebook y sus comentarios correspondientes, que van desde un apoyo sin fisuras a el odio más exacerbado. Seguramente esto pasa más en twitter que en facebook, pero la historia funciona perfectamente y se me ha hecho cortísima. Es el segundo relato muy interesante (y diferente) que leo de este prometedor escritor, y activo traductor y editor.

En los tres grandes premios internacionales cabe destacar el gran éxito de las autoras, a diferencia de lo que ha pasado en nuestro país este año (y en  años anteriores, para que engañarnos). Creo que esta tendencia en los próximos años va a cambiar, ya que muchas editoriales nuevas están optando por el formato breve más que por la novela, y cada vez más autoras están publicando, por tanto habrá más posibilidades de que haya ganadoras.

En novela breve (novella) la gran ganadora ha sido Nnedi Okorafor con “Binti”, que se ha llevado el Hugo y el Nébula. La ambientación de la historia es muy interesante. Una joven muy inteligente perteneciente a una minoría étnica viaja desde la Tierra al planeta donde está ubicada la universidad más importante del Universo. En su viaje va a encontrarse con una situación problemática, que lamentablemente se resuelve utilizando el azar y las coincidencias, cosa que provocó que no terminara de convencerme. Aún así el universo que plantea despertó mi curiosidad, y di una oportunidad a la continuación, en la que corrige algunos de los fallos que detecté en la primera parte. Aunque no sea la mejor novela que he leído y su elección levantó alguna controversia, os la recomiendo para introduciros en el universo que plantea y así poder continuar con la historia, que mejora claramente. Aunque estoy seguro que aparecerá tarde o temprano un volumen recopilatorio de todas las novelas de Binti, o sea que podéis esperar.

El Locus lo ha ganado “Slow Bullets”, de Alastair Reynolds. En la línea a que nos tiene acostumbrados este excelente autor galés, presenta una historia de space-opera muy entretenida. Las slow bullets son dispositivos electrónicos que se introducen en el cuerpo de los soldados y que contienen información sobre su historia y expediente, y permiten identificarlos y localizarlos. La protagonista de la novela es una soldado que lucha en una guerra interplanetaria y, después de tener un encontronazo con una patrulla enemiga y quedar herida, despierta en una cápsula de hibernación de una nave con problemas de funcionamiento, junto con varios centenares de personas, de las que no se sabe su origen ni afiliación. La historia se centra en las relaciones entre estos viajeros, que no se conocen, mientras intentan sobrevivir y entender cómo han llegado hasta allí. Tangencialmente también trata de los conflictos religiosos, la redención y la supervivencia, la individual y la de la especie. Muy apropiada para introducirse en la obra de este autor sin entrar en las grandes sagas que acostumbra a proponer.

En relato largo (novellette) la cosa ha estado más repartida. El Nébula ha sido para Sara Pinsker con “Our lady of the open road”. La historia muestra un futuro cercano muy pesimista en el que la tecnología acaba provocando que las relaciones entre las personas sean cada vez más escasas. Los protagonistas son una banda de rock que malvive tocando de pueblo en pueblo viajando por carreteras secundarias en su vieja y maloliente furgoneta. Destaca más la ambientación que la historia que nos cuenta, y la mayoría de las tecnologías que destacan en la historia creo que las vamos a ver más pronto que tarde. Me ha gustado, pero no considero que sea un relato excepcional.
El Locus ha sido para “Black Dog”, un relato de Neil Gaiman ambientado en el universo de American Gods, y que podréis encontrar en la antología Material Sensible, publicada por Salamandra con traducción de Laura Fernández. Es una historia típica de Gaiman, con un misterio antiguo presente en la vida cotidiana de los protagonistas. Ha sido un placer volver a caminar con Shadow, pero creo que para disfrutar de la historia tienes que haber leído American Gods, y eso es un lastre. El estilo de Gaiman siempre me ha gustado, pero este relato se me ha hecho un poco largo.
La ganadora del Hugo ha sido Hao Jingfang, con el relato “Folding Beijing”, traducido por Ken Liu, gracias al cual vamos descubriendo el interesantísimo panorama de la literatura de ciencia ficción y fantasía que se está produciendo en China. Este relato va a aparecer en la antología Planetas Invisibles, que Lee Runas publicará en otoño de 2017. La historia plantea una situación dantesca de exceso de población y escasez de recursos, y el uso de una solución radical: la ciudad de Beijing se pliega y gira sobre sí misma para conseguir alojar al máximo de personas, en tres niveles diferentes que no comparten ni tiempo ni espacio, ya que cuando unos están activos, los otros están sedados. El planteamiento es interesante, muy triste la segregación social con la que especula la autora, pero tiene un cierto tono inocente, ingenuo, que ha provocado que no me acabe de convencer del todo.

Para terminar, los premios de relato corto (short story), que precisamente podéis encontrar en el número 5 de esta revista, con traducciones de Marcheto y Arrate Hidalgo. El Locus y el Hugo fue para “Cat pictures please”, de Naomi Krtizer. La historia está narrada desde el punto de vista de una IA consciente de su existencia y que intenta ayudar a los humanos a través de sus acciones, más o menos evidentes, previo pago de fotos de gatitos. Muy divertido, y te hace plantear muchas de tus acciones por la red.
El Nébula fue para “Hungry daughters of starving mothers”, de Alyssa Wong. Este de divertido no tiene nada. Lo considero un relato de terror, que presenta un interesante y original método de leer, captar y alimentarse de los pensamientos que presentan una especie de vampiros mentales que conviven con nosotros. La idea es tan buena que da para una historia de más extensión, yo me he quedado con ganas de más, sin duda.

En fin, una buena cosecha la de este año, que me ha servido como excusa para descubrir nuevos mundos, personajes y autores. Esperemos que el 2017 como mínimo mantenga el nivel. !Salud y buenas lecturas!

diumenge, 15 de gener del 2017

Laberinto Tennen - David Luna

Si tuviese que destacar un autor en el panorama nacional de género que haya triunfado en 2016 creo que elegiría a David Luna. Ha publicado sus dos primeros libros (el último Laberinto Tennen, el objeto de esta entrada, con Ediciones El Transbordador), ha participado en varias antologías con sus relatos y ha ganado el premio Domingo Santos y el UPC. David tuvo la amabilidad de acceder a ser entrevistado en el blog, y tuve el placer de conocerlo en persona en la Eurocon.

La novela se sitúa en un futuro post-apocalíptico en el que el uso de la tecnología está prohibido, vigilado y limitado por una Nueva Inquisición y la sociedad ha vuelto a una estructura parecida a la medieval. Como consecuencia de las acciones de la guerra que llevó al apocalipsis algunas personas desarrollan poderes mentales y sensoriales. Los Tennen son una orden que capta, orienta y entrena a las personas con estas capacidades. Los protagonistas principales son Bastián, un ladronzuelo con poderes y el que será su instructor en la orden Tennen, Lux.Zu. 
La historia tiene muchos tópicos: el joven elegido, la relación maestro-alumno, el entrenamiento de los poderes del protagonista en un edificio de la orden, el antiguo miembro de la orden que será el antagonista,... pero están mezclados con otros aspectos originales, conspiraciones políticas y con una ambientación muy interesante, de forma que el conjunto forma una historia muy entretenida. Entre los aspectos más originales está la Orden Tennen, una curiosa mezcla de cultura zen, orden medieval militar, X-men y orden Jedi. Lástima que no ha profundizado demasiado en su funcionamiento, estructura y origen.
El problema principal de la novela es lo que provoca que la narrativa breve de David haya triunfado: el ritmo acelerado. En sus relatos y novelas breves la acción es trepidante, no hay reposo para el lector, y eso es lo que les da fuerza. En cambio, en una novela, este ritmo es agotador y provoca que no se pueda profundizar en los personajes y sus motivaciones, sobre todo en los secundarios, que acaban teniendo un papel muy importante. 
En mi opinión la primera parte del libro tiene un ritmo correcto, pero a partir de la mitad la cosa se dispara. Creo que a la historia le hubiese beneficiado un poco de pausa, y bastantes páginas más para poder explicar y matizar algunas cosas que quedan en el aire o que se explican de pasada. Teniendo en cuenta de que la novela tiene unas 420 páginas, creo que David ha desaprovechado la oportunidad de, con la misma historia básica, apuntarse a la moda y hacer un par o tres de novelas sin que sufran del típico mal que sufren muchas sagas, la paginitis. 
En definitiva: una historia llena de buenas ideas, pero que necesitaba más espacio para poder dibujar a todos los personajes y para poner un poco más de pausa a la acción.
Lo bueno es que, aunque la historia es auto conclusiva, David Luna tiene mucho campo que explorar en este fantástico universo que ha creado. Estaremos atentos.

dimecres, 28 de setembre del 2016

Entrevista a David Luna

Será por deformación profesional, pero me gusta trabajar por objetivos. Para este año el principal era impulsar la sección de entrevistas del blog, que la tenía (y tengo) muy parada, pero se me ha tirado el tiempo encima. Vamos a darle un poco de vidilla a esta sección con el flamante ganador del premio UPC 2016, David Luna. 
Su obra no es desconocida para mí, primero leí un relato suyo publicado en la recopilación El abismo mecánico  y posteriormente la novela breve finalista del premio Alberto Magno el Ojo de Dios. Es un autor muy interesante con muchas cosas que decir y muchos proyectos que presentar en breve. Os dejo con la entrevista que tuvo la amabilidad de concederme.

DoE: Gracias por responder a estas preguntas David. Llevas relativamente poco tiempo escribiendo, y a lo mejor algunos de los lectores del blog no te conocen. ¿Quién es David Luna?  
 DL: Pues soy un amante de la literatura que decidió dar el salto y comenzar a escribir para participar en concursos primero y terminar publicando después. Todo ocurrió hace unos tres años y medio, cuando me presenté a mi primer concurso literario y lo gané. Eso me impulsó a continuar y, a partir de entonces, no he dejado ni de escribir ni de, por fortuna, ir obteniendo aquello que me propuse.
A parte de lo literario, comentar que trabajo en la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha ubicada en el Alcázar de Toledo (como ves nunca me separo de los libros) y que mis otras grandes pasiones son el cine y viajar, cuanto más lejos, mejor.

DoE: Aunque la literatura no sea tu principal actividad profesional eres un autor bastante prolífico. ¿Cuánto tiempo dedicas a escribir al día? ¿Eres un escritor caótico o metódico?

DL: Antes era más fácil contestar a esta pregunta. Ahora, con tantas presentaciones, conferencias, convenciones, redes sociales, revisión de galeradas, etc. ya no lo tengo tan claro (risas). Cuando lo comenté, otros colegas me explicaron que el acto de escribir en sí ocupa la mitad del tiempo que le destinas, con suerte. Y es que en la actualidad, el autor debe hacer mucho más que teclear.
En circunstancias normales, empleo unas dos horas al día más o menos. Y lo cierto es que no podría hablar de métodos. Simplemente me lo pide el cuerpo. Necesito escribir.

DoE: ¿Eres un lector habitual de ciencia ficción o fantasía? Si es así, ¿tienes algún referente? ¿Qué autores consideras que te han influenciado?

DL: Yo leo de todos los géneros, pero he de reconocer que la ciencia ficción vence por goleada al resto. Ya no solo porque es con lo que más disfruto, sino porque además me ayuda a nivel profesional.
No soy muy de referentes, pero si tuviera que elegir, diría que Philip K. Dick, Bacigalupi, Stephenson, Gaiman… Cada uno a su modo, aunque al final bebes de todo lo que lees. Y no solo de lo que lees, sino de lo que ves y vives. Si no hay sinceridad en lo que cuentas nadie te creerá. Mentir no es fácil.

DoE: Hace poco la editorial Apache libros publicó tu primera novela, El Ojo de Dios. Para un escritor novel puedo imaginar que es un momento que genera una gran ilusión. ¿Qué sentiste cuando la tuviste en tus manos por primera vez? ¿Ha tenido una buena acogida a nivel de críticas y venta?

DL: Fue una sensación extraña. Como si no terminaras de creértelo del todo. La obra deja de ser tuya una vez que se publica y pasa a ser del lector. Te sientes… desnudo. Piensa que todo el mundo podrá leerla y opinar. No es fácil.
También sientes cierta responsabilidad. Deseas, por aquellos que apostaron por ti, que se venda bien, que nadie pierda dinero. Es una sensación agridulce.
Y sí, la obra está gustando bastante y las ventas van mucho mejor de lo que esperaba. De hecho, ha tenido que reimprimirse. Lo mejor es cuando te llegan comentarios positivos procedentes de personas que no conoces, ya sea a través de Amazon, Goodreads o de las redes. La alegría en esos casos es inmensa. Aunque sin perder de vista que nunca podrás gustar a todo el mundo. Debes mantener la cabeza fría. Ya lo decía Kipling: Si te encuentras con el triunfo y la derrota, trata por igual a ambos impostores.

DoE: ¿Tienes planteado regresar al escenario de la novela de El Ojo de Dios o prefieres que cada historia tenga su universo?

DL: El Ojo de Dios se escribió como una precuela de un relato con el que gané un concurso en la Cadena SER que conmemoraba el 75 aniversario de “La guerra de los mundos” y he escrito otros relatos, todavía inéditos, en ese universo, así que, sin duda, seguiré haciéndolo en el futuro. Mi idea era narrar con diversas historias independientes y a su vez interrelacionadas la historia del intento de conquista y colonización del Planeta Imposible. Pero recalco lo de historias independientes, pues, a pesar de las numerosísimas peticiones por parte de los lectores de una segunda parte para “El Ojo de Dios”, no la habrá como tal. Si leemos la obra con atención, no la necesita. Prefiero que el lector interprete y cree por sí mismo antes que defraudar unas expectativas imposibles de satisfacer. Eso sí, no descarto que Deill Nerv reaparezca. Tal vez, de secundario. Ya veremos. De momento, no hay proyecto Planeta Imposible a la vista.

DoE: Voy a continuar preguntándote por tus sentimientos, David. El pasado viernes 23 de setiembre recogiste el Premio UPC en Barcelona. ¿Puedes explicarnos cómo fue la experiencia?

DL: Una palabra lo describiría: inolvidable. Lo pasé genial. Me trataron muy bien, con mucho cariño, y en especial mi admiradísimo Miquel Barceló. Me recibió con los brazos abiertos y no me dejó solo ni un instante. Es un auténtico sabio, un hombre del Renacimiento. Fue una gozada hablar largo y tendido con él. Para mí fue un sueño hecho realidad. Que fuera el principal responsable de que mi novela se llevará un premio de tanto prestigio para mí incrementa aún más, si cabe, su valor. Lo cierto es que la novela le entusiasmó.

DoE: ¿Cuáles son las temáticas que tratas en Éxodo? ¿Vamos a poder leerla pronto?

DL: Fundamentalmente, la deshumanización de la sociedad, que suelo tratar en mis obras pues me perturba muchísimo.
La obra, que en realidad se titula “Éxodo (o cómo salvar a la reina)”, narra una migración estacional de una comunidad de humanos asentados en un extraño planeta desde hace unos cinco siglos. En ese tiempo han evolucionado a una velocidad inaudita hasta algo distinto, casi inhumano. El protagonista, capitán de la Guardia Real, se resiste a ese proceso al tiempo que intenta mantener con vida a la colonia en un peligrosísimo y frenético viaje hacia la salvación.
Por supuesto, el texto contiene una gran cantidad de lecturas, de críticas y de temáticas secundarias, pero esas prefiero no desvelarlas y así que cada uno pueda interpretar la obra a su modo.
La novela aparecerá, si los plazos se mantienen, para el día del libro de 2017. En digital, se encargará la Universidad Politécnica de Cataluña y, si las negociaciones fructifican y así parece que será, en papel se hará cargo Apache Libros.

DoE: Una más a la pila. De momento tu obra está formada exclusivamente por narrativa breve. ¿Hay alguna razón en especial para haber escogido este formato? Aunque sé que pronto vas a dar el “salto” a la novela. Cuéntanos algo más de este proyecto, por favor.

DL: El formato corto me parece maravilloso. Te permite entregar obras muy dinámicas, pero con posibilidades de profundización. En los tiempos que corren, en que lo breve es premiado, creo que el formato de novela corta debería potenciarse. Además, el relato y la novela corta siempre han sido unos productos muy de la ciencia ficción, que se desarrolló fundamentalmente con estas extensiones a través de las revistas norteamericanas. Para remate, algunos de los grandes premios en España como el UPC mencionado, el Alberto Magno o el Domingo Santos premian este tipo de obras y yo las escribí exprofeso para estos certámenes.
Pero no nos podemos quedar estancados. Este otoño, en efecto, daré el salto al formato largo con la novela “Laberinto Tennen”, que mezclará la ciencia ficción con la fantasía, la aventura con la espiritualidad y la luz con la oscuridad en un futuro donde la Nueva Inquisición ha sumido al mundo en una especie de Neomedievo al prohibir el uso de la tecnología.
Y ya sabes de la calidad de las ediciones de El Transbordador… Estoy deseando que el proyecto vea la luz y poder daros más detalles.

DoE: Más madera... otro más a la pila. He visto en las redes sociales que has comentado que estás trabajando a tope en diversos proyectos, aparte de “Laberinto Tennen”. ¿Nos cuentas algo más?

DL: Muchos, sí. Pronto, creo que en noviembre, mi relato “El prisionero” formará parte de la antología “Sucesos extraños”, basada en la estética de la exitosa “Stranger things” de la mano de Apache Libros.
Ese mismo relato también se está adaptando a cómic por el extraordinario dibujante Edu Quiza. Y bueno, hay otras cosillas que de momento he de reservarme.

DoE: Lástima, no hemos conseguido la exclusiva. No te salvarás de las preguntas en que te obligaré a mojarte, David. ¿Cuáles son los escritores a los que sigues habitualmente, tanto a nivel nacional como internacional? ¿Destacarías alguna novela en concreto de las que has leído últimamente? 

DL: De los internacionales, a Paolo Bacigalupi, Neal Stephenson, Lois McMaster Bujold, Connie Willis, entre otros muchos… Y de los nacionales, a Guillem López, Emilio BuesoJavier Castañeda… uf, la lista sería demasiado extensa.
En cuanto a novelas concretas, me gustó mucho Challenger, de Guillem López, e Iris, de Edmundo Paz Soldán.

DoE: ¿Cómo ves el panorama editorial del género en España? ¿Qué opinas de la aparición de tantas editoriales “pequeñas” que se atreven a publicar nuevos escritores?

DoE: Creo que está extraordinariamente activo. El género suele potenciarse en situaciones de crisis, ya sea por su carácter de evasión en unos casos o de crítica mordaz en otros, y es un auténtico placer que se haya producido un nacimiento masivo de pequeñas editoriales valientes dispuestas a apostar, entre otras cosas, por la literatura patria. Están cubriendo un espectro desatendido y que parece que está dando buenos resultados. Se me vienen a la cabeza Apache Libros, El Transbordador, Dilatando mentes, Aristas Martínez, Nevsky, Palabras de agua, Sportula, Tyrannosarus Books, Cazador de ratas… Sin olvidar la magnífica revista Supersonic. Desde aquí, felicito a sus responsables (¿o es irresponsables?).

DoE: Si quieres añadir algo más...

DL: Tan solo darte las gracias por la entrevista y por el trabajo que llevas a cabo en tu estupendo blog. Necesitamos a más gente como tú.
Y por supuesto, animar a todos a que lean género en español. 

DoE: Muchas gracias, David. Te deseo muchísima suerte con tus nuevos proyectos.

divendres, 29 d’abril del 2016

El ojo de Dios - David Luna


Los lectores habituales del blog ya sabéis que tengo una cierta debilidad por el premio Alberto Magno. Era casi inevitable que cuando David Luna me ofreció la posibilidad de leer su novela breve finalista en la edición del año pasado, El ojo de Dios, publicada por Apache Libros, no pudiese rechazar la oferta.

Ya había leído el relato del autor publicado en la antología El abismo mecánico, y, aunque no fue de los que más me gustó, si que demostraba su buen quehacer.
La novela nos sitúa en la colonia de un planeta que la humanidad ha comenzado a terraformar, pese a que tiene vida vegetal y animal exhuberante, en el momento en el que llega un auditor imperial, el narrador de la historia, para controlar la extracción y envio de los recursos que proporciona el planeta. Una variedad de Coltán, principalmente. 

El auditor se enfronta a la escasa colaboración de los residentes civiles y militares de la colonia, y a los problemas que conlleva la adaptación a las condiciones atmosféricas del planeta.
La trama es enigmática, y utiliza algunos recursos interesantes para situar en poco tiempo el misterio al que debe enfrentarse nuestro protagonista. El estilo del autor es directo, poco descriptivo, y consigue con éxito plantear  una situación muy intrigante que consiguió despertar mi interés de inmediato. El world-building está muy bien logrado, hay muchos detalles imaginativos. Durante gran parte de la novela, debido a las acciones del protagonista, se respira un ambiente entre lisérgico y enfermizo que en algún momento me ha desconcertado, pero creo que está bien conseguido y ayuda a la ambientación.

El principal problema es que todo lo que promete la historia en el primer tercio de la novela no acaba de llegar a buen puerto. La causa principal es la longitud de la novela. Soy un gran fan del formato de la novela breve, pero en este caso en concreto creo que la historia daba para más, y, por tanto, el final es muy apresurado, dejando demasiados cabos sueltos y enigmas sin resolución. Estoy convencido de que si el autor no hubiese estado encorsetado por el número de palabras que permite participar en el Alberto Magno hubiese conseguido darle un tono diferente  al final de la historia, que creo que lo merece, y el producto final hubiese sido mucho mejor. 
Es una lástima, porque el planteamiento y el escenario son muy interesantes. El autor promete, y por tanto estaré pendiente de sus nuevas aventuras literarias.