Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris China Mieville. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris China Mieville. Mostrar tots els missatges

dissabte, 9 de maig del 2020

La Trilogía de Bas-Lag - China Miéville

Hace unos meses terminé la lectura de los tres libros que China Mieville ha ubicado en el fantástico universo de Bas-Lag. Los disfruté mucho, cada uno en su estilo y con matices diferentes, aunque no me atrevo a recomendarlos a todos los lectores sin ninguna reserva. Creo que los he disfrutado más porque los he leído uno después del otro casi sin interrupción; mi memoria lectora no es la que era, y como lector me pone nervioso no recordar detalles de la trama o nombres de personajes. Aunque en este caso este aspecto no es necesario; los tres libros se pueden leer de manera independiente, me atrevo a decir que incluso no pasa nada por saltarse alguno o cambiar el orden de lectura previsto. Cada uno ofrece una historia con suficiente entidad para disfrutarla por separado, pero la experiencia general  creo que es más satisfactoria siguiendo la cronología de publicación y la historia interna de la saga. 


Mi primera experiencia con este universo fue negativa. En mi primer intento de lectura de La Estación de la calle Perdido hace unos años la abandoné después de unas cien páginas. La trama llegó a un punto demasiado surrealista para mi gusto, algo relacionado con unas orugas psicodélicas. Esto me ha pasado a menudo durante la segunda lectura de la saga (y, de hecho, con la obra del autor, en general), pero he aprendido que superar unas páginas que no te convencen en las novelas de Miéville compensa, ya que es muy fácil que las páginas siguientes puedan dejarte con la boca abierta. Con Miéville no hay medias tintas. 
El primer aspecto que cabe destacar es la originalidad de la ambientación. Es muy difícil de catalogar en un subgénero. En este universo extraño y misterioso conviven la magia y la tecnología basada en el vapor. Los seres humanos "normales" comparten ciudades con especies humanoides muy originales y sorprendentes y con humanos modificados contra su voluntad, y todo esto en un escenario de conflictos sociales y políticos, narrando situaciones épicas y espectaculares. Es conocida la tendencia política de Miéville hacia la izquierda radical, y la voz de los pobres, los oprimidos y los marginados de la sociedad que presenta en estos libros siempre está presente.

World of China Mieville by nJooSeguramente lo que más me costó al principio fue imaginar a las razas sintientes no humanas que pueblan bas-lag: los Cactos, los Garuda, los Vodyanoi, las Kephri... cada una con sus  características físicas y sociales  particulares. A medida que la saga avanza aparecen más especies que no están presentes en Nueva Crobuzón y que también son muy originales, como los Anopheli, los Crostrados o los Lanzancudos. Si bien tienen un peso importante en el desarrollo de la trama de la primera novela el protagonismo de personajes no humanos es mucho menor en las dos novelas siguientes. Están presentes, ayudan a la ambientación y a proporcionar algunos momentos memorables dentro de la trama, pero siempre como secundarios. Seguramente me hubiese gustado encontrar más protagonistas principales de estas razas y descubrir su visión de las situaciones que narran las novelas.

Los escenarios son otro aspecto a destacar. En cada novela gran parte de la acción sucede en un escenario muy original que se podría considerar como un protagonista de la historia. En La estación de la calle perdido es Nueva Crobuzón, esa ciudad híbrida, de altas torres y de geografías extrañas, con sus variados distritos y sus vías de ferrocarril elevadas que parece que estén vigilando a la población. La ciudad está presente de manera más o menos importante en las otras dos novelas, pero cada una ofrece otro gran escenario extraño particular. En La Cicatriz es Armada, una enorme estructura flotante frankensteiniana que viaja por los mares del planeta, formada por una agregación de barcos capturados por piratería. En El Consejo de Hierro es un enorme tren que se desplaza lentamente sobre unas desgastadas vías que va dejando atrás y que un atareado grupo de personajes recoge y vuelve a colocar delante de la máquina, como si el tren estuviese volviendo a comer lo que ha excretado (perdón por la comparación escatológica). El gran acierto de estas ambientaciones es que el lector llega a imaginar muchos más detalles y situaciones que los que Mieville realmente describe y propone. 










Tiene el mérito de sembrar pequeñas semillas que después germinan en la imaginación del lector, incluso mucho tiempo después de la lectura, como pasa con algunos alucinógenos. De hecho las novelas tiene un cierto tono lisérgico, con algunas escenas altamente surrealistas y psicodélicas.
Los calificaría como libros fotográficos, me he quedado mucho más con imágenes de algunas situaciones determinadas que con los detalles de la historia, la caracterización de los personajes y el desarrollo de la trama. No estoy diciendo que estos factores no sean importantes durante la lectura, estos aspectos están muy trabajados, pero lo que perdura realmente son las imágenes. La asamblea de los constructos, un tren congelado, una bestia submarina que arrastra una estructura flotante, la creación de gólems y de personas rehechas, las esculturas de las Kephri, los hivernáculos secretos de los Cactos, la embajada del infierno....

No todo van a ser alabanzas. El estilo de Miéville es muy personal y cuesta adaptarse a él, sobre todo en el primer libro. Mi sensación es que los dos libros posteriores son de lectura más fluida, pero igualmente tienen esa irregularidad del autor, con incrementos y bajadas del ritmo constantes. Mi otra objeción principal está relacionada con las escenas de acción,  ya sean las confrontaciones a pequeña escala como las luchas épicas que implican a grandes contingentes. Tengo problemas con este tipo de escenas en la mayoría de novelas, cuesta que me gusten y me enganchen y a menudo me sacan de la historia que me interesa más. En este caso me ha pasado algo parecido, y, además, algunas se solucionan con deus ex machina poco convincentes.

En definitiva, son libros que me han dejado poso y os recomiendo su lectura. Los valoro mucho más ahora que cuando los terminé, eso es que las semillas que el autor ha plantado han ido germinando. Eso sí, el estilo del autor no es fácil y puede costar entrar en la ambientación y en la historia. No son lecturas sencillas, pero el esfuerzo realmente vale la pena. Me encantaría que Miéville volviera a visitar este universo en sus próximos libros.

diumenge, 24 de juny del 2018

La ciudad y la ciudad - China Miéville

Hay escritores con un estilo tan peculiar que los reconoces después de leer unos pocos párrafos. China Miéville no es de este tipo de escritores, es un autor muy versátil, con muchos registros y que tiene la capacidad de embarcarse en historias muy diferentes tanto a nivel de trama (que es relativamente más sencillo) como a nivel de estilo (uno de las cosas que más le admiro).
Como concepto esta diversidad me encanta, pero ha provocado que también mis valoraciones de sus obras sean muy variadas: algunas de sus novelas me han encantado, como Embassytown o Kraken, y otras no me han convencido, como Los últimos dias de Nueva París, o directamente no las he podido terminar, como El consejo de Hierro. La novela que comentaré hoy, La ciudad y la ciudad, en la nueva edición de NOVA con traducción de Silvia Schettin, afortunadamente es de las primeras.

La trama tiene el típico estilo de  una novela negra que se centra en la investigación de un asesinato en el que deben intervenir varias jurisdicciones, pero en un contexto muy original, las ciudades de Beszel y Ul Quoma, íntimamente unidas pero separadas y las verdaderas protagonistas de la novela. En un primer momento la relación entre estas dos ciudades me parecía comparable a la de Berlín de la guerra fría o a la de Jerusalen, pero el mismo China Mieville ridiculiza esta comparación durante la historia (supongo que para ayudar al lector en la ambientación y evitar que mantenga esta percepción). El resumen de la genialidad de la novela es que la barrera entre las ciudades no es tanto física como psicológica. Los habitantes son capaces de detectar a sus vecinos por su estilo de vestir, su idioma y su forma de moverse pero desven y desoyen a la otra ciudad y sus habitantes en los espacios en los que ambas coexisten. La única manera de pasar de una a otra de forma legal es a través de una frontera. Aquellos habitantes o turistas que comenten una infracción de la norma, una brecha, son amenazados por una policía especial que no rinde cuentas a nadie y con la que nadie quiere relación, la Brecha. La fisionomía de las dos ciudades es diferente (aunque yo las relacionaría con alguna ciudad centro europea de pasado imperial, estilo Viena, Praga o Budapest), igual que su  situación  económica y política, pero ambas deben luchar contra un movimiento unionista que quiere desmantelar el sistema actual.

La premisa es interesante, y la lectura muy satisfactoria y sorprendente, aunque el ritmo sea un poco lento en algún momento. Miéville  te suelta en medio de las dos ciudades sin demasiadas guías ni explicaciones y tú debes encajar las piezas, aunque situarse no es muy complicado. 
Los aspectos en los que la novela flojea son en la resolución de la trama policíaca, y el hecho que no profundice más en la historia de las dos ciudades y en los hechos que llevaron a su separación, me he quedado con ganas de saber más.
Otro aspecto que me sorprende es que ganase algunos de los premios internacionales más importantes, como el Hugo o el Locus de fantasía de 2010, no por calidad, si no porque no le acabo de encontrar el punto de género fantástico. La premisa se basa en una decisión colectiva de un grupo importante de seres humanos que se ponen de acuerdo en unas normas y que las respetan. Aunque luego se añada un cierto toque mitológico con la posible existencia de una tercera ciudad entre las dos, o la presencia de la todapoderosa Brecha, no acaba de encajarme como novela de género fantástico. Aunque tampoco sabría en qué género encajarla, la verdad...
En fin, una lectura totalmente recomendable, sorprendente y con algunos aspectos muy originales. En abril de 2018, siguiendo la tónica de adaptar novelas famosas de fantasía y ciencia ficción a la pequeña pantalla, se ha estrenado una miniserie de 4 episodios. Creo que trasladar la magia de la novela al formato visual ha de ser difícil, y las críticas no son demasiado esperanzadoras, pero no descarto echarle un vistazo.

dissabte, 25 de febrer del 2017

Los últimos días de Nueva París - China Miéville

Miéville me tiene desconcertado. Lo que me pasa con su obra me pasa con muy pocos autores. Algunas de sus novelas me han encantado (Embassytown y Kraken, por ejemplo) y otras las he abandonado a la mitad. Esperando que sean de las del primer grupo, estoy siempre pendiente de las historias que escribe, así que cuando me enteré que NOVA publicaba Los últimos días de Nueva París, con traducción de Silvia Schettin, no dudé ni un momento en darle una oportunidad.

Una vez terminada diré que no se ha convertido en mi novela de Miéville favorita, pero no me ha costado acabarla (a lo mejor debido a su brevedad). No he conseguido conectar con la historia, pero tiene momentos muy interesantes y brillantes. Es un claro exponente de la gran imaginación de este autor, pero también de su estilo inconexo y a veces confuso. Algunas veces me funciona, otras no. En este caso tiendo a decantarme por el no.
En esta extraña ucronia situada en 1950, en una segunda guerra mundial que todavía no ha finalizado, las manifs, manifestaciones en el mundo real del arte surrealista, campan a sus anchas por una ciudad de París medio destruida y todavía ocupada por las fuerzas alemanas. Los nazis han conseguido abrir las puertas del infierno, y convocar a algunos demonios, de forma que se entabla una lucha entre estas dos facciones en un París totalmente modificado por el arte surrealista.
Todos los accesos a la ciudad estan cortados, pero hay formas de entrar y salir. Thibaut, un guerrillero surrealista cansado ya de la situación en la que vive se encuentra con Sam, una fotógrafa que ha entrado en la ciudad para documentar su cambio. 
Otro arco argumental, situado en una época anterior, nos narra la historia de como se produjo el suceso que transformó París y permitió al arte surrealista cobrar vida.
El escenario es muy interesante, con fotografías espectaculares de telón de fondo, muy creativo y imaginativo, pero la historia que se desarrolla en él me ha parecido floja. Aprovechando el fin de semana en el que estamos, le daría el Oscar a la mejor fotografía, pero no lo nominaría para el de mejor guión. 

No es necesario conocer las obras surrealistas que aparecen en la historia para disfrutar de la novela, pero a mi me hubiese ayudado a conectar con ella. Lo he comprobado: en la parte final hay un apéndice que ayuda mucho en este aspecto, y que, una vez leído y consultado las obras mencionadas, algunas partes que he vuelto a leer las he disfrutado mucho más, iba menos perdido. 
Es por eso que creo que una parte importante de que la historia no me haya convencido es culpa mía, no me he dejado llevar, no he entrado en el juego que propone. A veces soy demasiado cuadriculado.
En fin, que yo no he acabado de disfrutar de la experiencia, pero viendo muchas de las críticas publicadas estoy en franca minoría, así que si sois seguidores de Miéville seguramente os gustará (eso si, no os recomiendo que esta sea la primera novela suya que leáis). Indiferentes no os dejará, seguro.

Otras opiniones: Sense of wonder, Sagacomic 

dissabte, 22 de novembre del 2014

Terra Nova 3

Terra Nova 3 es una antología de relatos de ciencia ficción recopilados por Mariano Villarreal y escritos por autores nacionales y extranjeros. Es el tercer año que se publica esta antología, y debo confesar que no he leído ninguna de las dos ediciones anteriores: cuando se publicaron estaba entre otras lecturas y la alineación de los escritores que participaban no terminó de provocarme. (aunque diversos de los relatos que me interesaban como los de Liu, Chiang, Troy-Castro o otros los leí y comenté posteriormente).

En este tercer volumen la cosa ha sido al revés: la alineación es espectacular y he estado esperando impacientemente su publicación. Pero ay...a veces las expectativas son malas compañeras, y una antología a la que esperaba marcar como excelente casi antes de comenzar ha acabado siendo, aunque incluya relatos espectaculares, un poco irregular y la acabaré valorando como notable, debido más a los escritores más consagrados que a los más noveles. 



Dos de las perlas de la antología son los relatos Mono no Aware, de Ken Liu y ¿Quien cuidará de los dioses? de Liu Cixin. Un lujo que se hayan podido traducir estos dos relatos, y todo un acierto incluirlos. Hace ya varios meses los comenté en sus entradas respectivas, por lo que no insistiré más. Geniales ambos.

El jugador, de Paolo Bacigalupi, es el relato que abre la colección. Narra la historia de un refugiado de Laos que trabaja en una redacción, donde lo más importante es conseguir visitas en las columnas escritas, pero él insiste en escribir noticias que no interesan casi a nadie. Interesante planteamiento, pero resolución irregular. No ha acabado de gustarme, pero eso no es extraño con los relatos de Bacigalupi, con los que no acabo de conectar.

China Mieville presenta La cuerda es el mundo. El relato explica la historia de la construcción, evolución y decadencia de diversos ascensores espaciales. Como siempre, las múltiples ideas que va dejando caer son geniales, pero en este relato no están hilvanadas correctamente. Parece más una lluvia de ideas para planificar alguna obra más extensa (que tendría ganas de leer, seguro) que un relato como tal. 

De Emilio Bueso me encantó su relato presente en Mañana todavía, y esperaba mucho de La próxima vez que se desate la tormenta sobre nosotros, pero me ha dejado indiferente (quería decir frío pero alguien ha hecho el chiste antes), sobretodo por una resolución brusca que, debo admitir, no he acabado de entender. También tenía muchas ganas de leer algo de Eduardo Vaquerizo (tengo Danza de tinieblas en la pila), y aunque el argumento de M34 es muy interesante (cibernética y prótesis llevadas al extremo), creo que le sobran páginas, el ritmo es lento y en algunos momentos repetitivo, no ha acabado de aprovechar los mimbres que plantea en el relato.

Prolang es uno de los relatos que más me ha gustado. Ricardo Montesinos plantea la existencia de un lenguaje que modifica los procesos cognitivos y las consecuencias de su uso. Muy acertada la estrategia para explicar la historia. De Montesinos os recomiendo también el relato El Molde y la Forma, que podéis leer gratuitamente en Maelstrom.

La policía del Karma de Jorge Baradit es un relato breve y de final impactante que me ha dejado con ganas de más. Existe una novela gráfica situada en este universo que voy a investigar. 

La decisión de Paul McAuley plantea un escenario muy interesante relacionado con el cambio climático y el contacto con extraterrestres, pero, para mi gusto, hay un exceso de descripciones en algún momento del relato, provocando que pierda interés.

Sofia Rhei fue la ganadora del concurso cuyo premio era publicar un relato en esta antología. Merecido premio, ya que el relato, Anima, es muy bueno. Presenta un futuro distópico en el que la mayoría de gente está alterada genéticamente para evitar la presencia de mutaciones y no puede reproducirse de manera natural. Anima es una de las trabajadoras en una multinacional relacionada con la reproducción, pero ella es "natural". Me ha gustado mucho el relato y el estilo, aunque el final es un poco precipitado y confuso.


Y para finalizar La epopeya de los amantes, de Miguel Santander, que ganó el premio UPC en 2012. Son dos relatos situados en épocas muy diferentes y sabiamente mezclados para conseguir un resultado final muy interesante. Uno de los protagonistas es Nikola Tesla, personaje maltratado por la historia de quien siempre es interesante leer cosas. Gran relato.

En resumen: una antología que recomiendo leer y comprar (el precio en formato electrónico es un regalo), con 4 relatos excelentes, 3 de notable alto y cuatro más flojos, que precisamente coinciden con algunos de los autores que esperaba más. Por suerte otros autores más desconocidos para mi lo compensan con creces y la media final es notable.

Nota: Ha recibido el premio Ignotus 2015 a la mejor antología de relatos.

Otras opiniones del mismo libro, un poco más entusiastas que la mía: El Rincón de Koreander , Donde termina el infinito