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dissabte, 16 de maig del 2020

To be taught, if fortunate - Becky Chambers

To be taught if fortunate no es mi primer contacto con la obra de Becky Chambers. Durante el verano leí la versión en castellano que publicó Insólita con traducción de Alexander Paez de la primera novela del universo de los Wayfarers, El largo viaje a un pequeño planeta iracundo. Es una novela con algunos planteamientos muy interesantes, divertida, emotiva a veces y con un tono optimista que es poco usual en la ciencia ficción. Aunque la lectura me gustó no me motivó lo suficiente para buscar las otras dos novelas situadas en este universo. La pila ya es suficientemente alta. Pero si que me interesé por su nueva novela corta nominada al Hugo y no relacionada con las anteriores, después de ver los comentarios elogiosos de varios de mis compañeros. Coincido con ellos; la he devorado en un par de sentadas, atrapado por las variadas situaciones, preocupado por los protagonistas y gozando con algunos momentos de sense of wonder relacionados con la ciencia que hacía tiempo que no encontraba en una novela. Este año la categoría de novela corta de los Hugo va a estar reñida.

La historia se centra en el viaje de exploración de una nave tripulada al sistema planetario de una estrella situada a varios años de viaje de nuestro planeta. El objetivo es explorar algunos cuerpos del sistema y buscar, identificar y catalogar las posibles especies vivientes, intentando afectarlas lo menos posible. Una de las tripulantes envía un diario narrado en primera persona a la Tierra  de las actividades y sensaciones de la tripulación y de sus descubrimientos. Me ha gustado mucho por la originalidad de como enfoca algunos aspectos científicos relacionados con un posible viaje espacial: la forma en que la tripulación sobrevive durante el viaje en un estado de aletargamiento, o como son los primeros pasos al despertar, tanto a nivel psicológico como físico. El aspecto más destacable sin duda es la opción por la que la autora apuesta  para que los astronautas sobrevivan a las diferentes condiciones del viaje espacial y de los exoplanetas que van a visitar. Una opción basada más en los cambios de las características biológicas de los humanos que en aspectos tecnológicos. Este enfoque me ha recordado en algunos momentos al que escoge Peter Watts en varias de sus novelas, pero con la diferencia que aquí estas modificaciones son reversibles y dan mucho más juego.
Uno de los principales méritos es como consigue presentar una importante variedad de escenarios y de situaciones sin dejar de lado la caracterización de los cuatro personajes y de sus relaciones. Es muy difícil conseguirlo en una novela tan corta. Creo que ha desperdiciado ideas para poder ofrecer un libro más largo o más de un producto, pero no seré yo quien se queje, ya que el resultado final es muy satisfactorio.
También me ha parecido muy original el enfoque de la difícil relación de contacto con el planeta Tierra, con unos 14 años de desfase temporal. 

En fin, que me ha encantado hasta el título, una vez que sé de donde procede. Os la recomiendo sin duda alguna. En mis entradas acostumbro a indicar algunos aspectos negativos de los libros que leo, pero a este el único pero que le voy a reprochar es su longitud, ya que me he quedado con ganas de más. La situación queda cerrada de manera satisfactoria, una continuación no es necesaria, pero si que hay posibilidades a explorar y aquí contaréis con un lector interesado. 
Estoy convencido que lo veremos más pronto que tarde traducido al castellano, a ver qué editorial se lleva el gato al agua.
La narradora al final plantea una pregunta, y le diría que SI, sin duda alguna. Intentaré hacerle llegar mi respuesta, y dentro de 30 años ya os contaré lo que le ha parecido.

Otras opiniones de la novela: Donde termina el infinito, Fantastica ficción

dissabte, 10 de novembre del 2018

Tierra profana - Lavie Tidhar

NOTA: Actualizo esta entrada de 2018 debido a la publicación de esta fantástica novela por la editorial Duermevela, con traducción de Alexander Páez.

Lavie Tidhar es uno de los autores que más me interesan últimamente. Conecto mucho con su estilo narrativo, en el que destaco la capacidad de situar al lector en muchos escenarios diferentes gracias a sus particulares descripciones. También me gusta mucho su atrevimiento frente a los géneros literarios, a los que es capaz de dar una vuelta de tuerca muy personal y reconocible cuando los mezcla.
Lo descubrí gracias a una fantástica colección de relatos estilo fix-up situada en un futuro lejano, Estación Central, y me acabó de conquistar con una extraña ucronía en la que Hitler trabaja como detective privado, Un hombre sueña despierto.
Hoy voy a comentar su última novela, Unholy Land (Tierra Profana), que comienza como una ucronía muy interesante hasta que se convierte en otra cosa mucho mejor y que no voy a revelar para evitar arruinar la historia a los lectores interesados. 

A principios del siglo XX el gobierno británico propuso ceder al pueblo judío una parte de sus tierras en África entre Kenia y Uganda para que establecieran un estado judío. La propuesta finalmente se desestimó por parte de los lideres sionistas. La premisa de la novela es que este plan se llevó a cabo y se creó este estado judío en medio de África, llamado Palestina.
El protagonista de la historia es Lior Tirosh, un escritor de novelas de misterio con poco éxito, un tipo de personaje que Tidhar utiliza con regularidad en sus historias, como si sus protagonistas fuesen trasuntos de si mismo (incluso utiliza sus anteriores novelas como título de las escritas por sus protagonistas).
La historia comienza cuando este escritor, tras un suceso traumático, decide regresar a su Palestina natal y se ve inmerso en una investigación policial mientras busca a su sobrina perdida.
Es triste descubrir que en esta historia alternativa el gobierno judío repite los mismos errores que en nuestra realidad: el internamiento de los antiguos habitantes en campos de refugiados, la violencia de su ejército, la construcción de un muro, los atentados terroristas... Interpreto que Tidhar, de origen israelí, es muy crítico con ciertas políticas de su gobierno.

El planteamiento y ambientación de la ucronía me han gustado mucho y me hubiese gustado leer una novela que sólo hubiese tenido estos ingredientes. Es por eso que, de alguna manera, el giro que da la trama me decepcionó, no hacía falta añadir más aspectos a una trama ya de por sí interesante. Una vez terminada la novela es evidente que la parte de la ucronía es solo una introducción a un conjunto más ambicioso  y todo tiene su lógica, aunque la narración sea confusa en algunos momentos. 

En definitiva, una lectura totalmente recomendable: una mezcla muy bien resuelta de géneros y de puntos de vista (hay momentos que la historia está narrada en primera persona, otros en tercera persona...), con una historia sorprendente, adictiva y en una ambientación fantástica. No creo que tardemos en verla publicada en España, como sus obras anteriores.

diumenge, 7 de gener del 2018

Autonomous - Analee Newitz

NOTA: Actualizo esta entrada debido a la publicación de la novela en castellano por la editorial Minotauro, con traducción de Alexander Paez.

Para seguir las tradiciones voy a romper durante la primera semana algunos de los propósitos que me hice para este año en el blog y voy a comentar otra novela que hace poco que se ha publicado: Autonomous, de Analee NewitzLa novela viene precedida de muchas críticas favorables y de blurbs de autores relevantes recomendándola (Stepehenson, Gibson y Beukes, por ejemplo).

Es una novela atractiva, con mucha variedad de situaciones y algunos planteamientos realmente originales. La historia sigue dos tramas diferenciadas que inevitablemente confluyen en la parte final. Una de las protagonistas es Jack, una pirata farmacéutica que fabrica drogas y medicamentos a partir de las fórmulas originales patentadas para que puedan llegar al máximo de población y no sólo a los favorecidos económicamente. Una de las drogas que ha copiado recientemente está provocando patrones muy extraños de adicción que incluso están llevando a la muerte a los que la consumen. A partir de ese momento inicia una carrera contrarreloj para encontrar un remedio y para que la farmacéutica responsable de la fórmula original se haga cargo de las consecuencias. La segunda parte de la trama la protagonizan un par de agentes de la policía de propiedad intelectual, un humano y un robot, que seguirán la pista de Jack. Ambas tramas se ven aderezadas con flashbacks de los protagonistas que nos ayudaran a conocer su historia y la de la época en la que se desarrolla la acción (aunque con poco detalle, es una lástima que no haya profundizado más en este aspecto, pero creo que no era el objetivo de la autora).
Uno de los puntos más importantes de la historia es como analiza la identidad y la individualidad, que es lo que nos hace ser quien somos y hacer lo que hacemos, y lo trata desde diversos puntos de vista: hay robots autónomos capaces de tomar sus decisiones, robots que deben obedecer órdenes durante un largo periodo de tiempo antes de lograr ser autónomos, y, lo más deprimente, seres humanos que se han (o los han) vendido y se comportan como esclavos de otras personas. Otros aspectos que me han llamado la atención de la sociedad futura que refleja Newitz son el uso de las drogas para modificar ciertas conductas, algunos detalles de la robótica asociada a la trama (cómo el uso de cerebros humanos exclusivamente para reconocer expresiones faciales) y la importancia de las patentes y la propiedad intelectual. 

En el aspecto negativo, coincido con la valoración de mi compañera Leticia de Fantástica Ficción en que hay muchos aspectos de la historia demasiado cercanos a lo que nos encontramos en nuestra época, o que podremos encontrar fácilmente en pocas décadas en el futuro, considerando que la historia se sitúa en 2140. 
Aunque la historia tiene muchísimas cosas interesantes y he disfrutado bastante de la lectura, no me ha acabado de enganchar, no me he sentido atrapado en ningún momento. Es una percepción muy personal, no que la historia no tenga ritmo, que lo tiene, y la estructura está diseñada para que la lectura sea dinámica y creo que lo consigue. Puede que sea la época del año que lo he leído, con poco tiempo para leer y muchas interferencias. 
Aunque mi experiencia no ha sido cien por cien satisfactoria, creo que tiene muchos números para estar situada en las listas de candidatas de los premios importantes del próximo año, y no me extrañaría tampoco que la viéramos aparecer pronto traducida en España. 

dissabte, 4 de febrer del 2017

Las estrellas son Legión - Kameron Hurley

NOTA: Actualizo esta entrada debido a la publicación en castellano de esta novela, con traducción de Alexander Paez.

Esta va a ser una de las novelas de las que más se va a hablar este año, no creo que deje a nadie indiferente, y las opiniones van a ser extremas en ambos sentidos. 
Las estrellas son legión es una space-opera con muchos aspectos originales y sorprendentes, cosa que a estas alturas de la película es todo un mérito, y que mezcla situaciones muy diversas para crear una historia rica, con muchos matices, con varios giros inesperados y muy bien estructurada.
Uno de los aspectos más destacables es la ambientación. La Legión es un conjunto de mundos artificiales, casi orgánicos, que están en decadencia. La superficie de los mundos no está habitada, pero si su interior, y diversos clanes endogámicos están en lucha para conquistar el máximo de mundos para poder obtener los escasos recursos que existen. La aparición de un nuevo planeta que proviene de la parte interior del sistema provocará la lucha entre los dos clanes predominantes.
El funcionamiento orgánico del interior de los mundos es muy original (el reciclaje, los conductos con peristaltismo, las oberturas entre espacios...) así como la tecnología necesaria para poder viajar entre ellos.
La historia está narrada en primera persona, y desde el punto de vista de dos personajes muy diferentes. Zan es una narradora no fiable, pues ha perdido la memoria, y la acompañamos en el proceso de descubrir el mundo en el que ha despertado. Jayd también pertenece a este mundo, pero la matriarca del clan la ha ofrecido como esposa a la líder del clan rival para intentar establecer una tregua. Desde el principio se hace evidente que los dos personajes han tenido una historia de amor y que tienen un plan oculto, que iremos descubriendo a medida que avanzamos en la trama.
Aunque básicamente es una historia de ciencia ficción, una parte muy importante de la trama transcurre en un viaje por el interior de uno de los mundos, y en esos momentos adquiere características de una historia de fantasía. Esta parte en algunos momentos me ha recordado a Titán, de John Varley. Situar este tipo de escenario en un contexto de space-opera es arriesgado, y en algunos momentos no me ha acabado de encajar.
El aspecto que creo que va a causar controversia es que en este universo imaginario sólo hay mujeres. Todos los personajes son femeninos. Es un punto original, y más teniendo en cuenta de que estas mujeres a menudo quedan embarazadas. A mi no me ha acabado de funcionar; dejando a un lado la cuestión reproductiva, me ha costado mucho imaginarme a alguna de las protagonistas como mujer. Su actitud, reacciones, expresiones, relaciones con otros personajes...cuando me daba cuenta me la estaba imaginando como un hombre. No es problema de la historia, sino mio, pero es un aspecto que ha influido en que mi valoración no sea más alta.
Los aspectos que no me han acabado de convencer de la novela son muy personales, y por tanto os recomiendo su lectura sin dudas, por su originalidad, por el espectacular world-building, y por el derroche de imaginación. 

diumenge, 24 d’abril del 2016

Estación central - Lavie Tidhar

NOTA: Actualizo esta entrada debido a la publicación de esta espléndida novela en castellano por Alethé ediciones, con traducción de Alexander Páez.

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Creo que acabo de leer uno de los libros del año, aunque sólo estemos en abril. Central Station es una recopilación de relatos de estilo fix-up, en el que el principal protagonista es el escenario en el que se desarrollan, aunque los relatos comparten personajes y partes de la trama. Es lo primero que leo de Lavie Tidhar, y ya avanzo que no va a ser lo último.
Aunque un par de los relatos han sido escritos pensando en este proyecto, la mayoría ya habían sido publicados anteriormente en revistas como Analog o Interzone, y han sido más o menos retocados para acabar de enlazarlos todos. Me sorprende, porque el resultado final es fantástico, parece totalmente diseñado desde el principio para que sean un conjunto, incluso me atrevo a decir que algunos relatos tengo dudas de que funcionen de manera independiente, mientras que dentro de la antología encajan de una manera casi casi perfecta.

La Central Station está ubicada en Tel-Aviv, y es una estación espacial de la que salen naves y llegan naves de todos los rincones del sistema solar (bueno, digamos que es el enlace en la tierra de la estación orbital). En su seno hay un enorme centro comercial, y zonas de ocio y centros religiosos. Es un centro de movimiento y novedad, pero los personajes de los relatos son mucho más estáticos y su vida trascurre alrededor de la estación, sin que se vea muy afectada por las idas y venidas. Cada relato tiene como personaje principal a un protagonista diferente, aunque van apareciendo en otros relatos, ya que la mayoría de protagonistas están relacionados por vínculos familiares o de amistad. 
El estilo es muy poético, poco directo, muestra más que enseña y deja gran parte a la imaginación del lector. No son relatos que se puedan devorar, necesitan un cierto periodo de reflexión para acabar de encajar todas las piezas.
Lavie Tidhar ha realizado un derroche de imaginación, incluso en algún momento creo que ha desaprovechado ideas. Hay multitud de detalles en los que no se profundiza y que darían para escribir muchísimo más en este universo: la colonización de las estrellas y el sistema solar, las guerras en nuestro planeta y las armas que se utilizaron, las nuevas religiones, los implantes que permiten conectarse a una red global de comunicaciones, la presencia de los Otros (inteligencias artificiales)... Estos y otros temas se tocan sólo por encima. El world-building es tan rico que espero que Tidhar regrese a él para proporcionarnos relatos tan estupendos como los que forman esta antología.
Es una novela de ideas en la que cada relato consigue sorprenderte más que el anterior. No esperéis acción a raudales, lo importante es el escenario (amplio, imaginativo, desbordante) y cómo los actores, muy heterogéneos, se relacionan en él. 
Después de reflexionar uno días creo que la novela es un canto contra la homogeneidad y a favor de la diversidad. Diversidad en todos los aspectos: diversidad genética y racial (un acierto la originalidad de la mezcla de etnias de los personajes protagonistas), diversidad de creencias (aunque las principales religiones actuales sobreviven, hay algunos cultos nuevos), diversidad de identidad (inteligencias artificiales, humanos y robots conviven en una sociedad muy plural...incluso hay vampiros mentales), diversidad sexual (todo tipo de relaciones está bien visto), y diversidad de hábitats (aunque, lamentablemente, no se describan en profundidad los diferentes espacios que la humanidad ha conseguido colonizar).
En fin, totalmente recomendable. Viendo cómo las editoriales españolas se han puesto las pilas publicando las grandes novelas del año pasado (Children of Time, Aurora, Seveneves, The Three-body problem, The water knife...), estoy convencido que en 2017 la disfrutaremos en castellano. ¿Que editorial se llevará el gato al agua? 

Otras opiniones de la novela: Donde termina el infinito