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diumenge, 14 de novembre del 2021

Los sonámbulos - Chuck Wendig

Conocí la existencia de Los sonámbulos de Chuck Wendig hace un par de años, cuando David Tejera, que ha acabado siendo el traductor de la versión española, la calificó en Goodreads como la mejor novela de género de ese año. Acostumbro a coincidir con sus opiniones, así que la puse rápidamente en la lista de libros a tener en cuenta. No creo que sea la mejor novela de género del año, mi valoración no es  tan entusiasta, pero sí que es un producto muy entretenido y que recomiendo sin ninguna duda.

Shana es una joven adolescente de un entorno rural de Estados Unidos. Un día descubre que su hermana menor ha salido de casa caminando como una sonámbula. Pese a todos sus intentos, Shana no consigue despertarla. Pronto descubre que su hermana no es la única afectada por esta extraña situación, y varios caminantes se unen recorriendo carreteras secundarias con un destino que nadie conoce. No necesitan dormir, comer ni beber. Después de varios días el grupo ya es bastante numeroso, y al desfile se unen los medios, las autoridades civiles y sanitarias, y algunos familiares de los afectados que les siguen para cuidarlos e intentar protegerlos. En este grupo de seguidores encontraremos a la mitad de los protagonistas de la novela. La otra mitad son los investigadores del CDC que buscan una causa biológica para este extraño comportamiento.
La historia es una mezcla muy interesante y bien cohesionada de géneros. Encontraremos varias novelas en una sola. La primera mitad me  ha recordado a un thriller médico-tecnológico y la segunda tiene más que ver con una historia de supervivencia post-apocalíptica. 

La influencia de Stephen King en la historia me parece evidente. Por la temática, pero también por el ritmo, el tratamiento del misterio y el comportamiento de los protagonistas. Pese a ser una novela de 800 páginas Wendig ha conseguido mantener en todo momento un ritmo altísimo y ha diseñado una estructura que provoca que la historia sea adictiva. Quiero destacar  que en algunos momentos los giros de argumento me han dejado descolocado. Los lectores habituales ya sabéis que es un aspecto que valoro mucho a estas alturas. 
Lo que menos me ha convencido son los personajes, sobre todo los principales. Me han interesado mucho más algunos secundarios, especialmente la evolución de un predicador protestante. Aunque la historia es bastante coral, he echado en falta algunos puntos de vista de la situación global, ya que la trama se ha centrado mucho en el grupo de caminantes.

Si hubiese leído esta historia hace diez años no me hubiese resultado creíble la América profunda que refleja, me hubiese parecido una exageración. Habiendo visto que Trump ha llegado a presidente y lo que pasó en el capitolio hace unos meses, me asusta que pueda ser real.
En definitiva, una historia coral y muy diversa, emocionante, muy bien estructurada, llena de suspense y con muchos giros y sorpresas. Es una historia dura, con algunos momentos en que los personajes lo pasan mal y los lectores poco acostumbrados, seguro que también.
Como no podía ser de otra manera, ya están trabajando en la adaptación televisiva. Aunque la historia termina de forma satisfactoria y creo que se puede leer como un libro independiente, Wendig ya está escribiendo la segunda parte, Wayfarers. Seguramente aparecerá por aquí.

diumenge, 25 de febrer del 2018

La voz del fuego - Alan Moore

Mis conocimientos del mundo del cómic son escasos. De joven había leído a Tintín, Astérix y a Mortadelo, básicamente. El tema de los superhéroes no me llamaba, era un universo muy amplio que no me apetecía descubrir. Esto cambió cuando fui a la universidad y compartí piso con un loco de los cómics que me guió a través del amplio catálogo de colecciones y me presentó a algunos autores fantásticos. Descubrí entonces a Frank Miller, Neil Gaiman (quedé fascinado con Sandman), Grant Morrison y el autor que hoy nos ocupa, Alan Moore, uno de mis favoritos. En esa época leí Miracle Man, V de Vendetta, La cosa del pantano y, como no, Watchmen. Alguna relectura ha caído a lo largo de los años, pero ahora hacía mucho tiempo que no leía nada del autor, así que cuando Roca editorial me dio la oportunidad de leer la nueva edición y traducción (a cargo de Eugenia Vázquez) de su primer libro, La voz del fuego, publicada en 1995, no me lo pensé ni un momento.

El libro está formado por una colección de relatos situados en la ciudad natal del autor, Northampton, pero ubicados en diversas épocas históricas. Pasaremos por un par de relatos ubicados en los primeros asentamientos estables de la zona, del neolítico y de la edad del hierro, por la ocupación romana, por las guerras medievales entre sajones y normandos, y los conflictos entre católicos y protestantes hasta llegar al siglo XX. Conoceremos a las últimas brujas quemadas en Inglaterra, a chamanes, a viejos cruzados, a templarios, a mártires cristianos, a conspiradores políticos, a jueces lascivos, y a muchos más personajes muy interesantes.
Los relatos tienen estilos muy diferentes, algunos incluso los calificaría de experimentos literarios, pero con algunas características en común que le dan al conjunto una mezcla muy interesante entre variedad y uniformidad. Todos están narrados en primera persona, y algunos de los personajes de otros relatos aparecen, de manera más o menos sutil. Lo más importante son los temas recurrentes: el mes de noviembre, el fuego, y los rituales antiguos de magia primigenia (y otros que me guardo para evitar spoilers). El último relato tiene como protagonista al propio autor, y lo utiliza como justificación de la historia y conclusión.
El primer relato es difícil de leer, está narrado desde el punto de vista de un joven retrasado del neolítico, y es bastante largo. Creo que algunos lectores se pueden desanimar a la mitad de la historia y dejar el libro. Si tenéis esta sensación, mi consejo es que os lo saltéis, porque después la lectura se hace más llevadera, dentro de lo que es el estilo de Moore. No quiero ni imaginarme lo difícil que debe haber sido la traducción de esta primera historia.

La pega principal que le pondría al libro es su irregularidad en la capacidad de atracción de las historias que presenta, pero eso es normal cuando los relatos están pensados para tener personalidad propia y estilos diferentes, y estoy convencido de que los relatos que a mi me han enamorado pueden dejar frío a otro lector, y viceversa. 
Si tuviera que destacar alguno, me quedaría con Santos de Noviembre, por la capacidad de conjuntar tres líneas temporales y la tensión que provoca en el lector, y con Confesiones de una máscara, por poder dotar de tanto sentido del humor a una cabeza cortada y empalada en una pica. En definitiva, una lectura que recomiendo sin duda a los fans del autor, y a los que no lo conocéis también, creo que va a ser una experiencia lectora diferente y sorprendente.
Leí hace poco un artículo sobre Jerusalem, la monstruosa novela de Moore en la que el traductor lleva dos años y medio trabajando y cuya  publicación en español está prevista para navidades de 2018. Era una lectura que tenía totalmente descartada en mis planes, pero que después de haber tenido una experiencia tan satisfactoria con La voz del fuego, ha vuelto a subir puestos en la pila virtual.

diumenge, 11 de febrer del 2018

Las tres muertes de Fermín Salvochea - Jesús Cañadas

Son raras las ocasiones en mis redes sociales en que las críticas son tan unánimes  respecto la calidad de una novela  como ha pasado con Las tres muertes de Fermín Salvochea, de Jesús Cañadas. En estas situaciones a veces el cuerpo me pide ser la nota discordante, ni que sea para provocar polémica, pero esta vez no podrá ser, ya que la historia me ha gustado mucho.
La novela está ubicada en Cádiz, ciudad natal del escritor, y amalgama algunos de sus misterios y leyendas con personajes históricos, consiguiendo crear una trama muy interesante y difícil de dejar. La historia está estructurada en dos líneas temporales. En la primera acompañaremos a Juaíco (un pícaro barbero amante del vino, el juego y las mujeres) en sus aventuras junto al recién elegido alcalde, Fermín Salvochea, que por las noches resulta ser un cazavampiros, una extraña mezcla entre el Sherlock Holmes y el Van Helsing de las más recientes adaptaciones cinematográficas.

La segunda trama transcurre unos 30 años después, y los protagonistas son un grupo heterogéneo de pre-adolescentes (entre los que está el hijo de Juaíco), que se verán envueltos en algunos de los peligrosos misterios que oculta la ciudad, como si no tuvieran suficiente con los problemas que acarrea su edad y estatus social. Esta segunda parte recuerda irremediablemente a las correrías de los protagonistas de historias del estilo de los Goonies, It, Los tres investigadores o la más reciente Stranger Things.
Las dos tramas están interconectadas y me ha gustado mucho cómo hace las transiciones de una a otra, y cómo consigue integrar la más antigua en la moderna. La historia comienza tranquila, y durante unas 60-80 páginas es más una historia costumbrista que una historia de terror y fantasía oscura. En esta primera parte es donde más luce según mi opinión la prosa de Jesús Cañadas. Después, el frenesí de la acción y el ritmo elevado que coge la novela enmascara el estilo literario, como lector estuve más pendiente del qué que no del cómo, y es una lástima, porque disfruté mucho del cómo durante la primera parte.
Quiero destacar también la construcción de los personajes, muy diversos, carismáticos y a los que inevitablemente coges cariño. Es fácil tomar partido por los perdedores.  
A nivel más anecdótico, aunque ayuda a la ambientación, el autor utiliza expresiones coloquiales y argot típico de la ciudad. El libro viene acompañado de un glosario final, así como de un mapa de la Cádiz de principios de siglo, aunque ni el primero ni el segundo son necesarios para seguir sin problemas la historia.
La principal pega que le pongo a la novela es que abusa del recurso de la aparición sorprendente de un personaje que le salva la papeleta a otros en situaciones de peligro. Y, aunque esto es más personal, el ritmo se acelera demasiado en la parte final para que todas las piezas acaben encajando. 

En definitiva, os la recomiendo sin ninguna reserva: es entretenida y divertida muchas veces, dura, cruda y sin concesiones otras, y adictiva durante todo el tiempo. No me seáis saboríos y dad una oportunidad a esta novela. Es un bastinazo y vale realmente la pena.