Hace unos tres años, ya harto de perderme detalles del fantástico mundo de Malaz debido a mi preocupante falta de memoria, ya que los libros traducidos por la ya extinta Factoría de ideas iban saliendo cada seis meses, decidí leer de un tirón los 10 libros de la saga escrita por Steven Erikson en inglés.

Este empacho provocó que no leyera la saga escrita por Ian C Esslemont ubicada en el mismo universo, aunque ya había comprado un par de los seis libros de los que consta. Posteriormente descubrí que ambos autores, una vez terminadas las historias que querían contar, optaban por las precuelas para continuar trabajando en el universo que habían creado. Erikson, en la Trilogía de Karkhanas, optó por narrar sucesos acontecidos miles de años antes de lo que se explica en la serie principal, y basados en una parte de la trama que no fue la que precisamente la que más me motivó. En cambio, Esslemont optó por una época mucho más cercana a los libros que había leído, y por unos personajes que eran de los que más me habían intrigado, y de los cuales quería saber más. Así que cuando tuve la oportunidad de adquirir el libro, no me lo pensé dos veces.
Dancer's lament es la primera parte de la saga Path of Ascendacy, que, como indica el titulo, explicará como Kellanved y Dancer se conocen, se alían y consiguen organizar el imperio de Malaz y ascender hasta ocupar el trono de Sombra y convertirse en Shadowthrone y Cotillion.
Toda esta parte de la trama se narra en los libros principales de forma muy velada, sin explicaciones claras (bueno...esto en realidad es general para todas las tramas...) y envuelta en un halo de misterio. Ahora entiendo porqué, supongo que la escritura de esta saga ya estaba planeada.

Quiero destacar que entrar en el mundo de Malaz me ha parecido mucho más sencillo que otras veces. Las sendas, los dioses, la magia, los ascendientes... me ha parecido todo mucho más familiar. No sé si es debido a que el estilo de Esslemont es más directo o a que yo ya domino los entresijos y los senderos que recorren este universo tan complejo.
Algún fallo: la relación entre los dos protagonistas es divertida, pero un poco repetitiva, y el personaje de Kellanved me ha parecido poco serio y tratado casi como un secundario, nunca se utiliza como un punto de vista para narrar la historia. Estoy convencido de que está planeado para mantener parte del secreto, pero espero que en las próximas novelas Esslemont le otorgue algo más de protagonismo y carisma. La resolución final de todas las tramas tampoco me ha acabado de convencer por abrupta.
En resumen: ha sido un placer volver a encontrarse con antiguos conocidos, aunque guiado por la mano de un autor diferente. La novela tiene todo aquello que le pido a una historia de fantasía épica: buenos personajes, algo de misterio, algo de acción, algo de magia, un buen escenario y todo narrado con buen estilo y con sentido del humor. No se llevará ningún premio por original, pero ha cumplido con mis expectativas sin duda.
Esslemont me ha convencido como escritor, y como me he quedado con ganas de más, en breve voy a empezar la Saga del Imperio, eso si, sin leerla toda de una vez, ya he aprendido que los empachos no son buenos.