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dissabte, 20 de juny del 2020

Ciudad Nómada, rebaño miseria - Pablo Loperena

El premio Alberto Magno es uno de los premios de referencia de la ciencia ficción escrita en castellano. Rara vez me decepcionan las novelas cortas ganadoras y finalistas. Ciudad Nómada no fue una excepción cuando Pablo Loperena ganó el premio en 2016. Contacté con el autor para poder incluir el comentario de su novela, todavía no publicada, en mi sección de Supersonic sobre los premios literarios de ese año y muy amablemente me la envió. Me sorprendió mucho  el escenario que planteaba en la historia y el estilo narrativo. La disfruté también cuando la leí por segunda vez en la antología Ciudad Nómada y otros relatos de Mariano Villarreal publicada por Sportula.
Mi sensación es que el world-building da tanto juego que el autor no podía dejar pasar la oportunidad de profundizar en él como escritor. Yo lo considero idóneo para hacer una colección de relatos o novelas cortas estilo fix-up y así se lo hice saber, pero Pablo me comentó que estaba trabajando en una novela coral construyendo la trama a partir de la de la novela corta. En vista del resultado final creo que fue una buena decisión, igual que la de Insolita editorial por apostar por su publicación.

En un futuro lejano gigantescas ciudades móviles recorren caminos pautados a través de cultivos vegetales, cosechando por delante y sembrando por detrás, en un movimiento lento pero constante. Los ecosistemas y el clima del planeta han sido modificados a nuestra conveniencia, todo está calculado y toda la materia se reutiliza. Los habitantes de estas ciudades viven en una sociedad tecnificada, aséptica, controlada, calculada y milimetrada parecida a la que podríamos encontrar en las distopías clásicas como Un mundo feliz o Nosotros.
Detrás de estas ciudades, siguiendo su ritmo y viviendo de sus despojos y su caridad, viajan enormes rebaños de personas agrupadas más o menos en clanes según sus creencias y habilidades. En estos rebaños es difícil sobrevivir; la violencia es frecuente y las reglas y las dinámicas del poder cambiantes. 
Seguiremos la historia a través de varios personajes de las dos sociedades. El contraste entre ellas, e incluso el contraste dentro de cada una de las sociedades, es de lo que más me ha gustado de la trama de la novela. Aunque seguramente el punto más fuerte de la historia es el escenario; la estructura fija y controlada de la sociedad de las ciudades y el caos absoluto de los rebaños miseria, y consigue crear el dilema de a cuál de las dos sería mejor pertenecer. Reconozco que no lo tengo claro todavía.

Hay muchísimos detalles que muestran la capacidad imaginativa del autor y, aunque hay varios aspectos de la novela en que puedes tener la sensación de caminar por terreno conocido, siempre está presente un punto de originalidad que creo que tiene mucho mérito. 
Al crear un escenario como este con nuevos materiales, drogas, clases sociales, cultivos,... aparece la problemática de crear también una nueva terminología. Al principio me ha costado un poco entrar en la dinámica (el glosario del final ayuda), y en algún momento ha estado cerca de esa línea roja en que el nuevo vocabulario no ayuda a la ambientación sino que crea confusión y te saca de la historia. No ha llegado a cruzar esa línea, pero ha estado cerca en algún momento.
El final es demasiado acelerado para mi gusto. Pasan demasiadas cosas en pocas páginas y la resolución de algunas de las tramas no me ha convencido por apresurada. Una de las virtudes de la novela es el gusto por los detalles y el cambio de ritmo de la parte final lo estropea un poco. Se habría solucionado con algunas decenas de páginas más. En este aspecto es donde se ha notado la inexperiencia del escritor, no hay que olvidar que es una primera novela.

En definitiva, una lectura muy entretenida, sorprendente y con muchos aspectos originales. Me he quedado con ganas de conocer más del mundo que ha imaginado el autor, y eso siempre es buena señal. Es una primera novela y tiene algunos detalles a pulir, pero, como dije en su momento después de leer la novela corta ganadora del Alberto Magno, creo que Pablo Loperena va a dar que hablar dentro del género. De momento está trabajando en otra novela situado en este mismo universo, cuenta con un lector interesado.

Otras opiniones: ConsuLeo 

dissabte, 19 de maig del 2018

Lo Bueno si Breve 9

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº10. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Tim Pratt, Carme Torras, Javier Castañeda, Yoss, Rodolfo Martínez, Lola Robles o Abel Amutxategi, entre otros.

El objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve. El número anterior estaba dedicado a los premios internacionales, y hoy le toca el turno a los nacionales: Ignotus, Domingo Santos, Alberto Magno e Ictineu.

En el marco de la última Hispacón celebrada en Navacerrada en noviembre de 2017 se repartieron los premios Ignotus, en los que se premian obras ya publicadas. La ganadora en la categoría de mejor relato fue Cristina Jurado, con La segunda muerte del padre, publicado en la antología Cuentos desde el otro lado de la editorial Nevsky. La muerte del padre de la protagonista, con quien no tenía una relación especialmente intensa, la sume en un estado de tensión cercano a la locura, que acaba llegando al lector. Una historia de terror redonda.
En la categoría de relato traducido el ganador fue Ken Liu con el particular relato Acerca de la elaboración de libros en determinadas especies, traducido por Marcheto, y que forma parte de la cuarta antología de relatos anual de su excelente página web Cuentos para Algernon. Este relato, con un título suficientemente informativo para conocer su argumento, forma parte de un homenaje a Italo Calvino, con un estilo narrativo enumerativo y descriptivo muy particular que no me acaba de convencer, pero con un desborde de imaginación espectacular y un toque poético que lo hacen un merecido ganador, aunque debo reconocer que no soy nada neutral con Ken Liu.

La ganadora en la categoría de novela corta fue Felicidad Martínez con En tierra extraña, que forma parte de su colección de novelas cortas La mirada extraña (publicada por Sportula), que también ganó en la categoría de Antología (voy a aprovechar este momento para reclamar una categoría diferenciada entre las antologías de relatos de un mismo autor y las colecciones de relatos escritos por diversos autores, creo que hay material de calidad suficiente en cada una de las dos categorías).  La novela narra el viaje de una nueva “colmena” de una especie alienígena para colonizar un planeta desconocido y fundar una colonia gracias a su nueva reina. El punto fuerte de la historia es la recreación de las características sociales y reproductivas de esta especie. La trama es muy diversa, con variedad de puntos de vista y con raciones de acción y tensión muy bien dosificadas para crear un producto adictivo, muy difícil de dejar a medias. La historia es cruda, con poco espacio a las concesiones, y a la autora no le caen los anillos cuando ha de hacer que sus protagonistas lo pasen mal. Aunque es una historia independiente creo que se disfruta y entiende mejor con la lectura de su historia “gemela” Los dioses de Amarán.
Durante la Hispacón también se otorga el premio Domingo Santos de relato, y el ganador de este año ha sido Sergio Mars, con Ruedas dentadas de un reloj imaginario. Es un relato muy divertido con una premisa muy interesante basada en que la astrología tiene fundamentos científicos. Los astrólogos son profesionales reputados con un papel parecido al de los abogados y la fecha y hora de nacimiento debe ser el secreto mejor guardado para evitar que nadie pueda realizar tu carta astral con exactitud. El autor utiliza esta premisa para reflexionar sobre la predestinación y el libre albedrío, con un par de protagonistas que salen de la norma habitual de la sociedad que representa el autor, un astrólogo que no puede hacerse una carta astral, y una famosa cuya fecha y hora de nacimiento son conocidas. Una lectura muy recomendable, aunque creo que tenía más recorrido y que había material para hacerla más larga y convertirla en una novela corta.

En noviembre también se otorgaron los premios Ictineu en el marco de la primera Catcon. El relato ganador fue L’indigent, de Carme Torras, originalmente publicado en la antología Deu relats ecofuturistes, de Males Herbes, y que podréis encontrar en este mismo número de SuperSonic en castellano con traducción de Alexander Páez. La historia está situada en un futuro cercano, con problemas ecológicos derivados del consumismo, y, como es habitual en las obras de la autora (con las que creo que este relato guarda una relación estrecha), los robots tienen un papel muy importante. Si estáis leyendo este artículo tenéis este fantástico relato a unas páginas de distancia, así que ya estáis tardando.
El premio al mejor relato traducido fue para LS Johnson, una autora que era desconocida para mí, con el relato Vacui Magia, traducido por el jovencísimo Edgar Cotes y que apareció en la revista Catarsi nº 18. La historia, escrita en forma de pasos para realizar un sortilegio, explica cómo una bruja intenta cumplir uno de los deseos de su madre antes de que muera. Enternecedor y emotivo, aunque muy duro. Una nueva autora a tener en cuenta.

Para terminar, en diciembre se otorga el Alberto Magno, un premio que, casi siempre, es sinónimo de gran calidad. La novela ganadora fue Porque ellos heredarán la Tierra de J.A. Menéndez, un habitual en el palmarés de este premio. He leído las tres obras que ha publicado este autor, y se nota una gran evolución en su forma de escribir y en el planteamiento de las historias. El desencadenante de la trama es la investigación de una cura contra el Parkinson basada en una red neuronal artificial subcutánea denominada malla de Henderson. El artefacto funciona, pero de una manera un poco extraña. Debido a problemas de subvención la tecnología se escapa del control de su creadora y cae en las manos de una poderosa corporación internacional que la acabará distribuyendo a nivel mundial de forma gratuita.
Me ha encantado como el autor encaja todas las piezas del puzle, como domina el ritmo de la narración, aunque utilice dos tramas separadas por unos treinta años, y como consigue sorprender al lector con un par de giros imprevistos. Para ponerle una pega, yo hubiese preferido un enfoque diferente del final, más acorde con el tono general de la historia, pero la novela igualmente es genial, un premio merecidísimo.

La cosecha a nivel nacional ha sido buena, a ver qué pasará en los premios internacionales. En próximos números de la revista lo comentaremos. Salud, y buenas lecturas.

dissabte, 10 de març del 2018

Tres novelas breves - II

Hoy toca otra entrada sobre uno de mis formatos preferidos, la novela breve. Acostumbro a realizar estas entradas agrupando novelas breves de la misma editorial, pero en este caso las tres que voy a comentar sólo tienen en común su longitud. 

En El retroceso Javier Beltrán nos ofrece una historia sobre viajes en el tiempo, pero desde un punto de vista original y sorprendente en una historia narrada en primera persona. ¿Verdad que seria fantástico poder volver atrás en el tiempo sabiendo lo que va a pasar? Hay mucha literatura sobre este tema, pero... ¿y si el viaje no es instantáneo, y cuando retrocedes vives todo lo que has vivido pero marcha atrás? ¿Y si hay alguien que también tiene ese poder, y cuando él retrocede, tu también y te desmonta la vida que has creado con tus maniobras temporales? Creo que con estos parámetros este don se vuelve más una maldición que una ventaja.
La premisa es muy interesane, pero el resultado final de la historia no es del todo satisfactorio. Creo que el autor ha desaprovechado una buena idea dando demasiadas vueltas a la parte inicial y acelerando demasiado la trama en la parte final, que era la más interesante y la que daba más juego. Una lástima.
Es una historia autoeditada, y el problema radica en que se nota que le falta una corrección de ritmo y estilo, seguramente la parte más floja de la novela. En una historia más larga esto podría lastrar mucho más la experiencia lectora, pero siendo una novela breve no es un factor muy grave.

Porque ellos heredarán la Tierra es la tercera novela breve que ha escrito J.A. Menéndez, y es la ganadora del prestigioso certamen Alberto Magno de 2017. Las otras dos también fueron galardonadas en 2013 y en 2015, aunque esta es la que más me ha gustado de las tres, se nota la evolución  del autor.
El desencadenante de la historia es la investigación de una cura contra el Parkinson basada en una red neuronal artificial subcutánea denominada malla de Henderson. El artefacto funciona, pero de una manera un poco extraña. Debido a problemas de subvención la tecnología se escapa del control de su creadora y cae en las manos de una poderosa corporación internacional que la acabará distribuyendo a nivel mundial de forma gratuita.
Me ha encantado como el autor encaja todas las piezas del puzzle, como domina el ritmo de la narración aunque utilice dos tramas separadas por unos treinta años, y como consigue sorprender al lector con un par de giros imprevistos. 
Para ponerle una pega, yo hubiese preferido un enfoque diferente del final, más acorde con el tono general de la historia, pero la novela igualmente es genial, un premio merecidísimo.

Felicidad Martínez es una habitual en mi lista de lecturas. En Despertares, publicada en la nueva colección de novelas breves de Sportula, se introduce en el universo literario del Metaverso, creado por Víctor Conde. Hasta este momento no había leído nada de este universo, y durante la lectura me he quedado con la sensación de que me estaba perdiendo alguna cosa, de que me faltaba alguna referencia con la que hubiese disfrutado más de la historia. Siempre me pasa en este tipo de situaciones.
No sé si algunos de los aspectos que más me han gustado de la trama, como el aspecto religioso que adquieren las leyes científicas, son mérito de la autora o ya estaban presentes en las novelas originales.
Dejando a un lado este aspecto más personal relacionado con mis fobias lectoras, la lectura es muy entretenida y adictiva, aunque el final es demasiado apresurado para mi gusto. He disfrutado más con otras obras de Felicidad, pero igualmente os recomiendo esta novela 

divendres, 14 d’octubre del 2016

Entrevista a Javier Castañeda

Me apetece mucho ofreceros esta conversación con Javier Castañeda, ya que es a un autor al que sigo casi desde sus inicios como finalista y ganador del premio Alberto Magno y, relato a relato, he ido siguiendo su premiada trayectoria. Un escritor original y con muchas cosas que decir. Os dejo con la entrevista que tuvo la amabilidad de concederme.

DoE: Gracias por responder a estas preguntas Javier. Aunque tus relatos han aparecido diversas veces por el blog puede que alguno de los lectores no te conozca. Cuéntanos quién es el escritor Javier Castañeda, por favor.

JC: Pues soy un profesor de secundaria de filosofía que siempre le ha gustado leer, sobre todo cosas de ciencia y que un buen día decidió ponerse a escribir. Empecé con guiones de cine porque era lo que más se ajustaba a mi forma de narrar (o porque me daba miedo escribir literatura). Pero en vista de que no era posible hacer que los guiones tuviesen una mínima oportunidad de convertirse en algo, hace unos siete años me lancé a escribir una novela. Así a pelo. Me costó encontrar el tono, sobre todo al principio, pero una vez lo hice fue rodado. Pero cuando quise colocarla me encontré con el mismo obstáculo. ¿a quién vendo yo una novela de ciencia ficción si soy un desconocido? Así que ahí decidí empezar a escribir relatos. Quedé finalista del Alberto Magno, lo gané al año siguiente y ahí estoy, luchando por abrirme paso en este complicado mundo editorial.

DoE: Ya sabía que la escritura no es tu principal actividad profesional, y que además perteneces al sufrido gremio de los enseñantes. ¿Tus alumnos conocen tu faceta de escritor?

JC: Al principio me daba mucha vergüenza decirlo y lo ocultaba. Hasta que un amigo también profesor y divulgador de ciencia me dijo que lo que hacemos es guay y que hay que difundirlo. Lo pensé y ahora no solo se lo digo, sino que además les obligo a leer toda mi obra (Es broma). Lo que sí es cierto que intento que mis alumnos lean ciencia ficción porque es uno de los mejores vehículos para trasmitir ideas filosóficas. Así que suelo incluir alguna lectura mía como posible entre otras: Greg Egan o Horror Vacui y muchos sorprendentemente eligen la mía ;) .

DoE: Greg Egan en el instituto...casi casi como en mis tiempos. Tendré que venir a trabajar a tu centro.¿Eres un lector habitual de ciencia ficción o fantasía? Si es así, ¿tienes algún referente? ¿Que autores consideras que te han influenciado?

JC: Más de ciencia ficción que de fantasía, por lo menos que de fantasía épica de la que me declaro un inculto. Si tuviese que nombrar un par de referentes para mí, uno sería sin duda Borges. Toda lo que he publicado hasta ahora lleva algo suyo, el más claro ejemplo se encuentra en “El traductor de dios”: la cábala (tema querido por él), las letras hebreas como el lenguaje de dios, el giro final respecto a la literatura como única salida del mundo… Sin duda es un autor fetiche para mí. Otro sería Alan Moore. Creo que con él aprendí no solo a dar importancia al contenido si no a la forma. ¿Alguien se ha dado cuenta de que la estructura de Horror Vacui está basada en los anexos que se encuentran en Watchmen al final de cada capítulo? Me encanta como se completaba la historia con esos apéndices. Pero Moore juega con la forma en muchas otras obras, sobre todo en la Cosa del Pantano, una etapa menos conocida de él pero muy recomendable. Por último otro autor fetiche es J. G. Ballard. Veo menos influencia de él en mí, ya me gustaría escribir la mitad de bien que él, pero sus obsesiones y su prosa es algo que todavía me hace sentir pequeño.

DoE: ¿Cuánto tiempo dedicas a escribir al dia? ¿Eres caótico o metódico?

JC: Pues el caos se ha impuesto al método. Hace años, antes de tener una niña, sí escribía todos los días. Ahora escribo cuando puedo. No es que sea caótico, pero es imposible tener una disciplina con una vida familiar de por medio. Por lo menos lo es para mí. Así que voy aprovechando los huecos que veo, cuando todo el mundo se ha ido a dormir, despertarme pronto… Y el tiempo que dedico también me lo impongo dependiendo de si tengo fecha de entrega o no. Si la hay, robo un poco más de tiempo a mi familia (mi mujer Susana es muy comprensiva). Esa es la razón de que me vengan muy bien los concursos, porque me obligan a escribir.

DoE: Sé de lo que me hablas... Tu “especialidad” es la narrativa breve, entre el cuento largo y la novela corta.  Hay alguna razón en especial para haber escogido este formato?

JC: Ya he señalado que empecé con una novela (370 páginas ni más ni menos) y que escribir relatos fue casi por necesidad editorial. Pero ahora me encuentro muy cómodo en las novelas cortas. Creo que es un formato perfecto. Da tiempo a desarrollar bien una trama, personajes y es lo suficientemente corta para no tener necesidad de meter paja. O sea que seguro seguiré escribiendo novela corta. Y como comentaba Ken Liu en Salamanca, también el relato te permite experimentos narrativos y temáticos que en novela no serían posibles.

DoE: ¿Tienes pensado escribir alguna obra más extensa?

JC: Sí, no solo tengo una escrita (¿lo he dicho ya?, no vaya a ser que haya un editor leyéndome y no se entere, una novela de ciencia ficción donde el worldbulding y los personajes son lo principal), si no que estoy escribiendo ahora otra, una fantasía urbana en Barcelona en la que un mortal se enfrenta al diablo por su alma en un duelo de astucia. Veremos cuando seré capaz de terminarla.

DoE: Suena bien. De momento tu trayectoria es envidiable: diversos premios y menciones, participación en antologías de éxito… ¿Como lo llevas? ¿Te lo esperabas cuando empezaste a escribir?

JC: Mentiría si dijese que no me lo esperaba para nada. Hasta cierto punto soy consciente de que escribía bien y que tenía unos buenos textos, pero entraban en juego tantos factores que no tenía en cuenta, que más bien era un insensato por pensar que eso era suficiente para ganar y llegar al reconocimiento. Ahora que sé un poco más cómo funcionan los concursos, creo que ya no espero tanto y me sorprende ser finalista mucho más que antes. Llegar a ser finalista de un premio es lo más meritorio. Ganar o no, depende de muchos factores como que el jurado, que tiene unos gustos determinados, sintonice con tu obra, algo de suerte, con quién compites… La idea de que hay una obra mejor que otra de manera absoluta es un error en el que yo caía. Ahora sé que hay unas obras mejores que otras dependiendo para quién.

DoE: Tu novela breve “Horror Vacui” ha sido publicada por la editorial Apache. ¿Que se siente al tener entre las manos tu primera novela publicada? ¿Que tal han ido las críticas? ¿Y las ventas?

JC: Participar en una antología no es lo mismo que publicar en solitario. Sin duda es muy gratificante ver tu nombre en la portada, algo que has escrito tú, con un portadón como el de Edu Quiza como umbral de entrada… La verdad es que te sientes muy bien, sobre todo por que se reconozca tu trabajo. Las críticas han ido bastante bien. Tenía un poco de miedo porque Horror Vacui es tal vez la novela de corte más clásico (si el cyberpunk se puede considerar clásico) de las que tengo. Pero eso creo que ha ayudado a conectar más con el lector Se le ofrece lugares comunes dentro de la ciencia ficción donde se puede encontrar más cómodo. Aunque después, las reflexiones filosóficas, la estructura fragmentada… le exigirá un pequeño esfuerzo para poder disfrutar a fondo de ella. Y han dicho cosas muy buenas sobre ella, incluso que mi estilo recordaba a Philip K. Dick. Eso ya son palabras mayores.

DoE: Permíteme que te diga que tus relatos no son fáciles. Acostumbran a tener varias lecturas y giros en la trama que descolocan un poco. Lo considero un riesgo, pero proporciona originalidad a tu obra. ¿Lo planeas así desde un principio?

JC: Sí. La mayoría de mis relatos nacen de la necesidad de trasmitir una idea filosófica (o varias). Después intento siempre incluir varias capas de lectura y entre ellas una más superficial. En eso me ayuda mi formación cinematográfica. Intento que todos mis relatos tengan estructura de cine, con sus puntos de giro y su acción claramente expuesta, para que aquel que busque entretenimiento pueda también encontrarlo. Horror Vacui es un thriller tecnológico, “El traductor de dios” creo que tiene una historia de terror (por lo menos así nació) que puede enganchar a lectores de este género. No hablemos ya de “El abismo mecánico” que deja mal cuerpo. Pero debajo de esa lectura digamos más superficial (no lo digo de manera despectiva si no porque es la historia que lleva el peso de la acción), se encuentran lecturas más profundas donde abordo problemas filosóficos de gran calado. Y sí, creo que esto es marca de la casa, y alguien acostumbrado a narrativa más convencional le puede chocar. Pero me gusta sacar al lector de su zona de confort. Eso es lo que hace la filosofía y ahí es dónde comienza la reflexión. O sea que seguiré ofreciendo historias de este tipo, aunque también me planteo otras más comerciales (que no carentes de originalidad).

DoE: Tu relato “Jinetes de la tormenta” ha recibido una mención del jurado del premio UPC. ¿Nos puedes contar un poco el argumento de la novela? ¿La podremos leer pronto?

JC: “Jinetes de la tormenta” es el relato que más me gusta de los que he escrito hasta ahora. Contiene una temática que se ha abordado muy poco, por no decir nada en la ciencia ficción (y en la literatura en general), que es: ¿Cómo es posible la comunicación? ¿Cuál es el significado de una palabra? Sí, hay ciencia ficción lingüística que explora algunos de estos conceptos. Tenemos Empotrados de Ian Watson, La Ciudad Embajada de China Mieville que toca este aspecto o La historia de tu Vida de Ted Chiang, por citar algunos. Pero todos ellos se basan en la hipótesis de Sapir-Whorf, que el lenguaje determina una concepción del mundo diferente. En este caso yo abordo la hipótesis contraria: el lenguaje nos proporciona un mundo común. ¿Cómo es eso posible? Pues lo explico a través de la historia de amistad de una niña Nepalí que contacta con un extraterrestre a través de una antena cósmica. La novela narra el intento de comunicación, de cómo, sin que el alien sepa nada de la Tierra, puede explicarle palabras terráqueas. Y por si esto era poco, al mismo tiempo la niña intenta traducir a palabras occidentales conceptos budistas. Así que es un doble salto mortal, pero creo que me ha quedado bastante redonda. Eso sí, voy a exigir del lector que ponga mucho de su parte, pues no solo la cultura extraterrestre es extraña, también la nepalí. Y veremos cuando la publico. Quiero que esté perfecta antes de hacerlo porque la tengo mucho cariño.

DoE: Me lo apunto.También participas en la antología Sucesos extraños de la editorial Apache con el relato "Nora a través del monitor". Explícanos un poco en que consiste este proyecto y de qué va el relato. ¿Hay que haber visto la serie para poder disfrutar de la antología?

JC: No, no hay que haber visto la serie. Está inspirada en la época, al igual que la serie está inspirada en las pelis de los 80, pero ahí acaba todo. De hecho las historias de Sucesos extraños suceden en España. Mi relato es de terror, con varias referencias ochenteras. Es un homenaje al Spectrum, del que era un viciado, y más en concreto a las aventuras gráficas. Cualquiera que tuviese un ordenador en aquella época lo va a disfrutar. Y por supuesto los amantes del terror.

DoE: ¿Algún proyecto nuevo del que quieras hablarnos?

JC: Pues la verdad que estoy embarcado en varios. Desde un guión cinematográfico de ciencia ficción (que veremos dónde llega), un cómic, un relato para una nueva editorial que espero dé mucho que hablar hasta… bueno el otro me lo guardo hasta que sea algo más concreto, no querría gafarlo antes de empezar.

DoE: Vamos a ver si conseguimos crear polémica. Mójate, Javier. ¿Cuáles son los escritores a los que sigues habitualmente, tanto a nivel nacional como internacional? ¿Destacarías alguna novela en concreto de las que has leído últimamente? 

JC: De los actuales destacaría a Ken Liu, Ted Chiang (que desgraciadamente se prodiga poquísimo) y a Greg Egan que aunque hace esfuerzos infinitos por perder lectores, siempre hay que estar atento a sus aportaciones. También soy seguidor incondicional en cómic de Miguel Ángel Martín, cuya obra también ha sido de inspiración para mí. Y una novela que me gustó mucho es The First Fifteen Lives of Harry August de Claire North y en castellano La mirada extraña de Felicidad Martínez me sorprendió gratamente. El tema alienígena me gustó mucho. Y también voy a romper una lanza a favor de la novela gráfica y ahí Superman: Secret Identity de Busiek que leí hace poco me pareció una auténtica obra maestra.

DoE: ¿Cómo ves el panorama editorial del género en España? ¿Qué opinas de la aparición de tantas editoriales “pequeñas” que se atreven a publicar nuevos escritores?

JC: Con el panorama editorial español soy pesimista en general y muy pesimista en cuanto a ciencia ficción de autores españoles. Es un género que en España es minoritario y fuera del famdom no me parece que tenga muchos seguidores. Y si encima eres español, pues nos quedamos para eso, editoriales pequeñas. Y no me quejo, porque cuando durante la crisis quebraron Ajec, ngcFicción y otras recortaron sus publicaciones de españoles al mínimo como Bibliópolis el panorama era apocalíptico. Ahora por lo menos podemos publicar, en microtiradas, pero hay algo de luz. ¿Quién sabe? Tal vez un día llegue el Crepúsculo, el Walking Dead o el Juego de Tronos de la ciencia ficción y de repente se ponga de moda el género y podamos salir de este pequeño gueto en el que estamos. Mientras tanto seguiremos intentando que nos quiten la etiqueta de literatura menor.

DoE: Si quieres añadir algo más...

JC: Que ha sido un placer charlar contigo y poder compartir mis inquietudes con los lectores. Necesitamos más iniciativas como la tuya para dar a conocer el género y que los lectores le pierdan el miedo. Muchas gracias.

DoE: Muchas gracias a ti, Javier. Te deseo muchísima suerte con tus nuevos proyectos.

divendres, 29 d’abril del 2016

El ojo de Dios - David Luna


Los lectores habituales del blog ya sabéis que tengo una cierta debilidad por el premio Alberto Magno. Era casi inevitable que cuando David Luna me ofreció la posibilidad de leer su novela breve finalista en la edición del año pasado, El ojo de Dios, publicada por Apache Libros, no pudiese rechazar la oferta.

Ya había leído el relato del autor publicado en la antología El abismo mecánico, y, aunque no fue de los que más me gustó, si que demostraba su buen quehacer.
La novela nos sitúa en la colonia de un planeta que la humanidad ha comenzado a terraformar, pese a que tiene vida vegetal y animal exhuberante, en el momento en el que llega un auditor imperial, el narrador de la historia, para controlar la extracción y envio de los recursos que proporciona el planeta. Una variedad de Coltán, principalmente. 

El auditor se enfronta a la escasa colaboración de los residentes civiles y militares de la colonia, y a los problemas que conlleva la adaptación a las condiciones atmosféricas del planeta.
La trama es enigmática, y utiliza algunos recursos interesantes para situar en poco tiempo el misterio al que debe enfrentarse nuestro protagonista. El estilo del autor es directo, poco descriptivo, y consigue con éxito plantear  una situación muy intrigante que consiguió despertar mi interés de inmediato. El world-building está muy bien logrado, hay muchos detalles imaginativos. Durante gran parte de la novela, debido a las acciones del protagonista, se respira un ambiente entre lisérgico y enfermizo que en algún momento me ha desconcertado, pero creo que está bien conseguido y ayuda a la ambientación.

El principal problema es que todo lo que promete la historia en el primer tercio de la novela no acaba de llegar a buen puerto. La causa principal es la longitud de la novela. Soy un gran fan del formato de la novela breve, pero en este caso en concreto creo que la historia daba para más, y, por tanto, el final es muy apresurado, dejando demasiados cabos sueltos y enigmas sin resolución. Estoy convencido de que si el autor no hubiese estado encorsetado por el número de palabras que permite participar en el Alberto Magno hubiese conseguido darle un tono diferente  al final de la historia, que creo que lo merece, y el producto final hubiese sido mucho mejor. 
Es una lástima, porque el planteamiento y el escenario son muy interesantes. El autor promete, y por tanto estaré pendiente de sus nuevas aventuras literarias.

dissabte, 19 de març del 2016

Tellus y Como un rayo en la tormenta - J.A. Menendez

Los que seguís habitualmente el blog ya sabéis que tengo cierta debilidad por el premio más veterano de la ciencia ficción española, el Alberto Magno. Gracias a seguir este premio descubrí a autores como Santiago García Albás, Jose Antonio Cotrina, Javier Castañeda... incluso le dediqué una de mis colaboraciones con la revista Supersónic, Lo bueno si breve...

Tellus
Estoy muy pendiente de las novelas ganadoras cada año y intento adquirirlas si se publican. Recientemente han aparecido un par en la plataforma Lektu del mismo autor, J.A. Menéndez, que paso a comentar.
Tellus ganó el segundo premio el año 2013. Es una historia de ciencia ficción de corte clásico, pero narrada des de un punto de vista moderno. La comunicación con una misión tripulada a Marte se ve interrumpida y sus tripulantes se dan por muertos. Varios años después, en medio de un clima de inestabilidad política y con muchos conflictos internacionales, una càpsula tripulada aparece en medio de la sede de las naciones unidas. De ella desciende un robot, que representa a los habitantes robóticos de Marte, y que pide unirse a las naciones unidas.
El argumento es muy interesante, y algunos de los protagonistas muy carismáticos, pero creo que la historia no acaba de estar bien conjuntada. Es demasiado ambiciosa para un formato de novela breve. El final es muy precipitado, y algunas explicaciones quedan en el aire. Le faltan páginas. Tampoco encuentro acertado el uso del lenguaje, demasiado coloquial en algunos casos.
Como un rayo en la tormenta.
En cambio Como un rayo en la tormenta, ganadora de la edición del 2015 es perfecta para el formato de novela breve, y es una historia redonda, sorprendente y muy original. 
Las protagonistas son una cocinera y una bailarina...bueno, os situaréis más si os digo que son una fabricante de drogas y una stripper. Aquí si que pega el lenguaje coloquial.
Narrada des del punto de vista de la cocinera la historia nos cuenta como evoluciona su relación. No quiero explicar nada más para no arruinar la experiencia lectora, llena de giros inesperados y sorprendentes. Es de esas historias que se disfruta más en una relectura una vez conoces el final; se escapan menos detalles.
El precio de la edición digital en Lektu es un regalo, os lo recomiendo sin reservas.

La verdad es que los dos relatos son bastante diferentes en temática y estilo, casi parecen escritos por manos diferentes. Esto demuestra la versatilidad del autor, uno más a seguir en la infinita lista.

dimarts, 22 de setembre del 2015

Lo bueno, si breve... - Segunda parte

NOTA: Esta es mi colaboración con el segundo número de la revista Supersonic. Contiene, entre muchísimas cosas interesantes, relatos de figuras internacionales como Liu Cixin, Alastair Reynolds y Aliette de Bodard. No os lo podéis perder.

Como comenté en la primera edición de la revista, la intención principal de esta sección es presentar algunos relatos escritos en castellano a gente que, como yo, generalmente no había prestado atención a la narrativa breve. Simultáneamente es una buena forma para conocer autores muy interesantes que me habían pasado desapercibidos.  Para ayudarme a hacer una primera selección he decidido revisar algunos de los premios más importantes de la narrativa breve de género. En el primer número el protagonista fue el Ignotus de relato. En esta edición le toca al premio más veterano de la ciencia ficción española, el Alberto Magno.
Este jugoso premio, organizado por la Facultad de ciencia y tecnología de la Universidad del País Vasco, lleva entregándose de manera continuada desde 1989, aunque ha sufrido diversas modificaciones en sus bases. Lo que siempre se ha mantenido, y a mi parecer es lo que le da su principal atractivo, es la longitud de las obras presentadas, entre 15000 y 25000 palabras, en el límite entre un relato largo y una breve novela corta. Este formato permite a los escritores ofrecer lo mejor de la narrativa breve y también ampliar la presencia de los diálogos y profundizar mucho más en las tramas y en la ambientación.
No sabéis cuánto he disfrutado leyendo para poder escribir este artículo. La calidad de los ganadores y finalistas de este premio es muy alta y hay tantos relatos merecedores de comentario que la selección ha sido muy difícil. Una de las ideas básicas de esta sección es que los relatos que se comentan sean accesibles al lector a través de la red, aunque en este caso, al final, haré excepciones y mencionaré a algunos muy recomendables que se pueden encontrar en formato digital y que ya he comentado con anterioridad en mi blog (para no repetirme, básicamente). El servicio de publicaciones de la Universidad del País Vasco publica regularmente volúmenes conmemorativos que recogen los finalistas y ganadores de diversos años, pero muchos de estos volúmenes están ya descatalogados y son de difícil obtención. Si tenéis la oportunidad de haceros con alguno no lo dudéis.

Soy de los que prefiere empezar a leer el diario por la contraportada, así que empecemos por el final. Una de las historias ganadoras de 2014 ha sido Horror Vacui, del prometedor escritor Javier Castañeda de la Torre. Utilizando diversas técnicas como entrevistas, informes médicos, cartas…nos describe una sociedad futura influenciada por una nanotecnología que permite, alterando la química celular, controlar y monitorizar el comportamiento de las personas. El protagonista es un policía que, gracias a esta tecnología, intenta prevenir y evitar la comisión de crímenes violentos, pero de una manera mucho más sutil que la que elige Philip K Dick en The Minority Report.  El relato toca temas tan interesantes como la posibilidad real del libre albedrío y otras consecuencias morales del uso de esta tecnología, un poco coartadora de la libertad. En la página web del autor también podréis descargaros su relato finalista en la edición de 2013, La paradoja de Teseo, un relato un poco más clásico en formato y temática, aunque con algunos giros interesantes en la trama, que trata sobre la existencia, la individualidad, y las nuevas oportunidades que puede presentar el viaje en el tiempo.
El viaje en el tiempo, precisamente, es un pilar importante en las temáticas utilizadas por los autores de ciencia ficción, y no podía faltar una representación en esta selección. Francisco Jesús Carrera Troyano le da una vuelta de tuerca y nos ofrece el divertido relato El novato temporal, segundo clasificado en 1989, en el que un experimentado policía del tiempo encargado de controlar viajes no autorizados a la España del Siglo de Oro debe encargarse de solucionar un caso con la ayuda de un compañero con muy poca experiencia. Muy interesante la ambientación y el world-building, que daría para situar muchas más historias. También sobre los viajes en el tiempo trata Tiempo reciclado, de Juan Ruiz Gallego, segundo clasificado en 1994. Un programa televisivo organiza viajes en el tiempo para grabar y emitir episodios relevantes (y morbosos, a poder ser) de la historia de la humanidad, pero sin influir en los acontecimientos. Un detective privado es alquilado por el jefe de la cadena de televisión para que se desplace al Londres Victoriano. Una interesante mezcla de historia de detectives y ciencia ficción, aunque de resolución algo previsible.

No podían faltar aquellos relatos que tuviesen en cuenta el contacto con especies alienígenas no precisamente amistosas. Encontramos varios, los que optan por un enfoque divertido, como  Me pareció ver un lindo gatito , ganador en 1997 y que forma parte del Universo Corporativo, escenario muy interesante en el que sitúan sus obras los escritores Guillem Sánchez y Eduardo Gallego, que van a ser protagonistas habituales de esta sección. Con un marcado sentido del humor el relato nos explica el asalto que sufre una nave civil por parte de una especie alienígena desconocida. El único superviviente es un gato, y el ordenador central, muy mermado después del ataque, intentará hacer todo lo posible para que los atacantes no consigan información relevante sobre los mundos humanos. Con un estilo mucho más agobiante y pesimista y narrado en una primera persona, quizá en exceso cargada de adjetivos y repeticiones, está el relato ¿Podemos celebrar ya la victoria? de Víctor Guisado Muñoz, finalista del 2013.  La historia central es el viaje que una patrulla de soldados debe hacer a través del paisaje desolado de un planeta en guerra hasta el punto de encuentro donde serán rescatados, mientras son perseguidos por unos alienígenas poderosos e implacables (y muy originales, por cierto). En algunos momentos me ha recordado algunas de las más aterradoras escenas de la saga Alien.

La colonización del sistema solar también está presente con El bosque de Hielo, ganador en 1995, escrito por el gran escritor Juan Miguel Aguilera. En este gran relato relaciona la colonización de la Nube de Oort con el descubrimiento de una especie alienígena, y, casi sin darnos cuenta, la historia acaba generando una reflexión muy interesante sobre el tiempo y su relatividad. No es extraño que sea uno de los relatos más importantes de la ciencia ficción española. De la misma manera podríamos calificar al relato El Hombre dormido, de César Mallorquí, segundo clasificado en 1993. Con la excusa del estudio de los sueños de personas especiales que, cuando duermen, presentan ondas nuevas en sus electroencefalogramas, el autor nos presenta un relato muy poético y un mundo onírico que nada tiene que envidiar al creado por el Neil Gaiman. (Podréis encontrar este relato junto con el excelente La pared de Hielo, ganador del 1992, en la imprescindible antología El Círculo de Jericó). También relacionado con los sueños, pero desde una perspectiva muy diferente, encontramos El sueño de la razón, de Armando Boix, segundo calificado en 1996. La protagonista es una enfermera que trabaja en un centro en el que los pacientes han elegido pasarse lo que les queda de vida durmiendo, soñando sueños de su elección. Un muy buen relato, con un fantástico y sorprendente final.
Sokrates, escrito por Óscar Fariña fue el relato ganador en 1996 es el representante de la temática relacionada con las IA. El relato es una mezcla interesante de historia, alquimia y ciencia que narra la construcción de un androide siguiendo unas instrucciones un poco místicas, para conseguir albergar a una inteligencia artificial que lleva mucho acompañando a la humanidad, aunque nada es lo que parece.
Si hablamos del premio Alberto Magno hay tres nombres que, por presencia en el palmarés, deben destacar sobre los demás. Por un lado tenemos a José Manuel González Rodríguez con siete relatos premiados. Todos estos relatos están recopilados en el libro Recuerdos de la vieja tierra, que, desgraciadamente, no está disponible en formato digital. No he leído ninguno (prometo solucionarlo) y no puedo recomendarlos, pero creo que merece la mención en el artículo.

El pódium lo comparten dos escritores por los cuales siento gran admiración. Por un lado tenemos a José Antonio Cotrina, que con el relato Lilith, el juicio de la Gorgona y la sonrisa de Salgari ganó en 1998. El relato, una mezcla muy interesante de ciencia ficción y fantasía urbana nos introduce a un nuevo universo caracterizado por la existencia de ciertas bases espaciales indetectables que están orbitando a diversos cuerpos del sistema solar, y en las que la tecnología avanzada y la magia van de la mano. Un escenario muy interesante utilizado en otros relatos conocidos del autor, como Entre líneas, y al que espero que regrese en breve. En los últimos tiempos Cotrina está publicando algunos de sus relatos ganadores del certamen en formato digital y a un precio muy asequible. Os recomiendo Mala racha (ganador en 2000), Luna de locos (ganador en 2007) y Amanecer (premio UPV 2002).

Y ya para terminar, el segundo autor que más menciones ha recibido en este premio es Santiago García Albás. Con el relato El robot brindó con ellos nos presenta un concurso organizado por una empresa fabricante de androides, en el que los concursantes, que deben convivir en una mansión victoriana, deben reconocer cuál de ellos es un robot. De repente uno de los participantes aparece asesinado y a partir de ese momento se inicia una investigación con tintes de novela de Agatha Christie para encontrar al asesino. Un relato divertido y un poco surrealista, alejado del estilo que presenta el autor, un poco más oscuro y pesimista. El año pasado García Albás publicó cuatro de sus relatos premiados en este certamen y con un fondo común del uso de la realidad virtual y la modificación de las percepciones bajo el título de Cybersiones (que también podéis adquirir en formato físico). Los relatos son La parte del ángel (ganador en 2008), El rey Lansquenete (ganador en 2013), El mundo de SIC (segundo premio en 1997) y Delirios de grandeza (segundo premio en 2007). No puedo hacer más que recomendar estos cuatro relatos, que fueron los que durante el verano pasado provocaron mi interés por el premio Alberto Magno y, en mi cruzada por ponerme al día en la ciencia ficción española, me han hecho descubrir autores e historias fascinantes.
Nada más, espero que disfrutéis de la lectura de estos estupendos relatos, y os emplazo a la próxima edición, en la que revisaremos los relatos ganadores de otro premio de la ciencia ficción española. ¡Salud, y buenas lecturas!

dilluns, 2 de març del 2015

Amanecer - José Antonio Cotrina

Es definitivo: me declaro fan incondicional de este autor. Ya comenté en mi entrada anterior sobre las dos novelas breves publicadas por Palabaristas, Luna de locos y Salir de Fase que el estilo de Cotrina me encanta y que me había sorprendido con sus temáticas y su imaginación. Después de leer Amanecer (ganadora, entre otros, del Alberto Magno, premio por el que ya siento un respeto importante) me reafirmo con convicción. Es evidente que su inventiva le permite enfrentarse a diferentes géneros con garantías, y pronto aparecerá por aquí alguna de sus novelas, aunque el género en que están clasificadas no acabe de atraerme como norma general.

Amanecer es un relato largo, de unas 70 páginas, que narra la historia de Joaquín, un joven que se despierta una mañana descubriendo que el tiempo se ha parado. La ciudad está vacía, el aire es denso, los sonidos no se transmiten  y no hay ni rastro de ningún ser humano. 


Cotrina consigue mezclar satisfactoriamente el género de terror (con sensaciones muy agobiantes y angustiosas en las primeras del relato), con el género de aventuras de supervivencia en este extraño escenario de un amanecer perpetuo post-apocalíptico, pero sin apocalipsis evidente. Una mezcla muy original que me ha sabido a poco.


Un pequeño reproche: el final, demasiado apresurado para mi gusto. Creo que le faltan 15-20 páginas y alguna indicación más para acabarlo de cerrar completamente y así poderlo disfrutar más. Esta sensación se está volviendo recurrente con muchos de los relatos que leo últimamente. A lo mejor es culpa mía por pedirle algo que no debe tener al formato de la narrativa breve.


Para terminar este breve comentario quiero hacer un inciso sobre la editorial Palabaristas, de la que, a lo tonto, he leído y comentado casi  todo su catálogo de ciencia ficción. Les agradezco la política de publicación a bajos precios de literatura de ciencia ficción de calidad (como el relato comentado hoy, Amanecer, disponible en Lektu a partir de 1 euro), y espero de verdad que les sea rentable y que continúen con esta linea. Desde aquí cuentan con mi apoyo.

dissabte, 27 de desembre del 2014

Luna de locos y Salir de Fase - José Antonio Cotrina

Hacía tiempo que tenía curiosidad por la obra de José Antonio Cotrina. Sus novelas más recientes han sido muy bien recibidas por el público y por compañeros de la blogosfera de cuyo criterio me acostumbro a fiar. Pero la temática de estas novelas (fantasía con un tono un poco oscuro, relacionada con el mundo de los sueños y a veces definida como novela juvenil) no me interesa en estos momentos.
La editorial Palabaristas me ha echado un cable, ya que ha publicado recientemente parte de la narrativa breve del autor con temática de ciencia ficción y que ha ganado diversos premios, entre ellos el Alberto Magno, premio que descubrí con los relatos de Cybersiones de Santiago García Albás y que, de momento, considero sinónimo de calidad.

El primer relato que han publicado es Luna de Locos. La humanidad ha conseguido salir del sistema solar y colonizar otros sistemas. En uno de estos sistemas una familia dominante, los Orestes, empieza una cruzada de conquista de todos los planetas y satélites del sistema. Cuando uno de los miembros importantes de la familia muere y se extravían sus cenizas (imprescindibles para un ritual), comienzan los problemas para los tres protagonistas del cuento.
Estos protagonistas son tres reclusos que residen en un satélite con una atmosfera venenosa, Nabucco,  en el que se acumulan todas las naves que ya no son funcionales para su desguace. Su función es revisar y hacer el mantenimiento de este proceso de desguace. Cómo podéis adivinar, la urna de las cenizas está en Nabucco, y la familia Orestes no va a parar hasta recuperarla.

Un grandísimo relato de ciencia ficción clásica, con unos personajes muy bien conseguidos, cada uno con su locura, los tres geniales. Primer contacto con el autor excelente.



El segundo libro, Salir de fase, presenta dos relatos situados en el mismo universo : Mala racha y Salir de Fase.
En los dos relatos, situados varios siglos en el futuro, la humanidad ha conseguido colonizar el sistema solar (y otros sistemas estelares) y terraformar varios satélites y planetas, mientras que la Tierra se ha convertido en un solar radioactivo. La tecnología principal en que se basan las dos narraciones es la compilación: una técnica para traspasar toda la información del cerebro de una persona a un disco de identidad, que luego se puede instalar en diversos tipos de cuerpos, creados por arquitectura genética. Pasar de un cuerpo a otro es lo que se conoce como Salir de Fase. Realmente la técnica le permite mucho juego al autor, y le sabe sacar el jugo. La variedad de situaciones y posibilidades imaginadas por el autor me ha recordado algunos momentos al Varley de Playa de Acero (muchas ideas y detalles de los que se podría sacar mucho rendimiento). 

En Mala racha la protagonista encuentra en su zona de trabajo del satélite Io un disco de identidad que ha conseguido sobrevivir a las elevadas temperaturas del ambiente. La sorpresa es que la persona que contiene el disco de identidad sigue viva, y eso le va a traer más problemas de lo que se piensa. Es un buen relato con una buena ambientación y que nos sirve para familiarizarnos con algunas de las tecnologías presentes en este universo, pero tiene una parte final demasiado acelerada para mi gusto. El relato me gustó, pero palidece frente al siguiente, en el que brilla mucho más toda la inventiva del autor. Creo que si lo hubiese leído después lo hubiese valorado más negativamente.

Salir de fase es un relato de mayor extensión, y mucho más completo, con más detalles y con una final más sosegado, aunque igual de sorprendente. La protagonista, Alexander Sara, ha recurrido al mercado ilegal de cuerpos para conseguir uno con muchas modificaciones a nivel de armamento. Su objetivo es matar al presidente de la corporación más importante de creación de cuerpos en venganza por la muerte de su amante.

Me ha gustado mucho el estilo del autor y las temáticas de los relatos. No creo que sea lo último que lea de Cotrina.  Aunque tengo una pequeña crítica, un pequeño detalle que no empaña a la calidad final del conjunto: algunos de los nombres. No me convencen las combinaciones: Demetrio Takashi, Dorada James, Lancelot Sara... no me resultan nada creíbles, pero es algo anecdótico. 
Espero que el autor decida escribir algunas historias más en este universo (y si es pronto, mejor). Y no soy el único, en Sense of Wonder Odo ha empezado una  campaña de insistente presión  apoyo al autor, que ha afirmado en twitter que si vende 200 ebooks de Salir de Fase se planteará continuar escribiendo historias en este universo. Sortea 5 ejemplares del libro, o sea que ya estáis tardando.