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divendres, 8 de febrer del 2019

Lo bueno, si breve.... 10

Nota: Esta es mi colaboración con la revista Supersonic nº12. Ya estáis tardando en descargarla, está llena de entrevistas jugosas, secciones interesantes y relatos espectaculares de autores de la talla de Lavie Tidhar, José Ramon Vázquez, David Luna, Coral Carracedo o María Angulo, entre otros.

Los lectores habituales de Supersonic ya sabéis que el objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve, tanto nacionales como internacionales. En este número de la revista le vuelve a tocar a los tres grandes en lengua inglesa, el Hugo, el Nébula y el Locus.
Tal como viene siendo habitual en los últimos años la presencia femenina en los premios internacionales es apabullante, pero hay menos diversidad étnica que en anteriores ediciones, la mayoría son autoras anglosajonas. También hay diversidad en la experiencia y la popularidad de los premiados, hay autoras noveles y poco conocidas con sólo algunos relatos publicados, y escritores más consagrados y con mucha experiencia.
El formato que más me gusta dentro de la narrativa breve es la novela corta y me gusta aprovechar la excusa de tener que escribir esta sección para poder leer varias con la calidad suficiente para haber ganado un premio, ya que hay mucho donde escoger y poco tiempo para leer. Pero mi gozo en un pozo, tanto el año pasado como en esta edición los tres premios se los ha llevado la misma historia. Si el año pasado fue Seanan McGuire con Every heart a doorway, este año ha arrasado Martha Wells con All Systems Red, la primera de las aventuras de su entrañable personaje Murderbot. 
El protagonista de la historia es un robot especializado en vigilancia que ha hackeado su programación y tiene independencia de acción. Sigue cumpliendo con sus obligaciones para evitar ser detectado mientras consume compulsivamente series y otros productos audiovisuales. Su actual misión es proteger a una expedición científica que prospecta recursos geológicos en un planeta deshabitado. Cuando otra de las expediciones que está en el mismo planeta deja de emitir señales las alarmas se disparan y Murderbot tendrá que entrar en acción. Es una historia muy entretenida y aunque el planteamiento de un robot independiente y fuera de control no es la primera vez que se utiliza, el tono jocoso y las peculiares aficiones del protagonista le confieren cierta originalidad. La fórmula ha tenido éxito, ya son cuatro las novelas cortas protagonizadas por Murderbot, pero parece que las continuaciones no tienen la misma frescura que la primera (aunque debo admitir que sólo he leído la segunda). En breve va a aparecer la traducción de esta novela por Carla Bataller, publicada por Alethé ediciones (aunque la traducción de Murderbot a Matabot no me acaba de convencer).

En la categoría de novelette es en la que ha habido más variedad ya que no se repite ningún ganador.  Voy a continuar con el tema de los robots independientes y voy a empezar con la ganadora del Hugo, Suzanne Palmer, con The secret life of bots. El protagonista es un pequeño robot casi obsoleto que ha estado desactivado durante mucho tiempo, pero que es activado para acabar con un parásito de la nave, ya que el resto de los miles de robots tienen mucho trabajo con el mantenimiento. La nave en la que están viajando tiene como misión interceptar y destruir a otra nave de una civilización extraterrestre que viaja hacia nuestro planeta con intención de destruirlo. La guerra contra esta especie ha ido mal, muy mal, y esta nave, ya anticuada y con pocos recursos, es la última esperanza de la humanidad. La historia es emocionante y mezcla muy bien la desesperación de la situación en el papel de los humanos y el humor que destilan las relaciones entre las diferentes IA. Muy recomendable.
El Locus se lo llevó The hermit of Houston, del veterano Samuel R. Delany. La historia tiene cierto toque distópico y se sitúa en un futuro extraño en el que conviven los smartphones y la película número 30 y pico de Star Wars con una sociedad que vive en poblados segregados por sexo y en la que hay asaltos entre clanes y brotes de violencia. Me ha desconcertado y no he sabido encontrarle el sentido a la trama, y tampoco la explicación final me ha convencido. Francamente, reconozco que no la he acabado de entender, ni después de una segunda lectura. Puede que haya un parte de culpa mía como lector, pero el producto no me ha parecido merecedor de un galardón.
En cambio, la ganadora del Nebula A Human Stain, de Kelly Robson, me ha encantado. Aunque la trama también tenga algunos puntos confusos, son de ese tipo de confusión que genera incertidumbre sobre la situación de la trama y que le dan gracia a la historia. Una joven que vive en París acepta un trabajo como tutora del sobrino de uno de sus amigos, cuyos padres acaban de fallecer. El niño vive en un castillo apartado, a las orillas de un lago de montaña, y desde el primer momento que pone su pie en él, la joven detecta que hay algo extraño en el ambiente. Una historia adictiva, sorprendente y que colocaría dentro del cajón de sastre que es el género bizarro.

En la categoría de relato corto el Hugo y el Nebula se los ha llevado Rebecca Roanhorse con el fantástico relato Welcome to your Authentic Indian Experience™. La historia nos sitúa en un futuro cercano en el que se ofrecen experiencias inmersivas de realidad virtual, en este caso, relacionadas con el mundo de los indios americanos. El protagonista es uno de los guías que acompaña a los turistas en estas experiencias, hasta que se encuentra con uno que le propone algo que le desconcierta. La trama, que comienza como una historia de ciencia ficción que ya hemos visto algunas veces, pero con una ambientación original, evoluciona hasta otro estilo de historia de una manera muy sorprendente. Me ha dejado muy intrigado y satisfecho.
El Locus lo ha ganado Linda Nagata con el pesimista relato The Martian Obelisk. Está situado en un deprimente futuro cercano en el que el cambio climático y sus consecuencias han diezmado a la humanidad, que de alguna manera se ha rendido y que espera lánguidamente su extinción. En Marte hay algunas colonias humanas, pero han dejado de enviar mensajes y se las da por muertas. En este contexto tan lúgubre hay un proyecto que aprovecha a los robots de una colonia que no llegó a construirse para edificar un obelisco que sirva como recordatorio del paso de la humanidad por el sistema solar. La trama me ha gustado mucho, lástima que el final se precipita para mi gusto, creo que la historia daba para un relato de más extensión. También me hubiese gustado que mantuviese el mismo tono hasta el final, pero mejor me callo para evitar spoilers. Podréis encontrar esta historia traducida por Manu Viciano en formato digital en la colección Flash.

Visto en perspectiva considero que ha sido un buen año en lo referente a los premios internacionales, con alguna excepción, pero en este tipo de premios es difícil coincidir plenamente. En la próxima edición de Supersónic, los premios nacionales, que ya he podido leer en su gran mayoría y puedo asegurar que también habrá una buena cosecha. Salud, y buenas lecturas.

dissabte, 1 de desembre del 2018

Infinity's end - Jonathan Strahan

Hoy voy a comentar Infinity's end, la séptima y última edición del conjunto de colecciones de relatos Infinity Project editadas por  Jonathan Strahan. Los autores que han participado en este proyecto son de gran talla internacional, y han sido convidados a escribir un relato sobre el futuro de la humanidad, con un tema principal diferente dependiendo de la antología: grandes proyectos de ingeniería, la guerra en el futuro, las modificaciones corporales, el contacto con otras civilizaciones... Esta es la cuarta antología de este proyecto que comento en el blog,  y mi sensación era que la calidad global de cada libro estaba bajando (el penúltimo, Infinity Wars, era realmente flojo), aunque siempre había buenos relatos. La presencia de algunos de mis autores favoritos en el último volumen hizo que me decidiese a leerla aunque no estaba en mis planes, y no me arrepiento, ya que esta última edición mantiene bien el tipo y contiene varios relatos interesantes y destacables, cerrando el proyecto con un broche correcto, aunque no espectacular.
Lo que no he acabado de detectar es el hilo común de esta nueva antología, si que es cierto que la mayoría de relatos están situados en un futuro lejano del sistema solar, pero sin un tema concreto. A veces parece como si fuera un cajón de sastre donde haya colocado relatos que en otras colecciones no tenían cabida, pero que le parecían interesantes. Paso a comentar algunos que quiero destacar por su planteamiento o su temática.

En Intervention Kelly Robson, flamante ganadora del Nébula en relato corto de este año, plantea un interesante sistema para criar a los niños en los hábitats espaciales, en una especie de guardería comunal en la que viven en conjunto hasta la mayoría de edad.

Prophet on the road de Naomi kritzer narra como la protagonista intenta reunir a varios fragmentos del Ingeniero, una IA que gobernó el sistema solar y contra la que los humanos se rebelaron. La relación entre la protagonista y su fragmento de IA me ha parecido muy interesante.

Death's door no es uno de los mejores relatos de Alastair Reynolds que he leído, pero si que da una buena idea de la gran capacidad de imaginación que tiene este autor. En un futuro en el que los seres humanos son muy longevos, un par de amigos intentan convencer a un tercero que quiere dejar de existir. Para convencerlo lo llevan a los rincones más espectaculares de nuestro sistema solar. 

La prolífica autora Seanan McGuire no podía faltar, y en su relato Swear not by the moon, narra la transformación de Titán en un enorme parque temático.

En Last small step Stephen Baxter presenta un planteamiento muy original sobre la exploración del sistema solar, uno en el que se decide eliminar todas las pruebas de la presencia humana en los diversos cuerpos celestes del sistema. La historia narra la trama de la persecución de un astronauta que quiere saltarse las normas.  

El relato triste de la antología es Longing for earth , de Linda Nagata que ha ganado el Locus de este año en relato corto. El protagonista lleva décadas viajando por los múltiples hábitats artificiales que reproducen algunos de los ecosistemas de la Tierra, intentando reproducir lo que sentía cuando paseaba por la superfície de nuestro planeta. Mientras, su família insiste en que entre en la vida digital de una vez por todas, pero él, tozudo, continúa con su peregrinación. 

La antología termina con un confuso relato de Peter Watts que creo que hará las delicias de los especialistas en la vida y obra de Philip K Dick, ya que está llena de referencias, pero como no es mi caso la he encontrado más difícil de lo que es habitual en este fantástico autor.

Me da una cierta pena que un proyecto tan interesante como este termine, y que termine de esta manera, dejando un cierto regusto amargo, ya que era evidente que la calidad de las historias de las últimas antologías iba en descenso. Aunque esta última colección sea mejor que las anteriores y la sensación es que hay un remonte, considero un acierto parar este proyecto en este punto.

Que pare este proyecto no implica que Strahan vaya a parar, en julio va a publicar otra antología de relatos, Mission Critical, con la participación de primeras espadas del género: Hamilton, Reynolds, Watts, Leckie... y con un interesante eje común: qué pasa cuando la tecnología falla en el espacio. Cuenta con un lector interesado.

dissabte, 8 de juliol del 2017

The last good man - Linda Nagata

La robótica siempre me ha interesado, sobre todo la parte de especulación que implica la aparición de los robots en nuestra vida cotidiana y como nuestra sociedad cambiaría en muchos aspectos. 
En la novela que comentaré hoy, The Last Good man de Linda Nagata, esta especulación está hecha desde el punto de vista bélico, con el punto original  que los protagonistas son los soldados que se verán remplazados por drones y robots pero que no tienen más remedio que usarlos en sus misiones para luchar en igualdad de condiciones contra sus enemigos. 
La protagonista principal es True Brighton, una veterana soldado perteneciente a una compañía militar privada. En el curso de una misión de rescate de una rehén en la zona de Oriente Medio descubrirá unos hechos que desconocía y que provocarán que un capítulo muy doloroso de su pasado que daba por cerrado vuelva a abrirse y tenga que investigarlo.
Algunas de las escenas de acción son emocionantes, y el misterio principal que es el motor de la trama despertó mi interés, pero no está bien resuelto, y al final la novela acaba siendo un thriller  de acción como muchos que hay en el mercado y poco más. 
La protagonista toma decisiones totalmente irracionales y inexplicables en el contexto de la historia, otro aspecto que ha influido en mi valoración negativa.
Hay algunos momentos de reflexión sobre la aparición de las armas robotizadas en la guerra, pero pasa demasiado de puntillas sobre el tema para mi gusto.
En fin, una lectura que sólo os recomiendo si sois muy fans de los thrillers de estilo militar, pero incluso en este caso, esta novela no destaca. No creo que lleguemos a verla traducida en España.