El objetivo de esta sección es comentar los ganadores de los grandes premios de narrativa breve. El número anterior estaba dedicado a los premios internacionales, y hoy le toca el turno a los nacionales: Ignotus, Domingo Santos, Alberto Magno e Ictineu.
En el marco de la última Hispacón
celebrada en Navacerrada en noviembre de 2017 se repartieron los premios
Ignotus, en los que se premian obras ya publicadas. La ganadora en la categoría
de mejor relato fue Cristina Jurado,
con La segunda muerte del padre,
publicado en la antología Cuentos desde el otro lado de la editorial Nevsky. La
muerte del padre de la protagonista, con quien no tenía una relación
especialmente intensa, la sume en un estado de tensión cercano a la locura, que
acaba llegando al lector. Una historia de terror redonda.
En la categoría de relato
traducido el ganador fue Ken Liu con
el particular relato Acerca de la
elaboración de libros en determinadas especies, traducido por Marcheto, y que forma parte de la
cuarta antología de relatos anual de su excelente página web Cuentos para
Algernon. Este relato, con un título suficientemente informativo para conocer
su argumento, forma parte de un homenaje a Italo Calvino, con un estilo
narrativo enumerativo y descriptivo muy particular que no me acaba de
convencer, pero con un desborde de imaginación espectacular y un toque poético
que lo hacen un merecido ganador, aunque debo reconocer que no soy nada neutral
con Ken Liu.
La ganadora en la categoría de novela
corta fue Felicidad Martínez con En tierra extraña, que forma parte de su
colección de novelas cortas La mirada
extraña (publicada por Sportula), que también ganó en la categoría de
Antología (voy a aprovechar este momento para reclamar una categoría
diferenciada entre las antologías de relatos de un mismo autor y las
colecciones de relatos escritos por diversos autores, creo que hay material de
calidad suficiente en cada una de las dos categorías). La novela narra el viaje de una nueva
“colmena” de una especie alienígena para colonizar un planeta desconocido y
fundar una colonia gracias a su nueva reina. El punto fuerte de la historia es
la recreación de las características sociales y reproductivas de esta especie.
La trama es muy diversa, con variedad de puntos de vista y con raciones de
acción y tensión muy bien dosificadas para crear un producto adictivo, muy
difícil de dejar a medias. La historia es cruda, con poco espacio a las
concesiones, y a la autora no le caen los anillos cuando ha de hacer que sus
protagonistas lo pasen mal. Aunque es una historia independiente creo que se
disfruta y entiende mejor con la lectura de su historia “gemela” Los dioses de Amarán.
Durante la Hispacón también se
otorga el premio Domingo Santos de relato, y el ganador de este año ha sido Sergio Mars, con Ruedas dentadas de un reloj imaginario. Es un relato muy divertido
con una premisa muy interesante basada en que la astrología tiene fundamentos
científicos. Los astrólogos son profesionales reputados con un papel parecido
al de los abogados y la fecha y hora de nacimiento debe ser el secreto mejor
guardado para evitar que nadie pueda realizar tu carta astral con exactitud. El
autor utiliza esta premisa para reflexionar sobre la predestinación y el libre
albedrío, con un par de protagonistas que salen de la norma habitual de la
sociedad que representa el autor, un astrólogo que no puede hacerse una carta
astral, y una famosa cuya fecha y hora de nacimiento son conocidas. Una lectura
muy recomendable, aunque creo que tenía más recorrido y que había material para
hacerla más larga y convertirla en una novela corta.
En noviembre también se otorgaron
los premios Ictineu en el marco de la primera Catcon. El relato ganador fue L’indigent, de Carme Torras, originalmente publicado en la antología Deu relats
ecofuturistes, de Males Herbes, y que podréis encontrar en este mismo número de
SuperSonic en castellano con traducción de Alexander Páez. La historia está
situada en un futuro cercano, con problemas ecológicos derivados del consumismo,
y, como es habitual en las obras de la autora (con las que creo que este relato
guarda una relación estrecha), los robots tienen un papel muy importante. Si
estáis leyendo este artículo tenéis este fantástico relato a unas páginas de
distancia, así que ya estáis tardando.
El
premio al mejor relato traducido fue para LS
Johnson, una autora que era desconocida para mí, con el relato Vacui Magia, traducido por el
jovencísimo Edgar Cotes y que apareció en la revista Catarsi nº 18. La
historia, escrita en forma de pasos para realizar un sortilegio, explica cómo
una bruja intenta cumplir uno de los deseos de su madre antes de que muera.
Enternecedor y emotivo, aunque muy duro. Una nueva autora a tener en cuenta.
Para
terminar, en diciembre se otorga el Alberto Magno, un premio que, casi siempre,
es sinónimo de gran calidad. La novela ganadora fue Porque ellos heredarán la Tierra de J.A. Menéndez, un
habitual en el palmarés de este premio. He leído las tres obras que ha
publicado este autor, y se nota una gran evolución en su forma de escribir y en
el planteamiento de las historias. El desencadenante de la trama es la
investigación de una cura contra el Parkinson basada en una red neuronal
artificial subcutánea denominada malla de Henderson. El artefacto funciona,
pero de una manera un poco extraña. Debido a problemas de subvención la
tecnología se escapa del control de su creadora y cae en las manos de una
poderosa corporación internacional que la acabará distribuyendo a nivel mundial
de forma gratuita.
Me
ha encantado como el autor encaja todas las piezas del puzle, como domina el
ritmo de la narración, aunque utilice dos tramas separadas por unos treinta
años, y como consigue sorprender al lector con un par de giros
imprevistos. Para ponerle una pega, yo hubiese preferido un enfoque
diferente del final, más acorde con el tono general de la historia, pero la
novela igualmente es genial, un premio merecidísimo.
La cosecha a nivel nacional ha
sido buena, a ver qué pasará en los premios internacionales. En próximos
números de la revista lo comentaremos. Salud, y buenas lecturas.