Una de las cosas que más me gustan de John Scalzi es que es muy honesto con lo que ofrece como escritor. El lector sabe que se va a encontrar una historia divertida, ligera y de lectura ágil. Considero que sus novelas son lecturas desengrasantes y acostumbro a utilizarlas entre lecturas un poco más densas.
Su última novela, Starter Villain, sigue a rajatabla la fórmula que le ha dado éxito, pero ofrece algunos puntos de especulación que la hace destacar sobre sus últimos trabajos y creo que también está más acertado con el humor. La historia comienza cuando Charlie, un hombre ya maduro, divorciado y que vive en la antigua casa de sus padres, de la que sus hermanos quieren echarle para venderla, recibe la noticia de que su tío, al que hacía años que no veía, ha fallecido y que le ha nombrado su heredero. Lo que Charlie desconoce es que su tío era un supervillano dueño de un gran conglomerado empresarial y tecnológico. Incluso tiene una base secreta en una isla volcánica donde planeaba sus maldades y se llevaban a término sus proyectos secretos. La historia es una sátira exageradísima de las novelas de James Bond, desde el punto de vista de los malos. O de los menos buenos.
La novela requiere bastante suspensión de la incredulidad para disfrutarla; yo con Scalzi acostumbro a dejarme llevar, pero puedo entender que no todo el mundo la disfrute. Todo es muy exagerado, a veces rozando el ridículo. Charlie se adapta demasiado fácilmente para mi gusto a la situación, aunque cada escena y descubrimiento son más desconcertantes que el anterior. Tiene muy buenos ayudantes, pero no quiero entrar más en detalles para evitar arruinar algunas sorpresas y momentos que he encontrado hilarantes.
En fin, una novela típica del estilo del autor, ligera, divertida y que no deja mucho poso. Con estos términos no quiero menospreciar su trabajo, creo que tiene mucho mérito. A sus seguidores les va a encantar y estoy convencido de que la veremos traducida al castellano en breve.
Os dejo que veo a mi gata nerviosa y voy a acariciarla y a abrirle una latita de atún. No sabes nunca que puede llegar a pasar si la haces enfadar... Buen 2024 a todo el mundo.