Hoy comentaremos con Isabel del Río su última novela, MADRE, una historia sorprendente que hibrida varios géneros y que supone un reto para el lector. En castellano la ha publicado Ediciones el transbordador.
Hola Isabel. Muchas gracias por
responder a esta entrevista. Debo reconocer que cuando salió Madre al mercado y
la leí en catalán creía que era tu primera novela publicada. Después he visto
que ya hace mucho tiempo que escribes y que tienes una obra dilatada. ¿Cuál de
tus otras novelas recomendarías a un lector que esté interesado en tu obra
después de leer MADRE?
Muchas gracias por invitarme. MADRE mezcla diferentes géneros, por lo que,
después de leerla —y de haberla digerido— quizás recomendaría los relatos de En
la casa de Ícelo (InLimbo Ediciones). Allí el lector encontrará oscuridad,
angustia y algunos de los temas que toca MADRE, y unos cuantos más, desde otras
perspectivas.
Si el tema de los mundos paralelos y dimensiones múltiples le interesa,
también puede entrar en La casa del torreón —fantasía urbana / terror—, en Rojo
sobre Negro —fantasía urbana y oscura— y en El Señor del Viento —fantasy—.
Comento los tres porque, pese a ser personajes, aventuras y viajes
diferentes, todos ellos son mundos que comparten universo, como puede verse en
una de las escenas de Rojo sobre Negro.
Por lo que he visto tocas el terror, la fantasía y la ciencia ficción. ¿Existe algún género en el que te sientas más cómoda o que predomine en tu obra?
El terror es parte de mí, al igual que la poesía que, de hecho, fue lo
primero que escribí; relatos cortos de terror y poemas.
Como lectora y escritora no diferencio demasiado los géneros, tanto me
intereso por el espacio profundo como por las casas encantadas o paso a leer un
ensayo sobre mitología o astronomía. Pienso que la imaginación y la curiosidad
son las dos herramientas que han llevado al ser humano a estar dónde está —para
bien y para mal—, y me gusta seguir mis instintos.
Centrémonos en MARE/MADRE, tu última novela, publicada en catalán por Spècula,
una editorial de aparición muy reciente, pero con un proyecto ambicioso, y en
castellano por Ediciones el Transbordador. ¿Nos puedes explicar cómo se originó
el proyecto y cuál de las dos obras es la original o la traducción?
No es exactamente una traducción. Cuando yo empecé a escribir
MADRE/MARE lo hice en tres libretas (de hecho también en papeles sueltos:
servilletas, albaranes de entrega, tickets...).
Soy bilingüe e incapaz de hablar
sin cambiar de uno a otro, y el idioma de mis relatos, poemas o novelas los
decide el personaje que habla. Es decir, en MADRE/MARE cada personaje hablaba
su idioma: Penélope en castellano, Claus en catalán... Cuando lo pasé todo por
primera vez a una única libreta, intenté unificarlo pero, de vez en cuando,
seguían apareciendo escenas nuevas y el idioma lo dictaba el personaje que lo
vivía. Después lo pasé a ordenador y abrí dos documentos a la vez: uno en
catalán y otro en castellano. De esta manera, escribí al mismo tiempo ambas
versiones. Cuando uno hablaba en catalán, lo traducía de inmediato al
castellano, y a la inversa. Cuando Spècula compró los derechos e hizo los
primeros apuntes y sugerencias, los fragmentos que escribí a posteriori sí
fueron primero en catalán y traducidos al castellano. Diría que los primeros
lectores lo recibieron en castellano, porque soy muy puntillosa y
perfeccionista y tiendo a hacer unas castellanadas brutales en mis textos en
catalán, así que los reviso mucho para evitar vocabulario o frases hechas que
no concuerden.
Como comentaba antes, me dejo guiar por los instintos. MADRE ha sido un
parto duro, de cinco años de trabajo, para que la novela llegue al público. Al
inicio, como ya he comentado, eran tres libretas, donde las realidades y
terrores de Penélope confluyeron. Cuando inicié el proyecto no sabía si
quería hacer ciencia ficción o terror o exactamente si había una etiqueta que
pudiera describirlo. Lo que deseaba era mostrar unos sentimientos, no sólo míos
o femeninos, de madres, sino una energía eléctrica que se sentía, un zumbido de
la gente que se quejaba en silencio, de los niños olvidados, de todo el horror
que hay a nuestro alrededor cada día y nos hacemos los ciegos y los sordos,
mirando pantallas y dejando que nos controlen como en Un mundo feliz, de Aldous
Huxley.
En ese momento leía mucho ensayo, antropología y física cuántica
especialmente, y la diosa del neolítico y el paleolítico, así como las leyes
físicas de la realidad cuántica me tenían fascinada.
Una de las cosas que quise hacer sentir fue angustia y claustrofobia. En la
segunda parte quería que el lector sintiera lo mismo que la protagonista, y eso
fue muy complejo, porque al inicio era demasiado confuso. Aunque buscaba esta
emoción, la confusión, el no saber dónde/cuándo/qué somos, era necesario que el
lector no se desligara de la historia y, al llegar a la tercera parte, todo
tuviera sentido.
Se tocan muchos temas, algunos se ven enseguida, otros están escondidos y
hay que leer entre líneas...
En resumen, existe un poco de todo, esperando al límite del espíritu crítico de cada lector para llegar a serlo.
Todo nació de una, en la misma época, desordenada, pero en tres libretas
distintas. Tiento a vomitarlo todo, tengo temporadas de leer mucho y otras
intensas que no puedo dejar de escribir. Hasta que no termina esta fase, no
puedo pararme y ver qué ha quedado entre los restos del tsunami.
En este caso lo vi claro —porque en mi cabeza hay muchos detalles velados,
para dejar espacio a las suposiciones y juicios del lector—, había escrito una
historia en tres partes desordenadas y había que trabajar para hilarlo todo.
Tengo la sensación de que encajar todas las piezas requirió mucha
planificación. ¿Ha sido una historia difícil de escribir?
De escribir no, pero de dar la forma adecuada para llegar a los lectores
sí. De hecho, los editores de Spècula me ayudaron mucho comentándome en qué
puntos les hubiera gustado tener más información. Por ejemplo, de los sastres y
seres comunes se sabía muy poco en el primer manuscrito.
La primera parte de la historia
es la que podríamos clasificar como una ciencia ficción más clásica, y el
escenario que has diseñado me ha parecido muy interesante. Me pareció muy
arriesgado el cambio tan brusco que se produce en el primer tercio del libro y
dejar de lado un escenario que podía dar tanto juego. Creo que algunos lectores
pueden sentirse descolocados. ¿Eres consciente de ello?
Es lo que pedía la historia para poder evolucionar, sin esa ruptura no
existiría el juego posterior ni los mundos y temas que se exploran.
Me encanta la ciencia ficción y me encanta el cine del género, pero sentía
que no podía quedarme en este punto confortable y debía incomodar a los
personajes y al lector para que todo estallara.
Ambas cosas. Siempre he pensado que, cualquier obra de arte, sea un cuadro,
una canción, un libro..., no termina cuando el autor pone el punto final, sino
que se cierra una y otra vez con cada mente que la capta, con cada lector. No
me gusta darlo todo por sentado y dejo parte al bagaje de cada uno para que
encuentre sus propias conclusiones, que cree sus propias imágenes.
Y me encanta que me sorprendan, cuando hablan de referentes que quizás ni
he leído, o ven cosas que sólo insinuaba o que, incluso, yo no habría llegado a
ver sin la mirada de ese lector en concreto.
También coincido con otros compañeros que en algunos momentos la historia
es angustiosa y claustrofóbica y lo hace pasar mal al lector. Interpreto que
también es un efecto buscado.
Sí, como comentaba antes, estas sensaciones son parte de lo que buscaba.
Mis referentes sorprenden porque quizás no son los que se esperan en este
caso, pero a Mary Shelley, por ejemplo, le dedico un capítulo. Estudié
filosofía y Mitología y literatura, y todas estas lecturas y referencias están
ahí, como las obras de teatro que leía y releía de niña, apasionada por
Shakespeare, los relatos de Borges, los poemas de Pizarnik... Descubrir a
Octavia E. Butler con Alba, publicada por Mai Més, me hizo ver la ciencia
ficción de otra manera, y Úrsula K. Le Guin es tan culpable como Shirley
Jackson.
¿Algún nuevo proyecto que nos puedas comentar?
Si todo va bien, en breve ha de ver la luz la segunda parte de Rojo sobre Negro, que continúa con la historia de los personajes de la primera novela, y las consecuencias de sus decisiones.
Muchas gracias por tus respuestas, Isabel. Mucha suerte con tus nuevos proyectos.