Continúo con la dinámica de las últimas semanas y voy a volver a hacer una entrada conjunta para hablar de diversas novelas breves, un formato que se está convirtiendo poco a poco en mi favorito y que parece que cada vez está más presente en la mente de los editores. Hoy toca la Colección Soyuz, de Ediciones el Transbordador. Esta colección consta, en estos momentos, de 8 novelas breves muy variadas que se pueden adquirir en formato digital por menos de un euro, y incluye algunas pequeñas joyas.
El primer contacto que tuve con la colección no fue demasiado bueno. La primera novela que leí fue El Planeta Muerto, de Magnus Dagon. La sinopsis me recordó a la ciencia ficción más clásica y me atrajo como un imán (es un problema que tenemos los robots...).
Los tres héroes de una guerra civil galáctica piden como premio gobernar un planeta misterioso denominado El Planeta Muerto. Cuando las colonias cercanas empiezan a sufrir catástrofes inexplicables el ejército envía un embajador, nuestro protagonista, para hablar con los tres gobernantes y intentar descubrir qué está pasando.
Lamentablemente la lectura no fue satisfactoria, y creo que es debido a que la historia es demasiado ambiciosa para el formato de novela breve. Intenta explicar tantas cosas y tocar tantos temas que la narración se vuelve confusa y atropellada. Hay ideas interesantes, pero no están bien conectadas, y el estilo del autor no me ha convencido.
En cambio, el estilo de Abel Amutxategi si me ha gustado mucho. La tienda del Señor Li es una novela muy gamberra, de historias cruzadas, de vidas que convergen en un lugar y un momento concretos. La diversidad de los puntos de vista, el humor y el surrealismo de algunos momentos provocan que la lectura sea muy ágil, entretenida y divertida. Creo que la escritura ha tenido que ser difícil, la estructura está muy bien pensada, y tiene mérito cómo todas las piezas encajan al final.
Letradictos (concepto muy interesante) que se convierten en chefs, ancianos que se rebelan contra sus cuidadores, un viejito chino misterioso, un archimandrita ortodoxo con aficiones sangrientas... estos son algunos de los personajes de esta bizarra historia.
Abel Amutxategi crea una historia muy recomendable, una extraña mezcla, como si el Eduardo Mendoza más gambero escribiera el guión de una película de Dany Boyle.
La gran mentira, de Joan Antoni Fernández, también tiene un fondo humorístico, pero basado más en el estilo narrativo y el punto de vista cínico y resignado del narrador que no en las situaciones de la historia.
Nuestro protagonista es un periodista recién salido de la facultad que se encarga de las necrológicas de un diario de provincias. La muerte de uno de los personajes más relevantes de la localidad, un indiano que construyó su fortuna en América de una forma poco clara, es el desencadenante de la historia. Rebuscando entre los papeles del fallecido descubre una carta firmada por Albert Einstein. Oliendo que puede haber una historia interesante, decide viajar a Estados Unidos para seguir la pista de las andanzas del finado. Sus descubrimientos harían la boca agua a los partidarios de las teorías de la conspiración. Aunque tiene algunos detalles que no me han convencido a nivel de resolución de la trama, la historia es entretenida y recomendable.
Termino con el que más me ha gustado. Hablar demasiado de Pedro y la pulsera mágica, de Juan Antonio Fernández Madrigal tiene cierto riego de spoiler, así que voy a intentar evitarlo para que disfrutéis de la historia como la he disfrutado yo. Ya conocía al autor, y su estilo narrativo me gusta mucho. En esta novela consigue dar una voz muy diferente a las dos tramas de la historia. Por un lado la de Pedro, un joven con problemas de relación con la gente que ha ideado un prototipo de pulsera que le permite que una IA controle sus actos para conseguir actuar de forma convencional delante de otras personas. Por otro lado, la de un cruel y sanguinario regente de una ciudad medieval. Los dos puntos de vista se van alternando hasta llegar a una conclusión satisfactoria y sorprendente.
A estas alturas de la película que me sorprenda la culminación de un relato sin que lo venga venir lo considero un mérito importante. Sólo por eso ya os recomiendo encarecidamente esta historia.
Me encanta el planteamiento que sigue la editorial para publicar narrativa breve, tanto en esta la colección que he comentado hoy (de la que pronto habrá una segunda entrada si siguen a este ritmo), como de la Colección Diversiones, en la que ofrecen relatos largos de forma gratuita. Los dos relatos que forman parte de la colección son también muy recomendables. Les deseo mucho éxito con estas iniciativas.
A estas alturas de la película que me sorprenda la culminación de un relato sin que lo venga venir lo considero un mérito importante. Sólo por eso ya os recomiendo encarecidamente esta historia.
Me encanta el planteamiento que sigue la editorial para publicar narrativa breve, tanto en esta la colección que he comentado hoy (de la que pronto habrá una segunda entrada si siguen a este ritmo), como de la Colección Diversiones, en la que ofrecen relatos largos de forma gratuita. Los dos relatos que forman parte de la colección son también muy recomendables. Les deseo mucho éxito con estas iniciativas.