Soy un gran fan de la obra de John Varley. Su universo de los ocho mundos (en el que ha ubicado diversos relatos y cuatro novelas) me resulta fascinante. En parte es porque lo descubrí por casualidad, sin ninguna referencia previa cuando pedí prestada en la biblioteca la novela Playa de Acero. El derroche de imaginación y la variedad de situaciones que se plantean en la trama me atraparon, y conecté muy fácilmente con el estilo del autor y su sentido del humor.
Más adelante leí Y mañana serán clones (una novela también muy interesante) y El globo de oro (seguramente la más floja de las tres). Las tres historias suceden en el mismo universo y están ligeramente conectadas, pero se pueden leer de manera independiente sin ningún problema.
La premisa de los ocho mundos es que unos alienígenas invadieron la Tierra para salvar a la auténtica vida inteligente del planeta: los cetáceos. Para ello casi exterminaron sin mucho esfuerzo a los humanos residentes en el planeta, pero no molestaron a los pocos humanos que había en las incipientes y dependientes colonias humanas en el sistema solar. Después de muchos años de penurias y esfuerzos la humanidad está instalada en muchos planetas, satélites y planetas menores, con una cultura más o menos común, aunque con particularidades.
Una de las cosas que más me atrae de este universo es la filosofía de libertad y la capacidad de cambio que tienen los seres humanos. Las modificaciones corporales están al orden del día (incluso el cambio de sexo), la libertad de creencia, incluso la libertad de escoger en que tipo de ambiente simulado quieres vivir (las Disneylandias, uno de los aspectos que más juego le da al autor en sus historias).
Hace unos años leí en el blog de Jean Mallart que Varley planeaba escribir una cuarta novela en esta ambientación, Irontown Blues, y la coloqué rápidamente en mi punto de mira con mucha expectación. Con toda la pena de mi corazón y contra todas mis ganas debo decir que no me ha convencido y considero que es la más floja de todas. Aunque presente los ingredientes que tanto me gustaron en otras de sus obras, creo que no están bien conectados, y la historia es mucho más simple. La brevedad de la novela tampoco ayuda, cuando uno de los puntos fuertes de sus historias son los detalles de la ambientación y las sorpresas que generan. Creo que en algunos momentos peca de precipitación, sobre todo en la resolución de la historia.
Los protagonistas son un par de investigadores privados que viven en la Luna: Bach, un antiguo policía traumatizado por uno de los sucesos que se narra en Playa de Acero, y Sherlock, un sabueso modificado genéticamente. La trama empieza con la clásica llegada de una mujer a su oficina para ofrecerles una investigación, en este caso, sobre un malhechor que infecta deliberadamente a otras personas con una enfermedad incurable parecida a la lepra. La investigación dirigirá a nuestros protagonistas al suburbio de Irontown, donde campan a sus anchas todos los fuera de la ley.
La historia tiene un tono de novela negra y sigue la investigación de los protagonistas, alternando con la historia de Bach y la narración de los sucesos que llegaron a causar su trauma. He comentado previamente que las tres anteriores novelas no estaban conectadas entre sí, en este caso ésta si que está muy relacionada con Playa de Acero y, si no conoces la historia (o no la recuerdas), creo que lo que se narra en Irontown Blues puede llegar a ser confuso en algunos momentos.
Un punto muy original es que incluye el punto de vista de Sherlock, el sabueso, gracias a la figura de una traductora de pensamientos y sensaciones caninas. La verdad es que es un aspecto divertido, sobre todo en lo que hace referencia a los olores o cuando la traductora incluye notas a pie de página, pero incluso este aspecto me ha acabado cansando un poco al final.
En fin, es una historia entretenida y breve y, si os gusta el universo de los ocho mundos, no creo que llegue a molestaros su lectura. A los muy fans puede que os decepcione un poco, como me ha pasado a mi. Si no habéis leído nada de Varley, no os aconsejo que empecéis por aquí. He leído otras obras del autor recientes y no relacionadas con este universo y tengo la sensación que sus historias son cada vez más ligeras. Entretenidas y divertidas, si, pero no me dejan poso como me pasaba con sus obras anteriores. No me convence esta evolución en su escritura, pero voy a continuar pendiente de todo lo que publique: los buenos ratos que me ha hecho pasar lo merecen.
Los protagonistas son un par de investigadores privados que viven en la Luna: Bach, un antiguo policía traumatizado por uno de los sucesos que se narra en Playa de Acero, y Sherlock, un sabueso modificado genéticamente. La trama empieza con la clásica llegada de una mujer a su oficina para ofrecerles una investigación, en este caso, sobre un malhechor que infecta deliberadamente a otras personas con una enfermedad incurable parecida a la lepra. La investigación dirigirá a nuestros protagonistas al suburbio de Irontown, donde campan a sus anchas todos los fuera de la ley.
La historia tiene un tono de novela negra y sigue la investigación de los protagonistas, alternando con la historia de Bach y la narración de los sucesos que llegaron a causar su trauma. He comentado previamente que las tres anteriores novelas no estaban conectadas entre sí, en este caso ésta si que está muy relacionada con Playa de Acero y, si no conoces la historia (o no la recuerdas), creo que lo que se narra en Irontown Blues puede llegar a ser confuso en algunos momentos.
Un punto muy original es que incluye el punto de vista de Sherlock, el sabueso, gracias a la figura de una traductora de pensamientos y sensaciones caninas. La verdad es que es un aspecto divertido, sobre todo en lo que hace referencia a los olores o cuando la traductora incluye notas a pie de página, pero incluso este aspecto me ha acabado cansando un poco al final.
En fin, es una historia entretenida y breve y, si os gusta el universo de los ocho mundos, no creo que llegue a molestaros su lectura. A los muy fans puede que os decepcione un poco, como me ha pasado a mi. Si no habéis leído nada de Varley, no os aconsejo que empecéis por aquí. He leído otras obras del autor recientes y no relacionadas con este universo y tengo la sensación que sus historias son cada vez más ligeras. Entretenidas y divertidas, si, pero no me dejan poso como me pasaba con sus obras anteriores. No me convence esta evolución en su escritura, pero voy a continuar pendiente de todo lo que publique: los buenos ratos que me ha hecho pasar lo merecen.
La ficcción corta de Varley de los años 70-80 debería considerarse sagrada
ResponEliminaSi, es un formato en el que también destaca mucho. Tengo mucho cariño a la antología Blue Champagne.
EliminaBlue Champagne fue lo primero que leí de Varley. ¿O fue La persistencia de la visión? Ay, ay, la edad...
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