Nota: Hoy voy a comentar Las cenizas de Babilonia, la sexta novela de la saga The Expanse de James S.A. Corey, publicada en castellano por NOVA con traducción de David Tejera. No habrá spoilers de la trama de esta novela, pero si de algunas de las anteriores. Entrad con precaución.
La situación relacionada con la aparición del coronavirus está afectando a muchos de mis hábitos y rutinas. Uno de los que más se ha resentido es el ritmo de lectura. Me cuesta horrores concentrarme, avanzo a ritmo de tortuga y a menudo tengo que releer algunos fragmentos de capítulos anteriores. Quien me ha visto y quien me ve... Seguramente esta situación anómala pueda afectar a mi valoración de Las cenizas de Babilonia, pero intentaré ser justo con la obra y explicar mis sensaciones dejando a un lado mi ritmo lector. Aunque la novela tiene casi todos los ingredientes para que me guste y durante el primer tercio me enganchó, analizándola de forma global no la he acabado de disfrutar.
Es normal que en una saga tan extensa el lector encuentre más atractivos unos volúmenes que otros. El libro anterior, Los juegos de Némesis, es uno de mis preferidos. Me dejó muy buen sabor de boca y con muchas ganas de saber como los personajes reaccionaban a la situación impactante con la que acaba la novela: el espectacular y devastador ataque a la Tierra por parte de una facción de los habitantes del cinturón de asteroides. Es una lástima que Las cenizas de Babilonia no soporte la comparativa con su predecesora ni cumpla las expectativas tan altas que tenía en ella. De hecho, creo que las dos novelas forman un subconjunto dentro de la trama de la saga que se podría haber presentado en un solo volumen quitando paja de ambas y el resultado sería mucho más satisfactorio.
Aun así, el planteamiento inicial me ha gustado mucho. Continúa en la línea de su predecesora de ser una historia más coral, con muchos puntos de vista y escenarios diferentes. También relega a los personajes de la Rocinante a un segundo nivel de protagonismo, sobre todo a Holden, factor muy importante para mí, ya que es un personaje con el que no he conectado desde el principio. Además, repesca a varios secundarios de novelas anteriores, situados en diversas localizaciones, para ayudar a dibujar la situación tan compleja que están viviendo los habitantes del Sistema Solar. La visión general de las diferentes facciones y escenarios está bien planificada, pero me hubiese gustado tener más referencias directas de la situación en la Tierra; algún punto de vista en la superficie terrestre no hubiese sobrado, aunque entiendo que lo que pasa en nuestro planeta ya no es capital para el futuro de la raza humana en este universo.
Uno de los problemas es el ritmo narrativo, que decae en la parte central de la novela. Me ha interesado mucho más la trama política que la parte de acción relacionada con las luchas de naves, que es un poco repetitiva después de seis novelas: los problemas de la gravedad durante las aceleraciones de las naves, los torpedos, las contramedidas... En algún capítulo los autores han optado por saltarse la parte de acción y pasar directamente a las consecuencias de la batalla, cosa que considero un acierto.
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