Regresar al universo de la Commonwealth creado por Peter F Hamilton es una sensación parecida a cuando me calzo mis viejas botas de montaña. Me siento cómodo y sé que, aunque el trayecto sea largo, no me decepcionarán y quedaré satisfecho. Me pasa con pocos universos, y casi todos relacionados con la fantasía más que con la ciencia ficción : Westeros, La Tierra Media, Malaz...
Aunque exista una primera novela, Misspended youth, que marca las bases tecnológicas del universo, la saga se inicia con la bilogía formada por La estrella de Pandora y Judas desencadenado, que fue publicada entre 2004 y 2005.
Es, sin duda, una de las mejores obras que he leído de ciencia ficción en los últimos años, un must-read para cualquier aficionado al género. La variedad de ambientes, personajes y situaciones es espectacular, un derroche de ideas en cada capítulo. La novela nos sitúa en un universo en el que los seres humanos son capaces de viajar a través de agujeros de gusano a enormes distancias del planeta Tierra, permitiendo la exploración espacial a gran escala. Diversos mundos han sido colonizados, y, inevitablemente, hemos entrado en contacto con varias razas alienígenas. Nuevas tecnologías de grabación de memoria, clonación de cuerpos, rejuvenecimiento celular y alteraciones genéticas han permitido que los seres humanos sean casi inmortales.
En este episodio del espléndido podcast La Biblioteca de Trantor podréis escuchar mucha más información sobre el planteamiento de la economía, sociología, política y otros aspectos del universo creado por Hamilton, sin muchos spoilers.
Entre 2007 y 2010 Hamilton publicó la Trilogía del Vacío, situada unos 1200 años después de los acontecimientos narrados en las novelas anteriores, y compartiendo algunos de los personajes protagonistas.
En este caso la acción viene centrada por la presencia en el centro de la galaxia del Vacío, un espacio con diferentes leyes de las de nuestro universo en el que no funciona la tecnología, y que tiene tendencia a expandirse. Un personaje, Íñigo, es capaz de, en sueños, vivir las experiencias de uno de los habitantes del vacío, Eddard. Gracias a la tecnología Iñigo puede compartir los sueños con el resto de la humanidad y se crea una nueva y poderosa religión basada en estos sueños. En estas novelas Hamilton mezcla fantasía y ciencia ficción. La parte de ciencia ficción sigue siendo excelente, en cambio la parte de fantasía es regular y poco original, y hasta el tercer libro, en el que hace un giro interesante, se me hizo muy pesada.
Hamilton ha decidido regresar a este fantástico universo con una nueva bilogía, llamada Chronicle of the Fallers situada temporalmente cerca de la trilogía del Vacío, pero en una época anterior (aunque, para evitar spoilers, yo recomendaría leerla después). Su primera novela es el objetivo de esta entrada : The Abyss beyond dreams.
Breve sinopsis: Nuestro viejo amigo Nigel Sheldon es enviado por los Raiel al interior del vacío para buscar información de los humanos y los Raiel capturados en épocas pretéritas por esta extraña estructura. Nigel llega a un planeta poblado por humanos, diferente del que centra la acción en la trilogía del vacío, pero con características muy parecidas: telepatía, telequinesis, modificación de embriones que crea una fauna extraña...
La estructura narrativa es diferente a sus anteriores obras: se basa en diferentes libros protagonizados cada uno por un personaje, y que se van relacionando poco a poco, a menudo de manera sorprendente. Algunas situaciones las vi venir, pero la mayoría me pillaron desprevenido. Punto a favor para Hamilton.
En otras de sus novelas a menudo se le ha criticado un exceso de celo en las descripciones, pero no detecto este problema en The Abyss beyond dreams. El problema que sí detecto es la paginitis. Algunas de los libros podrían haberse resuelto con menos páginas, y el ritmo se hubiera visto beneficiado. El primer libro y el segundo son geniales, pero algunos de los posteriores ubicados en el vacío flojean un poco. Esto pasa a la mitad del libro, mas o menos, aunque luego el ritmo remonta para acabar desembocando en un muy buen final.
Aunque la estructura es diferente, la novela continúa ofreciendo lo que Hamilton domina tan bien y es su marca registrada: grandes estructuras , misterios científicos, conspiraciones políticas y un uso mesurado de la acción (tan difícil de encontrar a veces), aderezado con algunos toquecitos de sexo y un enemigo, los Fallers, casi tan implacable y frío como los Primos de la primera bilogía.
En resumen: lectura entretenida, muy recomendable, con las virtudes que presenta casi siempre la obra de Hamilton, y que con algunas páginas menos mejoraría. Espero la continuación, Night without stars, con muchas ganas.
Otros puntos de vista de la misma novela: Sense of Wonder
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