En breve la
editorial Sportula publicará Cybersiones de Santiago García
Albás, un volumen recopilatorio en papel de los cuatro relatos que ha ido publicando periódicamente en formato digital. Hace unas semanas
publiqué una entrada sobre estos fantásticos relatos, que me
dejaron totalmente cautivado. No soy el único; diversos blogs amigos
han comentado de manera positiva los relatos, ya sea de manera
individual o como conjunto.
Me interesaba mucho conocer más cosas sobre este escritor y sus proyectos, de manera que entré en contacto con él y, muy amablemente, accedió a contestar a este breve cuestionario. Será la primera vez que me aventure en estos menesteres periodísticos, así que ya me perdonaréis si no acabo de aprovechar la oportunidad.
Me interesaba mucho conocer más cosas sobre este escritor y sus proyectos, de manera que entré en contacto con él y, muy amablemente, accedió a contestar a este breve cuestionario. Será la primera vez que me aventure en estos menesteres periodísticos, así que ya me perdonaréis si no acabo de aprovechar la oportunidad.
DoE: Me ha resultado
muy difícil documentarme para esta entrevista, Santiago. Hay poca
información sobre tu biografía en internet, y parece que no eres
muy activo en las redes sociales. Cuéntanos quien es Santiago García
Albás, por favor.
SGA: El nombrecito que aparece bajo los títulos, más que nada
porque alguno hay que poner, ja ja ja. En serio, mi vida y milagros ni pueden ni
deben interesar a nadie, más aún cuando no tienen relación directa y apenas
indirecta con mis trabajos. Ni escribo con inspiración autobiográfica ni me
gano la vida con nada remotamente imbricado con la literatura. Todos aquellos
que promocionamos nuestras obras en las redes sociales tendemos a cultivar una
imagen demasiado bonachona y políticamente correcta de nosotros mismos por
miedo a espantar potenciales lectores. Por lo pronto, creo que no me compensa
todavía el esfuerzo de diseñar un personaje para mí mismo. Además, encuentro
que la mayoría de los autores que conozco mejoran mucho en persona respecto a
la impresión transmitida por su “imagen promocional”.
DoE: Vamos con la primera pregunta
original : ¿Se puede vivir de escribir ciencia ficción en España?
SGA: Por mi inexperiencia y desconocimiento del mercado, quizá
no sea la persona más adecuada para responder a esa pregunta. Entiendo que debe
de ser complicado para un autor que intente vivir de esto armonizar la
satisfacción de un público fiel que le garantiza ingresos modestos pero fijos,
con la experimentación con otros enfoques del género que lo mismo podrían abrir
nuevas vías comerciales como decepcionar a sus seguidores. Con franqueza, no es
algo que me quite el sueño. Hoy en día existen muchas alternativas de ocio,
algunas de ellas a precios muy asumibles y la leche de divertidas. Creer que lo
que nosotros ofertamos merece mayor atención quizá sea una actitud demasiado
arrogante.
DoE: Si no me
equivoco tienes formación en publicidad. ¿Qué se encontrará un
lector de ciencia ficción que no conociera tus relatos y que se
interese por el libro?
SGA: Prefiero no pronunciarme. Encuentro pocas cosas más
incómodas en este oficio -más bien afición, en mi caso- que un autor hablando
sobre su propia obra. Redactar una simple sinopsis para adjuntar a mis envíos
editoriales ya me supone un pequeño martirio. Quizá tenga algo que ver a nivel
inconsciente esa formación publicitaria que mencionas, pero me siento más
satisfecho con el resultado de mi trabajo cuando consigo reducir una historia a
los mínimos elementos que sustentan el interés. Es una exageración, claro, pero
creo que si pudiera redactar una sinopsis satisfactoria, consumiría gran parte
de mi entusiasmo por la propia obra antes de empezar a escribirla, je je je.
DoE: Cybersiones
ha tenido muy buena acogida en las redes sociales ( y espero que
también a nivel de ventas). ¿Lo esperabas cuando planificasteis la
publicación del primer relato, El Rey Lansquenete?
SGA: En realidad fue Rodolfo Martinez, de Sportula, quien
planificó el orden de publicación, y me siento muy satisfecho por haberle
concedido plena libertad en ese aspecto. De los cuatro, El Rey Lansquenete es el relato más reciente
y el que mejor rentabiliza mi evolución y maduración como escritor. Tenía
ciertas reservas sobre si el lector sería condescendiente con ciertas
trapacerías que despliego en la trama, pero en general confiaba en que
enganchase y sorprendiese a quien lo leyera con mente abierta. Eso sí, algunas
de las reacciones más entusiastas me han sorprendido agradablemente.
DoE: Muchos de los
comentarios sobre Cybersiones coinciden
en que la alteración de las percepciones es el punto en común de
los cuatro relatos. ¿Ha sido un proceso pensado al escribir los
relatos, o una vez escritos se planteó la idea de unirlos
temáticamente como Cybersiones? ¿Tienes pensado retomar esta
temática en un futuro?
SGA: Los relatos que componen Cybersiones fueron escritos
entre 1997 y 2013. La semilla de los cuatro -y de alguno más que sigue
madurando- fue plantada en los primeros años de ese periodo, durante el que
reflexioné -o mejor, me refocilé en ociosas ensoñaciones- sobre las
implicaciones y posibilidades de la realidad virtual. Por lo general, mis
primeras inspiraciones sobre un relato son una autentica basura por la que he
aprendido a no dejarme deslumbrar; necesito que el proyecto madure con tiempo,
se enriquezca con otras ideas y vaya adquiriendo mayor dimensión. Creo que fue
después de escribir La Parte
del Ángel cuando cobré conciencia de que estaba acumulando trabajos con una
temática común que podrían integrar en el futuro un volumen bastante digno si
les dedicaba el tiempo suficiente para revisarlos a fondo y apuntalar sus pasajes
más endebles. Respecto a si habrá más Cybersiones, sí, seguramente sí. La
quinta de esas viejas ideas ya va adquiriendo la forma de una historia, si bien
tendrá que esperar a que me libere de otros proyectos que, hoy por hoy, me
resultan más seductores.
DoE: Luego hablamos de esos proyectos. En dos de los
cuatro relatos tienen mucha importancia los juegos de simulación de
batallas famosas. A nosotros puedes decírnoslo sin miedo… ¿cuántas
horas has pasado jugando a juegos de estrategia? ¿Has descrito el
tipo de juego en el que te habría gustado participar?
SGA: Más horas de las que me gusta reconocer. He sido un
seguidor muy fiel de la saga Total War, por ejemplo, aunque la última entrega
ya no me enganchó como antes (supongo que estaré madurando). Creo que aún
estamos muy lejos del tipo de inmersión virtual que alcanzan las simulaciones
de mis relatos pero sí, por supuesto, si fuera posible, me encantaría
participar en algo así.
DoE: Eres conocido por
los premios de tus narraciones breves, por encima de todos el premio Alberto Magno. ¿Algún motivo en
concreto para escoger este formato frente a la novela?
SGA: Ninguna aparte de mi falta de disciplina. Tiempo a
desfondarme y consumir mi entusiasmo si los trabajos se alargan demasiado en el
tiempo, y funciono mejor escribiendo en periodos cortos y muy intensos. Excepto
El Rey Lansquenete, en el que trabajé casi dos meses, las primeras versiones de los otros tres
relatos fueron redactadas en dos semanas como máximo. He escrito novelas más
largas, pero sólo cuando he sabido mantener ese estado de inspiración que
renueva el entusiasmo capítulo a capítulo. Quizá sea sólo un argumento falaz para
justificar mi holgazanería, pero, en cierta forma, tengo la convicción de que
la literatura debería tender a una mayor brevedad e intensidad para competir
por el tiempo que otras actividades de ocio dejan a nuestro público, y por los
espacios donde la palabra escrita, por su comodidad y poder de abstracción,
puede reinar sin oposición (la playa, el autobús, el metro, la cama antes del
sueño...etc).
Santiago recogiendo el premio Alberto Magno |
DoE: Algunos de tus
otros relatos premiados, como Dioramas o
Una larga descendencia
están situados en un mismo universo, en el que se dice que estás
trabajando ahora. ¿Nos puedes explicar un poco más qué podremos
encontrar en este universo?
SGA: Básicamente diversión, aventura, lenguaje grueso, bromas
soeces y poca, muy poca carga filosófica. Son pura literatura de evasión y, si
he hecho bien mi trabajo, el lector debería pasar la última página de mejor
humor del que tenía al empezar la lectura, con una sonrisa en los labios y sin
la menor tentación o necesidad de reflexionar sobre lo leído.
DoE: Rodolfo Martínez
comentó en agosto en Facebook refiriéndose a una novela inédita
tuya: “Acabo de leer el que,
creo, es el mejor space opera jamás escrito en castellano. Así, tal
cual. Pedazo novelón“. A eso lo
llamó yo crear hype. Esto no puede quedar así, Santiago. ¿Puedes
hacernos algún avance de este proyecto?
SGA: Dar un avance implicaría dar por hecho que la novela
acabará viendo la luz, ja ja ja. Sin más, esta novela es el mejor ejemplo de esos
escasos trabajos más ambiciosos a los que antes me refería, los que
consiguieron mantenerme inspirado más allá de mis episódicos arrebatos
literarios. A decir verdad, disfruté con ella como un marrano hociqueando en su
bazofia mientras se rasca contra las paredes de su cochiquera. Hice con ella
básicamente lo que me apetecía y sin pararme en otras consideraciones. Su mayor
ambición, si es que posee alguna, es aspirar a transmitir al lector parte de
esa diversión.
DoE: Tendremos que
hablar tarde o temprano de tus compañeros escritores (sin criticar,
claro). ¿Eres un lector habitual de ciencia ficción o fantasía? Si
es así, ¿tienes algún referente?
¿Cuáles son los
escritores a los que sigues habitualmente, tanto a nivel nacional
como internacional? ¿Destacarías alguna novela en concreto de las
que has leído últimamente?
SGA:Fue entre los 15 y los 25 años más o menos cuando consumí más literatura de género (ahora tengo 41) y supongo que ese poso ha sido determinante para que las ideas de ciencia ficción broten con naturalidad cuando me apetece ponerme a escribir. Mantengo un buen recuerdo, por citar algunos, de Orson Scott Card, Tim Powers, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Norman Spinrad o Frederick Pohl, y en ocasiones los releo. La versatilidad de autores como Iain Banks me sigue todavía impresionando. La saga de Juego de Tronos ocupa un lugar de honor en mi estantería junto a la colección nautica de Patrick O`Brien, y a mi modo de ver comparten un mismo nivel de calidad en sus respectivas esferas. A escala nacional,La Piel Fría y Pandora en el Congo, de Sanchez
Piñol, son las obras de inspiración fantástica que más me han cautivado en los
últimos años. También intento leer todo lo que publica Jose Antonio Cotrina,
uno de los autores nacionales de fantasía más inspirados y con mayor respeto
por su público y por su medio de expresión (además de un rival temible en el
Alberto Magno). Ahora mismo estoy leyendo bastante de Sanderson, y lo he
encontrado francamente adictivo y sabrosón.
SGA:Fue entre los 15 y los 25 años más o menos cuando consumí más literatura de género (ahora tengo 41) y supongo que ese poso ha sido determinante para que las ideas de ciencia ficción broten con naturalidad cuando me apetece ponerme a escribir. Mantengo un buen recuerdo, por citar algunos, de Orson Scott Card, Tim Powers, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Norman Spinrad o Frederick Pohl, y en ocasiones los releo. La versatilidad de autores como Iain Banks me sigue todavía impresionando. La saga de Juego de Tronos ocupa un lugar de honor en mi estantería junto a la colección nautica de Patrick O`Brien, y a mi modo de ver comparten un mismo nivel de calidad en sus respectivas esferas. A escala nacional,
DoE: Pregunta final
friki: me gustaría que nos explicaras quiénes son los caballeros
que acompañan a Tristán Tamargo en La parte del angel, no
los he identificado a todos…
SGA: Deduzco que te refieres a los Caballeros Extravagantes.
Excepto el clásico Caballero Negro, el Caballero Inexistente, robado a Italo
Calvino, y el caballero verde con su casco de venado y su maza, para quien tenía
a Robert Baratheon en la cabeza, no me inspiré en ningún otro personaje
concreto.
DoE: Si quieres
añadir alguna cosa más…
SGA: Nada más aparte de agradecerte de nuevo tu interés y un
jovial saludo para tus lectores.
Muchas gracias por
tu tiempo Santiago, te deseo mucha suerte y muchos éxitos en tus nuevos proyectos (que esperamos con expectación).
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