Hace tiempo que tenía ganas de probar alguna de las antologías de ciencia ficción del Infinity Project, editadas por Jonathan Strahan.
En estas antologías los relatos versan sobre un tema general del posible futuro de la raza humana, desde la colonización del sistema solar, hasta el viaje más allá de las estrellas. En el caso de la recopilación de la que hablaré hoy, Meeting Infinity, el tema central son las modificaciones (culturales, biológicas o tecnológicas) que se podrían llevar a cabo en los seres humanos para poder adaptarse a nuevas condiciones, ya sea en nuestro planeta y en un futuro cercano, como en una posible colonización de un planeta extraño dentro de varios siglos.
En estas antologías los relatos versan sobre un tema general del posible futuro de la raza humana, desde la colonización del sistema solar, hasta el viaje más allá de las estrellas. En el caso de la recopilación de la que hablaré hoy, Meeting Infinity, el tema central son las modificaciones (culturales, biológicas o tecnológicas) que se podrían llevar a cabo en los seres humanos para poder adaptarse a nuevas condiciones, ya sea en nuestro planeta y en un futuro cercano, como en una posible colonización de un planeta extraño dentro de varios siglos.
La antología, que ya avanzo que es espectacular, consta de 15 relatos, muchos de los cuales son de nivel muy alto. No los voy a comentar todos, solo los que me han gustado mucho, que, afortunadamente, son mayoría. Hay muchos autores que ya conocía y que acostumbran a ser un seguro; otros autores eran totalmente desconocidos para mi, y han sido sorpresas muy agradables, y hay relatos de otros autores de los que tenía referencias, pero que había leído poco o casi nada.
James Corey en Rates of Change presenta la posibilidad de poder trasplantar nuestro sistema nervioso central a otros cuerpos, que han sido creados artificialmente. El relato también trata de los conflictos generacionales respecto al uso de nuevas tecnologías. Muy interesante, y se me ha despertado el interés por su saga de The Expanse, de la que pronto se estrenará una versión televisiva. Un tema similar, pero con diferente enfoque, es el que presenta Memento Mori de Madeline Ashby. En este caso, además de trasplantar la consciencia, se permite el borrado de recuerdos, de manera que cada vez que cambias puedes volver a empezar. Hay un par de giros en la trama muy sorprendentes.
Yoon ha lee en The Cold Inequalities, nos narra la historia de uno de los vigilantes de una nave que huye de una guerra en la tierra, cargada con las consciencias y recuerdos de millones de seres humanos. La presencia de un polizón desencadena una historia poética y conmovedora.
Nancy Kress demuestra su solvencia con el relato Cocoon. En este caso las modificaciones a los seres humanos son causadas por la infección de un parásito en un planeta que la humanidad está colonizando. El relato, por su temática, desentona un poco respecto a la dinámica general de la recopilación, pero me ha gustado mucho. Aliette de Bodard también utiliza el recurso de una infección de origen desconocido para su In Blue Lily's Wake. El relato, situado en el universo de Xuya, es el típico ejemplo del estilo de la autora: personajes femeninos fuertes de origen asiático, dilemas morales generados por tradiciones estrictas y la presencia de las intrigantes naves, protagonistas de diversos de sus relatos.
Y para acabar la cuota femenina, otro gran descubrimiento ha sido Gwynneth Jones con Emergence. Un relato con una ambientación interesantísima para enmarcar una historia sobre la longevidad humana y la aceptación de las IA como seres conscientes y con derechos.
Otro autor que desconocía pero cuyo relato me ha encantado es Sean Williams, con All the wrong places. Y eso que en un principio parece muy repetitivo, pero acaba siendo un relato muy original con toques de ciencia ficción clásica y un punto romántico, ya que la historia trata sobre cómo un hombre persigue a la mujer que ama mientras esta se dedica a explorar el sistema solar, primero, y luego otras estrellas.
Quiero destacar la gran ambientación que ha conseguido An Owomoyela con su relato Outsider, que narra el encuentro de dos grupos humanos largo tiempo separados y con modificaciones tecnológicas y sociedades muy diferentes.
Otro autor que desconocía pero cuyo relato me ha encantado es Sean Williams, con All the wrong places. Y eso que en un principio parece muy repetitivo, pero acaba siendo un relato muy original con toques de ciencia ficción clásica y un punto romántico, ya que la historia trata sobre cómo un hombre persigue a la mujer que ama mientras esta se dedica a explorar el sistema solar, primero, y luego otras estrellas.
Quiero destacar la gran ambientación que ha conseguido An Owomoyela con su relato Outsider, que narra el encuentro de dos grupos humanos largo tiempo separados y con modificaciones tecnológicas y sociedades muy diferentes.
No podía faltar la cuota de futuro distópico post-apocalíptico, y en este caso la proporciona Bruce Sterling con Pictures of the resurrection, un relato ácido y pesimista, pero muy interesante, sobre un futuro que espero que no llegue.
Y para terminar el que considero el mejor relato, The Falls, de Ian McDonald, ubicado en el universo de su última novela, Luna, que pronto voy a devorar. El autor mezcla con maestría dos historias, la de una IA que presenta consciencia y sentimientos y la de una madre que vive con temor las aficiones relacionadas con los deportes de riesgo de su hija, nacida en la luna.
Y para terminar el que considero el mejor relato, The Falls, de Ian McDonald, ubicado en el universo de su última novela, Luna, que pronto voy a devorar. El autor mezcla con maestría dos historias, la de una IA que presenta consciencia y sentimientos y la de una madre que vive con temor las aficiones relacionadas con los deportes de riesgo de su hija, nacida en la luna.
En resumen: Una antología totalmente recomendable, con muchos relatos de calidad y poca cosa a criticar, puede que la distribución de los relatos: entre los cinco primeros hay tres en los que me costó mucho entrar en la ambientación y no me atraparon. A parte de este detalle, muchísimos de los relatos me han dejado con muchas ganas de conocer más de los universos planteados y de sus protagonistas, hecho que tengo en mucha consideración para valorar positivamente una historia breve. He conocido a autores de los que voy a leer más, seguro. Estaré pendiente de la siguiente antología de este proyecto, Bridging Infinity, y intentaré conseguir las anteriores.