Hoy la reseña lleva banda sonora, la de la serie Cosmos, compuesta por Vangelis. Era un gran fan de esta serie, como todos los de mi generación interesados en la ciencia, supongo. Gracias a ella descubrí a Carl Sagan y su gran capacidad de divulgación.
He leído algunos libros suyos de ensayo, y también la novela que comentaré hoy, Contacto, aunque ya hace mucho tiempo y la recordaba poco. También he visto varias veces la película, ya que la trabajaba en clase cuando impartía una materia que trataba sobre astronomía, pero, lamentablemente, también hace años de esto. Así que ahora he aprovechado la ocasión para volver a leerla, pero esta vez en catalán, en la fantástica edición de Duna llibres con traducción de Lluís Delgado y portada de Maria Picassó. En castellano se ha publicado varias veces. La última versión es la de NOVA en 2018, en una edición en tapa dura muy chula con traducción de Raquel Albornoz.
La narradora principal es Eleanor Arroway, una astrofísica que trabaja en el programa Argus, que monitoriza el espacio para descubrir señales de civilizaciones extraterrestres. Después de muchos años sin resultados, llega un mensaje proveniente de la estrella Vega, en la constelación de Lira. Seguiremos a Eleanor y otros científicos mientras, gracias a la colaboración internacional, codifican el mensaje, descubren las diversas capas de significado, encuentran las instrucciones para construir una máquina e intentan hacerla funcionar. Recibir este tipo de mensaje sería uno de aquellos sucesos que provocaría un cambio profundo en la humanidad, y me ha gustado como Sagan profundiza en muchos aspectos que se verían afectados por esta noticia.
De estos aspectos, el más importante en la trama es el religioso. Algunas religiones aprovechan el mensaje para buscar referencias en sus profecías y libros sagrados, otras se manifiestan claramente en contra. Algunos capítulos son casi un ensayo sobre el origen y características de muchas de las creencias de la humanidad. Me ha parecido muy interesante, pero puedo entender que a algunos lectores los saque de la historia. La economía, la política y la sociología también tienen relevancia en la trama. Destaco el hecho que, de alguna manera, la aparición del mensaje estabilice algunos conflictos y los suavice, y se instale una forma diferente de percibir la existencia y la convivencia que Sagan denomina Maquindo. Finalmente, también quiero destacar la especulación de cómo serían los veganos, su anatomía y fisiología, su tecnología, su sociedad, ¿nos podremos comunicar con ellos o solo seremos como insectos o microorganismos? Para Eleanor se convierte casi en una obsesión saber cómo nos ven y que piensan de nosotros.
La novela está estructurada en tres partes. La primera, la del descubrimiento del mensaje, es emocionante y sorprendente. La de la mitad, más técnica, se puede hacer un poco ardua en algunos momentos, pero el último bloque es un claro ejemplo de maestría en la narración, la inventiva y la capacidad de cerrar una novela de forma satisfactoria. Hay muchos momentos en que aparece mucha terminología técnica y científica, pero creo que no la definiría como una novela hard. La ciencia forma parte del contexto, la mayoría de los protagonistas son científicos o ingenieros, pero en el fondo no es muy relevante para la trama, o sea que es una historia de ciencia ficción que creo que puede gustar al público más generalista. Aun así, las cifras y distancias que se utilizan son aturdidoras.
Me ha gustado especialmente la evolución del personaje de Eleanor, como sus creencias, sensaciones y opiniones van cambiando a lo largo de la novela, y como el autor muestra sus virtudes, pero también sus defectos. Es una persona claramente neurodivergente del espectro TEA, desde mi punto de vista, si la novela se hubiera escrito en esta época, seguro que el autor la describiría así.
También me parece muy innovador, por la época en que fue escrita la historia, la reivindicación del papel de la mujer en la ciencia y en la sociedad; la pobre Eleanor está muy sola y es ignorada en muchos momentos por el hecho de ser mujer, a pesar de que Sagan se marca el punto de incluir una presidenta de los Estados Unidos (todavía es ciencia ficción... cómo en otros muchos países).
Mientras leía la novela, un par de libros iban apareciendo en mi cabeza por la similitud de varias escenas. Por un lado, 2001 de Arthur C. Clarke, que he leído hace poco y que estoy convencido de que fue una referencia para Sagan, a pesar de que no lo mencione en la nota final. Y a la inversa, también apostaría que Contacto fue una influencia para Cixin Liu para escribir El problema de los tres cuerpos.
Para terminar, me ha sorprendido gratamente el uso del humor en la novela. Muy fino, sutil, pero muy presente. Me ha extrañado, dadas las circunstancias tan serias y problemáticas que narra la historia.
En fin, una novela muy interesante de especulación científica, social y religiosa, que he devorado con fascinación, y que tiene un final emotivo y sorprendente que no puedo calificar de otra manera que de redondo. Os la recomiendo sin ningún tipo de duda.




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