dimecres, 3 de desembre del 2014

Alucinadas

Cristina y Leticia, las dos recopiladoras
Alucinadas es un proyecto encabezado por Cristina Jurado y Leticia Lara consistente en la publicación de una antología de relatos de ciencia ficción escritos exclusivamente por mujeres. Voy a ser sincero y admitir que en un primer momento no encontraba demasiado sentido a la iniciativa y era un poco escéptico (¿y porqué no autores barbudos, o miopes, o con sobrepeso? Vaya...me estoy definiendo). 

Posteriormente repasando mis estanterías, las físicas y las virtuales (por no hablar de las entradas en el blog), detecté que la presencia de autoras femeninas era casi inexistente. No ha sido un acto premeditado ni consciente a la hora de escoger lecturas a lo largo de los años, por tanto interpreto que la presencia femenina en el género es mucho menor (no me atrevo a aventurar una hipótesis del porqué) y iniciativas como esta pueden servir para que nuevas autoras se atrevan con el género y que las que se atreven sean más conocidas. Así que aparcadas quedan mis reticencias iniciales, un aplauso para la iniciativa y vamos ya con los relatos, que es lo que realmente vale la pena.

El primer relato es La Terpsícore de  Teresa P Mira de Echeverria (o Esther Píscore según Les Luthiers: lo siento no he podido evitarlo y menos siendo la autora argentina). Es el relato ganador de la convocatoria realizada para participar en la antología, aunque a mí es el que menos me ha convencido. El planteamiento es muy interesante ( la reunión de diversas versiones de una misma persona en diferentes líneas temporales), está bien escrito, pero se le escapa de las manos, creo que es demasiado ambicioso.

Me ha sorprendido el hecho que diversas autoras han optado como telón de fondo de sus relatos la expansión del ser humano por el universo y la colonización de nuevos mundos con sus diferencias ecológicas y culturales. En este grupo de relatos que me ha gustado bastante incluiría a Felicidad Martínez con La plaga (un relato de aventuras muy entretenido relacionado con la ecología planetaria),  Laura Ponce con La Tormenta (parecido al anterior pero con un fondo más interesado en las relaciones humanas y el sentimiento de pérdida) y Yolanda Espiñeira con El método Schiwol (en el que también toca el tema de la neuroquímica asociada a los interrogatorios). 
Mención aparte en este grupo merece Lola Robles con Mares que cambian. El worldbuilding del planeta donde transcurre la acción es muy interesante y prometedor: castas relacionadas con los cambios de sexo y la intersexualidad, la especie humana sembrada en el espacio por una especie alienígena, culturas humanas muy diferentes...Me ha encantado. Creo que esta ambientación da para una narración más larga, o como escenario para una recopilación de relatos. Ojalá la autora se anime, me he quedado con ganas de más.

Otro de mis relatos favoritos (no podía ser de otra manera en este blog) es el provocador Casas rojas, de Nieves Delgado. La autora se atreve a plantear un uso de los robots, el sexual, con el que Asimov no se atrevió. El pobre Elvex se ha movido inquieto en sueños mientras yo leía este relato. 
También ambientado en un futuro más o menos cercano está Techt de Sophia Rei. La premisa del relato es una evolución del lenguaje enfocada a su simplificación máxima. El protagonista es de las pocas personas que domina el lenguaje tal y como nosotros lo conocemos debido a su trabajo, consistente en ayudar a transformar las obras escritas en productos audiovisuales. Un buen relato, deprimente para cualquier persona a quien le guste la lectura.

El punto cyber-punk de la antología va a cargo de Layla Martínez con Bienvenidos a Croatoan. El relato tiene como base nuevas drogas de diseño que ayudan a vivir experiencias que realmente no se han tenido, con un Madrid muy desmejorado como telón de fondo. La historia está bien planteada pero no me ha acabado de gustar la resolución. Tampoco podía faltar un relato relacionado con la manipulación genética, y Marian Womack con Black Isle ocupa este nicho. Un relato pausado, tranquilo, que va incrementando interés hasta que llega a un final que deja demasiadas cosas en el aire. 

Carme Torras presenta un relato con una estructura muy interesante y con un final sorprendente,  Memoria de equipo, al que yo no calificaría de ciencia ficción (algo de tecnología relacionada con realidad virtual, pero un poco pillada por los pelos su inclusión en la antología, aunque el relato me ha gustado).

En resumen: una recopilación muy variada, con muchos relatos interesantes y de calidad y, sorprendentemente, ninguno que puntuaría con mala nota. Lógicamente no todos me han gustado por igual, pero los que no me han convencido no ha sido por la historia o su planteamiento, sino por su final, que en la mayoría de los casos es demasiado abrupto y deja demasiadas cosas sin explicación. 
Francamente esta antología no tiene nada que envidiar a otras antologías recientes más "profesionales" como Mañana todavía o Terra Nova 3Podéis adquirirla en la plataforma lektu a partir de un euro (un auténtico regalo), y si quereis conocer un poco más a Leti y Cristina y sus motivaciones Alexander Paez las entrevistó en su blog recientemente.

7 comentaris:

  1. ¿Barbudos, miopes y con sobrepeso? Acuérdate de mí sí lo pones en marcha. Ah, no, que también tienen que ser autores...
    Después de leer un par de reseñas como la tuya ya tengo el ebook en la cola de lectura (una cola a la que empiezo a tener problemas para verle el final).
    Saludos

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    1. Si hace falta hacemos un club o algo y sin nada que escribir...me parece que seríamos muchos.

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  2. Nuevamente una obra sexista. No hay que aceotar este tipo de productos.

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    1. Puedo aceptar que el planteamiento pueda generar dudas, yo mismo lo manifiesto en la entrada. Una vez leído, ninguna duda. Ningún relato tiene la mínima intención sexista. Te recomiendo encarecidamente que leas la antología.

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    2. L'autor ha eliminat aquest comentari.

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  3. Después de leerlo, estoy de acuerdo con tu resumen final: en general el planteamiento y la ambientación son buenos, pero muchos de los mejores pierden al final.

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    1. Si, ¿verdad? Últimamente me está pasando mucho con los relatos esta sensación. Puede que sea por el número de palabras acordadas, o por ganas de dejar en suspense... pero es una lástima.

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