Nota: El comentario sobre esta novela se publicó originariamente en Fantàstik, una web especializada en la ciencia ficción publicada en catalán en la que tengo el gusto de participar.
Por suerte para aquellos de vosotros que no leéis en catalán la editorial milenio publicó la traducción al castellano, y en el enlace incluso podéis leer un fragmento de la novela para ver si os convence (si no lo consigo yo antes). No dudéis en echarle un vistazo.
En el blog Rucs elèctrics encontrareis los resultados de una votación que lleva tiempo abierta para decidir cual es la mejor novela de ciencia ficción escrita en catalán. El podio resultante hasta el momento es bastante mediático y no me sorprendió: dos novelas de Manuel de Pedrolo y La pell freda, de Albert Sánchez Piñol.
La que sí que me sorprendió fue la novela que estaba en cuarta posición, La mutació sentimental, de Carme Torras. Conocía a esta premiada autora barcelonina por su participación en la recopilación Alucinadas, de futura publicación en papel por Sportula, y su relato no fue de los que más me convenció, francamente. Pero viendo los premios que había recibido y lo bien valorada que estaba por gente de cuyo criterio me fío, decidí darle una oportunidad. Gran acierto, que gran novela.
La historia se sitúa en el siglo XXII. En la sociedad ideada por Carme Torras hay avances tecnológicos muy interesantes: coches voladores, mejoras médicas, modificaciones a nivel nervioso,... pero el principal es la presencia de los ROB, ayudantes cibernéticos móviles que acompañan, guían, protegen y organizan la vida de sus PROP (propietarios) humanos. Si Asimov y sus robots os vienen a la cabeza, vais bien encaminados. La comodidad con la que han vivido los seres humanos en las últimas décadas gracias a estos aparatos (que interpreto como una evolución muy preocupante de los smartphone que llevamos todos en el bolsillo), ha provocado que su nivel de madurez emocional sea muy diferente al nuestro y que haya muy poca interacción entre ellos.
Mis últimas lecturas se caracterizaban porque contenían mucha acción, y puede que el punto pausado que proporciona La mutación sentimental sea precisamente lo que necesitaba y por eso la he disfrutado tanto. Y es que, de acción, lo que se dice acción, no hay demasiada en esta novela. Lo importante son los personajes, lo que sienten, y como nosotros vemos sus interacciones desde diversos puntos de vista.
La protagonista principal de esta historia coral es Celia, una niña de nuestro siglo que, debido a que sufría una enfermedad incurable, fue congelada hasta que la ciencia avanzase lo suficiente para poder solucionar su problema.
Una vez descongelada, Celia es adoptada por una madre inútil y matriculada en una escuela con niños como ella. El cambio en las relaciones sociales con su nueva madre y sus compañeros de clase mientras añora a su familia es seguramente uno de los puntos que más me ha gustado del libro. El otro es, como no podía ser de otra manera en este blog, que hay muchos robots en escena, interaccionando con los humanos y aprendiendo de ellos. Genial.
Orbitando alrededor de Celia encontramos al resto de los protagonistas. Leo es un joven ingeniero que trabaja en CraftER, una multinacional tecnológica presidida por el doctor Craft, otro personaje importante en la novela. El interés de ambos respecto la diferencia a nivel de sentimientos que presenta Celia, y que les permitiría crear tecnologías innovadoras se enfrontará con las motivaciones de Silvana, una antitecno interesada en sentimientos extinguidos que, en ese momento, solo presenta Celia. Las diferentes historias van confluyendo y mezclándose hasta llegar a un final bien logrado y totalmente satisfactorio para mi gusto.
Un reproche que le haría a la novela es que no acaba de desarrollar la ambientación, uno de los aspectos que más me gusta investigar en las novelas de especulación. Nos muestra pequeños detalles de la escena, pero lo que prima son los actores y sus diálogos. Bien pensado, todo es tan frío y deprimente que ya está bien que lo importante sean los personajes y su evolución, sino la novela podría caer en el aburrimiento que imagino que deben sufrir los seres humanos de ese siglo XXII ideado por la autora.
El estilo de Carme Torras no es pesado, pero si detallista, sobre todo en las partes en las que intervienen activamente los robots. Creo que es una buena novela para recomendar a aquellas personas que normalmente no están interesadas en la ciencia ficción, aquellas que a veces os miran con cara de escepticismo mientas comentan: ¿eso estás leyendo?. Encontrarán una historia muy interesante y bien estructurada, con personajes bien construidos y que seguramente conseguirá que se miren a este género con otros ojos. Y si el género os gusta, que sería lo normal si estáis leyendo este blog, no podéis tardar mucho a leer esta excelente novela.
Otras opiniones de la novela : La biblioteca del Kraken