Descubrí a Kij Johnson gracias a los relatos que publica Marcheto en su fantástica página Cuentos para Algernon. Me gustó tanto su estilo que posteriormente busqué varios de sus relatos más destacados (que son muchos, ya que ha sido finalista y ha ganado el Hugo y el Nebula entre otros grandes premios) y incluso le dediqué una entrada hace tiempo. Cuando vi que Tor publicaba su nueva novela breve The Dream-Quest of Vellit Boe, no pude resistirme.
La historia narra los viajes de una profesora de una universidad exclusivamente femenina en pos de una de sus estudiantes, que ha sido cautivada por un personaje de otro mundo. De nuestro mundo, de hecho, ya que la historia se sitúa en el Mundo de los sueños, en el que algunos soñadores de nuestra realidad pueden entrar a través de ciertas puertas mágicas y interactuar con sus habitantes. La desaparición de la muchacha podría generar graves problemas para la Universidad, así que Vellit Boe, antigua viajera y gran conocedora de los caminos y las costumbres de su mundo, emprende su búsqueda con el objetivo de hacerla regresar antes de que emprenda su viaje hacia nuestra realidad.
Lo que yo no sabía y no descubrí hasta terminar la novela era que estaba influenciada/basada en una historia escrita por HP Lovecraft, The Dream-Quest of unknown Kadath, y que estaba ubicada en un universo onírico escenario de varias historias del escritor de Providence, y del que era totalmente desconocedor. Digo era porque he puesto remedio a la situación, ya que, convencido de que la experiencia lectora de la novela de Johnson debe ser totalmente diferente dependiendo del grado de conocimiento de la obra de Lovecraft, decidí escuchar y leer varios de los relatos situados en su Mundo de los Sueños.
Mi primera impresión sin conocer la historia de Lovecraft es que la novela de Johnson es entretenida, pero flojea en la trama. Es una narración de viajes en un mundo imaginario muy rico pero en el que la autora no profundiza, ya que solo da ciertos detalles de los diferentes paisajes y ciudades por las que transita la protagonista. Aún así la autora consiguió engancharme (cosa que me sorprendió porque el estilo que utiliza no acostumbra a gustarme), pero aunque el camino es entretenido la meta final desencanta un poco. No me ha gustado el hecho que las antiguas andanzas de la protagonista sean tan influyentes en la trama, demasiadas casualidades un poco forzadas según mi parecer para que las piezas encajen. En cambio la parte del mundo subterráneo con sus extrañas bestias, los ghouls, los gugs y los ghasts la encontré muy original y trabajada.
Mi primera impresión sin conocer la historia de Lovecraft es que la novela de Johnson es entretenida, pero flojea en la trama. Es una narración de viajes en un mundo imaginario muy rico pero en el que la autora no profundiza, ya que solo da ciertos detalles de los diferentes paisajes y ciudades por las que transita la protagonista. Aún así la autora consiguió engancharme (cosa que me sorprendió porque el estilo que utiliza no acostumbra a gustarme), pero aunque el camino es entretenido la meta final desencanta un poco. No me ha gustado el hecho que las antiguas andanzas de la protagonista sean tan influyentes en la trama, demasiadas casualidades un poco forzadas según mi parecer para que las piezas encajen. En cambio la parte del mundo subterráneo con sus extrañas bestias, los ghouls, los gugs y los ghasts la encontré muy original y trabajada.
El universo despertó mi curiosidad y en los últimos días he leído varios de los relatos de Lovecraft ubicados en las tierras de los sueños. Es muy interesante como en The Dream-Quest of unknown Kadath hace referencia a varios de ellos. El problema es que con una lectura tan reciente la visión positiva del relato de Johnson cambia un poco, porque gran parte de lo que me pareció original ya está presente en la obra de Lovecraft. Es cierto que con un toque un poco más moderno (el uso de los diálogos, las escenas de acción...), pero el fondo es parecido, deliberadamente, creo. El aspecto más diferenciador es la presencia femenina.
La misma autora justifica su creación en la parte final comentando que cuando leyó el relato original en su niñez se sintió incómoda por el racismo presente en el mundo creado por Lovecraft, hecho en el que coincidimos. Posteriormente se sintió incómoda también por la ausencia total de mujeres en la narración, por eso la elección de protagonistas básicamente femeninas en su novela. Parece que hay consenso entre los expertos sobre el racismo de Lovecraft, pero hay opiniones más diversas sobre su misoginia.
En resumen, creo que es una historia que permitirá disfrutar de este fantástico universo a aquellos lectores que lo descubran con esta historia y luego quieran profundizar en él (como ha sido mi caso), pero dudo más en recomendarla a los que ya son conocedores de la obra de Lovecraft. Siempre puede ser un buen motivo para regresar al mundo de los sueños y estoy seguro que disfrutaran captando las referencias y los huevos de pascua.
Ah... y la recomiendo a los amantes de los gatos, por supuesto.
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