Otro gran autor que tacho de la lista de los que todavía no habían aparecido en el blog. Conozco la obra de Greg Egan más por sus relatos que por sus novelas, las recopilaciones Axiomático y Luminoso, entre antologías de otros autores, fueron en parte responsables de mi actual afición a la narrativa breve. Hoy comentaré una novela breve, The four thousand, the eight hundred, que ya había aparecido en la revista Asimov's pero que la editorial Subterranean Press va a publicar de forma independiente en unas semanas.
He percibido un cambio de estilo respecto a lo que había leído hasta ahora de este autor. La historia es mucho más asequible que algunos de sus relatos, con reflexiones a nivel sociológico muy interesantes, pero no con las reflexiones a nivel filosófico que provocaban que la lectura se hiciese a ratos un poco pesada, y tampoco la calificaría como ciencia ficción hard, subgénero en el que Egan destaca.
He percibido un cambio de estilo respecto a lo que había leído hasta ahora de este autor. La historia es mucho más asequible que algunos de sus relatos, con reflexiones a nivel sociológico muy interesantes, pero no con las reflexiones a nivel filosófico que provocaban que la lectura se hiciese a ratos un poco pesada, y tampoco la calificaría como ciencia ficción hard, subgénero en el que Egan destaca.
La ambientación es muy interesante. La historia se ubica en los dos grandes asteroides del cinturón, Vesta y Ceres. Hay colonias humanas en los dos, y entre ellos se produce un intercambio de materiales en forma de enormes bloques que viajan lentamente en el espacio. Ceres exporta bloques de hielo y Vesta bloques de roca para suplir las carencias del otro asteroide.
Las sociedades de los dos satélites son similares, pero en Vesta se produce una situación que provoca que parte de la población, descendientes de un grupo de los colonizadores originales, esté sufriendo una discriminación activa y muy potente por parte de gran parte del resto de los pobladores. Aunque se organicen actos de protesta y incluso de sabotaje, la situación no cambia, y gran parte de esta población elige el lento exilio hasta Ceres en cápsulas de supervivencia instaladas en los bloques de roca.
Egan toca uno de los temas candentes de nuestra sociedad, lamentablemente: los refugiados y sus peligrosísimos viajes para llegar a una zona en la que esperan encontrar refugio y bienestar. Es inevitable pensar en los paralelismos entre el mar Mediterráneo y el vacío por el que se desplazan los bloques con sus polizones.
Lástima que la situación final, en la que se produce la máxima tensión, se resuelva de forma muy precipitada. Unas páginas más y un poco más de explicación para hacer la resolución más gradual hubiesen mejorado el resultado final. No es lo mejor que he leído del autor, pero es una novela muy correcta y que os recomiendo si la podéis conseguir.
Egan es uno de los autores que mas me han influenciado. Ya en Zendegi cambia la reflexión filosófica y hard por crítica social. A mí no me gusta, porque donde destacaba era en aquello y como "sociólogo" no es tan potente. No obstante, leeré la novela seguro.
ResponEliminaEspero tus comentarios Javier. Un abrazo.
EliminaMe parece bastante interesante la verdad, pese a ese final precipitado. Antes iré con Axiomático, eso seguro :)
ResponEliminaSi si... sin duda tienes que probar primero Axiomático antes que esta novela, aunque esté bien. Gracias por pasarte por aquí.
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