La editorial Palabaristas me ha echado un cable, ya que ha publicado recientemente parte de la narrativa breve del autor con temática de ciencia ficción y que ha ganado diversos premios, entre ellos el Alberto Magno, premio que descubrí con los relatos de Cybersiones de Santiago García Albás y que, de momento, considero sinónimo de calidad.
El primer relato que han publicado es Luna de Locos. La humanidad ha conseguido salir del sistema solar y colonizar otros sistemas. En uno de estos sistemas una familia dominante, los Orestes, empieza una cruzada de conquista de todos los planetas y satélites del sistema. Cuando uno de los miembros importantes de la familia muere y se extravían sus cenizas (imprescindibles para un ritual), comienzan los problemas para los tres protagonistas del cuento.
Estos protagonistas son tres reclusos que residen en un satélite con una atmosfera venenosa, Nabucco, en el que se acumulan todas las naves que ya no son funcionales para su desguace. Su función es revisar y hacer el mantenimiento de este proceso de desguace. Cómo podéis adivinar, la urna de las cenizas está en Nabucco, y la familia Orestes no va a parar hasta recuperarla.
Un grandísimo relato de ciencia ficción clásica, con unos personajes muy bien conseguidos, cada uno con su locura, los tres geniales. Primer contacto con el autor excelente.
El segundo libro, Salir de fase, presenta dos relatos situados en el mismo universo : Mala racha y Salir de Fase.
En los dos relatos, situados varios siglos en el futuro, la humanidad ha conseguido colonizar el sistema solar (y otros sistemas estelares) y terraformar varios satélites y planetas, mientras que la Tierra se ha convertido en un solar radioactivo. La tecnología principal en que se basan las dos narraciones es la compilación: una técnica para traspasar toda la información del cerebro de una persona a un disco de identidad, que luego se puede instalar en diversos tipos de cuerpos, creados por arquitectura genética. Pasar de un cuerpo a otro es lo que se conoce como Salir de Fase. Realmente la técnica le permite mucho juego al autor, y le sabe sacar el jugo. La variedad de situaciones y posibilidades imaginadas por el autor me ha recordado algunos momentos al Varley de Playa de Acero (muchas ideas y detalles de los que se podría sacar mucho rendimiento).
En Mala racha la protagonista encuentra en su zona de trabajo del satélite Io un disco de identidad que ha conseguido sobrevivir a las elevadas temperaturas del ambiente. La sorpresa es que la persona que contiene el disco de identidad sigue viva, y eso le va a traer más problemas de lo que se piensa. Es un buen relato con una buena ambientación y que nos sirve para familiarizarnos con algunas de las tecnologías presentes en este universo, pero tiene una parte final demasiado acelerada para mi gusto. El relato me gustó, pero palidece frente al siguiente, en el que brilla mucho más toda la inventiva del autor. Creo que si lo hubiese leído después lo hubiese valorado más negativamente.
Salir de fase es un relato de mayor extensión, y mucho más completo, con más detalles y con una final más sosegado, aunque igual de sorprendente. La protagonista, Alexander Sara, ha recurrido al mercado ilegal de cuerpos para conseguir uno con muchas modificaciones a nivel de armamento. Su objetivo es matar al presidente de la corporación más importante de creación de cuerpos en venganza por la muerte de su amante.
Me ha gustado mucho el estilo del autor y las temáticas de los relatos. No creo que sea lo último que lea de Cotrina. Aunque tengo una pequeña crítica, un pequeño detalle que no empaña a la calidad final del conjunto: algunos de los nombres. No me convencen las combinaciones: Demetrio Takashi, Dorada James, Lancelot Sara... no me resultan nada creíbles, pero es algo anecdótico.
Espero que el autor decida escribir algunas historias más en este universo (y si es pronto, mejor). Y no soy el único, en Sense of Wonder Odo ha empezado una campaña de