Aquellos que seguís el blog con regularidad ya sabéis que me gusta dar a conocer la obra de autores más o menos noveles. Ya sea a través de la plataforma Lektu, a través de goodreads o enviadas directamente por la editorial o por el autor (como es el caso de la novela que comentaré hoy) acostumbro a dar oportunidades a novelas autopublicadas o publicadas en editoriales modestas. Así he descubierto a autores como Pau Varela, LJ Salart, David Sandó, David Luna (ganador de la última edición del premio UPC), o Víctor Guisado.
11,4 sueños luz de Nicholas Avedon es una novela muy variada, ya que presenta tres tramas situadas en tres ambientes muy diferentes aunque protagonizadas por los mismos personajes. En un principio la catalogaría de thriller con un fondo cyberpunk. Ubicada principalmente en París en el siglo XXIII, no presenta una sociedad diferenciada en clases sociales, en la que los más ricos vivien en grandes torres y casi nunca bajan al nivel cero, donde vive la gente sin recursos. El protagonista principal es un prestigioso director de sueños vívidos: experiencias con mucho sentimiento que el comprador puede sentir como propias. Cuando le ofrecen dirigir las primeras películas de una nueva tecnología que implica la inmersión total en la experiencia relatada, las neurorreplicas, se producen una serie de asesinatos en la que se ve involucrado.
Esta parte de la trama es correcta, pero no demasiado original. Me han interesado más las otras dos tramas, la primera es la que analiza las relaciones de los participantes en un mundo virtual y las sensaciones que tiene alguien que se introduce en estos mundos por primera vez. Aunque la que más me ha gustado es la que hace referencia a los castings y pruebas que deben pasar los aspirantes que quieren formar parte de la tripulación de una de las naves generacionales que se enviarán a colonizar un planeta parecido a la Tierra. Ríete tu del Método Gronholm.
¿Casan bien las tres historias? A ratos, a veces peca de un cierto desorden, y el hecho de que sea siempre el mismo protagonista al que le pasa todo no acaba de ayudar. Aunque el principal defecto que encuentro en la historia es que todo es demasiado parecido a la realidad actual para estar ubicada la novela dentro de dos siglos. Resultaría más creíble que estuviera mucho más cercana en el tiempo.
En definitiva: es una primera novela interesante, que plantea situaciones intrigantes, amena (la he leído en un par de sentadas) aunque un poco desordenada. Peca de aquello que pecan muchas de las novelas autoeditadas, la falta de una revisión profesional que hubiese ayudado a estructurar mejor la trama y a solucionar detalles para tener un producto mejor acabado.
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