diumenge, 16 de novembre del 2025

El ciclo de Tschai - Jack Vance

Jack Vance es uno de los muchos escritores clásicos de ciencia ficción y fantasía que todavía no había aparecido en el blog. No soy un gran conocedor de su obra, solo había leído Los príncipes demonio y, aunque lo recuerdo con cierto cariño, más que por la historia en sí por el momento personal en el que lo leí, no ha sido motivo suficiente para que me interesara en sus otras (muchas) sagas.


Pero como ya sabéis los habituales del blog, estoy en una época de transición en mi biblioteca,  adquiriendo por diversos métodos libros antiguos de ciencia ficción, casi como un coleccionista, y reconozco que tengo debilidad por los Ultramar de bolsillo. Es por eso que decidí darle una oportunidad al Ciclo de Tschai, también conocido como El planeta de la aventura

Es una saga formada por cuatro librillos publicados a finales de los 60, cada uno con el nombre de una especie alienígena presente en el planeta donde se desarrolla la acción: Los Chasch, Los Wankh, Los Dirdir y Los Pnume
El planeta en cuestión es Tschai, que orbita la estrella Carina 4269, situada a muchos años luz de la Tierra y con dos lunas, una azul, Braz, y una rosa, Az (comento los colores porque es una descripción que se repite MUCHAS veces). En la Tierra se recibió una señal procedente del planeta Tschai que implicaba que había vida inteligente, y decidieron organizar una expedición. Después de muchos años de viaje, nada más llegar a la órbita del planeta, la nave es atacada y destruida, pero uno de los tripulantes, el protagonista principal de la historia, Adam Reith, consigue hacer aterrizar una lanzadera en la superficie. A partir de ese momento empiezan sus aventuras e interacciones con la fauna, flora y habitantes conscientes de este peculiar planeta.

Aparte de sobrevivir, que le resulta más fácil de lo esperado, ya que puede respirar sin problemas en la atmosfera, se plantea tres objetivos: saber quién envió el mensaje a la Tierra, descubrir quién destruyó la nave terrestre, y conseguir una nave interestelar para regresar a su hogar. Yo no hubiese durado ni una semana, pero por suerte Adam Reith es un explorador estelar entrenado para sobrevivir, muy hábil en la lucha cuerpo a cuerpo y en el uso de algunas armas. Además, cuenta con algunos aparatos terrestres que pudo rescatar de la lanzadera que le van a hacer las cosas más fáciles. Para su sorpresa, descubre que, además de las diversas razas alienígenas que pueblan el planeta, también hay otros seres humanos. Alguna de las especies alienígenas visitó la Tierra en el pasado y se llevó a un grupo numeroso de sus habitantes. Algunos grupos humanos presentan pocas modificaciones corporales. Otros, en cambio, han sido guiados por los extraterrestres mediante una selección artificial para que se parezcan mucho a cada una de las especies que habitan el planeta, por lo que hay seres humanos muy diferentes entre sí, a nivel físico y a nivel cultural.

Uno de los puntos fuertes de la novela es la diversidad de culturas, tradiciones y rituales que tienen los habitantes del planeta, tanto los humanos como los alienígenas, y la relación entre ambos. Otro aspecto a destacar es la variedad de paisajes en los que Adam Reith vivirá sus aventuras. El protagonista y sus acompañantes viajan por desiertos, praderas, galerías subterráneas, bosques tupidos, navegan a través de ríos caudalosos y mares embravecidos, cabalgan criaturas extrañas  y surcan los aires en rápidas naves espaciales o en lentas plataformas voladoras. La historia es una mezcla de western, space-opera, historia de aventuras y novela de exploración con un toque un poco pulp. En algunos momentos la historia es algo inocente, y el personaje tiene matices mesiánicos en los que intenta despertar a los pobres oprimidos humanos. En otras ocasiones, en cambio, se comporta de forma inmisericorde y cruel con sus enemigos. Es un poco desconcertante.   

Es una historia amena, de lectura ligera, con momentos muy bien logrados de especulación y de tensión, pero también con partes que se hacen largas, sobre todo las relacionadas con los viajes a través del planeta. En conjunto me ha entretenido lo suficiente para continuar con la historia después de tres libros, y eso es un mérito innegable.

Le voy a hacer un par de críticas importantes que hacen bajar bastante la valoración global de la obra y que me generan dudas para recomendárosla sin matices. Primero, el papel de las mujeres. Las pocas que aparecen, ya que tienen poca relevancia en la trama, sirven para que el protagonista tenga una relación romántica y alguien a quien salvar de un apuro, y poco más. Las pinta como seres volubles e irracionales. Es el aspecto en el que esta novela ha envejecido peor, es hija de su época. En segundo lugar, la resolución de la trama. Tantas aventuras y tantos kilómetros recorridos para acabar la historia de una forma tan precipitada y anticlimática. Da la sensación que Vance se quería sacar esta historia de encima, o que tenía un límite de páginas y se pasó en la primera parte de la cuarta novela. Es una lástima porque la historia iba de menos a más, de forma que el tercer libro es mi preferido. Ha sido un poco decepcionante este final.

En fin, supongo que en su momento debió tener bastante éxito, ya que he visto que hay una adaptación al cómic en francés, no publicada en castellano, e incluso un juego de rol situado en el planeta Tschai. Por mi parte sigo con ganas de descubrir algo más de este prolífico autor, y siguiendo las directrices de George R.R. Martin, creo que le voy a dar una oportunidad a la saga de La Tierra Moribunda. Ya os contaré.

1 comentari:

  1. A mí lo que me pasa con Vance (del que tampoco he leído tanto) es que me encanta la ambientación, pero luego se me hace pesada la historia.
    Malapata.

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