Soy muy fan del trabajo que está haciendo la editorial Fata Libelli. He leído y comentado en el blog varias de sus publicaciones, y a ellas les debo haber conocido o profundizado en la obra de autores y autoras tan interesantes como Tim Pratt, Elizabeth Bear o Aliette de Bodard.
Cuando me enteré de que publicaban una antología de relatos de diversos autores en español me alegré mucho y la compré inmediatamente. Este tipo de iniciativas me encanta, ya sea por conocer nuevos autores o por ver cómo se desenvuelven en distancias cortas autores de los que he leído sus novelas. Cada vez me interesa más la narrativa breve y valoro más la dificultad de explicar una buena historia en pocas páginas. Además, la alineación era muy prometedora.
Me sabe mal, pero mi valoración final media no es muy alta. Todas las antologías de este estilo son irregulares y tienen la gracia de que cada lector prefiere un relato o otro, y más en este caso en que los géneros de los relatos son tan diversos (terror, fantasía urbana, ciencia ficción...). Pero el problema según mi opinión es que no hay término medio: varios relatos me han enganchado y encantado pero con el resto no he conseguido conectar en ningún momento y me han dejado frío una vez terminados. Voy a empezar por estos, para acabar con mejor sabor de boca.
No había leído nada de Pilar Pedraza y su estilo me ha gustado, y la historia que nos explica en La niña gótica también, hasta que incluye el factor fantástico. Como una historia realista (casi como un capítulo de una historia más larga) me estaba interesando, pero la introducción de la parte mágica me ha descolocado un poco y creo que no acaba de encajar.
Amada de Antaño, de Roberto Bartual, presenta ideas muy interesantes en una extraña ucronia a la inversa relacionada con la Guerra Civil, pero no me ha convencido como la ha desarrollado, aunque su estilo me ha parecido atractivo. El que más me ha sorprendido negativamente es Quimera, de Luís Carlos Barragán. Voy a citar (con permiso) la opinión de mi compañero Miquel Codony, porque resume perfectamente mis sentimientos una vez finalizado el relato: "Me gusta mucho el cuento dentro del cuento, pero no el cuento que hay fuera del cuento que hay dentro del cuento."
No se si os pasa, pero hay escritores con los que sintonizo de una forma casi perfecta, y creo que si publicaran su lista de la compra me gustaría y le encontraría virtudes. Jose Antonio Cotrina es uno de ellos. Y que mi predisposición sea muy buena no implica que su relato Ocultos no sea excelente, que lo es: lleno de imaginación, misterio, y capaz de generar una sensación de angustia muy potente. Parece que la capacidad de este escritor de crear nuevos mundos es inacabable. El relato de Jesús Cañadas, Su olor a jazmín, también ha conseguido dejarme mal cuerpo (en el buen sentido de la expresión), pero creo que no es redondo del todo. Para mi gusto le falta un poco más de explicación de la situación que es el eje del relato, deja demasiadas cosas abiertas a interpretación. Llevo mucho tiempo sin leer literatura de terror, pero estos dos estupendos relatos me han dejado con ganas de más.
Great king girl, de Welton Penderton, es una historia desconcertante y fascinante, difícil de clasificar en un género, narrada desde diversos puntos de vista, con una progresión no muy clara y un resultado final sorprendente. Es de ese tipo de historias en que una segunda lectura se agradece para acabar de encajar los detalles. Un nuevo autor a seguir y a tener en cuenta.
Los dos últimos relatos se sitúan en mi zona de confort, la ciencia ficción, y ambos me han gustado mucho. Ricardo Montesinos nos presenta El camino, un relato de space-opera con una ambientación espectacular y una historia muy atractiva relacionada con los pilotos de las naves que viajan entre las estrellas y el contacto con seres extraterrestres. He leído cuatro relatos de este autor, y los cuatro me han gustado mucho. Aunque creo que ha desaprovechado la oportunidad de hacer una novela corta como mínimo, la historia daba para más, claramente. Pasa algo parecido con Añoranza de lo que no fue, de Mario Hinojosa, pero en este caso no es que el tamaño del relato se quede corto, sino que parece un primer episodio de una historia mayor. La ambientación en un planeta remoto, en una colonia casi asilada, con una mezcla de tecnologías avanzadas y primitivas me ha recordado en algunos momentos a Tatooine.
En resumen, una antología de temáticas diversas, con varios relatos excelentes desde mi punto de vista, pero con otros con los que no he conseguido conectar. Una buena muestra de la narrativa de género actual. Aunque mi valoración media no sea muy alta os aconsejo sin dudas su lectura, puede que los relatos con los que yo no he conectado lleguen a ser vuestros favoritos de la antología.Espero que Fata Libelli continúe con iniciativas de este estilo, contarán con un lector, seguro.
Otras opiniones: Donde acaba el infinito (reseña de la antología completa) o Origen cuántico (reseña individual de cada relato)